Diseño embriagador
Hoy probamos un Range Rover Sport HSE Dynamic SDV8, el diésel más prestacional disponible para este modelo. La configuración de esta unidad es muy elegante, no obstante, podría contar todavía con muchos más extras.
El Range Rover Classic, la versión de 5 puertas de la primera generación, me ha gustado desde que era pequeño. Para mi es uno de los todo-terreno más atractivos de todos los tiempos. Elegante por fuera, confortable por dentro y además está animado por un motor V8 con garra.
Con el Range Rover Sport la firma de Solihull ha conseguido trasladar parte de las proporciones y del estilo del Range Classic a nuestro tiempo. Tanto la primera evolución del Sport (L320) como la actual (L494) son dignos herederos del Range original.
Extras para dar y tomar
Esta unidad lucía la elegantísima pintura metalizada azul Loire Blue (1.280 euros). A ello tenemos que añadir los 3.288 euros del techo en color negro y el techo solar panorámico deslizante. Las llantas de 21” Style 507 con acabado Diamond Turned suman 582 euros más. Las pinzas de freno Brembo rojas que asoman a través de sus radios son de serie. Algo es algo.
El interior es bastante comedido. Contaba con acceso sin llave (1.280 euros), tapicería de piel Oxford color marfil Ivory de serie y cristales oscurecidos Privacy (1.292 euros). El equipo de audio Meridian con 19 altavoces, subwoofer y una potencia de 825W (1.629 euros) ofrece una calidad de sonido espectacular.
A la hora de escoger los extras de este Range se le podría haber ido la mano a alguien y haber optado por: pantallas para la segunda fila (3.724 euros), televisión digital (1.163 euros), equipo de audio Meridian de 1700W (7.214 euros), calefacción estacionaria (1.746 euros), clima de 4 zonas (1.512 euros), asientos delanteros y traseros con calefacción y refrigeración (2.560 euros), asientos delanteros con masaje (3.014 euros)… 7 opciones que juntas superan los 20.000 euros.
Una vez te sientas al volante ves que todo está en el sitio que esperas encontrarlo. Los asientos son tremendamente confortables y con un alto nivel de sujeción. La calidad de acabados es irreprochable. Jamás había visto un túnel central tan ancho con un apoyabrazos de tacto y un mullido inmejorables.
La segunda fila aporta tres plazas de verdad con una buena altura libre al techo y mucho espacio para las piernas. El techo panorámico opcional aporta todavía más sensación de espacio y una gran luminosidad.
489 litros es un volumen de carga algo justo para un SUV de este tamaño, este es el precio que tenemos que pagar por haber escogido la atractiva carrocería del Sport. Con el Range Rover disfrutaremos de 550 litros, eso sí, también de una silueta un tanto menos agraciada. Abatiendo la segunda fila del Sport ampliamos hasta unos destacables 1.761 litros.
La instrumentación con una pantalla multifunción de TFT de gran formato es muy clara pero según la hora del día puede sufrir reflejos del sol. El Head-Up display (1.512 euros) permite no apartar la vista de la carretera tanto para recibir las instrucciones de la navegación como para controlar a qué velocidad estamos circulando.
De lo poco que no me gustó fueron los mandos del sistema multimedia integrados en el volante. Los dos botones principales tienen un diseño circular y son de una pieza. Esto hace que actives una función que no querías por error. Por ejemplo, si subes el volumen con el mando de la izquierda puedes terminar pasando de canción si no presionas en el punto exacto. Con lo fácil que habría sido hacer botones separados
Merece la pena optar por la opción Dual View para la pantalla central del salpicadero. De este modo disfrutaremos de una pantalla de 10” y del interfaz InControl Touch Pro de última generación, muy superior tanto en velocidad de respuesta como en calidad de gráficos a la del modelo de serie que lucía nuestra unidad de pruebas.
Recuperaciones espectaculares
El motor SDV8 es la opción diésel más potente de la gama, una gama en la que también ¡hay un motor de 4 cilindros en línea! Se trata de un V8 turbodiesel de 4,4 litros que declara 339 CV a 3.500 rpm.
La cifra de potencia no parece nada del otro mundo, sobre todo hoy que hay tantos SUV deportivos con más de 500 CV, el mismo Range V8 gasolina está disponible con 550 CV. No obstante, el registro de par sí es descomunal, 740 Nm de 1.750 a 2.250 rpm.
La capacidad de empuje en la zona baja del cuenta-vueltas es digna de un dragster. Este año he probado otros dos coches con 750 Nm, Lamborghini Aventador SV y Porsche 911 Turbo S. El Range pesa 2,5 toneladas pero ofrece casi tanto nervio como estos dos supercoches al acelerar de 0 a 50 km/h.
Realizar un adelantamiento con este SDV8 es sólo cuestión de apretar el acelerador y buscar hueco, nada más. Acelera como un avión a reacción, desde parado declara un 0 a 100 km/h en unos respetables 6,9 segundos.
En conducción normal, mezclando ciudad, secundaria y algo de autopista es fácil ver un consumo próximo a los 14 l/100 km. En núcleo urbano es donde más se dispara esta cifra. En campo exprimiendo a fondo las aptitudes offroad podemos superar la cifra anterior sin demasiadas complicaciones.
En vía rápida es muy silencioso, la mejor aerodinámica con respecto a su antecesor se nota, también en el consumo. En el trayecto que logré un registro más bajo de 11,1 l/100 km fueron poco más de 200 kilómetros, la mayor parte de los cuales en secundaria y autopista.
La caja de cambios es la archiconocida ZF Automotive de 8 relaciones. Una caja que llevo tiempo alabando, pues para mi es el mejor automático con convertidor que he conducido. En modo automático los cambios de velocidad son prácticamente imperceptibles, mientras que en manual puedes disfrutar de la conducción.
