KIA ha dado un gigantesco salto de calidad en la última década y la mejor prueba de ello es este modelo, que puede competir de tú a tú con cualquier rival de su segmento. Primo-hermano del Hyundai ix35, el nuevo Sportage es un automóvil muy sólido al que nos ha costado encontrar defectos. Su diseño exterior entra muy bien por los ojos, y el interior ofrece una gran habitabilidad, un enorme maletero y un acabado bastante conseguido. Sólo se echan en falta algunos detalles prácticos más y una mejor visibilidad trasera. Hemos probado una de las versiones más interesantes de la gama: 2.0 CRDi VGT Drive con tracción delantera (26.500 euros). Con 136 CV, este motor destaca por su agrado de uso, buenas prestaciones y moderados consumos (5,5 l/100 km). Una vez en marcha, el nuevo Sportage ofrece un comportamiento muy satisfactorio y con un cierto toque deportivo. Eso sí, no nos han gustado los neumáticos que monta de serie. El segmento de los todoterreno ligeros o todocamino -en realidad, el Sportage, como la mayoría de sus rivales, apenas está preparado para salir al campo- está más competido que nunca. Y la opción de KIA (que en este modelo ofrece siete años de garantía) es más que interesante.
Diseño
Los fabricantes coreanos han mejorado un mundo en este aspecto y aunque todavía hay pequeños detalles que personalmente no nos gustan (demasiados cromados exteriores), el Sportage presenta una silueta compacta y muy proporcionada que gusta a la gente. En el diseño exterior hay detalles de "coche grande", como las luces de posición con leds, los intermitentes en los retrovisores o las llantas de 17 pulgadas. Y transmite ser más grande y "todoterreno" que, por ejemplo, un Nissan Qashqai o un Mitsubishi ASX.
Sus medidas (4,4 metros de longitud y 2,64 de distancia entre ejes) están a medio camino entre los pequeños de la clase (tipo Qashqai) y los más grandes (tipo Honda CR-V), pero KIA ha sabido aprovecharlas muy bien para conseguir una gran habitabilidad y volumen de carga. La aerodinámica (Cx: 0,37) no es excesivamente brillante; y la visibilidad trasera, tampoco.
Hay que recordar que este modelo es primo-hermano del Hyundai ix35, con el que comparte plataforma y motores. Además de bien diseñada, la carrocería también está bien construida. Emplea acero ligero de alta resistencia en el 72 por ciento de sus componentes, lo que ha permitido ahorrar peso (este modelo pesa 1.533 kilos, menos que sus rivales) y ganar rigidez estructural. Aunque mucha gente no lo sabe, el Sportage está fabricado en Europa, más concretamente en la factoría de Hyundai-KIA tiene en Zilina (Eslovaquia).
Aunque tiene imagen de todocamino, el Sportage no está diseñado para hacer excursiones todoterreno, sino, como mucho, para rodar por pistas en buen estado. Tiene menos recorrido de suspensión y altura libre al suelo que su predecesor, y los bajos no están protegidos para soportar grandes golpes. Las versiones con tracción total no disponen de reductora, aunque las ayudas electrónicas contribuyen a tener una buena tracción y hay disponible un control electrónico de descenso de pendientes.
Habitabilidad
Lo primero que hay que destacar del interior, de diseño moderno y alegre, son sus excelentes cotas de habitabilidad. Las plazas traseras tienen mucho espacio para las piernas, mucha altura y una buena anchura, aunque como en la mayoría de los coches el pasajero central no irá tan cómodo por el diseño del asiento y del cofre central delantero. KIA hubiera rizado el rizo si la banqueta trasera fuera desplazable para poder modular el espacio a nuestro gusto.
Delante, ningún problema de espacio ni de ergonomía. Cualquier conductor puede regularse una posición de conducción perfecta por los reglajes en altura y profundidad del volante y asientos, que presentan generosos recorridos. Los asientos son cómodos y su tapizado (con costuras de color que se extienden por otras partes del habitáculo) parece resistente y sufrido, aunque creemos un coche de esta categoría se merecía unos asientos delanteros un poco más elaborados.
En general, el habitáculo está muy bien acabado y se siente sólido, pero no nos han gustado algunos detalles, como los reflejos en la instrumentación, el tacto de algunos mandos y que los botones del ordenador de viaje sean pequeños y queden poco a mano. Por el contrario, están muy bien los mandos del volante, del equipo de sonido y la climatización. Y hay detalles que se agradecen, como el indicador de cinturones de seguridad abrochados en todas las plazas o la entrada auxiliar y USB. Por último y como decimos en los muchos coches que optan por esta configuración, no nos gusta que el encendido de las luces esté en el mismo mando que la intermitencia.
En cuanto al maletero, KIA declara una cifra récord en el segmento (564 litros ampliables a 1.353 con los asientos traseros abatidos), aunque hay que matizar que las formas de espacio de carga no son regulares por los pasos de rueda traseros y que el plano de carga no es completamente liso. Eso sí, es de agradecer que bajo el plano de carga se aloje una rueda de repuesto "como Dios manda" de medidas convencionales, y no el maldito kit reparapinchazos o una rueda tipo galleta como en otros coches.
