Honda Insight

06.02.2009.-Honda pretende evitar que el precio sea un condicionante para adquirir un vehículo ecológico, por eso lanza el Insight. Un híbrido con sistema de propulsión gasolina-eléctrico que competirá en el segmento de los compactos. Claro que con el Insight, el fabricante japonés no solo persigue la democratización de la tecnología híbrida sino dar un paso más para el reconocimiento de la marca como líder en movilidad sostenible. La versión Elegance del Insight costará 19.800 euros (convirtiéndose en el híbrido más asequible del mercado), la versión Executive, 20.800 euros, y la versión Executive/Navi tendrá un precio de 23.200 euros. Las emisiones de CO2 del Honda Insight son de 101 g/km. La comercialización en España del Insight está prevista para el mes de marzo.

El Insight es una berlina de cinco puertas con cierto aire coupé en aras de mejorar la aerodinámica. La luneta trasera se proyecta como continuación de una línea de techo ligeramente descendente que encuentra su fin en un discreto alerón en el que se dispersa la tercera luz de freno y que sirve, además, para marcar un punto de inflexión en el portón del maletero. El frontal del nuevo híbrido de Honda está marcado por un trazo continuista entre los grupos ópticos, estrechos y alargados, y las lamas cromadas de la parrilla. Las luces antiniebla y los indicadores de dirección se alojan en la parte inferior del paragolpes. Hay cinco colores de carrocería para poder elegir: blanco perlado, azul, plata, negro y rojo, los cuatro primeros son metalizados.

El Insight mide 4,39 metros de largo, 1,69 m de ancho y 1,42 m de alto, así que por dimensiones se sitúa entre el Jazz y el Civic Hybrid. Respecto al Toyota Prius es algo más pequeño, si bien la diferencia más apreciable entre sus respectivas cotas está en la altura, con 7 centímetros a favor del Prius, pues aunque en longitud el Insight es 6 centímetros más corto, la capacidad de carga del maletero es la misma: 408 litros y el espacio para las piernas en las plazas trasera muy similar. El volante se puede regular en profundidad y altura. También se puede ajustar en altura el asiento del conductor. En general, la calidad de los materiales empleados es buena, aunque inferior a la del Civic. El cuadro de instrumentos se divide en dos zonas, en la inferior y principal, se muestra información sobre el nivel de combustible, las revoluciones por minuto, la posición de la palanca de cambios y el grado de eficacia que se alcanza en la conducción, entre otras. Mientras que en la parte superior aparece la velocidad sobre una banda que cambia de color en función de que la forma de conducir sea más o menos ecológica.

El nuevo Insight toma la base mecánica del motor de gasolina de 1.3 litros i-VTEC que monta el Civic Hybrid, pero con algunas modificaciones que permiten reducir el consumo de combustible un 2%. Al doble encendido secuencial (dos bujías por cilindro) se suma un sistema de gestión variable del cilindro (VCM) que cierra las válvulas cuando el requerimiento de par es tan bajo que es posible circular únicamente en modo eléctrico, dado que como híbrido que es, el Insight combina un motor de combustión con un motor eléctrico. En conjunto desarrollan 98 CV (88 CV provienen del motor de combustión y 14 CV del motor eléctrico) una potencia que lleva al Insight a conseguir una velocidad máxima de 182 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 12,5 segundos. El motor eléctrico se alimenta de una batería de alta potencia que aprovecha la deceleración y frenado del vehículo para recargarse. El conjunto del sistema IMA, que es como denomina Honda al tipo de tecnología híbrida que utiliza pesa 38 kg, 6 kg menos que el IMA que equipa el Civic Hybrid. Respecto al consumo de combustible, Honda declara 4,4 litros por cada 100 km en ciclo mixto y unas emisiones de CO2 de solo 101 g/km con llantas de 15 pulgadas.

En lo que al comportamiento se refiere, la principal diferencia del Insight respecto a un vehículo de su clase convencional radica en la forma de entregar la potencia. En el Insight, el par está disponible casi de forma instantánea por lo que a muy bajas vueltas de giro del motor ya se nota su respuesta. Esto es posible por la aportación del motor eléctrico y resulta especialmente cómodo en el tráfico urbano, donde las paradas y salidas son constantes. En este sentido también es muy agradable la transmisión por variador continuo (CVT). Se trata de una evolución de la transmisión CVT del Civic Hybrid, algo que se nota en la suavidad y en que el cambio de marchas es más progresivo. A nuestro juicio, el Insight despliega mejor su eficacia en los recorridos por ciudad que en desplazamientos largos, en los que la diferencia frente a algunos diesel en cuanto a consumo no está tan clara. Si se quiere ser especialmente ahorrador, hay que pulsar la tecla ECON situada en el salpicadero a la izquierda del volante. Esta tecla, acrónimo de Effective Control, actúa sobre el mapa electrónico de la centralita, la gestión del cambio y otros parámetros del sistema eléctrico para elevar al máximo la eficiencia del combustible. Claro que entonces veremos limitada la potencia.

El hecho de que el Insight sea un vehículo híbrido no varía sus especificaciones en materia de seguridad. Monta un chasis especialmente diseñado para él, aunque comparte algunos componentes con el Jazz, como son la suspensión: delantera MacPherson y trasera con barra de torsión compacta, y la dirección asistida eléctrica. Está equipado con ABS con distribución electrónica de frenado (EBD) y sistema de asistencia a la frenada. Asimismo, desde la versión de acceso se incluye control de estabilidad y tracción (VSA) de serie.

Falta aproximadamente un mes para que el Honda Insight llegue a los concesionarios de nuestro país. Lo hará siendo el híbrido más barato del mercado, una baza que Honda pretende utilizar para ganar adeptos y afianzar a su nuevo modelo como alternativa real y accesible, sobre todo, a los compactos diesel. Sobre el papel la estrategia no puede ser mejor, el segmento C es el más demandado en España con un 30% del total de las ventas de las que el 78% corresponden a motorizaciones diesel. Veremos si la conciencia ecológica es cuestión o no del bolsillo.