Cuando te bajas del nuevo Nissan GTR 2012 no puedes dejar de preguntarte cómo esta marca japonesa ha sido capaz de crear un deportivo con semejantes prestaciones y eficacia dinámica a un precio en torno a los 100.000 euros. Las credenciales de este vehículo son sorprendentes: hace el 0 a 100 km/h en 2,8 segundos, alcanza los 315 km/h y es uno de los coches más rápidos del mundo en dar la vuelta al circuito de Nürburgring. Algunos de los deportivos que ofrecen prestaciones similares son el Lamborghini Aventador, Porsche 911 Turbo S Coupé, Ferrari F12 Berlinetta o Audi R8 5.2 FSI V10, y el más barato de todos ellos cuesta 165.000 euros. El único coche que supera claramente en prestaciones al Nissan GTR es el Bugatti Veyron, un bólido que hace 2,5 segundos en el 0 a 100 km/h y que cuesta en torno al millón y medio de euros. Por lo tanto, desde este punto de vista, los 100.990 euros que piden en un concesionario por este Nissan GTR pueden considerarse una buena inversión. Pero no todo son frías cifras cuando se trata de hablar de este supercar nipón. Y es que el GTR transmite grandes sensaciones en carretera, que todavía son mejores en circuito. Es un coche capaz de llevarte cómodamente en medio de un atasco urbano, o incluso servirte para desplazarte con un par de acompañantes en las plazas traseras sin que estén acordándose constantemente de tu familia. Es un superdeportivo diferente, capaz de lanzarte a un ritmo endemoniado en circuito pero que a la vez puede ser conducido con total relajación en un entorno urbano. Es cierto que su estética no es tan llamativa como la de un Lamborghini, Ferrari, Maserati o un Porsche Carrera. Pero también hace girar cabezas a su paso por su exclusividad y el aire mítico que le rodea.
PVP: NISSAN GTR 3.8 V6 550 CV Black Edition 102.090 €
Agradecimiento al Circuito Parcmotor de Castellolí
Un superdeportivo diferente
Una llamada de Nissan España nos concedió la oportunidad de conducir la versión 2012 del Nissan GTR durante un día, que prometía ser intenso. El coche, convenientemente puesto a punto, nos esperaba en el concesionario, luciendo su inconfundible estética deportiva "a la japonesa". Aunque esta unidad de prensa no se corresponde con la reciente versión Track Pack (diseñada para la mayor efectividad en circuito, sólo disponible en Japón y Reino Unido), nos conformamos rápidamente con el aspecto igual de musculoso, agresivo y cautivador que ofrece esta versión standard. El Nissan GTR sorprende a primer golpe de vista por su tamaño y empaque. Es un coche que mide 4,67 metros de longitud y no es excesivamente bajo, desmarcándose de otros supercoches. De hecho, su particular diseño quiere remarcar su filosofía de deportivo funcional y práctico, diferente al resto. Así lo afirman en Nissan y así también lo vemos nosotros. De un primer vistazo ya nos vemos atraídos por el aire atlético y musculoso de este coche. Detalles como las espectaculares llantas de 20 pulgadas con neumáticos de perfil ultrabajo (255/40 delante y 285/35 detrás) o el difusor trasero de auténtico carbono nos indican que la cosa va en serio. Este GTR no es de color rojo como un Ferrari, ni goza de la espectacular estética de otros superdeportivos, pero no os confundáis. Es un coche que crea mucha expectación, que provoca el comentario de la persona entendida en coches y de la que no lo es allí donde vaya. También hay que decir que nuestra unidad de pruebas venía decorada con adhesivos de la Nissan GT Academy, y eso multiplicaba el interés popular.
Interior rácing
El aire "de carreras" del exterior tiene su reflejo en el habitáculo, en el que domina el color negro, los acabados de carbono y la numerosa información en forma de relojes y pantallas digitales. Podemos ajustar fácilmente la posición de conducción con bastante precisión y encajarnos en los asientos de tipo backet, cómodos y envolventes. Frente a nosotros tenemos un magnífico volante de tres radios con mandos multifunción, de agarre y tacto sobresaliente. El cuadro de relojes es sencillo: un cuentarrevoluciones en primer término, un velocímetro hasta 340 km/h y los indicadores de marcha seleccionada, temperatura del agua y nivel de combustible. Nada del otro mundo. Lo complejo está un poco más a la derecha, donde se sitúa una pantalla digital que muestra información sobre nuestro estilo de conducción ( con indicadores de fuerza G y ahorro de combustible, entre otros) o el funcionamiento mecánico del coche (presión del turbo, del agua y el aceite, distribución de la fuerza motriz, etc)(ver fotos). Te acostumbras rápido a este volumen de información, ya que es claro y de fácil accesibilidad. Arrancamos el coche mediante el pulsador rojo al lado de la guantera y un sonido ronco, más discreto y apagado del esperado, nos anuncia que debajo del capó tenemos un motor de seis cilindros biturbo de gasolina de gran cilindrada ( 3,8 litros) y potencia: 550 CV, 25 más que la versión 2011, por si no era suficiente. El cambio de marchas del GTR es un automático de doble embrague, que podemos accionar mediante palanca (con un tacto bastante duro) o a través de unas grandes levas de magnesio que son fijas, independientes del giro del volante.