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No todo es capacidad de aceleración. También frena de maravilla. Jamás habría imaginado que un SUV de semejante peso y tamaño no enfocado pura y exclusivamente a las altas presentaciones sería capaz de decelerar con tanta efectividad.
El potente equipo de frenos que monta de serie, con pinzas Brembo de 6 pistones, discos ventilados de 380 mm delante y 365 mm detrás es impecable. Ofrece una gran potencia y al mismo tiempo aguanta bien la fatiga. Unos frenos de acero que merecen un 10 sobre 10.
La dirección ofrece una calibración casi perfecta. Permite realizar movimientos suaves y precisos con el volante que se traducen en una precisión de guiado del tren anterior óptima. Es difícil encontrar una comunicación tan transparente en otro SUV de este tipo.
El coche más cómodo que he probado
El equipo de suspensión neumática de quinta generación del Range es prodigioso. No hay ningún otro sistema en el mercado capaz de ofrecer lo mismo. La nueva posición intermedia del Terrain Response 2 brinda un extra de 35 mm con respecto a la generación anterior. Esta altura superior podría traducirse en una mayor tendencia a inclinar en curva pero no es así. Se muestra sumamente estable en todo momento, incluso en una revirada carretera de montaña.
Además, esta neumática no es de esas que molestan a los ocupantes. Mi mujer suele marearse con coches como los Mercedes-Benz equipados con suspensión de aire, a no ser que active el modo deportivo. Con el Range ni se dio cuenta que montaba neumática, incluso en el modo normal.
Es con gran diferencia el coche más cómodo que he conducido nunca. Filtra hasta la última de las irregularidades del firme, al mismo tiempo que aporta una estabilidad digna de un automóvil más bajo y menos pesado. Es increíble.
No importa el tipo de vía, es igual de cómodo en núcleo urbano, en secundaria y en autovía. Si queremos mejorar las prestaciones del conjunto para desarrollar una conducción deportiva sólo hace falta girar un punto a la izquierda el mando del Terrain Response 2. Esta posición intermedia ha sido optimizada para rodar en vía rápida. La altura al suelo disminuye pero sigue manteniendo un buen nivel de filtrado.
En la posición más elevada de la suspensión ofrece una altura libre al suelo de 278 mm. Para subir al habitáculo así tienes que levantar la rodilla casi como si fueras a subir tres peldaños de una escalera a la vez. Es por algo que hay un modo de acceso que deja la carrocería a ras de suelo, al más puro estilo lowrider.
El rey del offroad
Qué decir de sus aptitudes en campo. Mientras que la mayoría de SUV de gran formato ofrecen unas prestaciones offroad bastante mediocres, el Range se muestra como el rey indiscutible. Es su hábitat natural.
Durante la prueba tuve la ocasión de conducir por una pista bastante rota con un desnivel de más de 1.000 metros. La ascensión fue como coser y cantar. Con el modo offroad la altura libre es de 278 mm y se mantiene siempre que no superemos lo 80 km/h. El nivel de filtrado con este modo es sensacional, aportando un confort sin parangón.
En el tramo de subida circulé entre 30 y 40 km/h hasta alcanzar los 2.500 metros de altitud. En todo momento disfruté de una excelente capacidad de tracción. La bajada la hice a un ritmo más suave reteniendo con segunda gracias a la posición manual del cambio para fatigar así lo más mínimo los frenos.
En una zona de barro comprobé la efectividad del sistema de transmisión integral, me dejó sin palabras ver lo fácil que lo hace todo. Montaba unos neumáticos Pirelli Scorpion Verde, ¡de qué sería capaz con más dibujo y algo de taco!
Para seguir disfrutando de las aptitudes fuera del asfalto visité un circuito de offroad. Sus cotas exteriores son contundentes con: 4,8 metros de longitud, 2 metros de anchura y casi 1,8 metros de altura. Aun así, ofrece 33° de ángulo de ataque, 27,2° de ventral y 31° de salida, así como una profundidad de vadeo de 850 mm. Unos registros que ninguno de sus rivales pueden igualar. A excepción del Clase G de Mercedes-Benz que se le acerca, no obstante, en carretera el Range es infinitamente superior al G.
En las zonas más cerradas y complicadas de offroad el Range hace que todo parezca más sencillo de lo que es en realidad. El Terrain Response 2 es casi mágico a la hora de combinar la transmisión 4X4, la suspensión neumática, la electrónica y la caja de cambios.
Me sorprendió que después de haber rodado en barro durante un buen rato al entrar en autovía las llantas no sufrieron ningún tipo de vibración parásita. Lo habitual es que se quede barro pegado al interior de las llantas y esto provoque molestias en la dirección y que incluso llegue a vibrar el habitáculo. Con este Range no sucedió.
En resumidas cuentas
Si tuviese una situación económica muy desahogada no dudaría ni un segundo en comprar un Range Rover Sport. Es con diferencia el SUV Premium de formato grande más cómodo del mercado. Es cómodo tanto en ciudad como realizando largos viajes por carretera. En secundaria es efectivo y dinámico como el que más. Pero ahí no termina. En offroad no tiene rival. Es pura y simplemente impresionante.
105.000 euros es el precio que hay que pagar para disfrutar del automóvil total, impecable en conducción deportiva y sobresaliente en campo. Es lo más parecido a un transformer puesto que es capaz de adaptarse de forma ejemplar al medio con sólo girar la ruleta del mando del mágico sistema Terrain Response 2.
Desde luego me lo compraría si pudiera, !!! que cochazo!!!!