El Clase E se ha situado desde sus inicios como una de las berlinas referentes en la gama Mercedes. Su principal baza es la mayor habitabilidad respecto a un Clase C y un punto menos lujoso que el gran buque insignia de la firma de Stuttgart, el Clase S.
Sin embargo, con esta nueva generación del Clase E, la décima del modelo de tres volúmenes y la sexta del familiar E Estate, el que hoy probamos, Mercedes se apunta un tanto al convertir a este modelo en uno de los más avanzados tecnológicamente hablando de su segmento. Y no sólo eso, porque además se sitúa más cerca del Clase S en cuanto a calidad.
La firma de Stuttgart lo tenía bien claro: querían que tanto el Clase E como el E Estate fuesen los mejores modelos de su segmento. Y como veremos a continuación, no han especulado lo más mínimo en su empeño.
Para esta prueba la marca alemana nos ha cedido una unidad E Estate 220d de 194 CV. Sin duda, una de las opciones más acertada para aquellas familias que vayan a utilizarlo a menudo para realizar largos viajes.
Un familiar muy elegante
Antes de entrar al trapo con el diseño, veamos sus dimensiones: mide 4,93 metros de largo, 1,82 de ancho, 1,47 de alto y presenta una batalla de 2,94 metros. Por lo tanto, crece 2,7 centímetros de largo y unos generosos 6,5 centímetros en cuanto a la distancia entre ejes si lo comparamos con el modelo anterior.
Se aprecia un coche mucho más elegante que su predecesor, con unas proporciones mejor resueltas. Pero si hay que destacar algo, sin duda, es este imponente frontal que inspirado claramente en el del Clase S. Según la línea de diseño y el equipamiento elegido presentará un estilo más deportivo o un poco más serio, con paragolpes, parrilla y entradas de aire específicas para cada tipo de acabado.
Ocurrirá lo mismo en la parte trasera que, según la terminación, nos ofrecerá un paragolpes distinto, con algunos detalles exclusivos, y las salidas de escape o los embellecedores estarán a la vista, o no.
Vemos que el maletero se ha integrado mejor en el conjunto, gracias en parte a un voladizo trasero más corto y a la luneta que va situada en una posición más oblicua. Por su parte, la línea de cintura y la base de las ventanillas laterales adquiere un ofrecen una forma similar al del modelo anterior. Sin embargo, la curvatura está menos pronunciada lo que ofrece un aspecto un poco más dinámico.
Otras novedades en el diseño las encontramos en las nuevas barras del techo mejor integradas o en las llantas, donde Mercedes ofrece un buen catálogo donde elegir. Las que calza nuestra unidad de pruebas son de 19 pulgadas y corresponden a la línea exterior AMG.
Con todos estos cambios, el familiar de Mercedes-Benz gana una apariencia estética exterior mucho más elegante que hasta la fecha. Si me perdonáis el comentario, y que no se me enfaden los propietarios del modelo anterior, digamos que ahora el nuevo Clase E Estate ya no parece un coche fúnebre, sino que se ha convertido en todo un familiar elegante con claras reminiscencias deportivas.
Muy cerca de todo un Clase S
El hecho de que el Clase E Estate haya crecido en sus cotas exteriores permite que se haya mejorado la habitabilidad interior. Este es un hecho que uno percibe nada más subirse al coche por primera vez. Los ocupantes de las plazas delanteras gozan de un espacio muy generoso y pese a que la consola central puede parecer muy ancha, la sensación de amplitud que se obtiene es verdaderamente muy buena.
El Clase E no defrauda, y cuando hablo del Clase E hago lo mismo con el E Estate. Con esta nueva generación obtenemos lo que realmente uno espera de un Mercedes de gama alta: calidad, espacio, muy buenos acabados y materiales de primer nivel.
