Lotus Evora 400

Hay días en que uno se alegra de dedicarse a lo que se dedica. Y es que este trabajo, en ocasiones, te brinda la oportunidad de poder probar coches tan especiales como el que hoy he probado. Se trata del Lotus Evora 400, uno de los modelos más emblemáticos de la marca que ahora recibe una actualización que le permite disponer de 400 CV en un coche que pesa menos y que ha recibido un diseño mejorado.

La marca asegura unas prestaciones espectaculares y mejoras respecto a la versión anterior. Y no sólo en relación a la potencia. Suspensiones revisadas, frenos de mayor tamaño, diferencial autoblocante de deslizamiento limitado… ¿Tengo o no tengo suerte de probar un coche de estas características?

Al llegar al concesionario y verlo pensé que iba a ser una jornada divertida porque el Lotus 400 tiene un aspecto que transmite lo que en realidad es: un deportivo de pura raza que te permite disfrutar de una conducción “a la antigua usanza” pero con alguna de las ventajas de la tecnología actual.

Tiene un aspecto totalmente deportivo, agresivo diría yo, y a pesar de que su ligero chasis ha sido modificado para mejorar el acceso al habitáculo, cada vez que entras y sales de él te das cuenta qué clase de deportivo estás conduciendo. No son cómodos ni el acceso ni la salida. Sin embargo, una vez sentado uno queda encajado a la perfección en el nuevo asiento tipo baquet -más ligero de peso y sin ajuste en altura- y las piernas quedan estiradas en busca de los pedales situados en el fondo. La posición es cómoda y, desde luego, totalmente racing.

Según la marca, dos tercios de los componentes de Evora son nuevos o se han modificado en busca de una mejora en todos los apartados. Estéticamente, cuenta con un nuevo frontal en el que destacan una parrilla más agresiva, entradas de aire de mayores dimensiones y luces LED diurnas integradas en los faros.

En la zaga, un difusor trasero de mayor tamaño con la salida de escape -también más grande- en el centro y el spoiler trasero ligeramente remodelado ayudan a conseguir 32 kg de carga aerodinámica a 240 km/h. Unas nuevas llantas delanteras de 19” con neumáticos Michelin Pilot Super Sport de 235/35 R19 y de 20” detrás con neumáticos de 285/30 R20, completan la atractiva imagen del Evora 400.

Más cambios en el interior. Como comentábamos, el acceso al habitáculo ha mejorado pero sigue siendo “algo justo”. Aunque hay detalles mejorables -plásticos duros-, el nuevo salpicadero y cuadro de instrumentos dejan todo “más a mano”. Ahora, la disposición sobre la pantalla multimedia de los botones de los modos de conducción, calefacción de los asientos y bloqueo de las puertas, es mucho más práctica que en el modelo precedente.

Por su parte, la nueva consola central aglutina la palanca de cambio y los mandos de la calefacción y aire acondicionado -que monta de serie-. La pantalla multimedia no le quitará el sueño a nadie de la competencia, sin embargo, es práctica y de fácil manejo. De serie dispone de cámara de visión trasera -casi imprescindible este modelo para poder maniobrar con “tranquilidad”- y un nuevo sistema de info-entretenimiento.

El Lotus más rápido de la historia -dejando aparte la edición limitada 410- dispone -de serie- de ayuda al aparcamiento trasero, cámara de visión trasera, ESP, control de tracción, diferencial de deslizamiento limitado -Torsen- faros bixenón, pinzas de freno AP Racing, retrovisores eléctricos y calefactables, indicador de presión de los neumáticos, asientos con calefacción, pedales de aluminio -por cierto con escasa separación entre ellos- tapicería de cuero con inserciones de tela, conexión Bluetooth, conexión USB, navegador, equipo de sonido Alpine y llantas de aleación de 19” y 20”.

Lotus concentra la opciones en tres packs y en equipamientos individuales como la pintura metalizada, con un coste de 1.425 €, pinzas de freno en negro o amarillo por 456 €, llantas específicas en negro brillante por 2.966 € o el programador de velocidad con un coste de 456 €. Entre los packs, el Alcántara Pack ofrece asientos en cuero y Alcántara a juego con el color de la tapicería, revestimiento en Alcántara en negro sobre la instrumentación, el salpicadero, y la consola central. Costuras y canutillos de guarnecidos en gris plateado en las puertas, volante achatado en su parte inferior en Alcántara y cuero negro y pomo de cambio y palanca de freno en cuero negro.El pack tiene un coste de 3.763 €.

El Black Pack está compuesto por el techo en color negro, carcasas de retrovisores exteriores en negro brillante y faldones laterales en negro, con un coste de 2.224 €. Y por último el Leather Pack que por un precio de 3.763 € ofrece costuras en color de contraste, tapicería de cuero en color negro, rojo o tostado y revestimiento de cuero negro sobre la instrumentación y el salpicadero.

Algunos de los alicientes que ofrece el Evora 400 residen en los 400 CV a 7.000 rpm que ahora rinde el motor V6 de 3.5 litros sobrealimentado de origen Toyota. Está asociado a un cambio manual de seis velocidades -opcionalmente también automático de seis relaciones- y, con el manual, dispone de diferencial de deslizamiento limitado. Las prestaciones son más que interesantes ya que el Lotus Evora 400 es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,2” y alcanzar los 300 km/h.

