Nissan Micra 1.5 dCi: Mejor que el gasolina

Hace unos meses descubrimos la nueva generación del Micra en Croacia, en una presentación en la que realizamos este video que os dejo en este enlace. Entonces nos centramos en la versión de gasolina. El Micra anterior no había tenido versiones diésel y la tendencia en el segmento B va hacia la recuperación de los motores de gasolina. Por este motivo pedimos en aquel momento un motor de gasolina para probar. Ahora, ya con el coche a la venta, hemos pedido un diésel para ofreceros nuestras impresiones con él.

En contra de lo que nos suele suceder últimamente, y más en este segmento, he de confesaros que este Micra diésel me ha gustado bastante más que el de gasolina. El motor es un viejo conocido; el 1.5 dCi del Grupo Renault Nissan en su versión de 90 CV. No parecen muchos pero la verdad es que teniendo en cuenta que este Micra es un coche ligero (1.157 kilos) y que el motor entrega una excelente cifra de par (220 Nm), esos 90 CV son más que suficientes para un modelo como este.

El motor tiene notables cualidades. Es cierto que la falta algo de fuelle en baja y que mejoraría con una caja de seis velocidades que permitiera ponerle una primera algo más corta para conseguir mejores aceleraciones desde parado pero en líneas generales, es un motor que cumple con su cometido de mover al Micra con un dinamismo notable.

Desde medio régimen para arriba, es un motor muy elástico, que permite jugar con el cambio pero sin necesidad de estar recurriendo a él en cada momento. En autopista mejoraría también con una sexta larga pero no hace excesivo ruido y puede conseguir consumos muy bajos a velocidad legal estable. En carretera, siempre que lo mantengamos entre 2.000 y 4.000 vueltas, el motor es alegre y vivaz y permite tanto una conducción tranquila como una más alegre sin ningún problema.

Otra de las virtudes de este propulsor es el consumo de combustible. La marca ha homologado 3,5 litros a los 100 km de media, un resultado imposible de conseguir a menos que se alineen los astros, vayamos solos, circulemos en vías llanas o en bajada, no conectemos el aire y no pasemos de 2.000 vueltas tratando el gas con un tacto exquisito. En condiciones normales, yo conseguí una media de 5 litros exactos en circulación mixta y, en autopista llana a velocidad estable (120 km/h.) el coche gasta 4,4 litros que es una cifra excelente.

La caja de cambios, como ya he comentado, tiene una marcha menos de las deseables. Lo cierto es que nos hemos acostumbrado ya tanto a las seis marchas que cuando un coche no las tiene (algo habitual por otra parte en este segmento y en motores de esta potencia), la ecchamos en falta. Las seis marchas tienen la virtud de que facilitan montar una primera corta y una sexta larga y jugar entre segunda y quinta. En este caso, el problema llega con la quinta, que es larga para reducir el régimen del motor y bajar el consumo pero, a cambio, tiene una peor respuesta en repechos de autopista, por ejemplo, donde hay que bajar a cuarta. El manejo del cambio es preciso pero sin destacar en exceso en este apartado.

El chasis del Micra ya nos gustó bastante cuando probamos la versión de gasolina y nos ha convencido de nuevo en esta versión diésel. Este es un coche que nada tiene que ver con la generación precedente -más barata y más modesta- y se le nota más aplomado y más estable al tiempo que es también más ágil. La suspensión es bastante firme, lo que le permite ofrecer una buena motricidad aunque también es cierto que hay coches en este segmento que son más confortables.

La dirección es muy directa y contribuye a la agilidad del coche en curva y el mayor peso del motor diésel respecto al de gasolina contribuye a que el eje delantero pise mejor que en la otra versión y, por lo tanto, la sensación de estabilidad es superior.

El habitáculo del Micra tiene, en la parte delantera, un aspecto realmente bueno. Los materiales, con algunos plásticos blandos, desprenden sensación de calidad (más que en otros modelos del segmento), los asientos tienen muy buen aspecto, aunque mejorarían con algo más de sujeción lateral y el diseño está muy logrado.

Nuestra unidad de pruebas corresponde a una versión de serie limitada llamada Bose Edition que ya no se comercializa pero el nivel de acabado es equivalente al del Tekna que sí está a la venta. La opción de interior bicolor se ofrece en sintonía con el acabado exterior también con elementos de un color concreto, en este caso naranja. El precio de la personalización exterior es de 700 euros y puede aumentarse mediante unos vinilos decorativos y el de la interior asciende a 350 euros.

Volviendo al habitáculo, la sensación es de que todo está en su sitio y de que el conductor recibe un trato excelente. Cuenta con regulación de altura del asiento, de altura y profundidad en el volante y de altura del cinturón. La instrumentación es muy completa y, en esta versión, incluye una pantalla central de 5 pulgadas a color mientras que el volante, achatado por abajo, es de cuero y dispone de mandos para el equipo de audio y el control de crucero, también de serie.

