No es el primer modelo que cuenta con una "tercera puerta". Antes del Veloster, esta solución fue adoptada por el Mazda RX-8 de motor rotativo -un coche bastante "único"- y más recientemente por el MINI Clubman, un modelo no menos peculiar y "distinto" a todos los demás. En estos dos casos, la apertura era en el sentido inverso a las delanteras y el tamaño, mucho menor, mientras que en el caso del Veloster se articula del mismo modo que las otras dos y las medidas son más parecidas. Visito lo visto, es un recurso conocido aunque muy poco habitual reservado a coches con una personalidad muy marcada y que reflejan una voluntad de diferenciación acentuada. Sin duda, su peculiar configuración es lo que más destaca a primera vista junto con su imaginativo diseño exterior y sus formas redondeadas y rotundas. Otros rasgos característicos de este modelo, que rebosa atrevimiento y originalidad, son un equipamiento bastante completo y una conducción deportiva y dinámica que proporciona un buen grado de diversión al volante por un precio razonable en las versiones básicas, aunque la fórmula presenta un desequilibrio en lo referido al motor. Los 140 CV de su motor 1.6 de gasolina se antojan claramente insuficientes para lo que el chasis puede "tolerar" y para proporcionar las reacciones esperadas de un cupé deportivo con semejante línea exterior.
Diseño
Un planteamiento tan audaz y valiente sólo puede dirigirse al público más joven, que busca factores de diferenciación para desmarcarse y está abierto a propuestas rompedoras. Para los más inconformistas, para los que no desean pasar desapercibidos, y para los que otorgan al componente emocional del diseño una gran trascendencia, el Veloster puede ser el coche que les defina. El frontal es innegablemente agresivo, por las formas de sus ópticas y la gran toma de aire delantera, mientras que la trasera es, si cabe, aún más impactante con una generosa luneta trasera dividida en dos secciones, los pilotos de gran tamaño elevados sobre los hombros, un parachoques muy sobredimensionado, el gran portón de boca alta o las dos salidas de escape centrales. Un detalle que persigue estilizar el conjunto es que el tirador de apertura de la puerta posterior, en el lado derecho de la carrocería, está integrado en el marco de la ventanilla y queda completamente oculto para que no "rompa" el perfil lateral y que parezca un cupé "clásico".
Habitabilidad
La disposición de una única puerta en el lado del conductor -de tamaño más generoso- y dos en el lado del acompañante, más pequeñas y separadas por un pilar muy retrasado, pretende facilitar el acceso a las dos plazas posteriores. De esta forma, se "mantiene" el formato convencional de un cupé sin desvirtuar demasiado su línea, pero a la vez se mejora la funcionalidad para el uso diario, algo que sus rivales con dos sólo puertas -como el Peugeot RCZ, el VW Scirocco o incluso el Honda CR-Z- no pueden ofrecer. El espacio del que disponen los ocupantes de atrás viene condicionado por el diseño descendente de la línea del techo, que otorga poco espacio para las cabezas y las piernas. En cuanto a dimensiones, mide 4,22 m de largo y su maletero permite alojar 320 litros de carga, un valor aceptable, aunque la boca, al quedar tan elevada respecto al suelo, dificulta la introducción de los bultos más pesados. La presentación interior está bastante cuidada y va en la línea del exterior, es decir, formas muy trabajadas para que resulte original y audaz, con la consola central y los radios del volante dibujando formas en V. Mucho diseño con algunos componentes de destacable calidad, como los pedales de aluminio, unos asientos envolventes y cómodos y un volante de tacto agradable.
Mecánica
Es el elemento que más "desentona" del coche. El único motor disponible para este modelo es un 1.6 GDI de gasolina de cuatro cilindros y que rinde 140 CV de potencia, aunque la sensación real al volante no parece corresponderse con la cifra oficial. Para un planteamiento tan decididamente deportivo, este bloque no alcanza el rendimiento que debería, quedándose claramente corto en potencia. Además, si a ello sumamos unas relaciones con un escalonamiento inadecuado y demasiado largas de su cambio manual de seis velocidades, el resultado no es el esperado a nivel de prestaciones. Para gozar de la aceleración y la recuperación óptima, es preciso recurrir a un trabajo bastante intensivo sobre la palanca y hacer girar al motor siempre en la zona alta, con lo que las cifras de consumo se resienten al final, pese a contar en el acabado S de la prueba con sistema de parada y arranque automático para ahorrar combustible.
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Comportamiento
Sea como sea, su chasis está muy por encima del motor. Muy bien reglado y puesto a punto, el Veloster demuestra su agilidad y transmite un comportamiento francamente bueno. Se muestra preciso en sus movimientos y noble en las reacciones, es estable y balancea poco en curva, mientras que en recta evidencia un notable aplomo. La dirección asistida eléctrica que equipa lo dota, asimismo, de un tacto óptimo y de la rapidez deseada. Todo ello lo habilita para desplegar una conducción dinámica y deportiva francamente divertida, que se vería notablemente mejorada con un propulsor con algo más de garra.
Seguridad
El Hyundai Veloster Sport S ensayado viene equipado con el sistema VSM (Vehicle Stability Management) que actúa sobre el control de estabilidad y la dirección asistida, seis airbags, programador de velocidad, luces diurnas con Leds, cámara trasera y sensores de aparcamiento, además de navegador con pantalla táctil, llantas de 18 pulgadas con neumáticos 215/40 de bajo perfil, sistema Stop&Go, climatizador, arranque sin llave, asientos eléctricos tapizados en piel, etc.
Valoración final
Con un diseño rebosante de originalidad y atractivo, una gama de colores intensos, un completo equipamiento, y un estilo netamente deportivo pero no exento de una cierta comodidad y polivalencia gracias a un acceso a las plazas traseras más práctico que los modelos de dos puertas, el Veloster puede seducir y convencer a un perfil de público que cada vez dispone de menos alternativas de este tipo a un precio medio, aunque la apuesta no deja de ser arriesgada y audaz. Los 28.990 euros que cuesta la variante superior ensayada plantean un serio interrogante a la hora de confrontarlo con otros contrincantes, quizás menos agresivos estética y conceptualmente.
Mal gusto porque porque es un Hyundai no he visto ningún coche alemán que sea tan atractivo como el Veloster,hablando de compactos.