Actualización.- Incorporamos a este artículo la videoprueba que mi compañero Juan Carlos Grande nos ha traído desde Marruecos. Hasta allí nos fuimos con esta misma unidad del Jeep Compass, a cuyo volante recorrimos 5.000 km por carreteras, senderos y desiertos del hermoso país norteafricano.
7/5/2018.- Probamos la segunda generación del SUV compacto de la marca americana. Un modelo que dejó de venderse en Europa hace unos tres años y que la firma recupera, totalmente renovado, para volver a atacar al segmento C-SUV, uno de los más de moda en la actualidad. Para comprobar cuánto ha mejorado, tenemos una unidad de pruebas equipada con el motor diésel de 140 CV, con cambio automático, tracción a las cuatro ruedas y el nivel de acabado Limited, el más completo.
Jeep no podía permitirse el no ofrecer un modelo a medio camino entre el Renegade y el Cherokee. Más aún cuando hace unos años ya lo ofertaba. Hablamos del Compass, el SUV compacto que Jeep dejó de fabricar hace tres años y que ahora recupera en su segunda generación con muchísimos cambios y mejoras respecto a su predecesor. Sólo hay que ver su nueva estampa, mucho más potente y más “todoterreno”, inspirada claramente en las líneas el Grand Cherokee.
Está fabricado sobre la misma plataforma que el Jeep Renegade pero ésta ha sido adaptada para adecuarse a las cotas más grandes que presenta el SUV compacto. El Compass mide 4,39 metros de longitud, 1,82 m de anchura, 1,64 de altura y presenta una distancia entre ejes de 2,64 metros. Con esta medidas, entra de lleno a competir con los grandes “cocos” del segmento como el Nissan Qashqai, Seat Ateca, Hyundai Tucson, Kia Sportage, Renault Kadjar o el Mitsubishi ASX entre muchos otros.
Este “pequeño Gran Cherokee” consigue transmitir una imagen mucho más sólida que la del modelo anterior. Un modelo que llegó a venderse relativamente bien durante sus primeros meses pero que poco a poco cayó en el olvido por su precio excesivo y por un diseño cuanto menos cuestionable. Aunque para gustos, colores.
El nuevo Compass hereda la característica parrilla de Jeep con siete lamas verticales en el frontal y situada en una posición bien alta. El paragolpes ofrece sensación de robustez a una parte delantera muy a la americana, con una fuerte presencia.
Visto de costado destacan por encima de todo los característicos pasos de rueda rectos, similares a los que ya ofrecía la generación anterior. Una línea de cintura alta y unas formas bastante rectas son las señas de identidad del nuevo Compass. Con el nivel de acabado Limited, el de esta unidad de pruebas, estas llantas de 18 pulgadas forman parte del acabado de serie y se puede elegir el techo en contraste como el de esta unidad.
La vista trasera también gana enteros respecto al anterior gracias a un diseño más trabajado y proporcionado. Los pilotos pueden incorporar tecnología LED según el nivel de acabado y el portón trasero también ofrece apertura eléctrica en opción.
Cuando te subes por primera vez al Compass tienes la sensación de que eso ya lo habías visto antes. Me refiero a que el habitáculo de este Jeep comparte diseño y algunos elementos decorativos que ya habíamos visto en otros modelos, como en el Cherokee o el Gran Cherokee.
El marco de forma trapezoidal y acabado en negro piano que envuelve el sistema de infoentretenimiento en ya un clásico de la familia Jeep. El sistema multimedia Uconnect añade una pantalla táctil de 5, 7 o 8,4 pulgadas según el nivel de acabado. En este caso y al tratarse de la versión Limited nos encontramos con la pantalla grande.
El sistema Uconnect resulta fácil de utilizar pero es algo lento de procesamiento. Nos ofrece algunas opciones como la navegación, el audio en streaming desde nuestro teléfono mediante Bluetooth, llamadas, información relativa a la conducción 4x4 (Jeep Skills) en los modelos Limited y Trailhawk o conectividad mediante Android Auto o Apple CarPlay.
El salpicadero está fabricado de una sola pieza y se encuentra forrado con una tipo de goma con un ligero mullido para mejorar la sensación al tacto. El resto de elementos son de plástico duro, tanto los decorativos de las salidas de los aireadores como los de las puertas o la zona baja del salpicadero. La sensación que ofrece es que está bien acabado pero algunos de estos plásticos de tacto duro podrían estar mejor acabados.
