La variante familiar de la Clase E es un clásico en la gama de Mercedes, de hecho, esta ya es la quinta generación de un modelo que nació en 1977 (W123). Estamos ante un coche que ofrece todo el lujo y confort de un Clase E, con el plus de su capacidad de carga y versatilidad interior. Además, su imagen ya no tiene las connotaciones negativas de antaño, sino todo lo contrario, pues se relaciona con un espíritu joven y aventurero.
La versión que hemos probado es el segundo escalón de la oferta diésel, por encima del E200 CDI (170 CV), y por debajo de los E300 y E350 CDI, ambos con motores V6 y con 231 y 265 CV, respectivamente. El propulsor de cuatro cilindros de nuestro protagonista (250 CDI) no es tan exquisitamente fino como los de seis cilindros, pero obtiene un sobresaliente en todos sus apartados. Y con 204 CV y 500 Nm, ofrece unas prestaciones sensacionales y un increíble consumo medio de 5,7 litros cada 100 kilómetros.
Lo cierto es que, tras probarlo, se le pueden encontrar muy pocos defectos a este coche. El mayor de ellos su precio, muy competitivo frente a sus rivales, pero asequible sólo para unos pocos. Porque en casi todos sus apartados (comportamiento, equipamiento, acabado, seguridad...) roza la perfección.
Diseño
El eterno dilema de diseño en los coches con carrocería familiar es el siguiente: combinar del mejor modo posible unas formas atractivas, con un buen espacio interior. Y es que unas formas exteriores "cuadradas" le dan centímetros interiores al habitáculo, pero alejan las miradas; mientras que una trasera de formas dinámicas (al estilo de los Alfa Romeo), hace que las cifras de volumen del maletero se resientan. Y no es un hecho baladí, porque desde que tengo uso de razón he visto la batalla entre Audi, BMW y Mercedes por ver cual era el familiar con más capacidad de carga.
En la nueva Clase E Estate se ha tomado un camino intermedio y el resultado es muy bueno. Es un coche que gusta a la mayoría de la gente, y los números están ahí: 695 litros de maletero, 1.950 con los asientos abatidos. Estas cifras superan claramente a las de sus rivales (565-1.660 en un A6 Avant y 560-1.670 en un BMW Serie 5 Touring), que tienen las similares dimensiones exteriores: 4,9 metros de largo, 1,8 de ancho, y 1,45 de alto.
Los automóviles familiares -y más, los Mercedes- ya no se relacionan con imágenes negativas, como ambulancias o coches fúnebres. Los tiempos han cambiado e incluso están perdiendo su connotación familiar. Ya no se ve a quien lo conduce como un sufrido padre de familia, sino como un joven al que le va bien con bici de montaña o tabla de surf. Prueba de este cambio, hay guiños deportivos en el diseño exterior, como el abombamiento de las aletas traseras o la forma general de cuña. Dentro de los aspectos numéricos, el coeficiente de penetración aerodinámico es bueno (Cx: 0,29).
Habitabilidad
El Clase E Estate dispone de cinco plazas, que pueden ampliarse a siete si elegimos la tercera fila de asientos opcional (homologada en Alemania para personas de hasta 1,40 metros de altura y 50 kilos de peso). Con un mecanismo muy ingenioso, ésta se esconde en el piso del maletero con mucha facilidad. A pesar de ser un coche muy grande, tres adultos no irán cómodos detrás por anchura y porque el túnel central resta espacio a las piernas. Eso sí, cuatro personas pueden viajar como reyes (tiene un poco más de altura y un poco menos de espacio para las piernas que un E Berlina) y con el equipaje de una estrella de rock.
Además, de capaz (es uno de los maleteros más grandes del mercado), el compartimento de carga tiene formas regulares, el plano y la boca de carga está enrasados, y dispone de serie del sistema «Easy-pack», cuyos raíles y varillas permiten organizar y sujetar la carga. La operación de de abatir los asientos para ampliarlo es muy cómoda y no quedan cosas sueltas, pues no hay que quitar los reposacabezas y la tela cubre-equipaje tiene un hueco donde fijarse.
Como en todo Mercedes, la posición de conducción es perfecta. Los reglajes del asiento y el volante tienen recorridos muy generosos que permiten adaptar ese entorno a todas las tallas y gustos. Los asientos tienen un buen compromiso entre comodidad y sujeción en curva. El volante y los pedales ofrecen un tacto delicioso, aunque no nos gusta el freno "de mano" por pedal. Ni tampoco el mando del control de velocidad de crucero, que Mercedes mantiene desde hace décadas y que molesta al accionar los intermitentes. Por lo demás, la ergonomía de todos los mandos está muy lograda -muy cómodos e intuitivos los del climatizador- aunque hay que acostumbrarse a las funcionalidades de todas las rocas y botones con las que manejamos, por ejemplo, el navegador. Por cierto, éste no dispone de avisador de radares.
El rectilíneo diseño interior no está tan conseguido como el exterior, aunque eso es un gusto personal. Ningún reproche a la calidad de acabado: materiales perfectos y ajustes milimétricos, como es norma en la casa.
Mecánica
Aunque se denomine 250 CD, el motor que anima este modelo es un cuatro cilindros de 2,2 litros. Estamos ante uno de los mejores motores de su categoría, pues dispone de una gran potencia y par específicos (204 CV y 500 Nm están muy bien para la cilindrada); sin que los consumos se vean afectados. Las cifras homologadas (6,1 l./100 km. de media, 4,9 en recorridos extraurbanos y 8,1 en ciudad) son difícilmente alcanzables, pero el consumo real (en nuestro recorrido, 7 l/100km. a velocidades legales) es muy bueno para un coche de este peso (1.845 kilos) y potencia. Lo mismo sucede con sus prestaciones: 230 km/h de velocidad punta y 8,1 segundos en el 0-100.
