Rejuvenecido
Hace unos meses mi compañero Jaume Gustems os ofrecía una videoprueba muy completa del nuevo Hyundai i20 que podéis ver en este enlace: Prueba Hyundai i20. En ella se puede apreciar claramente el salto cualitativo que ha experimentado la marca coreana, el cual está aplicando en sus nuevos modelos ofreciendo al cliente un producto mucho más acorde con las exigencias europeas.
El i20 –a secas- es un 5 puertas con claro enfoque hacia el apartado funcional. Sin embargo, el i20 Coupé en el que hoy centramos esta prueba se decanta por una apuesta estética mucho más deportiva destinada a captar la atención de un público más joven.
Los coches del segmento B son, por lo general, la opción elegida por los conductores noveles que buscan su primer coche, pero también son elegidos como segundo coche en la familia o simplemente para aquél que no precise demasiado espacio en su día a día. Visto esto, parece que la opción del i20 Coupé, un coche menos funcional que su hermano de 5 puertas, sí, pero más deportivo, encaja a la perfección dentro de este grupo de automóviles.
En este grupo no está solo, ni mucho menos, sino que se engloba en uno de los segmentos más abarrotados, donde prácticamente la totalidad de las marcas sitúan al menos uno de sus modelos. Así pues, el i20 Coupé tiene como principales rivales el Alfa MiTo, el Fiat Punto, Ford Fiesta, Kia Rio, Opel Corsa, Peugeot 208, Seat Ibiza SC, Suzuki Swift, Toyota Yaris y el Volkswagen Polo, todos ellos en sus versiones de tres puertas. Muchos de ellos también tienen variantes con cinco puertas y otros que no he citado, como el Renault Clio o el Lancia Ypsilon por ejemplo, tratan de esconder las dos puertas traseras con el tirador escondido en el marco de la ventanilla.
Lo primero es la estética
Convencer al público joven no es fácil. Es sabida la preferencia del éste grupo por los coches de tres puertas, que generalmente expresan mayor dinamismo al ofrecer una parte trasera más limpia sin dos puertas que rompan con la armonía. El i20 Coupé no las tiene, un punto a favor, pero además va un paso más allá para diferenciarse de su hermano de cinco.
Los cambios respecto a éste empiezan delante, donde podemos ver un frontal mucho más agresivo. La parrilla parece más grande, pero si nos fijamos bien es prácticamente la misma que la del i20 normal, solo que se le ha dado la vuelta y se han instalado lamas horizontales en vez del enrejado. Con este cambio se consigue un mayor impacto visual que ensancha el morro. Este cambio obliga a cambiar el diseño de las luces antiniebla y a modificar ligeramente el extremo anterior de los faros.
La vista lateral nos revela más cambios de los esperados. Los montantes delantero, central y trasero son diferentes a los del modelo de cinco puertas, destacando especialmente el último mencionado. El panel de la carrocería que baja desde el techo es mucho más ancho y reduce en gran medida la superficie acristalada. En su parte inferior añade una línea negra para recurrir al cada día más clásico efecto de techo flotante.
La zaga también recibe un nuevo enfoque con nuevos grupos ópticos, un paragolpes de nueva factura y un spoiler de techo de mayores dimensiones. Por cierto, las llantas de aleación de 17 pulgadas también son exclusivas para el i20 Coupé.
En el interior apenas hay cambios respecto al cinco puertas, lógico. El salpicadero es el mismo, el volante, la consola, los mandos… no hay cambios, salvo la opción de decorar los asientos con una tonalidad bicolor negra y naranja que en este caso queda a juego con el color “Tangerine Orange” que exhibe nuestra unidad de pruebas en el exterior.
Un gadget curioso y que realmente cumple su función a las mil maravillas es un pequeño brazo situado en el pilar central que acerca el cinturón de seguridad para que no debamos contorsionarnos para llegar a alcanzarlo.
Buena habitabilidad en formato reducido
Las cotas exteriores son prácticamente las mismas que las del i20 de cinco puertas: mide 4,05 metros de largo (1 centímetro más), 1,73 metros de ancho y cuenta con la misma batalla de 2,57 metros. Donde sí hay cambios evidentes es en la altura. La forma cupé de este modelo rebaja la altura total en 2,5 centímetros cifrándola en 1,45 metros.
