Nissan Cube

Aunque para el mercado europeo el Nissan Cube es una rigurosa novedad, lo cierto es que este vehículo de aire retro y carácter funcional ya va por su tercera generación. En Japón forma parte de los coches de culto con cerca de un millón de unidades vendidas desde su lanzamiento en 1998. A España llegará en febrero con unos objetivos más comedidos, 1.000 unidades en un año completo, pero dispuesto a plantarle cara a sus rivales naturales: Citroën C3 Picasso, Kia Soul, Skoda Roomster y Toyota Urban Cruiser, entre otros. Claro que Nissan también aspira a restar algunas ventas al Mini y al Fiat 500. El precio del Cube va desde los 16.950 hasta los 20.550 euros.

Vídeo y Fotos

Diseño exterior

Jennifer López, un jacuzzi, los paneles japoneses e incluso las ondas que produce una gota al caer en el agua han servido de inspiración para crear esta tercera generación del Nissan Cube (la primera fuera del mercado japonés). En Japón lleva rodando desde diciembre de 2008, en mayo de 2009 dio el salto a los Estados Unidos y ahora llega a Europa. La asimetría provocada por la apertura lateral del portón trasero es una de las principales características de su diseño, así que para comercializar el Nissan Cube en aquellos mercados en los que el volante va situado a la izquierda fue necesario fue necesario adaptar la trasera del vehículo para invertir la posición de apertura de portón, ya que además de un fuerte componente estético, la prolongación de la zona de la superficie acristalada de la luneta trasera hacia el lateral del vehículo tiene un sentido práctico: el de no restar visibilidad al conductor. El Cube mide 3,98 metros de largo, 1,69 de ancho y 1,67 de alto, así que es 10 centímetros más corto que un Citroën C3 Picasso y 12 cm más corto que un Kia Soul, pero en altura no hay ninguno de su categoría que lo supere.

Habitabilidad

El espacio interior es sobresaliente. Sus formas cúbicas permiten un gran aprovechamiento del habitáculo que se ve potenciado por la gran altura que hay hasta el techo. A la sensación de amplitud también contribuye la luminosidad procedente del techo acristalado que cuenta con una solución muy práctica de cortinillas, de clara inspiración japonesa, así, con un solo movimiento se puede pasar te llevar una cortinilla traslúcida a una totalmente opaca. La guantera es muy profunda, tanto que hay que alargar el brazo para tocar el fondo. Esto es bueno porque ofrece mucha capacidad pero, por otro lado, puede suponer un límite para estirar las piernas dependiendo de dónde llevemos posicionado el asiento. Los asientos resultan muy cómodos por el mullido que utilizan. La banqueta de la fila trasera se puede deslizar longitudinalmente con lo que el espacio de carga en el maletero, pasa de 255 litros a 403. Si además se pliegan los asientos entonces el volumen resultante es de 1.565 litros.

Mecánica

Hay dos motores disponibles, uno de gasolina y otro diesel. El gasolina será el que abra la comercialización del Cube, prevista, en España, para el próximo mes de febrero. Se trata del bloque de 1.6 litros de 110 caballos. De serie acopla un cambio manual de 5 velocidades pero por 1.000 euros más se puede montar la transmisión automática con variador continuo X-Tronic. Con el cambio manual alcanza una velocidad máxima de 175 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,3 segundos. La mecánica diesel llegará entre marzo y abril y no es otra que el conocido 1.5 dCi, en este caso, de110 CV asociado a un cambio manual de seis velocidades. Dispone de un par máximo de 240 Nm a 1.750 revoluciones por minuto y en cuanto a prestaciones, la velocidad máxima que consigue es la misma que con el motor de gasolina: 175 km/h mientras que en aceleración pierde algunas décimas, 11,9 segundos es lo que tarda en realizar el 0 a 100 km/h.

Comportamiento

Un retraso del vuelo, y no la nieve, nos impidió llegar a tiempo a Berlín para realizar los rutómetros que Nissan había programado para la prueba del Cube, así que tuvimos que conformarnos con realizar el escaso recorrido que va del aeropuerto de Tegel al centro de la capital alemana. Optamos por coger la versión diesel dado que será la que llegue más tarde a nuestro mercado. Este es un motor muy suave, si bien hasta que no va cogiendo temperatura no esconde el rumor procedente de su puesta en marcha. Como responde muy bien desde bajo régimen no hace falta estar muy pendiente del cambio lo cual se agradece en la conducción por ciudad. La dirección parece ágil y con un buen radio de giro, algo que facilita las maniobras en el tráfico urbano. El diseño de su carrocería es una traba a la aerodinámica como refleja su Cx de 0,35. Esto es algo que también repercute en el consumo pues homologa una media de 5,2 l/100 km, el mismo consumo que el Kia Soul con el motor 1.6 CRTD de 126 CV. Un C3 Picasso equipado con propulsor 1.6 HDI de 110 CV acredita un consumo medio de 4,9 l/100 km. Con los neumáticos de invierno el ruido de rodadura era patente en el habitáculo pero sin llegar a ser molesto, en cualquier caso el incremento de agarre que proporcionan estos neumáticos lo compensaba sobradamente.

Seguridad

Independientemente del grado de acabado elegido, hay tres posibles, el Cube equipa de serie control electrónico de estabilidad, ESP, que se une a otras ayudas electrónicas a la conducción como son el control de tracción y los frenos ABS con distribución electrónica de la frenada. Asimismo incluye 2 airbags frontales, 2 airbags laterales y 2 airbags de techo. Los anclajes Isofix para anclar las sillas infantiles también forman parte del equipamiento de serie.

Valoración

El diseño es la base fundamental del Nissan Cube, y no solo porque sus peculiares líneas lo convierten en un coche diferente sino porque ese cubismo del que hace alarde le otorga un aprovechamiento del espacio interior y una sensación de amplitud únicos en su clase. Claro que la parte menos buena de sus formas de carrocería es su mayor resistencia al viento lo que repercute negativamente en el consumo y por extensión en las emisiones contaminantes. El precio, aunque está en la línea de sus competidores, no es como para tirar cohetes, pero ya se sabe que la distinción se paga.