Nissan Note 1.2 80 CV Tekna Sport

El objetivo de Nissan con el nuevo Note es abrir horizontes e intentar batirse en duelo con los utilitarios más populares del segmento B si bien, por supuesto, seguirá compitiendo con los monovolúmenes urbanos, hasta ahora únicos rivales naturales del vehículo japonés. En definitiva, el Note quiere entrar a competir con modelos como el Renault Clio, el Volkswagen Polo, el Seat Ibiza o el Peugeot 208 si bien sus potenciales clientes de buen seguro tendrán también en cuenta las opciones que representan coches más espaciosos y versátiles, aunque también más caros como como el Fiat 500L, el Citroën C3 Picasso o el Kia Venga.

La versión que hemos elegido dispone bajo el capó del propulsor tricilíndrico 1.2 de gasolina de 80 CV,y del tope en materia de acabados; la terminación Tekna Sport. Añadiendo el paquete tecnológico y la pintura metalizada que se incluían en nuestro Note, el precio del mismo es de 18.590 euros. Se trata de un importe que, si consideramos el equipamiento que ofrece, se encuentra entre los más ambiciosos de su clase, cuestión muy a tener en cuenta en un momento en que el precio se sitúa como uno de los argumentos de venta más importantes, especialmente en este tipo de coches del segmento B.

Tras una primera generación cuya trayectoria comercial no fue precisamente un camino de rosas, el Note ha transformado su aspecto por completo. Y es que en Nissan son conscientes de la importancia que tiene el diseño para los conductores europeos. En este sentido, el modelo cuenta con un frontal propio para nuestro continente que lo diferencia de las variantes para otros mercados. De la zona delantera destaca el peculiar y atrevido diseño de la parrilla, cuya forma entra visualmente en unas ópticas que se han alargado de manera considerable.

Como detalle, cabe señalar que los retrovisores con los intermitentes laterales incorporados también son exclusivos para Europa. El modelo está inspirado en el prototipo Invitation que pudimos ver en el Salón de Ginebra de 2012 y su “look” es, sin duda, más dinámico que antes, manteniendo el carácter compacto de batalla larga y voladizos cortos (sin pasar por alto que éstos han aumentado en unos 3 cm).

Cuando lo observamos de forma lateral apreciamos los marcados pasos de rueda y la línea descendente del techo en la parte trasera. Estos son otros de los rasgos característicos del nuevo Note con los que gana más personalidad. Si el morro se ha distanciado estéticamente de su predecesor, en la zaga también sucede algo semejante. Ahora es más estilizada, perdiendo la forma cuadrangular del modelo anterior. Por su parte, las ópticas han cambiado totalmente, adoptando una morfología mucho más moderna y atractiva.

Aunque desde Nissan se han propuesto desvincular al Note del segmento de los monovolúmenes urbanos, lo cierto es que en su interior conserva e incluso mejora muchas de las cualidades en los ámbitos de la versatilidad y de la vida a bordo que albergaba la primera generación del modelo. En general, el nuevo Note es más espacioso que antes. El puesto de conducción es confortable y la presentación interior se ha mejorado considerablemente. En primer lugar, se ha generado un entorno más sofisticado para el conductor y se observa cierta mejora en cuanto a la calidad de acabados, aunque sin concesiones al lujo.

Para la columna central se ha elegido un plástico negro brillante que, si bien es más vistoso y realza la sensación de calidad, también se ensucia con mayor facilidad. La disposición de los mandos en esta zona hace muy sencilla su utilización al quedar divididos en dos bloques bien diferenciados. En la parte inferior, una botonera de forma circular permite gestionar el climatizador mientras que, por encima de ella, se encuentra el sistema de infoentretenimiento.

El capítulo funcional sigue jugando un papel muy importante, por lo que los diseñadores de la marca japonesa han dotado al habitáculo de numerosos compartimentos para pequeños objetos que hacen más fácil la vida a los ocupantes. El hecho de que en esta generación el modelo nipón sea 1,53 cm más bajo no ha supuesto una pérdida de habitabilidad, sino más bien al contrario. Ello se ha compensado, en parte, mediante el espacio ganado con el leve incremento de la distancia entre ejes, que otorga más amplitud para las piernas de los pasajeros traseros. Es preferible que sean dos, puesto que el túnel central incomoda al ocupante central.

Gracias a la mejora del ángulo de apertura de las puertas traseras es mucho más fácil tanto acceder a estas plazas como manipular sillas infantiles desde el exterior. Cabe subrayar que en el acabado Tekna Premium (que no está disponible para el motor 1.2 de gasolina que hemos probado), la banqueta posterior es corrediza para un mayor aprovechamiento del espacio en función de las necesidades. Eso sí, los pasajeros que viajen aquí deberán ponerse de acuerdo porque se desplaza toda la banqueta de una vez, no de forma independiente. En cualquier caso, nuestra unidad Tekna Sport no contaba con esta característica. Por su parte, el maletero ha crecido, de modo que ahora brinda 325 litros. Se trata de una capacidad interesante dado el tamaño del vehículo, que puede aumentarse hasta los 2.012 litros si abatimos los respaldos.

Su nivel de equipamiento ha dado un salto muy importante hasta colocarlo entre los mejores de su clase en este terreno. Cuenta con airbags frontales, laterales y de cortina, control de estabilidad, ordenador de a bordo, control de crucero, sistema de parada y arranque automático, elevalunas eléctricos delanteros y traseros, entradas USB y Aux-in.

