El Lancia Delta es un turismo compacto de cuatro metros y medio de longitud, caracterizado por una excelente habitabilidad gracias al gran aprovechamiento de su espacio interior. Además de su encomiable confort de marcha, otro de sus puntos fuertes lo encontramos en el diseño, puntal clave en la mayoría de modelos de Lancia, que se mantiene una vez más con este modelo. Su línea, muy lejos ya de aquellos Delta que triunfaban en los rallyes de los 90, ha evolucionado casi hasta dar lugar a un nuevo segmento. Por eso podemos calificar al Delta como único en su especie, pues combina elementos de turismo con otros de berlina e incluso de monovolumen, y todo ello con un diseño elegante y sofisticado que le otorgan un áurea de exclusividad. Su lista de competidores podría incluir vehículos muy dispares entre sí. Entre ellos encontramos el Alfa Romeo Giulietta, el Mazda 3, el Opel Astra o incluso el Audi A3.
Diseño
Lo primero que llama la atención del vehículo es su forma, ya que posee una longitud entre compacto y berlina pero con una altura de carrocería más cercana a la de un monovolumen. La zona delantera está dominada por un vistoso frontal, integrado por una parrilla dividida en dos y copada por líneas verticales cromadas. Dichos cromados, no solamente los veremos en esta zona del automóvil sino que están presentes, de forma sutil, englobando la superficie de las ventanillas y en las carcasas de los retrovisores, entre otros lugares. La versión probada es la denominada Hard Black, que incluye un tratamiento en negro opaco de gran calidad para la carrocería, que necesita más de cuatro horas por vehículo para elaborarse. Pero no toda la carrocería es de color negro opaco. Para contrastar, el techo es negro brillante, lo que le aporta un elegante toque de distinción en la parte superior del vehículo. Si observamos el vehículo en plano lateral, percibiremos que dispone de una línea de cintura ya de por sí elevadam, que va ascendiendo progresivamente hasta la trasera del coche. Mientras tanto, la línea del techo dibuja una caída hacia atrás hasta dar lugar al spoiler superior. En la zaga del vehículo destaca la luna curvada, que nace bajo el spoiler. Los pilotos traseros, formados por un conjunto de diodos LED, se amoldan a la silueta del vehículo consiguiendo remarcar la forma del mismo. En la parte inferior se halla la doble salida de escape cromada que, en lugar de buscar una ubicación preferencial al más puro estilo deportivo, ocupa una posición discreta bajo el paragolpes.
Habitabilidad
El Delta está concebido para disfrutar de los viajes largos, por lo que disfruta de un interior muy amplio. Su altura se traduce en una sensación de espacio que supera a otros compactos de su categoría. El volante cuenta con ajustes en altura y en profundidad pero, a pesar de ello, cuesta un poco encontrar la postura más cómoda para conducir. El mullido del asiento es algo duro y la sujeción lateral podría perfeccionarse. Por lo demás, la accesibilidad a los mandos es sencilla e intuitiva. Al pasar a las plazas traseras, cabe destacar que los respaldos son reclinables y que la banqueta puede desplazarse de forma longitudinal. El espacio para las piernas es muy bueno, incluso si viajan tres pasajeros, el central cuenta con una anchura más que digna para lo que suele ser habitual en el segmento de los compactos. A la hora de cargar bultos en el maletero, el volumen disponible es correcto, de 385 o 465 litros en función de si movemos la segunda fila o no. Pero el diseño limita un poco la boca de carga, que es alta y algo estrecha, lo que dificulta alojar bultos de cierto tamaño. Cabe resaltar la elevada calidad que ofrece el vehículo en el terreno de acabados. La versión que hemos probado (Hard Black), es la tope de gama y dispone de un elegante tapizado de color beige que combina piel y Alcántara generando una agradable sensación de lujo. Los plásticos se caracterizan por un tacto agradable y en el salpicadero encontramos un pespunte que acrecienta la impresión de calidad general.