Mercedes propone diferentes opciones para vestir el interior a nuestro gusto. Tenemos disponibles diferentes tipos de cuero para el salpicadero, las puertas, los asientos o el volante, y distintas molduras decorativas metálicas como las de esta unidad. Si queremos darle un toque aún más lujoso también se nos propone una madera de poro abierto que le sienta realmente bien pero que habrá que pagar con algunos de nuestros ahorros.
Hay que mencionar también el estupendo confort que proporcionan los nuevos asientos ergonómicos. Como en el aspecto exterior de la carrocería, éstos también cambiarán su forma según la línea de equipamiento elegida. Son súper cómodos, de lo mejor que he podido probar últimamente, pero desgraciadamente para mí los de esta unidad no llevaban masaje… aunque pueden equiparlo. Lo que sí ofrecían era la regulación eléctrica con memoria y calefacción. Además, opcionalmente, el cliente también puede elegir que estén calefactados tanto los apoyabrazos de las puertas como el de la consola central.
Pero si hay algo que llama especialmente la atención son estas dos pantallas de 12,3 pulgadas que forman un puesto de conducción realmente espectacular. La combinación de ambas pantallas recibe el nombre de Wide Screen y su manejo se lleva a cabo con los mandos situados en la consola central. Debo reconocer que su manejo al principio resulta un tanto caótico pero no cuesta demasiado aprenderse el manejo básico en unos días. Como habrás podido deducir, estas pantallas no son táctiles, pero el “trackpat” (esa pieza que parece un ratón de ordenador) sí que tiene una superficie capacitiva donde podremos escribir letras para introducir una dirección en el navegador, por ejemplo.
El sistema Wide Screen es opcional, y hay que incluir por separado el cuadro de instrumentos digital (el que va situado detrás del volante) que cuesta algo más de 1.000 euros. Ambas pantallas pueden contar con una apariencia personalizable por el conductor y mostrar en ellas lo que realmente te apetezca en cada momento: desde la navegación, la conexión a internet, la información de nuestro Smartphone mediante los sistemas Android Auto o AppleCarPlay, varias funcionalidades del vehículo o el sistema de audio. Que por si fuera poco en esta unidad de pruebas está compuesto por el espectacular Sorround Burmester.
Hay que comentar que a simple vista parece que nos envuelvan muchísimos botones, pero lo cierto es que todos ellos están muy bien distribuidos y agrupados por funcionalidades. Quizás, con que la pantalla de la consola central hubiese sido táctil se podrían haber suprimido algunos de ellos, pero de verdad, todos estos botones se aprenden rápido y su manejo es rápido e intuitivo.
Para viajar con toda la familia
En las plazas traseras se han ganado unos centímetros extra para las piernas. Para que os hagáis una idea, como muchos ya sabréis yo mido casi 1,90 metros de altura y con el asiento delantero situado en mi posición de conducción las rodillas no me llegan al respaldo. Y por si fuera poco la altura hasta el techo es más que generosa. Cuenta con dos plazas laterales bien marcadas que recogen bien el cuerpo y, además, una tercera plaza central que podrá utilizar un adulto sin problemas cuando lo necesitemos.
Al desplazar el eje trasero un poco hacia atrás hemos visto que se ha mejorado la habitabilidad en las plazas traseras, pero en cambio se han perdido algunos litros de capacidad del maletero por el camino. Aún y así, el nuevo Clase E Estate se posiciona como uno de los familiares con mayor capacidad de carga del mercado, con un excelente volumen de 640 litros con todos los asientos en su configuración estándar.
Los respaldos traseros pueden situarse en una posición 10 grados más vertical, de esta forma ampliamos la capacidad hasta los 670 litros en detrimento de un mayor confort de los pasajeros. Si además abatimos los respaldos traseros, que podemos hacerlo en tres partes mediante los tiradores situados junto a la boca de carga, llegaremos hasta los 1.820 litros con un piso totalmente plano. Y por si fuera poco, debajo de la alfombrilla y el suelo tenemos un generoso hueco para separar algunos objetos.