Este cambio ha obligado a inclinar ligeramente el parabrisas y acortar un poco los dos pilares restantes. El resultado es un coche más esbelto y con un fuerte toque dinámico que personalmente pienso que le queda muy bien.
En el interior el ambiente es muy agradable. El diseño del salpicadero, sin demasiados detalles que destacar, es cierto, tiene un nivel de calidad superior respecto al que se exhibía en la anterior generación.
Los marcos de los aireadores laterales en naranja, así como parte del pomo del cambio de marchas y la comentada tonalidad bicolor de los asientos le otorga un punto de colorido a un interior predominado por el negro.
En la consola central destaca la pantalla táctil de grandes dimensiones con la que podremos manejar diferentes aspectos del sistema de infoentretenimiento como el audio, las llamadas en manos libres o la navegación, aunque este último no pude comprobarlo al no estar insertada la tarjeta SD con los mapas.
El volante tiene un tacto agradable y a través de él podemos ver un cuadro de instrumentos bastante clásico, con los dos marcadores analógicos en forma circular y una pequeña pantalla TFT en el centro que destaca por su buena visibilidad y por ser a color.
Pese a contar con tamaño relativamente pequeño, la gente de Hyundai ha sabido sacarle muy buen partido a la habitabilidad interior. En las plazas delanteras la anchura para los ocupantes es notable tanto en espacio para las piernas como a la altura de los hombros. Los asientos también son muy cómodos e invitan a realizar alguna escapada de varios kilómetros con un buen confort.
Atrás lógicamente el espacio para los pasajeros se ve reducido en cuanto a la altura para la cabeza. La marcada caída del techo hacia atrás resta unos valiosos centímetros que sí ofrece su hermano de cinco puertas. Si no fuese por este detalle dos adultos de estatura media-alta podrían acomodarse en sus dos asientos laterales bien marcados, porque la anchura es buena y el espacio para las piernas no está nada mal.
Como de costumbre en este segmento, la plaza central queda reservada para un uso esporádico, y más en este caso que la altura del techo condiciona totalmente su utilización.
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El último apartado a comentar en cuanto a la habitabilidad es el del maletero. Lo he dejado para el final a propósito porque me parece uno de los mejores que he podido ver en este tipo de coches. Consigue 10 litros adicionales frente al i20 de cinco puertas, así que nos ofrece la posibilidad de cargar hasta 336 litros con las cinco plazas en su posición original. Si se abaten los respaldos (en proporción 60/40) la capacidad aumenta hasta los 1.042 litros adicionales con un piso que, eso sí, no queda totalmente plano.
Un atmosférico a la vieja usanza
Me gustan los atmosféricos, sí, pero no como éste. Debo reconocer que este motor de gasolina me ha decepcionado completamente. Antes de valorar profundamente el porqué de la cuestión saquemos a la luz sus características.
Se trata de un motor de cuatro cilindros de inyección indirecta, como los antiguos, con una cilindrada de 1.368 cc (1.4) que eroga 100 CV de potencia a 6.000 rpm y 134 Nm de par a 3.500 vueltas. Según su ficha técnica obtiene un consumo combinado de 5,5 l/100 km y emite unas emisiones de CO2 de 127 g/km.
Durante esta semana de pruebas el registro de consumo obtenido dista ligeramente del que homologa el fabricante. Los 5,5 l/100 km que debería registrar se han transformado en prácticamente dos litros más para un total de 7,3 l/100 km.
La explicación del porque es bien sencilla. Este motor pide que se lleve alto de vueltas, lógicamente, para lograr sacarle algo de jugo. Por debajo de las 3.000 vueltas está literalmente muerto, y empieza a despertar bien pasadas las 5.000. Eso de circular a punta de gas a un régimen bajo de revoluciones para ahorrar no va con la filosofía de este motor Kappa.
Los 100 CV sólo se encuentran en la parte más alta del régimen (6.000 rpm), limitando su rango de utilización y procediendo a aumentar las vibraciones y la sonoridad. A medio régimen la respuesta llega a ser aceptable, pero la entrega extremadamente lineal del propulsor nos hace pensar que podríamos estar conduciendo tranquilamente un coche con 30 o 40 CV menos.
