El Nissan GT-R Track Edition by Nismo es la segunda versión más prestacional de la gama. Su motor V6 biturbo declara 570 CV y equipa las mismas llantas y suspensiones casi de competición el GT-R Nismo.
Son numerosas las evoluciones que hemos probado del Nissan GT-R desde que apareció en 2007. Esta última bautizada como Track Edition me ha dejado casi sin palabras, está muy pero que muy cerca del GT-R Nismo.
El año pasado probamos la versión “standard” del GT-R en este comparativo y en el último capítulo de nuestro particular Winter Job derrapamos al límite sobre nieve al volante del GT-R Nismo, la versión más extrema de la gama actual. Nos faltaba probar el Track Edition.
Hoy nos vamos a centrar en lo que aporta de nuevo esta versión que equipa prácticamente lo mismo que el Nismo, pero por un precio sustancialmente inferior, casi 60.000 euros menos…
No es lo mismo pero casi
El Track Edition equipa los mismos amortiguadores Bilstein Damp Tronic, discos de freno Brembo de 390 mm con pinzas de 6 pistones y las llantas Rays Wheels de aluminio forjado de 20” que el GT-R Nismo.
Las llantas son pura y simplemente espectaculares, una auténtica leyenda dentro del mundo de las llantas de altas prestaciones. Tienen su origen en las ya míticas TE37 que Volkracing comercializó para competición en la década de los 90.
Ya con la primera entrega del videojuego Gran Turismo para la PlayStation One que estas eran mis llantas favoritas a la hora de modificar un coche de calle de forma virtual. Qué decir si el coche que estaba modificando era un Nissan Skyline GTR, el antepasado del GT-R actual.
Estéticamente el departamento de prensa de Nissan España ha querido diferenciarlo de un GT-R más con un conjunto de vinilos que han diseñado exclusivamente para esta unidad de pruebas.
Por lo general Nissan suele competir en carreras de GT con los colores rojo y blanco como grandes protagonistas, de ahí esta elección cromática. En la misma línea, en prácticamente todos los campeonatos que Nissan compite de forma oficial siempre suele inscribir uno de sus coches con el número 23. En japonés el número 2 se pronuncia Ni, mientras que el 3 San.
El Track Edition sólo cuenta con el portón del maletero y con un alerón trasero integrado en fibra de carbono. A diferencia del Nismo que equipa un completo kit aerodinámico también en la misma fibra formado por: alerón trasero tipo GT, faldones laterales, parachoques delantero y trasero.
En el interior el Track Edition, además de una placa que lo identifica como tal, presenta inserciones en piel en salpicadero y puertas, así como un acabado en carbono y asientos tipo semi-backet también en carbono.
La gran pega de los semi-baquet es que para acceder a la segunda fila tienes que desajustarlo por completo para desplazarlo lo máximo posible hacia delante. No cuentan con un sistema de desbloqueo como el que encuentras en la mayoría de cupé de 2 puertas.
Eso sí, los asientos sujetan muy bien y cuentan con el mullido justo para aportar un gran nivel de confort, tanto en el día a día como a la hora de viajar. Los baquet del Nismo sujetan todavía más pero para mi talla XL aprietan demasiado, estos los encuentro más cómodos.
Con los asientos delanteros regulados un poco más adelantados de lo que harías normalmente puedes aprovechar las plazas traseras, dos asientos independientes perfectos para niños.
El maletero es el mejor de su segmento. Ningún otro súper-coche ofrece semejante capacidad de carga. Sus 315 litros de capacidad hacen que sea ideal para viajar, incluso en familia.
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Máquina del tiempo
Desde que trabajo como periodista de motor he probado muchos deportivos, pero debo reconocer que pocos son capaces de ofrecer la misma experiencia que brinda el Nissan GT-R. Sí, los hay más rápidos, más ligeros, más aerodinámicos, pero el GT-R transmite una sensación de velocidad increíble.
La capacidad de tracción de su atómico sistema de tracción integral hace que salga disparado como una verdadera catapulta. Pero es el conjunto lo que aporta tantas sensaciones. Como, por ejemplo, el silbido de los turbos que sobrealimentan su motor V6.
También contribuye a la experiencia la progresividad en la entrega. Los turbos empujan cada vez más y más, a medida que el motor sube de revoluciones vas sintiendo como tu espalda se hunde en el respaldo del asiento.
Entre 3.300 y 5.800 rpm ofrece 637 Nm de par máximo. Llegando la potencia máxima de 570 CV a 6.800 rpm. Sus turbocompresores son algo más pequeños que los SPEC-V del Nismo de 600 CV. De ahí que el motor VR38DETT del Track Edition sea idéntico al del GT-R “estándar”.
Los neumáticos Dunlop Sports Max GT 600 ofrecen un rendimiento espectacular. El nivel de grip es muy alto, pero al mismo tiempo son muy comunicativos. En todo momento sientes el grado de conexión con el asfalto y esto en un coche de este calibre te ayuda a disfrutar todavía más al volante.
Sólo en las curvas más lentas sientes una cierta tendencia al subviraje. El peso es el que es, hablamos de 1.745 kilos en vacío y eso se tiene que notar. En cambio, en las enlazadas rápidas gestiona los cambios de apoyo con una agilidad pasmosa.
El equipo de suspensión formado por amortiguadores Bilstein Damp Tronic permite disfrutar de dos coches en uno. Esta es exactamente la misma configuración de chasis que lleva el GT-R Nismo, mucho más efectiva y enfocada a un uso en conducción deportiva que la del GT-R “estándar”.
En la posición “Comfort” filtran de forma espectacular todas las irregularidades del firme. Una configuración que lo convierte en usable y cómodo en el día a día. No está mal para un coche que tiene el apellido “Track Edition”.
Con la posición “R” se endurecen hasta límites insospechados. No se trata de una configuración únicamente pensada para uso en circuito. En carretera con asfalto en perfectas condiciones va de cine. Incluso cuando el asfalto se rompe un poco sigue ofreciendo un buen filtrado, sobre todo en lo que a rebote se refiere.
El conjunto de frenos firmado por Brembo consta de discos de 390 mm delante y 380 mm detrás con pinzas de 6 y 4 pistones, respectivamente. En conducción deportiva funciona de maravilla, aportando un tacto y una precisión encomiables. Eso sí, cuando vas un poco más allá, los casi 1.800 kilos de peso salen a relucir y termina apareciendo algo de fading.
La firma nipona anuncia un consumo medio de 12,5 l/100 km, un registro bastante alejado de la realidad. A un ritmo suave, puedes hacer medias de 17 l/100 km. No obstante, en conducción deportiva es fácil superar los 25 l/100 km o incluso los 30 l/100 km.
En resumidas cuentas
Para mi, este es el GT-R que hay que comprar. Claro que uno standard es ya un aparato como Dios manda, el tema es que por un extra bastante contenido el Track Edition aporta tanto más que merece mucho la pena. El motor del Nismo empuja todavía más y su kit aerodinámico de carbono le sienta genial, el tema es que que cuesta casi 60.000 euros más que un GT-R normal... El Track Edition sólo cuesta 12.690 euros de más sobre el GT-R “estándar”. Una cifra más que justificada.