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Efectividad sorprendente
En los primeros compases percibimos el coche algo pesado y grande, torpe en las maniobras a baja velocidad, aunque sólo es la sensación que provoca el tacto duro de su dirección y la poca visibilidad que tenemos, especialmente hacia atrás. El motor empuja muy bien desde bajas vueltas, con suavidad y linealidad sorprendentes. Esta elasticidad permite conducir el coche con total relajación a punta de gas, como si de una tranquila berlina se tratase. La cosa cambia cuando aprietas el acelerador con decisión, y estiras las marchas hasta las 7.000 r.p.m., un ejercicio que puede hacerse en carretera abierta, pero que se disfruta mejor en circuito. Y es que este GTR corre mucho y genera una sensación de seguridad sorprendente. Con muy poco esfuerzo se puede ir muy rápido en carretera, más de lo que crees. El coche te transmite que tiene sus límites mucho más allá de lo que eres capaz de alcanzar en carretera abierta, y hace que te sientas más piloto de lo que en realidad eres. Efectividad es la palabra que lo define: tracciona de forma impecable, gracias a generoso calzado y la transmisión integral que reparte el par de forma automática en función de las necesidades; el diferencial autoblocante trasero se encarga de limitar las pérdidas de adherencia en las aceleraciones; la suspensión a base de amortiguadores Bilstein DampTronic puede ser todo lo rígida que queramos si escogemos el modo R; frena de forma impecable, gracias a los discos ventilados en las cuatro ruedas de 390 mm.(380mm. en el GTR 2011); el motor empuja y empuja sin pérdida de vueltas entre marchas gracias a la rapidez del cambio de doble embrague que le acompaña; y la dirección es suficientemente precisa e incisiva para no desentonar con todo el conjunto. A todo ello hay que añadir que Nissan ha diseñado el GTR para conseguir un óptimo reparto de pesos. De ahí que la caja de cambios se haya instalado en el eje trasero, y el centro de gravedad sea especialmente bajo. La aerodinámica del coche también ayuda a la estabilidad a alta velocidad, y un estudiado flujo del aire por debajo del piso hace de "efecto suelo". La electrónica acaba de rematarlo todo, y los controles de tracción y estabilidad garantizan que a pesar de un posible error de conducción nuestro, siempre habrá un margen para la seguridad.
Aceleración de vértigo
Para disfrutar de este coche nada mejor que llevarlo a un circuito, y en esta ocasión decidimos darnos unas vueltas por el magnífico trazado de Parcmotor Castellolí, en Barcelona. Su recta de meta es el mejor lugar para probar el sistema Launch Control, que puede lanzar teóricamente a este GTR de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos. Para activar el Launch Control, es necesario pulsar las palanquitas situadas en el centro del salpicadero (ver foto) hasta el modo "R", de forma que se ajusta la suspensión hasta su máxima dureza, el cambio hacia su modo más deportivo y se desconecta parcialmente el control de estabilidad. Pisamos el freno, damos gas a fondo, soltamos freno y el coche sale disparado como un cohete, con muy pocas pérdidas de tracción y absoluta efectividad. (ver vídeo). La aceleración desde cero que ofrece este deportivo es muy cercana a la de un F1, y provoca una cierta sensación de vértigo si no estás acostumbrado a ella. Sin duda, es el coche que he conducido que mejor acelera, y soy consciente de que es difícil volver a probar otro coche de serie que se acerque a sus prestaciones. Durante nuestra prueba registramos algunas décimas más que esos 2,8 segundos oficiales, pero en cualquier caso, fueron suficientes para conocer de primera mano el carácter del coche. Con el "setting" deportivo activado, el Nissan GTR da lo mejor de sí en circuito. Su sistema de transmisión integral da prioridad al eje trasero, que puede deslizar ligeramente si te sobrepasas con el gas a la salida de las curvas. En este supuesto, transmite automáticamente par motriz al eje delantero (hasta un 50%) para asegurar la tracción y el avance del vehículo. Así, el paso por curva es siempre excelente. En modo "R" el VDC-R o control de estabilidad está parcialmente desactivado, pero llega a actuar en situaciones límite. Podemos desconectarlo totalmente y hacer deslizar en mayor medida el eje trasero, a modo de "drifting", aunque no es muy recomendable hacer esto si no se tiene suficiente experiencia. El Nissan GTR se maneja de forma fácil, segura y efectiva. No intimida, vira plano, su dirección permite trazar las curvas con tiralíneas, el motor da potencia y par en toda la gama de revoluciones y estira con suma rapidez ayudado por cambio automático de doble embrague tremendamente eficaz, frena con contundencia, tracciona muchísimo, las reacciones del chasis son muy neutras y previsibles... es un coche que transmite confianza al ser pilotado.
Mejora continua
Las vueltas que dimos al circuito de Parcmotor en Castellolí nos dieron como resultado un consumo de 24 l/100km de media. Esto es un dato anecdótico en un coche de altas prestaciones como el GTR que, no obstante, es capaz de hacer consumos medios de 12- 13 l/100 a ritmo tranquilo (el consumo medio homologado está en 11,8 l/100). No hablaríamos de consumos si no fuera porque Nissan ha logrado reducir ligeramente el gasto de combustible y las emisiones de esta versión 2012 con respecto a la anterior, gracias a las modificaciones en el colector de admisión y el sistema de escape. La marca sigue trabajando este aspecto con la misma intensidad que sigue mejorando las prestaciones de su deportivo insignia. 7 minutos 20 segundos es el último crono registrado por un Nissan GTR en Nürburgring, y lo sitúa como uno de los coches más rápidos del planeta en este circuito mítico. Por lo tanto, Nissan sigue buscando el perfecto equilibrio entre ambos aspectos, versión tras versión. ¿Es el GTR el deportivo perfecto? Quizás no, pero se acerca a ello.
Macarrilla en los semáforos? Yo creo ke el macarra es el que escribe estas burradas. Andas!!