El Honda CR-V es uno de los modelos de mayor éxito de la firma japonesa. Probamos la quinta generación de este popular SUV, que ahora es un coche más espacioso y ofrece un maletero con más capacidad. Sólo hay un único motor de gasolina para elegir, el 1.5 VTEC, y nuestra unidad de pruebas se asocia al cambio manual con tracción a las cuatro ruedas.
El nuevo Honda CR-V es un SUV de 4,6 metros de longitud, igual que el anterior, y con dos posibles configuraciones de asientos, es decir, puede ser un modelo de 5 o 7 plazas si se elige el nivel de equipamiento Lifestyle. En nuestro caso, la unidad de pruebas que nos ha cedido la marca es el tope de gama, el Exectutive, por lo que obviamente sólo tiene 5 asientos.
Es un modelo más grande que el Honda HR-V, su hermano pequeño, en este enlace tenéis toda la información disponible sobre el Honda HR-V, y está situado en el segmento más importante de los SUV o todocaminos. Tanto es así que entre sus rivales directos podemos encontrar un buen número de competidores, como el Alfa Romeo Stelvio, Citroën C5 Aircross, DS 7 Crossback, Ford Kuga, Hyundai Santa Fe, Jeep Cherokee, Kia Sportage, Mazda CX-5, Mitsubishi Outlander, Nissan X-Trail, Peugeot 5008, Renault Koleos, Seat Tarraco, Skoda Kodiaq o el Toyota RAV-4 entre otros, aunque este último sólo está disponible con motor híbrido.
Estéticamente cambia bastante respecto al anterior, incorporando un nuevo frontal, similar al del Honda Civic, una parte trasera totalmente rediseñada con los grupos ópticos en un formato más horizontal, nuevo paragolpes inferior y por supuesto con un gran portón del maletero. Otras novedades las encontramos en los faros, que ahora son de LED en todas las versiones, así como en el diseño de las llantas, las dos salidas de escape o las entradas de aire frontales.
En cuanto al interior, este es totalmente nuevo y no esconde su inspiración en el del Honda Civic. Se percibe bien acabado, con materiales de buena calidad y buenos ajustes. Eso no quita que encontremos plásticos duros en algunas zonas, pero todo está correctamente ensamblado y sin demasiadas holguras. Por supuesto, en esta versión Executive, el cuero de los asientos, de las puertas e incluso algunos guarnecidos hace que la calidad percibida sea mucho mayor.
La consola central está integrada en el salpicadero, como flotando, donde encontramos el cambio de marchas en una posición bastante alta pero muy cómoda de utilizar al encontrarse bastante cerca del volante. Ahí encontramos pocos botones, no así en el volante, que para mi gusto tiene demasiados. Tampoco me gusta el acabado de plástico transparente que estos tienen, pero eso ya va a gustos. Lo que sí aplaudo es que Honda ha mantenido los botones físicos para el sistema de climatización.
El cuadro de instrumentos es digital, también bastante parecido al del Honda Civic, con el cuentarevoluciones en la parte superior. La información que ofrece y los grafismos hacen que sea muy cómodo ver cualquier tipo de información que queramos ver. Por su parte, la pantalla central del sistema de infoentretenimiento no me ha acabado de gustar demasiado. Es fácil de usar pero hay que recurrir a botones táctiles para todas sus funciones, algo que puede hacer que bajemos la atención de la carretera para cambiar entre sus pantallas. En esta versión también disponemos de un Head Up Display que proyecta información útil de la conducción directamente en una pantalla de metacrilato situada en el campo de visión de a carretera.
Los asientos delanteros son estupendos, bastante grandes, muy cómodos y con un cierto mullido blandito que invita a pasar varias horas al volante sin quedar resentido. Por su parte, los asientos traseros no son tan confortables pero el espacio habitable para los pasajeros de la segunda fila es realmente bueno, tanto en altura libre al techo, como en espacio para las rodillas como en anchura, el punto que más destacaría. La plaza central tiene un apoyabrazos incorporado en el respaldo y un trozo de banqueta menos confortable, pero puede usarse sin problema, ya que el túnel central es poco intrusivo y, como ya os he dicho, la anchura es realmente buena. Otros puntos a destacar es la posibilidad de inclinar ligeramente el respaldo de los asientos posteriores y el acceso a estas plazas ya que la apertura de las puertas es muy generosa y el techo bastante alto.
El maletero es uno de los puntos fuertes de este coche con carácter familiar. Ofrece una capacidad de 561 litros, de las mejores del segmento, que puede ampliarse hasta los 1.756 litros si se abaten los respaldos. Una acción que podremos hacer directamente desde la parte del maletero gracias a unos prácticos tiradores. Dispone de doble fondo que podremos enrasar con la amplia boca de carga y una rueda de repuesto de tipo temporal. Que siempre va bien. Además, en el acabado Executive, la apertura del portón manos libres, pasando el pie por debajo del paragolpes, es de serie.
El motor 1.5 VTEC
La gama Honda CR-V está compuesta únicamente por dos variantes: la térmica y la híbrida. De la híbrida ya os hablamos en esta comparativa entre el Mitsubishi Outlander PHEV, el Toyota RAV4 Hybrid y el Honda CR-V Hybrid, así que vamos a centrarnos en la versión con motor de gasolina que estamos probando.