Un diésel potente y bastante eficiente
Bajo el capó nos topamos con un motor diésel de cuatro cilindros sobrealimentado, de 2 litros de cilindrada, con una potencia de 194 CV a 3.800 vueltas y un par motor de 400 Nm disponible desde las 1.600 revoluciones por minuto hasta las 2.800.
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Este motor de aluminio se asocia, de serie, a un estupenda caja de cambios automática por convertidor de par de 9 velocidades (9G-Tronic), con la palanca de cambios situada detrás del volante, muy a la americana, y con la posibilidad de usar las levas para su gestión en modo secuencial.
Esta mecánica se trata de un nuevo propulsor que Mercedes ha lanzado recientemente y que sustituye al anterior 2.2 litros. Su funcionamiento es más refinado y apenas ofrece vibraciones. Una vez en marcha y a la temperatura adecuada va muy fino, bastante parecido a un gasolina, y hasta presenta un sonido bastante agradable impropio de un motor de gasoil.
Es un propulsor que destaca especialmente por ofrecer unas prestaciones más que correctas con unos consumos bastante contenidos. Disponemos de todo el par motor a muy bajas vueltas y eso permite que no debamos revolucionar demasiado la mecánica para realizar cualquier tipo de conducción sea cual sea la vía por la que circulemos. En vías rápidas podremos circular a 120 km/h en novena marcha y el propulsor se mantiene a sólo 1.200 rpm.
Según su ficha técnica, este modelo es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,7 segundos y podría alcanzar una velocidad punta de 235 km/h. Tiene unas emisiones de CO2 de 112 g/km y un consumo medio homologado de 4,3 l/100 km. Durante una semana de pruebas mi consumo medio fue de 5,8 l/100 km.
Un chasis avanzado para hacer de la conducción un placer
El Clase E, así como este Clase E Estate, monta de serie una suspensión delantera mecánica en combinación con una suspensión trasera neumática que mantiene siempre a la misma altura la parte posterior del coche, sea cual sea el peso que carguemos en el maletero. Según el acabado elegido Mercedes ofrece tres versiones del tren de rodaje: el Agility Control es el que lleva esta unidad con una configuración estándar, el Agility Confort, como su nombre indica, proporciona una conducción más confortable, y sólo está disponible con el acabado Avantgarde, y el Dynamic Body Control es un tren de rodaje deportivo con amortiguación regulable adaptativa y una altura rebajada 15 milímetros.
También se puede optar por una suspensión neumática completa (Air Body Control) con diferentes niveles de dureza que también es capaz de regular de forma automática la altura de la carrocería en función de la velocidad y gestionar la amortiguación de cada rueda según la situación y el estado de la carretera.
El Clase E Estate es un coche pesado (ronda los 1.800 kg.) y es por este motivo que se percibe algo torpe de reacciones. En vías rápidas es una auténtica gozada conducirlo por la gran suavidad que proporciona, pero en carreteras de montaña sufre un poco. Las inercias en los cambios de apoyo se sienten bastante. Por el contrario, las suspensiones se encargan de que la carrocería no balancee demasiado y la dirección se muestra bastante precisa.
No es un coche pensado para una conducción deportiva pero aún y así responde de forma aceptable. Tiende al subviraje si forzamos demasiado la entrada en curva pero sorprende su estabilidad durante el paso por el viraje. La propulsión trasera le ayuda a sentirse un poco más ágil, pero tampoco nos hagamos ilusiones, si queremos un verdadero Clase E deportivo, habrá que decantarse por las versiones AMG.
Mucha tecnología aplicada
Al principio del artículo os comentaba que el nuevo Clase E se posicionaba como uno de los modelos de su segmento más avanzados tecnológicamente hablando. Y lo es. Pero por desgracia la unidad que hemos probado no montaba prácticamente ninguno de los nuevos sistemas de asistencia a la conducción que puede incorporar.
