Mini Cabrio Cooper D Highgate Automático

El Mini Cooper D Highline es una exclusiva versión especial con carrocería descapotable de cuatro plazas del pequeño modelo británico. Toma su “apellido” de Highgate, una de las zonas más exclusivas de Londres, lo que ya avanza qué podemos esperar de ella. Apenas poner los ojos en el vehículo se aprecia una personalidad propia, lujosa y “chic”, pensada para quienes no se conforman con un modelo común que pase desapercibido. Y es que toda una serie de detalles estéticos específicos se unen a las conocidas características del Mini Cabrio de disfrutar de la deportividad y la diversión al aire libre. Junto a ello, el bloque diésel 1.6 de 111 CV unido a la caja de cambios automática de seis marchas logra un notable equilibrio entre rendimiento y consumo.

Los 33.935 euros que vale suponen uno de sus principales inconvenientes, pues se trata de un precio que se sitúa bastante por encima del que tienen otros utilitarios descapotables que, por concepto, compiten con él como es el caso del Citroën DS3 Cabrio, el Fiat 500C o el Peugeot 207 CC. No obstante, hay que considerar que, tanto en el capítulo prestacional como en materia dinámica y en calidad de acabados, este Mini está un peldaño por encima de todos ellos.

Esta versión Highgate del Mini descapotable cuenta con diversos elementos característicos que la diferencian del resto de versiones. La más llamativa son las franjas que recorren el capó, en las que se utilizan los colores azul (en las más finas), negro y marrón. Pese a que le aportan un aspecto diferencial propio y llamativo, hay que resaltar que resultan bastante discretas.

Si seguimos repasando las particularidades de este Mini vemos que, en las molduras laterales, luce su “apellido” con un emblema específico Highgate, denominación que también se aprecia en sendas inscripciones en el umbral de ambas puertas. El modelo cuenta con una pintura exterior de color marrón metalizado especial, denominada Iced Chocolate.

Para sumar más contundencia, el vehículo monta unas llantas cromadas de 17 pulgadas y de ocho radios específicas con las que gana personalidad y se distancia del resto de la gama. Como curiosidad, hay que subrayar que estas llantas están inspiradas en las barras de la Union Jack, la bandera del Reino Unido. Cabe señalar que esta versión sólo está disponible junto con la carrocería Cabrio de nuestra unidad, con lo que se pretende atraer a una clientela muy concreta, mayoritariamente formada por conductores jóvenes que busquen un Mini exclusivo.

La combinación de colores que se aprecia en el exterior se respeta también dentro del vehículo. En este sentido, la tapicería de los asientos es de cuero Lounge Leather de color marrón mientras que los bordes son del mismo tono azul que las franjas del capó. También son de piel el volante multifunción y los forros de la palanca de cambios y del freno de mano. Entre otras de sus características, el Cooper D Cabrio Highgate equipa pedales de acero inoxidable y alfombrillas específicas. Por otro lado, para la franja metálica del salpicadero se ha empleado aluminio cepillado. Todo ello da lugar a un ambiente lujoso con el que se acentúa la exclusividad que rodea a esta versión.

Cuando nos apetezca conducir sintiendo el sol y la brisa sobre nosotros, basta con accionar el interruptor situado al lado del retrovisor interior para aprovechar uno de los mayores valores añadidos del Mini Cabrio. De esta forma, un mecanismo automático se encarga de abrir la capota de lona tanto si estamos parados como si rodamos a una velocidad máxima de 30 km/h. El equipamiento de serie de esta versión incluye, entre otros elementos, control de estabilidad, seis airbags, volante multifunción, elevalunas eléctricos, climatizador automático, conexión USB y Bluetooth. Una particularidad la encontramos en las luces de cortesía, ya que pueden configurarse en colores distintos. En definitiva, se trata de un equipamiento que cumple con las expectativas que nos ofrece el vehículo.

Como en el resto de versiones Mini, todos los mandos son de uso intuitivo y están muy a mano. El vehículo ofrece un buen espacio para el conductor y el acompañante. Mientras tanto, las dos plazas traseras no destacan por su amplitud. Cuando se utilicen, es preferible que aquí viajen niños o adultos que no superen la altura media. Además de contar con un espacio para las piernas limitado, estas plazas también son bastante más estrechas que las delanteras. Tampoco el maletero es uno de los puntos fuertes del vehículo, pues ofrece sólo 170 litros, que bajan a 125 si viajamos con el techo descubierto.

