Mejorado y perfeccionado
Nissan aplica ciertas mejoras en este segunda entrega de su Murano, que sin llegar a ser una nueva generación lo deja mejor posicionado en su segmento. Para ello introduce ciertos cambios estéticos en su carrocería, dota de un mayor refinamiento a su habitáculo y echa el resto en su equipamiento, que como su antecesor es de lo más completo.
La renovación efectuada en el Murano apenas ha modificado las líneas maestras de su carrocería con cierto aire de coupé y línea de cintura elevada. Sin embargo sí lo han hecho las ópticas y pilotos, así la parte frontal luce unos faros de rasgado diseño en forma de flecha, que abrazan la parte inferior de la parrilla cromada. Dichos grupos ópticos incluyen faros bixenón con iluminación activa en curva, que son de gran ayuda a la hora de trazar las curvas cuando la noche hace acto de presencia. Dicho elementos junto a la toma de aire inferior le otorgan una imagen aún más deportiva. Por su parte la zaga recibe los cambios más significativos, pues ahora presenta una forma más inclinada con un portón que recuerda al del Qashqai. Mientras los pilotos se encuentran ahora situados en forma vertical y adquieren un diseño triangular con iluminación LED para frenos y luces de posición. Por último, su discreto alerón acoge la tercera luz de freno con iluminación LED. Su agresiva y llamativa imagen exterior formada por voluminosas defensas y marcados trazos de rueda se refuerza con la introducción de nuevos colores y la posibilidad de montar llantas de hasta 20 pulgadas de dimensión. Si bien nuestra unidad montaba llantas de 18 pulgadas en neumáticos de generosa dimensión (235/68 R18).
El renovado habitáculo del Murano ofrece asientos en cuero, que resultan muy confortables, incluso en las plazas traseras donde podemos regular la inclinación del respaldo. En ellas tres adultos se puedes acoplar sin problemas, gracias a la considerable anchura de hombros (149 centímetros) y espacio para las piernas (81 centímetros). Además los respaldos de dichos asientos se abaten automáticamente, ya sea desde el propio asiento o a través de una palanca situada en el salpicadero. Para volverlos a dejar en posición vertical basta con mantener presionado uno de los botones eléctricos, ya sea el situado en la consola central al lado del conductor o en el maletero. Delante los asientos son muy confortables y cuentan con asientos con regulación eléctrica y memoria. El destinado al conductor se encuentra muy bien resuelto pues además de disfrutar de una amplia regulación del mismo, el volante y los pedales quedan muy bien situados. Para colmo el maletero además de contar con una excelente terminación es amplio y diáfano y podemos aumentar la capacidad del mismo - de los 402 a los 838 litros - abatiendo los respaldos del asiento trasero -en proporción 60/40 -, bien desde una palanca situada en el propio asiento o desde el maletero quedando una superficie de carga totalmente plana. Todo un detalle que aumenta la funcionalidad de los mismos. Además la tarea de cargar el mismo se facilita en mayor medida gracias a disponer de un portón con apertura y cierre automáticos.
Bajo su capó el Murano recurre al conocido motor de ciclo Otto de 3,5 litros y seis cilindros en V a 60º con bloque y culata multiválvulas, doble árboles de levas y distribución variable, que ha sido potenciado y revisado hasta alcanzar los 265 caballos. El motor se encuentra ubicado transversalmente en el frontal y unido a un cambio automático de variador continuo CVT, que ha sido revisado respecto del anterior con el objetivo de reducir las pérdidas de rozamiento e incrementar la rapidez de su funcionamiento. En la práctica el 3.5 V6 funciona de maravilla y mejora las aptitudes del anterior pues es todo un prodigio de funcionamiento pensado para el máximo confort dado la exquisita suavidad con la que trabaja y su envidiable silencio en marcha. Todo ello tiene su contrapunto en los largos desarrollos de la caja de cambios, que impiden extraer todo el rendimiento que cabría esperar de un motor de semejante cubicaje y potencia y obliga a recurrir a su manejo manual para moverse con verdadera agilidad y rapidez. Claro que conviene tener en cuenta que cuando lo hagamos no utilicemos la sexta velocidad, ya que actúa como una "overdirve" (sobremarcha que permite circular de forma desahoga con el motor muy bajo de vueltas). En cualquier caso cuando nos desplazamos por ciudad y enrevesadas carreteras comarcales que requieren continuos cambios de marcha cabe señalar que el motor ejecuta los cambios sin apenas tirones y resbalamiento, ya sea en modo automático o manual permitiendo mantener al motor en un régimen óptimo de funcionamiento. Claro que todo ello tiene su contrapunto un consumo nada mesurado, pues no es difícil moverse en torno a cifras de 12,5 litros de media.