El volante de tres radios ofrece un tacto muy bueno gracias al generoso grosor de todo el aro. Por su parte, los botones que incorpora para gestionar todo el menú del cuadro de instrumentos están situados en una posición perfecta y son fáciles de gestionar sin desviar la vista de la carretera una vez nos aprendemos su posición.
Los asientos me han gustado bastante tanto por sus formas bien contorneadas y envolventes que recogen a la perfección el cuerpo, como por el grado de mullido y confort que ofrecen ante largos viajes. La postura de conducción es bastante recta, más similar a la de un todoterreno que a la de un turismo, pero resulta agradable tras varias horas al volante.
Las plaza traseras sorprenden por la distancia para las piernas disponible que permite que adultos de cualquier estatura pueden viajar confortablemente en cualquiera de las dos plazas laterales. La altura para la cabeza tampoco será un problema en este sentido. La plaza central es de las que se puede utilizar. La forma de la banqueta permite acomodar a un tercer acompañante sin problemas y el respaldo central, pese a contar con el típico apoyabrazos desplegable, no es tan incómodo como en otros coches.
También hay que remarcar que la apertura de las puertas traseras no es demasiado generosa y las mismas puertas resultan un poco pequeñas. En este sentido, el acceso a la segunda fila es un poco justo.
El maletero se conforma con unos aceptables 438 litros de capacidad, algo por debajo de lo que ofrecen algunos de sus rivales en este segmento. Tampoco destaca por ofrecer un espacio de carga demasiado cúbico ya que los pasos de rueda laterales estorban bastante si vamos a colocar bultos de gran tamaño. Sí es de agradecer la posibilidad de situar el piso en dos alturas para aumentar o distribuir mejor la carga. El maletero ofrece, además, dos ganchos para colgar bolsas y unas argollas para fijar una red de carga.
Un motor adecuado pero un poco "gastón"
La unidad de pruebas que nos ha cedido Jeep, está animada por la que posiblemente sea la mecánica más demandada en este vehículo. Bajo el capó encontramos el motor diésel MultiJet II de 2.0 litros de cilindrada, 140 CV y 350 Nm de par máximo a partir de las 1.750 rpm. Este propulsor puede asociarse a una caja de cambios manual o a una automática de 9 relaciones como la que montaba nuestro coche. Además, también equipa tracción a las cuatro ruedas de serie.
Según su ficha técnica acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 190 km/h. En cuanto al consumo medio homologa unos interesantes 5,7 l/100 que en el día a día se transforman en 8 litros de media real si no tenemos cuidado con el acelerador.
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Tal y como está configurado pesa más de 1.600 kg y eso hace que el consumo se resienta. El cambio automático de 9 relaciones es de tipo convertidor de par y su funcionamiento es correcto, sin más. No me ha gustado demasiado la velocidad de gestión a la hora de reducir marchas cuando se lo exigimos hundiendo el pedal del acelerador. Tampoco es tan suave engranando las marchas superiores como uno esperaría.
El sistema de tracción 4x4 Jeep Active Drive viene de serie. Se trata de un sistema de tracción a las cuatro ruedas permanente capaz de enviar el 100% del par disponible a cualquier rueda cuando sea necesario. Este sistema, además, ofrece cuatro programas prefijados: Auto, Snow, Sand y Mud, seleccionables mediante un dial giratorio situado junto al pomo del cambio.
Cuenta con el eje trasero desconectable con el fin de proporcionar un mayor ahorro de combustible y es capaz de conectarlo automáticamente en milésimas de segundo cuando detecta pérdidas de tracción. También se puede bloquear la tracción a las cuatro ruedas presionando el botón 4WD Lock para garantizar el máximo agarre posible.
La definición correcta de SUV
El Jeep Compass es de esos SUV de verdad. Un vehículo con un comportamiento más cercano al de un todoterreno que al de un compacto. Es en toda regla un "Sport Utility Vehícle" con el que adentrarse en la montaña con ciertas garantias es posible. Es un coche relativamente pesado, con una altura libre al suelo que no está nada mal y unas suspensiones bastante blandas capaces de filtrar bien todas las irregularidades que nos vayamos encontrando en la calzada. Es, por lo tanto, un coche muy cómodo para viajar por autopista pero un poco torpe a la hora de enlazar curvas en una revirada carretera de montaña.
