El retorno compacto
La firma nipona regresa al segmento de los compactos de cinco puertas con el nuevo Pulsar. No se trata de un modelo cien por cien nuevo, pues ya existe desde hace algún tiempo en mercados de Asia y Oceanía, pero ha sido adaptado a fondo pensando en los gustos de los conductores europeos. Y esta adaptación se ha efectuado en todos los sentidos, desde la estética hasta los motores pasando por el comportamiento dinámico, el equipamiento y, cómo no, el lugar de fabricación. Y es que se produce en exclusiva para todo el Viejo Continente en la fábrica de Nissan en Barcelona.
Además de su confort de marcha, su amplio equipamiento y el excelente espacio para las piernas de los ocupantes traseros, una de las bazas más importantes del modelo japonés la encontramos en su importe, bastante competitivo si tenemos en cuenta la relación precio-equipamiento en el acabado superior Tekna de la unidad probada. Con el motor de gasolina 1.2 DIG-T de 115 CV y sin contar opcionales cuesta 23.400 euros, pero este precio puede bajar considerablemente incluyendo PIVE y promociones de lanzamiento. Como ejemplo, debemos comentar que sobre la versión de acceso Visia con el mismo motor se puede obtener un descuento total de más de 5.000 euros. Y todo para combatir con una legión de rivales, entre los se encuentran el Citroën C4, el Hyundai i30, el Seat León, el Renault Mégane, el Opel Astra, el Toyota Auris, el Kia Cee´d, el Peugeot 308 o el Ford Focus.
Estética más homogénea
Durante los últimos tiempos, la práctica totalidad de nuevos modelos que se han ido sumando a la familia Nissan contaban, de una u otra manera, con una estética que les hacía muy diferentes. En el caso del Pulsar esto no es así, puesto que en este caso el fabricante asiático se ha regido por los cánones algo más tradicionales de este segmento. Ello no quiere decir, sin embargo, que tenga una estética anodina. Y es que los diseñadores de Nissan no han renunciado a un aspecto moderno y de líneas marcadas.
El frontal está protagonizado por la parrilla en forma de V, ya conocida de algunos de sus parientes crossover dentro de la firma, diseño que se prolonga a lo largo del capó mediante dos nervaduras. De perfil, el modelo se distingue por unos pasos de rueda bien resaltados y una línea de cintura ascendente que contribuye a darle un aspecto atlético. En la zaga, por su parte, vemos que los pilotos se inspiran en los del Qashqai. La unidad probada cuenta con la pintura opcional Blanco Sólido (195 euros).
El Pulsar tiene una longitud de 4,38 metros y su anchura es de 1,76 m, mientras que su altura es de 1,52 m. Se trata de unas dimensiones que encajan a la perfección con las del poblado escaparate de compactos. Hay una medida que cabe destacar por encima del resto, y ésa es la batalla. Y es que, con 2,70 m, estamos ante la mayor distancia entre ejes de su categoría, lo que otorga ciertas ventajas, como veremos más adelante.
Interior muy bien aprovechado
Cuando nos sentamos a los mandos del Pulsar somos testigos de un puesto de conducción amplio y muy confortable en el que es fácil conseguir la posición al volante más adecuada. En cuanto a terminaciones, cabe señalar que presenta una buena calidad de acabados, con plásticos blandos en la parte superior del salpicadero y mandos de tacto agradable.
En términos de habitabilidad, donde más destaca sin lugar a dudas en el espacio para las piernas en la segunda fila de asientos. Antes os hablábamos de la considerable batalla del modelo japonés. Pues bien, su longitud se traduce, ni más ni menos, en la mejor distancia entre filas de todo el segmento. La plaza central, como es habitual en esta categoría, no es tan cómoda que las laterales, aunque por anchura es bastante correcta. Por otra parte, el vehículo cuenta con un magnífico maletero de 380 litros que lo sitúa entre los mejores de su clase. Esta capacidad puede crecer hasta los 1.395 litros si abatimos los respaldos.
A nivel de equipamiento, la dotación de la variante que hemos probado es realmente completa. Esta unidad pertenece al acabado tope de gama, denominado Tekna. Con respecto a la terminación inmediatamente anterior (N-Tec), la Tekna añade de serie importantes elementos adicionales de equipamiento de seguridad, tecnológico y de confort. Uno de ellos lo integra el Escudo de Protección Inteligente 2, tal y como lo llaman en Nissan, que incluye el control de ángulo muerto, la alerta de cambio involuntario de carril y el detector de movimiento, sistemas aún muy poco habituales como equipamiento de serie en el segmento compacto. También cuenta con cámara con visión de 360º, así como retrovisores calefactados y abatibles eléctricamente. La tapicería de piel y los asientos delanteros calefactados completan este equipamiento adicional.
