La alternativa al diésel
Tras el éxito de este crossover de tamaño medio, convertido en auténtica referencia del segmento, Nissan lo ha renovado esperando mantener o incluso superar sus privilegiadas cifras de ventas de los últimos tiempos. Aunque las mecánicas diésel están llamadas a ser las protagonistas, no hemos de dejar de lado la única alternativa de gasolina de la gama y este es el coche que vamos a probar hoy para completar las pruebas de esta nueva gama Qashqai. Con anterioridad comparamos el 1.5 dCi 4x2 y el 1.6 dCi 4x4 (aquí tenéis este comparativo en video) y probamos esta última mecánica con tracción delantera (la prueba aquí)
El 1.2 DIG-T de 115 CV que hemos seleccionado para esta prueba es un motor que puede parecer corto para un coche de este tipo pero, para determinados usos, puede ser una alternativa razonable dado que es más barato que el diésel y mueve al nuevo Qashqai con relativa soltura siempre y cuando no tengamos ansias de deportividad.
Las cualidades dinámicas de esta nueva generación del popular modelo han avanzado, generando unos mayores niveles de confort y estabilidad, ayudados por la optimización de la suspensión y por la presencia de nuevas soluciones tecnológicas como el sistema Chassis Control. Mientras tanto, ha recibido un equipamiento más completo y el interior ha ganado algo de amplitud. La relación calidad precio es una de sus grandes armas. En este caso, hemos probado el acabado máximo Tekna que, sumando los opcionales añadidos, refleja un precio de 27.238 euros.
Más grande y agresivo
Los diseñadores de Nissan han buscado conservar la naturaleza y la esencia del exitoso crossover pero poniendo al día su estética y sus proporciones. Lo más destacable en cuanto a tamaño es, sin duda, su longitud. Y es que ahora es 4,7 cm más largo que antes y las vías han crecido levemente. Si bien no se trata de un cambio excesivamente significativo, sí que llega a ser perceptible. El resto de sus medidas ha variado menos, pues pasa a ser 2 cm más ancho mientras que es 1,5 cm más bajo que antes.
El fabricante nipón es consciente del papel jugó la estética del anterior Qashqai a la hora de cautivar conductores. Por ello, sin realizar una gran transformación general, el equipo de diseño ha puesto su empeño en desarrollar un frontal con más carácter y agresividad aportándole, en general, un aire algo más deportivo. Ello queda reafirmado aún más con las llantas de aleación bicolor de 19 pulgadas (500 euros) que forman parte del equipamiento opcional disponible para el acabado tope de gama, denominado Tekna. También de forma adicional, nuestra unidad cuenta con pintura metalizada (488 euros).
El elemento que marca el nuevo “look” del crossover de Nissan es la parrilla en forma de V, que da lugar a los nervios que se extienden a lo largo del capó. El moderno diseño de los faros de iluminación diurna de tipo LED, que se inspiran en una punta de flecha, tienen entre sus objetivos convertirse en un rasgo identificativo del modelo japonés. Los novedosos faros Bi-LED ponen la guinda en el pastel para lograr una impecable iluminación durante la conducción en cualquier tipo de circunstancia.
Mejores acabados con un equipamiento más generoso
Nos situamos ahora en el puesto de mando, donde comprobamos que la renovación de los asientos delanteros da lugar a un confort mejorado aunque la sujeción del torso en conducción rápida es mejorable. El automóvil conserva su elevada posición al volante, que brinda una notable visibilidad y sensación de dominio sobre la conducción. Otro de los aspectos en los que ha avanzado el Qashqai es el nivel de acabados, con terminaciones de mayor calidad y materiales más suaves y agradables al tacto.
En el cuadro de instrumentos, entre el cuentarrevoluciones y el velocímetro, el modelo estrena una pantalla TFT a color de cinco pulgadas que ofrece mensajes y avisos acerca de informaciones relacionadas con la velocidad, el consumo, la navegación y la identificación de señales de tráfico, entre otros. Al igual que los delanteros, los asientos traseros también se han renovado, aumentando el confort de los pasajeros de esta segunda fila. A ello hay que sumar que el leve crecimiento de la batalla del vehículo (1,1 cm) ha generado algo más de longitud para las piernas en estas plazas. Gracias ello, estamos ante un vehículo aún más espacioso que antes en este sentido pero que sigue sin ser una referencia en este apartado. Por otra parte, la tercera plaza no es igual de cómoda que las otras dos. Además, no es posible desplazar estos asientos de forma longitudinal.
