Jaguar XKR Convertible
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Para atarlo en corto

Rodar a cielo abierto a lomos de un deportivo de 510 caballos es toda una sensación al alcance de unos pocos afortunados. En esa ocasión probamos la rejuvenecida versión R del más emblemático cabrio de Jaguar, cuyos cambios introducidos en su nuevo motor turboalimentado V8, transmisión y suspensión auguran un disfrute al máximo de sus cualidades. No estamos ante un cabrio cualquiera sino ante uno de los más prestacionales y potentes del mercado ¡Acompáñanos en este refrescante viaje y disfruta!

Su exuberante figura aúna elementos clásicos con toques de modernidad reflejados en las voluptuosas curvas de la zaga. Mientras en el frontal muestra los elementos que siempre han caracterizado a la marca del gato como el larguísimo morro, los agresivos grupos ópticos y la inconfundible parrilla. Elementos a los que añade la nueva versión estrenada el mes de marzo las nuevas tomas de aire laterales pintadas en el mismo color de la carrocería, así como los retrovisores exteriores con los intermitentes integrados en posición lateral. La versión R magnifica este peculiar estilo británico - que recuerda a los Aston Martin - con las agresivas oberturas en el capó para incrementar la refrigeración del motor, el escape de doble sección, las descomunales llantas de 20 pulgadas y la sobredimensionada parrilla inferior y superior cromada. Cromados que también luce en el listón del portón trasero y el contorno de la chapa cuando se encuentra descapotado. Si nos fijamos bien observaremos que el XKR cuenta con un techo de lona fabricado en tres capas de tejido, cuya capa intermedia se encuentra realizada en un tejido impermeable como es el Thinsulate 3M. El accionamiento del mecanismo, ya sea para desplegar o plegar la capota se completa en unos 18 segundos pudiéndose efectuar con el automóvil en marcha siempre y cuando no superemos los 16 km/h. El aislamiento de la capota es más que satisfactorio como para no echar de menos un techo rígido.

Tras cruzar el umbral de la puerta encontramos un habitáculo en configuración 2+2, aunque con distinto confort. Me explico, delante disfrutamos de unos confortables asientos envolventes con regulación eléctrica donde nuestro cuerpo no notará el paso de los kilómetros durante un largo viaje. Sin embargo detrás, mejor no viajar en el caso de que sean dos adultos, pues parecen más indicadas para dos niños de corta edad dado el escaso especio que disponemos para las piernas y la altura para la cabeza con la capota plegada. El hueco destinado para la carga, ubicado nada más abrir el portón trasero, con una capacidad de 330 litros queda por debajo de sus más directos rivales tales como el M6 de BMW y algo menos que el SL 65 AMG de Mercedes-Benz con 450 y 339 litros, respectivamente. Además su escasa altura del piso y enorme fondo condiciona a la hora de adentrar la carga en el mismo.

La nueva versión felina del XKR continúa encontrándose animada por un V8, aunque ahora incrementa su capacidad de los 4.2 a los 5.0 litros. Además ahora dispone de inyección directa de combustible, sistema de admisión y distribución variable controlados electrónicamente, así como un nuevo compresor Eaton, que aparte de caminar ya por la sexta generación es en el modelo actual un 20 por ciento más eficiente. Gracias a esto no sólo se logra que el nuevo motor incremente su potencia en 100 caballos hasta alcanzar los 510 caballos de potencia sino que su par también aumente en casi 8 Nm hasta situarse en 625 Nm a 2.500 rpm. Hasta aquí la teoría, una vez metidos en faena y nada más arrancar se produce una auténtica sinfonía celestial a base de notas metálicas, que son emitidas a través de sus escapes al ritmo de endiablados bramidos. Basta pisar a fondo el acelerador para que su embriagador sonido embauque tus tímpanos hasta hipnotizar tus sentidos. El nuevo propulsor tiene tal descomunal patada y empuja con tanta fuerza desde abajo, que deja a su poderoso antecesor V8 de 4.2 litros a la altura de los "pies de los caballos". Si aquel respondía de forma contundente al acelerador, este te deja pegado al asiento, como si formaras parte del habitáculo. Tanto es así, que a veces nos cuesta dosificar el acelerador con el pié pareciendo como si este brutal cabrio se nos quisiera desbocar. ¡Qué decir tiene cuando pisamos con ganas pie a fondo e insertamos las marchas de su cambio automático con convertidor de par de seis velocidades! Parece que nuestros ojos quieren salir de las órbitas, las marchas se acaban rápidamente y el V8 va ganando velocidad a un ritmo pasmoso, que parece dejarte sin aliento. Dicho cambio, que cuenta además con levas situadas en la columna de la dirección se ha visto retocada su gestión con el objetivo de optimizar su manejo. De tal manera que ofrece dos modos de funcionamiento. "Drive" y "Sport", éste último permite en mayor medida estirar las marchas hasta el corte. Es tan permisivo que acelera en mayor medida la respuesta del motor, aparte de endurecer la amortiguación. Como suele ocurrir en este tipo de deportivos el consumo es directamente proporcional a las sensaciones percibidas, salvo que en este caso nos ha salido algo sediento. Basta comentar que si a lo largo de la prueba reflejaba una media de 14,6 litros desenvolviéndonos por carreteras de montaña, autovía y ciudad, en una conducción deportiva este ascendía a los 23,1 litros. Tampoco en ciudad se andaba con contemplaciones al marcar 17,4 litros.