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El bastidor del nuevo Murano cuenta con idénticas cotas que su antecesor donde destaca su larga distancia entre ejes -2,82 metros - y el incremento en 6 centímetros en longitud hasta alcanzar los 4,83 metros. Unas cifras que le auguran un mejor aplomo en marcha como veremos más adelante. Su bastidor monocasco autoportante, derivado del turismo de lujo Altima, cuenta con elaboradas suspensiones independientes en ambos trenes. Delante emplea tren McPherson reforzado y detrás un complejo conjunto multibrazo, atornillado a un subchasis independiente, que acoge no sólo el diferencial trasero sino también el embrague electrohidráulico del sistema de tracción "All mode" encargado de repartir el par entre ambos trenes cuando se detecta una pérdida de adherencia en el eje delantero, que es quien recibe toda la fuerza en condiciones normales. Aplomado en cualquier tipo de trazados el Murano muestra una conducta obediente a las indicaciones que le hacemos desde el volante, aunque habrá que acostumbrarse a su amplio radio de giro para marcar la trayectoria deseada. Su contenido balanceo de la carrocería y buen filtrado de la suspensión ofrece en todo momento un elevado confort en marcha. No obstante es un SUV que prefiere desenvolverse en carreteras rápidas y abiertas, aunque no adolece de torpeza en cuando los giros se presentan más reducidos y las curvas se suceden en las carreteras de segundo orden. Sin embargo cuando el asfalto se muestra demasiado roto, su blanda amortiguación se deja llevar por la dureza de los muelles, lo que repercute en unos trenes rodantes que rebotan en demasía pudiendo llegar a perder algo de adherencia. Para paliar tal efecto contamos con los correspondientes controles de tracción y de estabilidad. Fuera del asfalto, sus recorridos cortos de la suspensión junto a la ausencia de reductora limita su actuación a pistas y caminos sencillos. No obstante ,sus aceptables ángulos de ataque y de salida junto a la posibilidad de bloquear el reparto del par (50/50) mediante un botón dispuesto en la consola central, nos permite superar algún que otro obstáculo más o menos complicado.
Los frenos del Murano no destacan ni por solvencia ni por su resistencia a la fatiga. Por lo demás, su equipamiento en seguridad está a la altura de lo que se espera de un coche de sus características con el correspondiente ABS con el repartidor electrónico de frenada (EBD) y el asistente a la frenada de emergencia (BA). Sin faltar tampoco el respectivo control de estabilidad - como se ha mencionado en el apartado de comportamiento -, que por otro lado podemos desconectar. Ya dentro del habitáculo no faltan los airbags frontales para conductor y acompañante, los laterales y de cortina. Elementos que se complementan con los reposacabezas activos en las plazas delanteras y los anclajes para sillas infantiles en las plazas traseras.
Bien dotado en su equipamiento y con un motor que se manifiesta especialmente brillante tanto en rendimiento como en suavidad en marcha, así es el Murano. Un Suv que atesora demás una buena amplitud en su interior donde no falta calidad dentro del habitáculo. Lástima que por el momento tan solo se ofrezca con mecánica gasolina, lo que penaliza una mayor adquisición del mismo en estos tiempos de crisis donde el consumo es mirado con lupa en un mercado donde las mecánicas diesel campan a sus anchas. Aún así argumentos no le faltan para impresionar, incluso fuera del asfalto donde sus aceptables cotas unidas al bloqueo del reparto le permite superar algún paso algo más complicado de lo que en un principio cabe esperar.
Tengo una Murano LE y es lo mejor que me pasó en la vida.