Estos elementos se ven complementados en el acabado Tekna Sport (el más elevado que se puede asociar al motor 1.2 de gasolina) de nuestro vehículo de pruebas por el acceso sin llave con botón Start/Stop, faros automáticos, sensor de lluvia, faros antiniebla, climatizador, navegador 3D con pantalla táctil de 5,8 pulgadas con Bluetooth y llantas de aleación de 16 pulgadas.

Opcionalmente, la unidad que hemos probado equipa un paquete tecnológico que incluye, por un sobreprecio de 1.000 euros lo que Nissan llama Escudo de Protección Inteligente y que combina un control de ángulo muerto, el detector de movimiento en maniobras marcha atrás, la alerta de cambio de carril involuntario, la cámara de visión de 360º (con cuatro cámaras que ofrecen una vista cenital de los alrededores del vehículo, muy útil en las maniobras) y el techo de cristal panorámico. La verdad es que se trata de una opción recomendable, con una buena relación precio-producto. Cabe resaltar además, que estos sistemas de seguridad se basan en una cámara trasera de gran angular que se mantiene siempre limpia gracias a un sistema de auto-lavado con agua y aire de secado a presión. También hay que sumar 420 euros más por la pintura roja metalizada.

El motor de gasolina es el único de este tipo disponible en la gama de lanzamiento a la espera de la llegada del más potente 1.2 DIG-S de 98 CV (la base es la misma pero el de 98 CV dispone de un compresor). El 1.2 atmosférico de 80 CV es un motor de tres cilindros y doce válvulas que dispone de un par motor de 110 Nm a 4.000 rpm. Responde bien a bajas vueltas y proporciona un aceptable nivel de aceleración aunque no cabe esperar un gran comportamiento en el ámbito prestacional. Y es que para pasar de 0 a 100 km/h necesita 13,7 segundos.

Si no tenemos pensado llevar el vehículo a plena carga de forma cotidiana y nos movemos habitualmente por ciudad o realizamos recorridos relativamente cortos es un motor más que adecuado. No obstante, de cara a darle un uso como vehículo para viajar con la familia se queda corto. Sus carencias se notan, por ejemplo, al encontrarnos con un repecho al rodar por autopista o en caso de necesitar una aceleración fuerte y rápida en un momento determinado.

La caja de cambios es una caja manual de cinco velocidades, dotada de un escalonado equilibrado y unos buenos desarrollos, si bien el tacto de la palanca es algo mejorable. No hay que pasar por alto, por otra parte, que esta transmisión se ha desarrollado en Europa teniendo en cuenta tanto las particularidades de las carreteras de nuestro continente como las preferencias de sus conductores.

Para ayudarnos a practicar una conducción lo más eficiente posible contamos con un indicador formado por cinco LED de color verde. Con todos ellos encendidos estaremos fomentando el máximo ahorro posible, a lo que también ayuda el sistema automático de arranque y parada que hemos comentado anteriormente. Éste, dicho sea de paso, actúa de forma razonablemente rápida. De esta forma, sus emisiones de CO2 son de 109 g/km y registra un consumo homologado de 4,7 litros cada 100 km, una cifra realmente buena. Tras nuestro recorrido fue algo superior (5,6 litros), pero siguió siendo un valor muy satisfactorio.

El nuevo Note está desarrollado sobre la plataforma V de Nissan (la misma que utilizan el Micra y el Juke). Al igual que en otros aspectos comentados, la suspensión se ha ajustado específicamente para Europa. Su esquema es de tipo McPherson en el tren delantero y de barra de torsión en el trasero. Es un vehículo, ante todo, de manejo sencillo. El tarado de suspensión tiende a blando y, aunque se perciban ciertos cabeceos al tomar curvas a velocidad elevada, el coche tiene un buen nivel de estabilidad general.

No se trata, por tanto, de un vehículo pensado para ritmos deportivos pero sube un escalón dinámicamente con respecto a la generación anterior. Al mismo tiempo, tanto su calidad de rodadura como su capacidad de absorción de las irregularidades de la calzada son muy buenas, lo que beneficia al confort de marcha. Por terreno urbano, su verdadero hábitat, se muestra ágil gracias a su ligereza y a la maniobrabilidad que le aporta su dirección asistida eléctrica.

En autopista apreciamos un aplomo considerable teniendo en cuenta el segmento al que pertenece y el vehículo transmite una importante sensación de control y seguridad. Por este tipo de vías, hay que comentar que cuenta con un aceptable nivel de insonorización, aunque a velocidades que superen los 110 km/h los ruidos aerodinámicos se perciben más de la cuenta.

La nueva generación del modelo japonés concentra las virtudes de su predecesor al tiempo que mejora en diversos ámbitos. Sigue siendo un vehículo práctico y funcional, muy adecuado para un uso cotidiano como primer o segundo coche, sobre todo en ciudad o para trayectos de corta o media distancia. Ahora, el diseño ha evolucionado hacia una estética más moderna y atractiva que se acompaña de un equipamiento más completo con algunas primicias en el segmento. El precio y la eficiencia del motor 1.2 de gasolina de 80 CV son otras dos de sus principales bazas.