Mercedes-AMG GLC 43 4Matic: Driving Performance

Driving Performance es el "slogan" con la que Mercedes-AMG hace referencia a su trabajo dedicado a lo largo de 50 años a la preparación de vehículos de la marca de la estrella. El Mercedes-AMG GLC 43 4Matic es una nueva expresión de ese trabajo, y representa el primer modelo de AMG en el segmento de los SUV medianos. Cubre el hueco existente entre el Mercedes-AMG GLA y el Mercedes-AMG GLE y se convierte en uno de los modelos “top” en la gama GLC.

Por encima de él, no obstante, se sitúan los Mercedes-AMG GLC 63 y 63 S, con 476 y 510 CV respectivamente, con motor V8. Ambos superan los 100.000 euros de precio básico y por lo tanto, se hacen bastante menos asequibles.

El Mercedes-AMG 43 4Matic parte de los 69.500 euros, una diferencia considerable. Es cierto que tiene un V6 en lugar de un V8 y una potencia inferior: 367 CV, además de un chasis algo menos preparado y un equipamiento de serie más limitado. Pero cumple perfectamente la función de ser la versión de acceso a la gama Mercedes-AMG GLC y se sitúa como la más indicada para ser personalizada en función de los gustos del cliente a través de un largo listado de opciones. Es lo que lleva a esta unidad que tuve en mis manos durante unos días, full equipe, a alcanzar un precio de 88.406 euros.

En el exterior de este Mercedes-AMG podéis ver todos los elementos característicos de la línea AMG pero con algunos de ellos con acabado cromado: parrilla delantera, tomas de aire delanteras, splitter frontal, embellecedores de la salida de escape o la moldura de adorno del paragolpes trasero, entre otros. Los pasarruedas ensanchados para dar espacio a las llantas AMG de 21 pulgadas dan un aspecto muy deportivo al exterior de este SUV, pero sin ser para nada estridente, aunque venga pintado en un agresivo color Designo Rojo Jacinto, una opción que cuesta 1.653 euros.

Esta es una de las características de los Mercedes-AMG, que resultan sumamente atractivos por sus elementos deportivos, sin renunciar a un nivel de elegancia equivalente. Este Mercedes-AMG GLC 43 4Matic no hace desviar inmediatamente miradas a su paso, pero sí que llama la atención a aquellos que saben ver el nivel de preparación y de calidad de construcción de esta versión tan especial.

Una de los aspectos que más sorprenden de este SUV es la cantidad y calidad de equipamiento que es capaz de montar. Este Mercedes-AMG eleva un peldaño la excelente calidad de acabados ya conocida en la marca alemana, y ofrece a sus ocupantes un nivel de atención al detalle difícilmente superable. Sí, se paga, pero convierte a este SUV en uno de los que mejor ofrecen el confort de marcha de una berlina de lujo.

El interior del habitáculo se remata con molduras de madera de fresno marrón de poros abiertos, equipa cinturones de seguridad en color rojo, asientos del acompañante y conductor forrados en símil de cuero Artico/microfibra Dinamica y con regulación eléctrica, techo corredizo panorámico, Command Online, equipo de sonido surround Burmester con 13 altavoces o los paquetes de asistencia a la conducción plus (incluye detector de cambio de carril y control de ángulo muerto activos, control de distancia Distronic, Tempomat y Pre-Safe, entre otros) paquete de aparcamiento (incluye sistema de aparcamiento automático y cámara 360º), paquete de retrovisores (incluye retrovisores antideslumbramiento y abatibles eléctricamente, entre otros), entrada y arranque sin llave y portón de accionamiento eléctrico, por citar sólo algunas de las opciones incluidas.

Este elevado nivel de equipamiento y la atención al detalle estimula los sentidos al subir al habitáculo. La sensación de calidad es inmediata. Influye positivamente el tacto de la piel del volante y del salpicadero, la perfección en el pulido de los remates de aluminio, las molduras de madera veteada, la iluminación ambiental, el tacto de todos los pulsadores y diales a nuestro alcance, la posibilidad de ajustar al milímetro la postura al volante… todo invita a conducir.

Frente al conductor se situa un cuadro de instrumentos de aspecto clásico, con dos relojes de gran tamaño y una pantalla digital de 5,5” que ofrece datos básicos de la conducción. A mano derecha, y en posición superior, se coloca la pantalla digital táctil del sistema Command Online, que se controla mediante el mando típico situado en la consola central que combina un dial y un panel táctil con el que manejar de forma sencilla e intuitiva los menús. La calidad de los gráficos es de lo mejor del mercado, y la información que se ofrece es muy completa. Podemos ver desde la configuración del chasis en función del programa del Dynamic Select seleccionado, incluyendo la opción Individual, hasta duplicar en la propia pantalla el velocímetro, el cuentakilómetros y el reloj de temperatura; visualizar los gráficos de consumo; o ver las imágenes de las cámaras 360º.