Para que os hagáis una idea, éste coches es capaz de conducir por sí sólo si las condiciones de la vía son favorables. Puede girar y se mantiene dentro del carril sin nosotros tener que hacer nada, solamente mantener las manos en el volante. Además, en el caso de que las líneas de la vía no sean visibles o no las haya puede seguir la trayectoria del coche que nos precede.
El Distronic añade la función parcial de piloto automático capaz de mantener la separación con vehículos delanteros hasta los 210 km/h. Además, puede detener por completo el vehículo y reanudar la marcha. También es capaz de leer las señales de tráfico y regular de forma autónoma la velocidad a la que se circula.
Puede realizar adelantamientos en autopista de forma automática, sólo hay que pulsar el intermitente para que empiece la maniobra si el carril adyacente está vacío. El servofreno de emergencia activo ahora puede incorporar función de cruces para detectar la presencia de vehículos y peatones que se aproximen por los laterales y el sistema de aparcamiento automático permite estacionar el vehículo en cualquier posición sin que el conductor se encuentre dentro del coche.
Por supuesto, también puede montar todo el listado ya conocido de sistemas de seguridad y ayuda a la conducción que pueden montarse hasta la fecha.
Precio y equipamiento
El nuevo Mercedes Clase E Estate está disponible con dos motores de gasolina y otros tres diésel, con potencias que van desde los 150 hasta los 258 CV, sin contar las versiones AMG. El rango de precios con el equipamiento básico oscila entre los 53.300 y los 66.000 euros.
Ahora bien, el acabado base es bastante justo en cuanto a equipamiento y estamos obligados a pasar por el extensísimo configurador para empezar a añadir nuevos elementos que encarecerán bastante, y cuando digo bastante digo mucho, el precio final del vehículo.
Para que entendáis lo que os digo, vamos a configurar el modelo que hemos probado, que recordemos no lleva ninguno de los nuevos sistemas de conducción semi-autónoma.
Tenemos un Clase E Estate 220d de 194 CV que parte de los 55.952 euros y le añadimos: Paquete AMG Line Exterior e interior (1.270 + 847 euros), Paquete Premium Plus (9.604 €), Paquete tecnológico (3.321 €), Paquete Key-Less Go (1.065 €), Pintura Plata Diamante (1.053 €), Cristales Tintados (520 €), Cenicero (60 €) y umbrales de las puertas con el logo iluminado (200 €). Todo ello suma aproximadamente 18.000 euros en extras, que elevan el precio de nuestro Clase E Estate hasta los 73.892 euros. Y ya os aseguro que se le pueden añadir muchas cosas más.
Entre el equipamiento que añaden estos paquetes podemos encontrar los estupendos faros LED Intelligent Light System que funcionan de una forma similar, por no decir igual, a los Matrix LED de Audi que os presentamos en este vídeo: Laser Light vs Matrix LED vs Halógenos. En mi opinión, uno de los sistemas que vale la pena pagar.
Conclusión
La nueva generación del Clase E, en mi opinión, ha conseguido lo que se proponía, y no era otra cosa que situarse como uno de los nuevos referentes del segmento. Entre los rivales “Premium” del E Estate encontramos algunos modelos más que conocidos como el BMW Serie 5 Touring o el Audi A6 Avant, pero actualmente el que le planta mayor cara es el Volvo V90, otro de los más lujosos y avanzados de este segmento.
El salto de calidad del nuevo Clase E Estate es más que evidente: es un coche más bonito, más habitable (aunque con menos maletero), con un nivel de acabados y calidad interior sobresaliente y con una apuesta tecnológica de vanguardia. Además, con este motor diésel de 194 CV se nos presenta ante nosotros una de las opciones más a tener en cuenta si vamos a viajar mucho con él. Aunque el precio se puede encarecer mucho si abusamos del catálogo de equipamiento…
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