Mecánica
La versión que hemos probado monta un bloque de cuatro cilindros diesel de inyección directa, Common Rail, turbo de geometría variable e intercooler. Y la verdad es que es quizás el punto más fuerte de este coche. Lo primero, por su agrado de uso, ya que empuja desde muy abajo (1.200 rpm), entrega la potencia de un modo muy progresivo y suena poco. El tacto del acelerador es rápido y el motor sube de vueltas con alegría, aunque no llega tan arriba como otros diésel que hemos probado.
Los desarrollos del cambio, cortos y muy bien escalonados, y relativamente ligero peso del conjunto, ayudan a transmitir agilidad y a conseguir unas buenas cifras de prestaciones y consumos. Con 136 CV de potencia, el Sportage es de los menos potentes de su categoría. Pero los 319 Nm de par máximo están a buena altura. La inferior potencia se nota un poco en las aceleraciones (10,8 segundos en el 0-100 km/h) respecto a sus rivales, muchos de los cuales bajan de los 10 segundos. Pero las recuperaciones en marchas largas de este KIA son muy buenas.
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Y lo mismo puede decirse de los consumos, con una cifra media homologada de 5,5 litros cada 100 kilómetros. Como siempre, en condiciones reales la media a velocidades legales es de 7,5 litros en carretera y cerca de 10 en ciudad. Son cifras muy buenas para un coche que no recurre, como muchos otros, a unos desarrollos de cambio largos que luego penalizan su agilidad y respuesta.
Comportamiento
En este apartado empezaremos por lo malo: no nos han gustado los neumáticos (Hankook Optimo) que monta de serie este modelo, suponemos que por acuerdos comerciales entre fabricantes coreanos. No es que sean un peligro ni mucho menos, pero proporcionan menos adherencia, sobre todo en mojado, que otros muchos que hemos probado.
Y poco más negativo hay que decir del comportamiento del Sportage, que nos ha gustado mucho por su eficacia y facilidad de conducción. Con unos reglajes de amortiguación más duros que en el ix35 (con quien comparte plataforma), el Sportage se siente ágil en curva lenta para un coche de sus características, aunque evidentemente balancea y cabecea si nos acercamos a sus límites de adherencia. En este sentido sólo notamos que el control de tracción trabaja un poquito más de la cuenta cuando aceleramos en apoyo. La dirección, con 3 vueltas de volante entre topes, no es muy directa; pero transmite buena información y es precisa. En cuanto a los frenos, nada reseñable. Y las ayudas electrónicas funcionan de un modo suave y eficaz.
En autopista es un coche que se siente sólido y aplomado. Y en ciudad, la posición de conducción elevada y las contenidas dimensiones, para tratarse de un todocamino, son buenos aliados. En este ambiente es donde más se nota la mejorable visibilidad trasera y que hay que manotear más para aparcar. Para acabar con este apartado, muchos agradecerán el sistema de ayuda al arranque en rampa (el coche se queda un par de segundos frenado para que podamos acelerar y soltar el embrague sin que se caiga hacia atrás en una cuesta arriba).
Seguridad
Dentro de la seguridad activa, además de un sano comportamiento el Sportage ofrece de serie control de estabilidad y tracción VSM; y frenos con ABS y EBD. En cuanto a la seguridad pasiva, este modelo ha obtenido las cinco estrellas (máxima puntuación) de la EuroNcap. Equipa de serie ocho airbags, reposacabezas delanteros activos y el sistema "Rollover Sensor", que activa los pretensores de los cinturones de seguridad y alerta los airbags laterales y de cortina cuando el coche detecta riesgo de vuelco.
Dentro del equipamiento de confort, lleva de serie luces y limpiaparabrisas automáticos, climatizador bizona, volante de piel con mandos, Bluetooth para teléfono móvil, RadioCD MP3 con seis altavoces, y conexiones AUX y USB. Como opciones, puede montar control de aparcamiento, DVD, cámara de visión trasera, techo solar panorámico y navegador.
Valoración final
El Sportage nos ha dejado un muy buen sabor de boca: es atractivo, muy amplio, se mueve con agilidad y consume poco. Comparándolo en cada uno de sus apartados con los referentes del segmento, no tiene nada que envidiarlos en ningún aspecto. Es de los más grandes, de los que menos gastan, viene muy bien equipado de serie y transmite calidad mecánica y de acabado.
Por todos estos motivos, no busquen en él una ganga. Los fabricantes coreanos quieren competir de tú a tú con japoneses y europeos, y eso se nota en el precio del Sportage, que es atractivo, pero no rompedor. Valoren, eso sí, lo que da de serie y la garantía de siete años que ofrece la marca coreana, algo que dice mucho de la confianza que tienen en sus productos.
Como sucede con sus medidas, el precio de este modelo (26.500 euros) está a medio camino entre los más económicos del segmento como el Nissan Qashqai (desde 22.800 euros con un motor similar); y los más caros, como el Honda CR-V, que supera los 30.000 euros. Eso sí, hay un Ford Kuga o un Toyota RAV4 por un precio similar, pero menos equipados. Y eso, sin olvidar otros modelos que entran en esta pelea (desde un Mitsubishi ASX a un VW Tiguan) y al rival "dentro de casa": el Hyundai ix35, que tiene un carácter más burgués.
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