Cuando Mercedes-Benz lanzó hace ocho años el CLS logró romper algunos esquemas sobre lo que se entiende que debe ser una berlina de lujo, atreviéndose a combinar una estética cupé con una carrocería de cuatro puertas. El diseño acertado de este modelo abrió un nuevo nicho de mercado, que parece haber cuajado entre cierto público que busca un coche con el tradicional estilo de Mercedes-Benz, pero algo diferente en sus formas. Si el CLS es una mezcla entre cupé y berlina de tres volúmenes, el CLS Shooting Brake que hemos podido conducir por carreteras de la Toscana (Italia) va un poco más allá. Esta nueva versión se caracteriza y diferencia del CLS Coupé por tener una zaga ligeramente al estilo de un familiar o Station Wagon y un portón trasero. De esta manera, ofrece una mayor capacidad de carga y una mejor funcionalidad interior, ya que permite abatir los asientos traseros para aumentar la capacidad del maletero, que puede llegar a los 1.550 litros. Por lo tanto, el CLS Shooting Brake goza de las ventajas de un Station Wagon, aunque estéticamente recuerda a un cupé gracias a la marcada línea descendente del techo. Mercedes-Benz ha sabido combinar una vez más, con acierto según nuestro parecer, conceptos estéticos que hasta hace pocos años parecían contrapuestos.
El Mercedes-Benz Shooting Brake llega a los concesionarios españoles a finales de octubre. Competirá de tú a tú con modelos como el BMW Serie 5 GT, Audi A6 y S6 Avant o la versión familiar del Jaguar XF, denominada Sportbrake. Las lujosas berlinas-cupé-familiares de cinco puertas parecen estar de moda.
PVP: MERCEDES-BENZ CLS Shooting Brake 250 CDI BE 67.750 € MERCEDES-BENZ CLS Shooting Brake 350 CDI BE 73.400 € MERCEDES-BENZ CLS Shooting Brake 350 CDI 4M BE 76.250 € MERCEDES-BENZ CLS Shooting Brake 350 BE 75.850 € MERCEDES-BENZ CLS Shooting Brake 500 BE 94.150 € MERCEDES-BENZ CLS Shooting Brake 500 4M BE 97.100 € MERCEDES-BENZ CLS Shooting Brake CLS 63 AMG 137.500 €
Mezcla de estilos
Está claro que lo que buscan las marcas es ajustar cada día más su oferta a las necesidades de sus potenciales clientes. Es la única forma de no dejar escapar ventas en un mercado que en los últimos años ha ido a la baja y que es cada día más competitivo. El nuevo Mercedes-Benz CLS Shooting Brake responde a esta filosofía, y llega al mercado para ampliar la gama CLS con una carrocería más familiar, apta para cinco ocupantes (cuatro en el CLS Coupé) y con un portón trasero que permite acceder a un buen maletero, cargado de detalles de buen gusto. Esta ligera estética Station Wagon o Estate, como dicen en Mercedes, está presente pero con cierto disimulo. Y es que visto por detrás, este coche parece un cupé. Visto de perfil, se intuye la zaga Break, pero bien podríamos confundirlo con un CLS Coupé de cuatro puertas, cuando éste tiene cinco.
Más habitable
Con el Shooting Brake, Mercedes-Benz ha logrado aumentar la altura del techo en 8 centímetros en las plazas traseras. En las delanteras es exactamente la misma que en la versión Coupé, ya que sólo cambia con respecto a éste a partir del pilar B. Sus diseñadores han colocado un maletero con portón sin renunciar a la línea descendente del techo, lo que le da ese cierto aire deportivo. Esta estética también mejora ligeramente el acceso a las plazas traseras, un punto siempre crítico en los cupés, ya que hay algo más de boca de entrada que en el CLS de cuatro puertas. El portón trasero, de apertura eléctrica de serie, es otro de los aspectos característicos de esta versión familiar y que lo desmarcan del CLS Coupé. Este portón da acceso a un maletero que sorprende, en un primer instante, por su excelente acabado. Podemos optar incluso por forrar el piso con madera de nogal americano, o colocar unos raíles de aluminio muy prácticos para sujetar los bultos. Todo se remata con moqueta, logrando un acabado sobresaliente, ya tradicional en la marca alemana. Los asientos son abatibles en una proporción 60/40, de forma automática con sólo tirar de una palanca.
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El CLS Shooting Brake tiene algún equipamiento extra con respecto al Coupé precisamente por su carrocería break: la configuración de cinco asientos, el asiento posterior partido con sistema de abatimiento automático desde el maletero, el estor cubreequipajes y el sistema de alumbrado del espacio de carga justifican en parte su precio ligeramente superior con respecto a un CLS Coupé (unos 2.000 euros, según la versión). El resto es exactamente igual. Al subirnos al coche recibimos la habitual sensación de calidad, lujo y refinamiento de los modelos superiores de Mercedes-Benz. El cuero, la madera o el aluminio rematan todo el habitáculo, cargado de detalles que hacen agradable la vida a bordo. Las multirregulaciones eléctricas del asiento o la columna de dirección nos permiten acomodarnos rápidamente. Frente a nosotros se sitúa un volante, para mi gusto, de un diámetro algo superior al deseado, y la tradicional disposición de los pulsadores en Mercedes-Benz: A mano izquierda el de intermitencia y limpiaparabrisas y más abajo el del Tempomat o control de velocidad de crucero. A mano derecha tenemos la palanca del cambio automático 7G-Tronic de 7 velocidades, que sustituye la típica palanca en la consola central. Todo requiere un pequeño periodo de adaptación. También como es habitual en algunos modelos de la marca, el freno de mano es de tipo pedal, un poco al estilo de lo que se pide en mercados como el estadounidense.