La consola central es elevada, y diferencia de forma muy clara el espacio entre el conductor y el pasajero. Un detalle original en este salpicadero, y que podemos ver en otros modelos de la marca germana, es el diseño con forma de turbina de las rejillas de aireación, que adquieren mucho protagonismo. Estos detalles acaban de dar un toque deportivo a estas plazas delanteras, que resultan muy atractivas a primer golpe de vista.

Una de las mejoras experimentadas en esta última generación del SUV alemán hace referencia a la habitabilidad interior, que cumple perfectamente para un uso en compañía de familiares, amigos o colegas de trabajo. Es un SUV muy bueno para transportar personas. Las plazas traseras son amplias en todos los sentidos y muy cómodas, mientras que el maletero, con una capacidad máxima de 1.600 litros y una mínima de 550 litros, permite un buen volumen de carga, incluso de bultos de gran tamaño.

No me extenderé mucho en estos aspectos ya conocidos en esta generación del Mercedes-Benz GLC, pero sí que os diré que combinados con las altas prestaciones desarrolladas por AMG para este modelo lo convierten en un SUV perfecto para aquellos que buscan tanto la versatilidad de un SUV como las características de un coche deportivo. Un coche tanto para ir a llevar los niños al cole como para hacer unas tandas en un circuito. Y todo ello con bastante discreción.

Ofrece un nivel de confort en marcha muy elevado, incluso esta unidad con llantas de gran tamaño y neumáticos de bajo perfil. El secreto está en su suspensión neumática Air Body Control, con capacidad de ajustarse en tres niveles (Confort, Sport y Sport Plus) y con un diseño de brazos específico para incrementar la rigidez y mejorar la agilidad de respuesta. En el programa Comfort ofrece una absorción magnífica, mientras que con los programas deportivos activados filtra perfectamente los posibles balanceos sin resultar para nada incómoda.

Esta suspensión neumática se combina con el AMG Dynamic Select, que permite activar los programas Eco, Confort, Sport, Sport Plus e Individual, que modifican la respuesta de toda la cadena cinemática (motor, dirección, cambio y tren de rodaje) según nos interese.

En Sport y Sport Plus los cambios de marcha son más rápidos, la dirección se nota mas “dura” y se produce una respuesta más instantánea del motor a la presión del acelerador, gracias a que suben automáticamente las revoluciones del ralentí para “preparar” el motor para una conducción más deportiva.

Este V6 de gasolina ofrece 367 CV, una potencia respetable para tratarse de un SUV compacto, que alcanzan toda su plenitud a las 5.500 r.p.m. Acelera de forma fulgurante, y es capaz de hacer un 0 a 100 km/h en 4,9 segundos. En todo momento transmite seguridad, ya que su chasis está acorde con estas prestaciones. El frenado está garantizado con un conjunto de discos ventilados de 360mm delante (perforados) y 320 mm. detrás, aunque debo decir que en la unidad que nos prestaron mostraban un cierto desgaste.

Este V6 también es un motor cargado de par, nada menos que 520 Nm que se mantienen entre 2.500 y 4.500 r.p.m. Esto hace que la respuesta sea en todo momento contundente, que las recuperaciones se perciban instantáneas y que la respuesta sea siempre lineal y progresiva. Es un motor magnífico, que se asocia muy bien con el cambio de velocidades automático 9G-Tronic . Este cambio, preparado convenientemente por AMG, puede accionarse de forma secuencial o manual y bloquea la marcha, no cambia automáticamente al llegar al régimen máximo. Se combina con una transmisión integral 4Matic que también es garantía de buena motricidad, y que da prioridad al tren trasero en condiciones normales.

Como veis, la cadena cinemática de este Mercedes-AMG GLC es el punto fuerte del vehículo. No en vano se nota la mano de AMG a la hora de desarrollarla y ponerla a punto.

En tramos revirados de montaña se percibe ágil y rápido, a pesar de ser un SUV con un considerable tamaño y peso, cercano a las dos toneladas. Cualquier versión del GLC hace gala de un comportamiento noble y preciso, pero este AMG lleva esta característica un poco más allá. Se puede ir muy rápido y trazar las curvas con tiralíneas, saliendo de ellas con una magnífica motricidad, enlazando virajes con una rapidez impropia de un SUV. Es toda una gozada escuchar el sonido “gutural” del escape o el efecto de doble embrague que provoca el cambio en las retenciones. Sensaciones a tope.

Pocos SUVs ofrece un comportamiento similar. Tan sólo las versiones más deportivas del Porsche Macan (la GTS con 360 CV sería la más equivalente), el Audi SQ5, Jaguar F-Pace 3.0 V6, el BMW X3 M40i o el Range Rover Velar 3.0 P380, se situarían como rivales más directos. Todos ellos, excepto el Jaguar F-Pace, que situan su PVP en torno a los 70.000 euros.