Hyundai ya ha informado que durante este 2015 llegará un nuevo motor de 1.0 litros y tres cilindros con turbo para mejorar la eficiencia y el placer de conducción. Este motor, denominado T-GDI, estará disponible con dos potencias: 100 y 120 CV, por lo que con total seguridad el motor Kappa 1.4 de 100 CV que estamos probando será jubilado en breve.
Comportamiento intachable
Dejando un poco de lado las pocas sensaciones que me ha transmitido el motor, lo cierto es que la dinámica de conducción que ofrece este i20 Coupé es toda una delicia. Presenta un chasis con una puesta a punto muy lograda, donde todos los elementos que lo conforman cumplen con creces lo que se espera de ellos.
Las suspensiones se muestran muy agradables y sin presentar una orientación clara hacia la conducción sport logran sujetar bien la carrocería en carretera de curvas y un aplomo considerable al circular rápido por autopista o autovía.
La dirección se percibe algo blanda pero regula muy bien su dureza a altas velocidades, aunque también es cierto que el guiado no es extremadamente preciso. Al volante la visibilidad de la carretera es buena y transmite una cierta sensación de estar conduciendo un coche de un segmento superior; un compacto por ejemplo.
El tacto de los pedales es un poco singular y habrá que acostumbrarse al principio sobre todo con el mínimo recorrido que presenta el embrague. Apenas un par de centímetros, como aquél que dice, separan de tener la transmisión embragada a desembragada, y las salidas desde parado o en cuesta requieren de un buen tacto con el pie izquierdo. Como todo, con unas horas de práctica se soluciona.
Es un coche muy agradable de llevar ideal para el día a día u para alguna escapada de fin de semana. Con él se puede viajar a gusto gracias a una insonorización interior muy buena. El sonido del motor que se percibe es mínimo y sólo el aire que golpea los retrovisores provoca algún decibelio extra.
Las seis relaciones que presenta la caja de cambios son todo un acierto, con un escalonamiento excelente y un tacto intachable. Pero volvemos a lo de antes, el motor, que nos obliga a usar más de la cuenta las marchas.
Y por último cabe mencionar que monta frenos de disco en las cuatro ruedas que le ofrece una frenada contundente. Se trata de un caso que no es tan usual como parece a primera vista ya que muchos de los automóviles que conforman este segmento siguen montando freno de tambor en las ruedas traseras.
Desmárcate del resto
Ya no hay excusa, el Hyundai i20 está a la altura de los grandes generalistas del segmento B. El salto cualitativo que ha experimentado la marca coreana posiciona a su utilitario prácticamente al nivel de los más vendidos.
El cliente que busca este tipo de coches ahora cuenta con una nueva opción que nada tiene que envidiar a los modelos que todos conocemos y que acaparan prácticamente todo el grueso de ventas. Hablamos del Ibiza, el Corsa, el 208, el Fiesta, el Clio, el Polo, etc…
Por precio se encuentra a la par con sus rivales, y por equipamiento también. Al i20 Coupé de nuestra prueba no le faltaba prácticamente de nada: pantalla táctil con navegador, arranque sin llave, climatizador, techo de cristal practicable, volante multifunción, Bluetooth, dos tomas de corriente más dos conectores externos (Aux y USB), retrovisor fotosensible, sensores de aparcamiento traseros, rueda de repuesto de tipo galleta, doble fondo en el maletero, avisador de mantenimiento del carril, sensor de luces y lluvia, control de crucero, luces antiniebla, llantas de aleación de 17 pulgadas y cristales traseros oscurecidos, por cirtar algunos.
Esta variante tiene un precio de 17.950 euros(+350 € pintura), sin embargo actualmente la marca coreana ofrece hasta cuatro descuentos: 1.707 euros de promoción del mes, 1.693 euros del Plan PIVE, 755 euros si eres propietario de un Hyundai (el descuento del PIVE y el de poseer otro Hyundai no son acumulables) y 1.400 euros del descuento de financiación con Santader Consumer. De tal forma que si cumplimos todos los requisitos esta misma unidad se nos queda en 13.500 euros eligiendo la oferta con el Plan PIVE o en 14.438 euros en el caso de contar con un Hyundai en posesión. No está nada mal.
Creía que el 1.4 era un motor gamma, el kappa es el 1.2
#116 el 1.4 es kappa desde el año pasado