La versión especial Highgate del Mini descapotable se puede escoger con cuatro motorizaciones diferentes, todas en variante Cooper. Entre ellas, hemos seleccionado para esta prueba la movida por el propulsor diésel 2.0 de 111 CV. Con un par motor de 270 Nm entre 1.750 y 2.500 rpm, hay que remarcar que su entrega de fuerza en bajos es encomiable. Ello no sólo le confiere unas buenas recuperaciones sino que también le permite acelerar desde parado de manera enérgica.

Así, el modelo logra un buen nivel de prestaciones que se pone de manifiesto al realizar el 0 a 100 km/h, pues es capaz de completarlo en 10,7 segundos. Además, puede rodar a una velocidad máxima de 190 km/h. Son cifras algo inferiores a la versión con caja manual de seis velocidades. Y es que nuestra unidad montaba la transmisión opcional automática, también de seis marchas. Este cambio se caracteriza por responder de forma bastante rápida, lo que contribuye a aprovechar a fondo la capacidad del motor. Si nuestra prioridad es el consumo más bajo posible y el máximo control de la transmisión, no hay duda de que debemos escoger la versión manual, que homologa un consumo medio de 4,0 litros. Ahora bien, si buscamos un mayor confort y suavidad sin renunciar a la deportividad pese a que el ahorro sea algo menor, la alternativa automática es la más adecuada.

Con la transmisión automática de nuestro Cabrio Cooper D Highgate, el consumo medio oficial es de 5,3 litros, si bien a nosotros nos entregó una media de 6,6 litros cada 100 km. Hay que tener en cuenta que durante nuestra prueba alternamos entre ciudad, vías interurbanas, carreteras de montaña y autopista. Se trata de una cifra muy razonable dado el buen rendimiento general que ofrece la mecánica. Las medidas para alcanzar la máxima eficiencia las encontramos en el sistema de arranque y parada automático Start-Stop así como en el alternador que genera electricidad en las deceleraciones.

Nada más comenzar a enlazar curvas por carretera de montaña rápidamente nos viene a la mente un adjetivo. Divertido. Y es que el pequeño y coqueto utilitario lo tiene todo para pasar buenos ratos en zonas reviradas. Factores como su bajo peso, su corta batalla o la suspensión de considerable firmeza ponen su granito de arena para que el comportamiento dinámico del automóvil resulte muy eficaz y estable. En este sentido, la agilidad se confirma como uno de sus atributos más característicos, en parte gracias a la eficacia de sus chasis.

El hecho de contar con una suspensión más bien dura apenas penaliza a la comodidad, pues se trata de un vehículo que proporciona un notable placer de conducción, aunque al pasar por determinados baches puede percibirse reacciones algo secas. Por ciudad, el automóvil demuestra su consabida maniobrabilidad para desenvolverse con soltura, a lo que también contribuye su directa y precisa dirección. Gracias a ello, se mueve como pez en el agua incluso por los pequeños callejones urbanos.

Durante la conducción por autopista se muestra aplomado y confortable. Solo hay que reprocharle que, como le suele suceder a muchos descapotables con techo de lona, los ruidos aerodinámicos se cuelan en el habitáculo cuando la capota se encuentra cerrada. En cualquier caso, son más bien residuales y no dificultan la conversación con nuestros acompañantes. Por otra parte, la capacidad de frenado del vehículo es poderosa, por lo que la sensación de control es muy buena en todo momento.

Esta versión especial Highgate del Mini descapotable tiene como objetivo seducir a los conductores que no se conformen con el modelo convencional. La exclusividad, cómo no, tiene un precio. Y por ello hay que estar dispuestos a aumentar el presupuesto en más de 5.000 euros sobre el necesario para adquirir el Cabrio Cooper D convencional. De esta manera obtendremos un Mini con rasgos exteriores específicos y un interior donde se respira una gran calidad y una elevada atención por el detalle. La diversión en materia dinámica está asegurada, al igual que un notable rendimiento acompañado de un consumo más que razonable. El equipaje, mejor que sea escaso, igual que el número de acompañantes.