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En carretera el XKR parece dar la sensación de estar rodando mucho más despacio de los que indica su velocímetro, pues este deportivo va tan asentado y aplomado, que transmite en todo momento gratificantes sensaciones al volante. Aunque para que el XKR se convierta en todo un purasangre deportivo se han realizado convenientes retoques en el bastidor. En la suspensión se han sustituido los muelles por otros un 30 por ciento más enérgicos y se han acoplado amortiguadores Bilstein activos, que se endurecen cuando escogemos el modo deportivo o "Sport" - como ya hemos señalado a la hora de hablar sobre el cambio -. Con el objetivo de ganar una mayor motricidad y mayor disfrute al volante, el XKR cuenta con un autoblocante activo de control electrónico, cuyo diferencial de deslizamiento limitado combina su acción con los correspondientes controles de tracción y de estabilidad. Dicho control de estabilidad determinado bajo las siglas DSC ofrece un modo más dinámico denominado "Trac" en el que permite ciertos deslizamientos de la zaga, aunque los excesos que provoquemos a la hora de abrir gas se corrigen automáticamente. Los más experimentados al volante pueden desconectar los mencionados controles de tracción y de estabilidad, aunque ¡cuidado! ya que es mucha la caballería a controlar y hay que afinar, y mucho con el acelerador y el contravolante para no romper los límites de la adherencia con tanta potencia y par. Si bien una vez que la zaga se desboca provoca unas reacciones nobles y previsibles.

Equipado Los frenos han sido convenientemente puestos al día para adaptarse a las nuevas características de este modelo con la monta de discos delanteros ventilados delante y detrás de 379 y 375 mm - en lugar de los 355 y 326 mm, que montaba la anterior generación -. Estos no sólo resultan más eficientes sino que aguantan con entereza la resistencia al sobrecalentamiento teniendo en cuenta el peso del conjunto que con casi dos toneladas no es para nada ligero. Ni siquiera el esponjoso tacto de pedal ensombrece una nota ya de por sí positiva a tenor de su comportamiento. En el capítulo de la seguridad en el que nos encontramos, el nuevo XKR incorpora ahora nuevos elementos de serie como el sistema de frenadas de emergencia, así como un sistema de protección contra peatones, que en caso de impacto actúa en sólo 30 milisegundos elevando el capó unos 17 centímetros. Además sus paragolpes con absorción de energía contribuyen a reducir las lesiones de la pierna de los peatones en caso de atropello. Nuestra unidad de pruebas añade a este equipamiento un programador de velocidad activo, que se sirve como parte del equipamiento opcional y que permite mantener una velocidad constante e incluso disminuirla con el vehículo que le precede.

La nueva criatura de Jaguar podemos tildarla de "chapeau" pues aporta unas sensaciones placenteras y desbordantes a cielo abierto, gracias a que cuenta con todo el arsenal tecnológico necesario para plantar cara a los afamados deportivos germanos. Todo ello sin perder un ápice de encanto visual o de confort interior. Un deportivo en el más estricto sentido de la palabra, que te traslada a otra dimensión tanto en espacio como en el tiempo... aún sueño con las deliciosas derrapadas que me brindaba a su volante.

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deportividad , elegancia , belleza , sin palabras.