Todo ello se añade a elementos como el sistema frontal anticolisión, seis airbags, cámara de visión trasera o el sistema NissanConnect con pantalla táctil de 5,8 pulgadas, navegador y uso aplicaciones mediante Smartphone, climatizador dual y control de crucero. Exteriormente, cuenta con llantas de aleación de 17 pulgadas y faros con tecnología LED.
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Buscando el equilibrio
Hasta el momento, la gama del Pulsar está compuesta por una mecánica diésel 1.5 dCi de 110 CV y otra de gasolina de 1.2 DIG-T de 115 CV, si bien a principios de 2015 se unirá una segunda variante de gasolina más potente, de 190 CV. Además, visto lo visto en el pasado Salón de París, más adelante también llegará una versión Nismo, aún más potente. Para esta prueba hemos seleccionado bloque de gasolina de 115 CV. Se trata de un motor de cuatro cilindros que también está disponible en otros modelos de Nissan como el Qashqai o el Juke. Este motor de gasolina alcanza su techo de potencia de 115 CV a 4.500 rpm, mientras que su par motor máximo es de 190 Nm a 2.000 rpm.
Al ponernos en marcha comprobamos cierta carencia de fuerza en la zona baja del cuentavueltas. Se aprecia sobre todo cuando pisamos a fondo desde parado, aunque se comporta mejor a medida que lo vamos subiendo de régimen, principalmente a partir de las 2.300 vueltas. También percibimos que le iría bien algo más de ímpetu cuando afrontamos un repecho por autovía, sobre todo si llevamos el automóvil algo cargado. En cualquier caso, el motor funciona de forma suave, se estira muy bien y, cuando va algo alto de revoluciones, ofrece un rendimiento que, pese a no tener pretensiones deportivas, es muy convincente.
No en vano logra un nivel de prestaciones más que correcto para su cilindrada y su potencia, ya que completa el 0-100 km/h en 10,7 segundos y consigue una velocidad punta de 190 km/h. El motor está asociado a una transmisión manual de seis velocidades, que se caracteriza sobre todo por unos desarrollos más bien largos. En cuanto a consumo, registra una media homologada de 5,0 litros cada 100 km. Nuestro registro tras la prueba fue de 5,9 litros, una cifra bastante ambiciosa dado que combinamos ciudad con carretera de montaña y autopista. Con tal de optimizar el ahorro de combustible en zonas urbanas, el vehículo dispone de sistema Stop/Start de serie.
El confort de marcha como primera prioridad
En el capítulo dinámico, la primera sensación que tenemos cuando iniciamos la marcha es su comodidad. Destaca su buena capacidad para copiar los pequeños baches, con lo que se refuerza el confort de marcha. Al margen de ello, no hay que pasar por alto que cuenta con una suspensión muy equilibrada. Gracias a su relativa firmeza, las oscilaciones de la carrocería al circular por zonas reviradas son realmente bajas.
Muestra un importante grado de estabilidad cuando subimos el ritmo por este tipo de vías. A través de ellas pone de manifiesto un buen nivel de agilidad, si bien no alcanza un dinamismo de conducción de carácter deportivo. Y es que la comodidad siempre va por delante, algo que también percibimos cuando conducimos por las grandes rectas de autopista. Aquí, los kilómetros pasan apenas sin darnos cuenta, debido en parte a un interesante aplomo que aprovecha de nuevo su importante distancia entre ejes y a una calidad de rodadura que incluso acerca al vehículo a segmentos superiores.
Por otra parte, debemos resaltar la precisión de la dirección, que se distingue ante todo por su suavidad de funcionamiento. Otro de los aspectos en los que han trabajado a fondo los ingenieros de Nissan ha sido en la insonorización del habitáculo. La baja rumorosidad tanto aerodinámica como procedente del motor acentúa aún más el nivel de confort de marcha apreciado desde el interior del coche.
Conclusión
En definitiva, pese a no suponer una revolución en diseño como algunos de sus hermanos de marca, el nuevo compacto de Nissan se caracteriza por ser un vehículo confortable, bien acabado, con un notable equipamiento y con un espacio interior que sorprende, sobre todo en lo que respecta a la amplitud para las rodillas de los pasajeros traseros. A ello se añade un motor de gasolina que, si bien le falta algo de ímpetu a bajas vueltas, se anima cuando lo subimos de régimen, brindando unos resultados más que suficientes para el uso cotidiano de la gran mayoría de conductores.
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