Mecánica
Ante la gama de motorizaciones que oferta Lancia para el Delta, hemos elegido la 1.8 gasolina de 200 CV para realizar esta prueba. Se trata del bloque más potente de todos y mueve el vehículo con gran soltura casi en cualquier circunstancia. Desde bajas vueltas demuestra una conducta ejemplar en la entrega de par, que se estira hasta la parte alta del cuentarrevoluciones. No en vano, eroga 320 Nm entre 1.400 y 3.750 revoluciones por minuto. La mecánica se asocia a un cambio automático de seis marchas denominado Sportronic. En modo auto, el funcionamiento de la transmisión es muy suave y cambia de marcha de manera muy progresiva. Si lo deseamos, podemos cambiar de velocidad en modo secuencial mediante las levas presentes tras el volante o, directamente, a través de la palanca de cambios. Con el motor 1.8 y cambio automático, el vehículo acelera de 0 a 100 Km/h en 7,4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 230 Km/h. En lo que se refiere al consumo, registra un combinado de 7,8 litros cada 100 Km. Por otro lado, el Lancia también permite variar entre tres programas distintos de funcionamiento teniendo en cuenta el tipo de conducción que preveamos. En circunstancias comunes el vehículo rueda en modo normal pero, si pretendemos realizar una conducción algo más movida, es posible pasar al modo "Sport". De esta manera, tanto la dirección como la caja de cambios y los amortiguadores se regulan automáticamente para ello. El tercer modo se denomina "Winter" y sólo actúa sobre la caja de cambios, suavizando su comportamiento para evitar saltos de marcha bruscos en condiciones invernales.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
Comportamiento
Si Lancia defiende un concepto a capa y espada en este modelo ése es, sin duda, el confort de marcha. Estamos ante un vehículo que proporciona una excelente comodidad, por lo que es un vehículo ideal para devorar kilómetros por autopista. Copia las posibles irregularidades del asfalto con una remarcable efectividad, consiguiendo reducir al máximo su transmisión al interior del habitáculo. La estructura del vehículo se basa en la del Fiat Bravo, aunque alargada. Está integrada por una carrocería monocasco con suspensión independiente tipo McPherson, con resortes helicoidales en el eje delantero y de paralelogramo deformable, en el trasero. El Delta equipa el sistema de suspensión electrónica de amortiguación variable Reactive Suspension System, que modifica el comportamiento de la misma en función de las circunstancias dinámicas de la conducción. Pero hay que tener claro que no estamos ante un coche pensado para una conducción excesivamente animada por carreteras de curvas. En estas circunstancias, el tarado de suspensión se muestra algo blando y da lugar a algún balanceo de la carrocería. Tal aspecto se percibiría algo menos si mejorara la comentada sujeción lateral de los asientos delanteros. Por su parte, la dirección se distingue por transmitir una óptima sensación de control. Esto sucede gracias al Dynamic Steering Torque, un sistema de dirección activa que varía su dureza según el momento.
Seguridad
En el capítulo de la seguridad, el automóvil italiano ofrece ABS, seis airbag, anclajes Isofix y equipa el sistema Absolute Handling System. Éste último se trata de un dispositivo fruto de la evolución del ESP que integra la ayuda de arranque en pendientes, el sistema antideslizamiento ASR, y el MSR, que devuelve par al motor en caso de una reducción brusca de marcha. El vehículo también cuenta con el sistema Driving Advisor, un avisador de cambio de carril involuntario.
Valoración final
En resumidas cuentas, el Delta supone una alternativa excelente para los conductores que pretendan un vehículo cómodo, ideal para realizar viajes de muchos kilómetros por vías rápidas mejor que por zonas reviradas. Buenos acabados, amplio equipamiento y, sobre todo, una destacable amplitud, son sus principales cartas. Y a todo esto hay que añadirle lo intangible, la personalidad propia que posee el vehículo gracias al diseño. Un factor que, por otro lado, tiene su reflejo en el precio.
Hay que tener sangre fria pa comprar un coche tan soso como normalmente compran los taxistas(por respeto,no dire el coche,solo dire que los traen de la republica checa)y pasar de este bellisimo coche.ahora alguien dira que el otro es muy bueno y este es italiano.Tambien hay canciones preciosas olvidadas por internet y horrorosas canciones las mafias de marketing no nos dejan olvidarlas.