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Este bloque incorpora las últimas tecnologías: inyección directa múltiple, admisión variable, Common Rail y turbo de geometría variable con intercooler, que además de eficiencia, consiguen un tacto suave y homogéneo. La entrega de potencia es absolutamente lineal, la banda de empuje es muy ancha (entre 1.200 y 4.600 rpm), el motor gira muy fino y el excelente aislamiento hace que apenas se escuche en el habitáculo.
Es una pena que esta versión no incorpore la caja automática 7GTronic, con la que se reducirían los consumos y se mejorarían las prestaciones. Pero el cambio de cinco relaciones que monta tampoco ofrece pegas y actúa con esa suavidad característica de Mercedes en las arrancadas y los cambios de marcha. Se puede manejar secuencialmente desde la palanca y tiene funciones confort y sport para variar su carácter.
Comportamiento
Hay marcas que dan a sus coches un toque inconfundible: si nos metieran en este modelo con los ojos vendados y empezáramos a conducirlo, en pocos segundos sabríamos que es un Mercedes. La suavidad mecánica y, sobre todo, el tacto de la suspensión son inconfundibles. Este Clase E Estate se desliza sobre la carretera como si fuera sobre nubes de algodón, absorbiendo los baches con suma eficacia; incluso los grandes badenes que desgraciadamente asolan nuestras urbanizaciones, pueblos y ciudades.
La gran novedad en las últimas creaciones de Mercedes es que ese confort de marcha ya no va a asociado a un carácter percherón y lento. Sí: este Clase E tiene un tacto de dirección, suspensión, cambio y motor, muy progresivo; pero cuando se le exige al límite se muestra muy eficaz y preciso, con movimientos de carrocería (balanceo en curva, cabeceo en frenada y levantamiento en aceleración) bastante contenidos. Yendo despacio es una delicia, y cuando le forzamos transmite mucha seguridad y sensación de control. Siempre se muestra fácil de dirigir y de conducir, y las ayudas electrónicas son muy eficaces y poco intrusivas.
Ninguna pega en los frenos, muy potentes y con un buen tacto de pedal (un problema de anteriores generaciones del Clase E) incluso cuando actúa el servofreno de emergencia.
Seguridad
Como hemos comentado en el anterior apartado, la seguridad activa de este vehículo es de las mejores del mercado por su sano comportamiento y ayudas electrónicas (ESP, ABS con EBD y Servofreno de emergencia BAS). Además, equipa el sistema Pre-Safe, que actúa antes de la colisión para minimizar las lesiones de los ocupantes del vehículo en caso de accidente. Este mecanismo monitorea constantemente varios parámetros del coche (velocidad, giro en curva...) y las acciones del conductor (giro del volante, aceleración, frenado...) para determinar si se puede producir una colisión. Cuando el ordenador central detecta que ésta puede suceder, prepara el coche para que el impacto cause menos daños, tensando los cinturones de seguridad, colocando los asientos en su posición óptima y cerrando las ventanillas y el techo solar. El PRE-SAFE no puede desconectarse y funciona a velocidades superiores a los 30 km/h.
Dentro de la seguridad pasiva, impresiona la dotación de airbag (frontales, de cabeza delanteros y traseros, laterales delanteros y de rodilla), además de los reposacabezas activos delanteros NECK PRO, los cinturones con limitador de tensado y pretensor, el ATTENTION ASSYST (alerta por cansancio conductor) y el avisador pérdida presión en neumáticos. Pensando en la seguridad de los peatones en caso de atropello, este modelo dispone de un capó activo.
Valoración final
La Clase E es "el Mercedes" por excelencia. La versión familiar está superconseguida. Y podríamos asegurar que la versión que hemos probado es la mejor de la gama por su relación precio-potencia-consumos. Como hemos visto, es un coche con muy pocos defectos y una avalancha de puntos positivos, desde su comportamiento a su capacidad interior, pasando por la calidad de remate, la seguridad o la relación prestaciones-consumos. Para rematar la faena, tiene un precio competitivo si lo comparamos con sus rivales naturales.
El Audi A6 Avant ofrece dos versiones que podrían rivalizar con "nuestro" Mercedes. El 2.7 TDI de 190 CV (6,5 l./100km.) con cambio automático cuesta un poquito menos que el Mercedes si lo elegimos con tracción delantera, y un poquito más sí es Quattro. Por encima de está el 3.0 TDI Quattro de 240 CV, que ya cuesta casi 5.000 euros más que el Clase E. El otro gran enemigo es el Serie 5 Touring, que en su versión 525d ofrece los mismos 204 CV (6,2 l./100 km de consumo medio) por un precio 3.000 euros superior. Eso sí, ambos contendientes montan motores de seis cilindros y en el caso del BMA, ofrece unas mejores prestaciones y un tacto de conducción más deportivo, aunque también mayores consumos y, como en el Audi, menos capacidad interior.
No entiendo siendo el 220 cdi coupe tan bueno y dando tan buenos resultados con un consumo medio de 65lt. se haya devaluado tanto pues con todos los kids nuevo valía 78.000 y ahora se vende de 2 mano por 17.500 a 23.000-segun su estado y no diferencian con el de serie que valía en el 2010 sobre 48.000?.