Otros elementos a destacar son los apoyos acolchados para las rodillas, la cantidad de espacios para dejar objetos (en la parte baja de la consola. entre los asientos y en la guantera, bastante grande, y la situación de la pantalla central, perfectamente integrada aunque personalmente hubiera preferido que estuviera más arriba. Debajo de la misma encontramos los mandos de la climatización monozona (no hay opción bizona en el Micra). Lo que menos me gustó es la situación en la consola del botón de puesta en marcha (lo prefiero en la zona cercana al volante) y la imposibilidad de disponer de freno de mano eléctrico.

La pantalla da servicio al navegador, al equipo de audio (en nuestra unidad un equipo Bose que llevaba altavoces en los reposacabezas) y al teléfono. Tiene 7 pulgadas y ofrece, además, las imágenes de la cámara de retrovisión y las de la cámara periférica de 360 grados, de serie en la versión Tekna y que ayuda en las maniobras de aparcamiento. La única pega del sistema es que sólo es compatible con teléfonos Apple y que la compatibilidad con los Android no llegará hasta el próximo año.

Todo lo bueno del Micra en la parte delantera no tiene continuidad en las plazas traseras que son de las peores del segmento. Parece que Nissan haya decidido que los pasajeros traseros son menos importantes. de lo contrario no se entiende porque se han tomado algunas de las decisiones respecto a este espacio. De entrada, ya cuesta acceder a él por dos motivos. El primero es esta estúpida moda de "esconder" los tiradores traseros en el montante con lo que se pretende, en teoría, que el coche parezca lo que no es, es decir, un modelo de tres puertas cuando en realidad es de cinco.

El tirador, situado muy arriba y en vertical es difícil de accionar tanto para las personas con manos grandes, por la escasa ranura existente como, sobre todo, para los niños pequeños que deben estirar mucho el brazo, colocar la mano verticalmente y, en un mismo movimiento, tirar de la palanca para abrir y tirar de la puerta hacia ellos de manera que se la echan encima, Muy mal resuelto el tema, la verdad.

Una vez abierta la puerta, el paso que ofrece es pequeño. Entre unas puertas con poco ángulo de apertura y un corte trasero del techo en caída, no es fácil acceder atrás para personas de talla alta. Una vez dentro, el espacio longitudinal para las piernas es bueno y en anchura es similar al de otros coches del segmento pero en altura es de los más bajos de manera que las personas altas tocarán con la cabeza en el techo. Para rematar el tema, el Micra no tiene elevalunas traseros eléctricos ni tan siquiera en opción de manera que hay que bajar el cristal - que no baja del todo- con la ayuda de los manubrios tan populares en los coches de hace treinta años.

En el maletero hay 300 litros de capacidad, normal para el segmento aunque hay coches que superan ya los 350 litros. Nissan no ha cuidado en exceso tampoco el espacio para equipajes. Hay una bandeja rígida pero no hay doble fondo, por ejemplo, de manera que al abatir los asientos traseros en mitades asimétricas, queda un escalón de carga. Con los asientos abatidos, el espacio aumenta hasta poco más de 1.000 litros. Debajo del piso, por cierto, encontramos un kit de reparación de pinchazos que podemos sustituir por una rueda de recambio temporal por 100 euros.

Nissan tiene una política comercial realmente bien pensada. En lugar de ofrecer múltiples opciones, estructura la gama en cuatro acabados, cada uno más equipado que el anterior, y luego deja algunas opciones que son realmente tales como la decoración exterior o la tapicería de cuero, por ejemplo.

En el caso del Micra, los acabados para esta versión diésel son Visia+, con aire acondicionado y Bluetooth, Acenta, con llantas de aleación, faros antiniebla, control de crucero, pantalla de 7 pulgadas y tapicería bitono, N-Connecta, con sensor de lluvia, acceso sin llave y navegador y Tekna con llantas de 17 pulgadas, cámara de 360 grados, sistema de audio Bose y numerosas ayudas a la conducción como el aviso de cambio de carril con una sutil inercia para mantener el coche dentro del mismo operada a través de los frenos y sin intervención en la dirección, aviso de peligro de colisión con detector de peatones, reconocimiento de señales, cambio automático de luces cortas a largas y control de ángulo muerto.

En el apartado de opciones para el Tekna quedan los faros de LED completos, que cuestan 350 euros, la tapicería de piel con asientos calefactables, que se factura a 1.150 euros y la pintura metalizada, que vale 420 euros. Por lo que respecta a la personalización, los interiores en color azul, naranja o granate cuestan 350 o 400 euros y los paquetes exteriores 350 o 700 si se incluyen las llantas. Los vinilos laterales cuestan 250 euros y los de capó y techo 300 o 400 dependiendo del tamaño.

El precio de nuestra unidad en acabado Bose Edition (todavía quedan algunas a la venta) era de 22.170 euros pero el Tekna, tope de gama, cuesta 20.600 euros en precio de tarifa. Con la oferta en vigor, este precio desciende hasta los 16.550 euros con mantenimiento gratuito durante tres años siempre y cuando se entregue un coche a cambio y se financie con la marca.

En definitiva, un coche interesante que llega a un segmento muy competitivo con argumentos convincentes (estética, consumo, comportamiento, equipamiento) pero con unas plazas traseras claramente mejorables como principal inconveniente.