Motores conocidos
La gama Shooting Brake arranca en la versión diésel de menor potencia (250 CDI), con 204 CV y acaba en la versión CLS 63 AMG, con motor V8 de gasolina de 525 CV. Entre ellas se sitúan otro diésel (350 CDI de 265 CV) y dos gasolina (350 BE de 306 CV y 500 BE de 408 CV). Es la misma gama de motores del CLS y que comparten otros modelos de la marca alemana. Todos ellos van asociados a una caja de cambios automática de 7 velocidades 7g-Tronic, excepto la versión AMG, que lo hace a una MCT-7 desarrollada específicamente por AMG con carácter más deportivo. En Italia hemos podido conducir la versión con motor de gasolina 350 BE, caracterizado por un comportamiento muy refinado, progresivo en la entrega de potencia y silencioso. Es algo que se espera de un seis cilindros en V, y nos parece una buena opción si somos amantes de los coches de gasolina de alta potencia. Su consumo es razonable: 7,4 l/100 km. de media. Equipado con suspensión neumática Airmatic, que nos permite escoger el nivel de firmeza en el tarado de la amortiguación, se convierte en una buena opción para los que busquen un CLS con estilo familiar pero prestaciones dinámicas más deportivas. El CLS Shooting Brake más "razonable" y el que seguro que se llevará la mayor parte de las ventas es el diésel de seis cilindros 350 CDI, que da 265 CV con un par de 620 Nm desde 1.600 hasta 2.400 rpm. Si el gasolina es elástico, el diésel lo supera en facilidad de uso a bajas vueltas, donde entrega el par de forma contundente. Aún siendo diésel, no lo dirías una vez en marcha gracias a su baja rumorosidad y buen empuje.
CLS 63 AMG
Y si lo que casa con nuestro carácter son los Mercedes de altas prestaciones, la versión CLS 63 AMG nos ofrece 525 CV gracias a su motor V8 biturbo de gasolina. La marca alemana nos permite optar por el acabado Edition 1, que potencia el motor hasta los 557 CV, por si se nos quedan cortos los de la versión estándar. El CLS Shooting Brake 63 AMG se diferencia del resto de la gama por equipar un tren de rodaje deportivo desarrollado AMG Ride Control con regulación electrónica de la amortiguación, dirección deportiva, equipo de frenos de alto rendimiento con discos de material compuesto y escape deportivo. No se espera menos de una versión con semejante potencia y carácter. Estéticamente reconoceremos la versión AMG por los faldones delanteros y traseros más deportivos, la parrilla específica, la doble salida de escape trasera o la inscripción V8 Biturbo en las aletas delanteras. En el interior, el CLS 63 AMG marca la diferencia por el tradicional volante AMG de pequeño diámetro y los asientos deportivos en napa, la moldura del salpicadero en negro o el reloj analógico específico AMG, entre otros detalles. En cualquiera de sus versiones, el Mercedes-Benz CLS Shooting Brake ofrece un comportamiento muy aplomado y seguro, ya sea en autopista o carretera de curvas. Es un coche grande (casi cinco metros de longitud) y pesado (a pesar de la construcción ligera de su carrocería, que utiliza aluminio en las puertas y el capó, pesa casi dos toneladas en orden de marcha), pero compensa sus dimensiones con una parte ciclo sobresaliente y una gama de motores suficientemente potente para garantizar un comportamiento dinámico alegre y relativamente ágil en toda circunstancia. Donde se encuentra más incómodo un coche de este estilo es en ciudad. La visión hacia atrás es poca, y los cinco metros se notan a la hora de maniobrar.
Seguro, como siempre
Dos versiones pueden pedirse con tracción integral 4Matic: la CLS 350 CDI y la 350 BE. Son una buena opción para los que asiduamente suben a pistas o circulan por carreteras en ocasiones deslizantes, ya que ofrecen un extra de seguridad dinámica. El Mercedes-Benz CLS Shooting Brake equipa los mejores sistemas de seguridad y asistencia a la conducción que la marca alemana pone a disposición en sus berlinas de lujo: control activo de ángulo muerto y detector activo de cambio de carril ,de serie. Estos sistemas se pueden combinar de forma opcional con el DISTRONIC PLUS con freno PRE-SAFE, el detector de cambio de carril y el de control de ángulo muerto, todos ellos dentro del paquete de asistencia a la conducción (2.497 euros). La cantidad y calidad del equipamiento de serie de este CLS es importante, pero lo es más el listado de opciones. Podemos configurar un Shooting Brake de mil maneras, hasta el punto de que difícilmente circularán por la carretera dos unidades con el mismo equipamiento. Y por supuesto, con un precio también diferente. Este Mercedes-Benz no es un coche al alcance de mucha gente, pero sí que se vende a un precio acorde con el de sus principales rivales, al menos de partida. La versión más económica cuesta 67.750 euros, aunque una versión media de la gama, una 350 CDI, por ejemplo, fácilmente se nos acercará a los 80.000 euros si optamos por algún equipamiento extra. Con esta versión a medio camino entre un cupé y un familiar, Mercedes-Benz ofrece la posibilidad de ajustar aún más el CLS a nuestras necesidades. Si buscamos un coche más familiar y capaz, al estilo de un monovolumen, en Mercedes tenemos el Clase R. Si queremos una versión con estética más deportiva, pero sin salirnos demasiado de las características que se le suponen a una berlina, el CLS Coupé es una buena opción. Y si buscamos una mezcla de todo ello, el CLS Shooting Brake es la respuesta.
Tienes razón la clase e es una m...... Parece una funeraria a demás lo que has dicho tu de negro ya ni te digo ja ja ja