La dirección es algo lenta y tampoco demasiado precisa, y los pronunciados balanceos de la carrocería hacen que le cueste entrar al principio de la curva. Por otro lado, la estabilidad es bastante buena y el sistema de tracción gestiona muy bien el reparto del par entre las ruedas para evitar pérdidas de tracción.
En vías rápidas se percibe como un coche muy cómodo para realizar largos desplazamientos. La suavidad de marcha y el confort que ofrecen las suspensiones se agradece cuando vamos a estar varias horas al volante.
El nuevo Jeep Compass ha mejorado en términos de insonorización interior. Ahora es un coche mucho más silencioso tanto del ruido exterior como del propio que nos llega desde el motor. Un motor que en frio ofrece algunas vibraciones pero que cuando coge temperatura apenas se percibe.
Siguiendo con el propulsor, lo cierto es que este MultiJet II de 140 CV no me ha acabado de convencer todo lo que debería. Primero por el consumo, bastante elevado en el día a día que hace que nos vayamos hasta prácticamente los 8 litros de consumo medio, y segundo porque no parece que tenga los 140 CV que dice tener. Tiene unos bajos correctos, nada del otro mundo, pero se estira más bien poco. El rango óptimo de utilización es bastante limitado y eso hace que el cambio automático no pare de trabajar.
Fuera del asfalto la cosa cambia. El Jeep Compass saca a relucir sus buenas aptitudes off-road con un comportamiento en tierra bastante bueno. No llega a la versatilidad de un todoterreno pero, tratándose de un SUV pensado para el asfalto, se desenvuelve bastante bien fuera de este.
Tiene un buen ángulo de salida, no tanto el delantero, pero suficiente para salvar con garantías algunos obstáculos que nos encontremos en el camino. Las suspensiones tienen una cierta extensión para pasar algunas grietas sin problemas y cuando nos atrevemos a atacar algunas zonas de mayor complejidad su sistema de tracción 4x4 se encarga del resto.
Por supuesto, el hándicap de todos estos SUV acostumbra a ser los neumáticos. Éste en concreto montaba unos Bridgestone Dueler HP Sport, un neumático deportivo y de verano, que va bastante bien en asfalto, pero que deja mucho que desear a la hora de circular por tierra. Mi consejo sería calzarle un neumático mixto para mejorar aún más esas buenas aptitudes off-road que tiene y aprovechar al máximo las posibilidades de un SUV, que al fin y al cabo para eso se inventaron, ¿no?...
Precio y equipamiento
El Jeep Compass no es un modelo barato. Su precio arranca en 25.800 euros para el acabado Sport con el motor de gasolina de 120 CV. Se trata de un precio bastante elevado que se extiende hasta los 38.300 euros de nuestro modelo de pruebas, con el nivel de equipamiento Limited, con el motor diésel de 140 CV y el cambio automático.
Es cierto que el coche viene bastante bien equipado, pero también es cierto que, tratándose del acabado más alto hasta la fecha, es difícil comprender que, por ejemplo, el climatizador bi-zona no lo traiga de serie y debamos acudir a un paquete opcional para añadirlo.
El Compass que he probado estaba decorado con la pintura bicolor Blanco Perla y el Techo negro. Las llantas de 18 pulgadas y los asientos de tela y cuero son de serie, pero tanto el climatizador bi-zona como el sistema de audio Beats, o el sistema multimedia Uconnect 8,4" con navegador, Apple CarPlay y Android Auto son parte del Pack Infotainment.
Además, también añade el Pack Winter, que incluye calefacción para los asientos delanteros y el volante; el Pack Cuero, que añade controles eléctricos para los asientos; y el Pack Visibility, que ¡ncorpora faros bi-xenón Smartbeam y retrovisores exteriores con luces de cortesía.
Al final hemos acabado de completar el equipamiento de este Compass que debería ser prácticamente la referencia de toda la gama a base de extras y packs. El coste de los mismos hace que el precio final de este modelo que hemos probado se eleve hasta unos 44.240 euros.
Se trata de una cifra bastante elevada y claramente por encima de la de la mayoría de rivales con los que compite en este segmento C-SUV. Posiblemente sea uno de los mejores fuera del asfalto y el nivel de calidad que ofrece está bastante bien, pero en conjunto me parece un precio demasiado desorbitado para lo que realmente ofrece este Jeep Compass. En mi humilde opinión...
tUDO DE BOM OK