Pero hay más. Las suspensiones reciben diferentes ajustes en los amortiguadores y nuevos muelles, la dirección se ha mejorado, se ha trabajado en el chasis de aluminio y en otras áreas para conseguir rebajar el peso en 22 kg respecto a su predecesor, dejándolo en 1.395 kg a pesar de montar unos discos de freno de 370 mm -mayores que en la versión anterior- con pinzas AP Racing.

El Lotus Evora 400 es un coche de atractivo diseño, de buenas prestaciones y con un marcado carácter deportivo, pero lo mejor es conducirlo. Cuando te sientas en él ya sabes que vas a disfrutar. Vas sentado casi en el suelo, el motor -tras el habitáculo, muy cerca de la espalda- te recuerda qué clase de coche vas a conducir y, en cuanto arrancas, empiezas a comprobarlo. Aunque lo cierto es que no hace falta ir muy deprisa con el Evora 400 para sentirte muy a gusto con él.

La respuesta a bajo régimen no es explosiva, pese a sus buenos 410 Nm entre 3.500/6.500 rpm, pero le permite avanzar con determinación y suavidad en cualquier circunstancia. Cuando aumentamos el ritmo aumenta la diversión y, sobre todo, las sensaciones.

Los controles hacen acto de presencia si le buscamos “las cosquillas” así que es el momento de utilizar los modos de conducción. El modo Sport retrasa un poco la entrada de éstos, aviva la respuesta inmediata del propulsor y cambia el sonido. Un sonido precioso que, a buen seguro, a mi compañero Gerard Farré -auténtico “enamorado” de los sonidos de los motores- le hubiera encantado. En modo Race nos permite conducir “a pelo” y mantiene sonido y respuesta.

Que duda cabe que todo lo que estoy comentando sucede en carreteras de montaña en las que el Evora se encuentra como pez en el agua, aunque he de decir que en autovías y autopistas o en carreteras rápidas, ofrece una respuesta y un confort más que aceptable. Pero vayamos a lo divertido. A un ritmo elevado -pero no radical- el Evora 400 es una joya.

Su rigidez y agilidad permiten ir rápido con facilidad a la par que transmite seguridad. El motor “te deja” ir a cualquier ritmo pero, a partir de 3.000/3.200 rpm empieza a empujar con fuerza camino de las 7.000 rpm que es la zona de corte. En esta ocasión no rodamos en circuito y obtener el máximo rendimiento del V6 3.5 por carretera es algo “complicado”, pero os aseguro que la velocidad con la que sube de vueltas y la contundencia con la que “pone” la potencia sobre el asfalto son fantásticas.

La dirección transmite a las manos del conductor todo lo que “se cuece” en la carretera. No es una dirección suave, es una dirección de tacto firme que, en mi opinión, te aumenta los sentidos mientras conduces por este tipo de carreteras. También el cambio “te lleva” a disfrutar de una conducción, podríamos llamarle “clásica”, tanto por la posición de la palanca como por el tacto, pero resulta algo lento y te exige marcar bien los movimientos para no errar. Seguramente el automático será más eficaz pero, sin duda, menos atractivo. Mención especial para los frenos. Un tacto duro -que deja modular a la perfección la frenada y un mordiente excelente -al menos en carretera y al ritmo al que realizamos parte de esta prueba- lo colocan a un gran nivel en este apartado.

En conjunto, el Evora es un deportivo que encanta, que enamora. No hay muchos deportivos que transmitan tan bien las sensaciones de conducir un coche de estas características. Tanto por prestaciones como por efectividad dinámica, está entre los mejores. Creo que su punto fuerte reside en un paso por curva extraordinario, en la rigidez de sus chasis y en que es un coche divertido de conducir en cualquier circunstancia.

La dirección -pese a su buen tacto- es un tanto desmultiplicada y eso le resta sensación de agilidad, pero sólo es la sensación. Cuando abordamos con decisión un viraje, inicialmente el morro parece “flotar” durante unos instantes, pero rápidamente el tren trasero “pone en su sitio” a todo el conjunto y le permite ser muy rápido en el centro de la curva. Pero, en mi opinión, -y a falta probarlo en un circuito- el Evora 400 es más efectivo si no realizamos una conducción radical y aprovechamos todo lo bueno de sus chasis, enlazando curvas con decisión pero con suavidad al mismo tiempo. Tengo dudas de que, al límite, sea tan efectivo como parece aunque, también es cierto, que es un coche de reacciones predecibles.

Al finalizar la jornada pude corroborar que era un tipo con suerte por haber conducido el Evora 400. No es económico, desde luego, los 109.512 € que cuesta -119.021 € con el equipamiento de nuestra unidad- lo demuestran. Y tampoco nos debe preocupar el consumo si queremos disfrutar de él porque en un recorrido por carreteras de montaña y disfrutando de su V6 de 3.5, superar los 13 litros no es difícil -aunque también es justo decir que es fácil moverse entorno a los 8/9 litros en autovías a velocidades legales.

Pero fuera de ello, el Evora 400 es un capricho fantástico. Y lo es porque -no es ningún secreto- Lotus consigue ofrecer un tacto tan especial y deportivo en sus modelos que los convierten en piezas exquisitas. Hacía tiempo que no conducía “tan de verdad” como lo he hecho con el Evora 400. Lo dicho, hay días que este trabajo…

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