Se trata de un propulsor de 1.5 litros y cuatro cilindros turbo, y es la única variante disponible en toda la gama. Ahora viene el dato, según si lo pedimos con cambio manual o automático la potencia varía entre los 173 CV del manual o los 193 CV del automático con cambio tipo CVT. Por su parte, también puede elegirse con tracción delantera o a las cuatro ruedas. Nuestra unidad de pruebas es manual y 4x4.
El conjunto funcional realmente bien. El motor empuja con fuerza a medio régimen y, aunque no se estira demasiado, la entrega de potencia es constante. Para mi gusto le falta un poco de “patada”, y es que su par máximo es de 220 Nm, pero eso sí, disponibles entre las 1.900 y las 5.000 rpm, un rango bastante extenso.
Para tratarse de un SUV de dimensiones generosas y un peso de prácticamente 1.600 kg, los consumos obtenidos durante la semana que lo estuve probando fueron muy correctos. Su ficha técnica expone que gasta 8,0 l/100 km según el ciclo WLTP, pero no se si será por el tipo de conducción tranquila a la que invita a circular este coche o bien que quizás lo usé más de la cuenta por autopista, que el consumo obtenido fue incluso inferior. El ordenador de a bordo me acabó reflejando una media de 7,2 l/100 km.
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En cuanto al comportamiento, sigue siendo un coche realmente cómodo en autopista. Incluso me atrevería a decir que un poco más blando que el anterior. O eso me ha parecido a mí. La suspensión filtra absolutamente todo lo que se encuentra por delante. Eso no quita que se muestre como un coche bastante estable en curva. Inclina un poco pero no rebota y tampoco encontramos un subviraje demasiado acusado. El hecho de que monte un sistema de frenada selectiva que frena la rueda interior para traspasar más par a la exterior, que es la que mayor tracción ofrece, ayuda bastante a ello.
El sistema de tracción a las cuatro rueda también contribuye a ganar en seguridad y tracción a la hora de afrontar tramos resbaladizos o mojados, comportándose a las mil maravillas ante condiciones difíciles.
Ha ganado un poco más de altura libre al suelo respecto al anterior, pero no nos engañemos, sigue siendo un SUV. No lo he sometido a una prueba exhaustiva fuera de carretera, pero sí he circulado por caminos en buen estado y su respuesta ha sido correcta. Como ya os he comentado, filtra muy bien todos los baches pero si nos encontramos con rotos o cambios de rasante bien marcados habrá que sortearlos con cuidado si no queremos tocar con el frontal o incluso con la panza.
La dirección no es demasiado informativa pero tiene un guiado muy bueno. También me ha gustado el grado de resistencia que ofrece al girar, firme pero no demasiado pesada. Por su parte, los frenos tiene un buen comportamiento aunque nunca llegué a encontrarles flaqueza alguna. No es un coche que invite a tomarse las cosas con demasiado ímpetu. Aún y así, tras algunas frenadas repetidas, en bajada, seguían trabajando estupendamente.
Equipamiento
Como ya es habitual en las marcas que nos dejan para probar sus modelos, el Honda CR-V que probamos estaba configurado con el máximo grado de equipamiento, el Exclusive. Eso quiere decir que lo llevaba absolutamente todo.
Entre el equipamiento de serie cabe destacar que monta volante y asientos calefactables, la tapicería de cuero, el sistema de infoentretenimiento Honda Connect con navegador Garmin y conexión Android Auto y Apple CarPlay, cámara de marcha atrás, techo solar panorámico practicable, asiento del conductor con ajuste eléctrico, cristales oscurecidos, todo el conjunto de sistemas de seguridad activa Honda Sensing, con aviso de colisión, mantenimiento de carril, asistente a la frenada de emergencia, identificador de señales y limitador de velocidad inteligente, head-up display, climatizador bi-zona, llantas de 19 pulgadas, portón trasero eléctrico, etc. En definitiva, que no le falta absolutamente de nada.
¿Y todo esto por cuánto?
La versión Executive arranca en 41.750 euros con cambio manual de 6 relaciones y tracción 4x4. La variante 4x2 sólo puede elegirse con niveles de acabado más bajos. Por su parte, si nos decantamos por el Honda CR-V con cambio automático, la cifra aumenta hasta los 44.250 euros.
A todo ello habrá que sumarle el Pack Convenience (763 €) que sí montaba nuestra unidad de pruebas, el cual añade molduras laterales, taloneras para las puertas y faldones y el color para la carrocería Cosmic Blue Metallic que cuesta 650 € pero viene incluido en el precio base, ya que no hay ningún color más caro que otro. Tampoco hay mucho más donde elegir: unas molduras plateadas para el interior, un accesorio para distribuir la carga en el maletero, colores de carrocería y un acabado más deportivo para el exterior.
Así pues, esta versión de pruebas se va hasta los 42.400 euros finales, pero montando absolutamente todo lo que puede llevar este coche. Si lo quieres todo es un precio en la línea de lo que ofrece su competencia, quizás ligeramente por encima, así que no sería mala idea irse a un acabado inferior y elegir a dedo qué extras de más queremos para nustro CR-V.
Una combinaci¿n perfecta, un SUV de gasolina gast¿n con un cambio CVT perezoso, y lo mejor, un precio disparatado. Suerte con las ventas