Las posibilidades a la hora de cargar el equipaje también han crecido con la llegada de este Qashqai de nueva generación. Y es que el maletero ahora es de 439 litros, lo que supone un importante crecimiento con respecto al modelo predecesor y que lo sitúa en un buen lugar en este aspecto, aunque no entre los mejores de su clase. Debemos valorar las dos bandejas reversibles en el piso del maletero (sólo en este acabado Tekna), una de las cuales puede tener la función de separador vertical para que pequeños objetos no vayan moviéndose a su libre albedrío durante la marcha.
Uno de los capítulos en los que más destaca el crossover de Nissan es el del equipamiento, aún más ambicioso que antes. El comentado acabado Tekna incluye seis airbags, control de estabilidad, alerta de cambio involuntario de carril, sistema de arranque y parada automático, control de crucero, freno de mano eléctrico, techo panorámico, climatizador dual, asientos delanteros calefactables, sistema de infoentretenimiento Nissan Connect con pantalla de 7 pulgadas, navegador, cámara de visión 360º y reproducción de música en streaming. En el ámbito tecnológico, no hay que pasar por alto la posibilidad de contar con aplicaciones específicas a través de Internet así como la función Google Send-to-Car, que nos permite planificar nuestros trayectos desde casa y enviarlos al vehículo. También cabe señalar los detectores de fatiga y de movimiento en marcha atrás así como el control de ángulo muerto y las cámaras de visión periférica.
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Único gasolina, de momento
Si bien durante este verano se incorporará a la gama un 1.6 DIG-T de 150 CV, hasta que eso suceda la única alternativa de gasolina que ofrece la gama del modelo japonés está movida por el 1.2 DIG-T de 115 CV de la unidad que hemos probado, un motor de 1.197 cc y cuatro cilindros ya visto en otros modelos del Grupo. Se trata del mismo propulsor que podemos encontrar también en la gama de modelos como el Dacia Duster, o los Renault Captur, Clio y el remodelado Mégane. Se entrega de par motor es de 190 Nm a 2.000 rpm. Por debajo de las estas revoluciones por minuto no se muestra especialmente vigoroso y acusa una cierta falta de punch que obliga a jugar siempre con marchas cortas.
No obstante, cuando superamos este régimen, su rendimiento y su respuesta mejoran haciendo que el automóvil se desenvuelva razonablemente bien y conserve velocidades de crucero considerables sin problemas. Este 1.2 DIG-T acelera de forma progresiva y bastante suave y silencioso. Si cargamos el vehículo al máximo o circulamos por carreteras empinadas, no obstante, sale a relucir cierta carencia de ímpetu. Junto al propulsor trabaja la caja de cambios manual de seis velocidades, que se caracteriza por un tacto suave y una tercera y cuarta marchas algo largas que llegan a penalizar al motor a la hora de recuperar.
La poca adaptación de motor y cambio se pone de manifiesto especialmente en carretera, que es donde más se utilizan las marchas intermedias. En autopista, en quinta o sexta, el coche va bien pero en carreteras, la cuarta es demasiado larga y hay que abusar de la tercera e incluso poner segunda en momentos concretos para tener una respuesta aceptable de motor y eso genera un incremento notable del consumo.
En cuanto a consumo, homologa una media de 5,6 litros cada 100 km, cifra que tras finalizar nuestra prueba subió a 6,9 litros tras conducir por ciudad, carreteras interurbanas, autovía y carreteras de curvas. Aunque es un valor más que correcto, no puede competir en este aspecto con los motores diésel de la gama. Y es que éstos, además, están llamados a dar vida a nueve de cada diez unidades del nuevo Qashqai vendidas en España, según las previsiones del Nissan.
Dinámica optimizada y alto nivel de confort
Al comenzar a rodar con el nuevo Qashqai comprobamos que las ambiciones de Nissan han avanzado hacia perfeccionar la dinámica por asfalto. Pese a que el crecimiento de la distancia entre ejes y el ensanchamiento de vías no es muy considerable, ello favorece tanto al grado de estabilidad como de aplomo del vehículo. Y es que, en general, se muestra más ágil que el Qashqai anterior. Estos se produce gracias, en parte, al sistema Chassis Control incluido de serie.
Cuando llevamos activado dicho sistema (puede desconectarse si lo preferimos), se adapta el comportamiento de los frenos para reducir los cabeceos y las oscilaciones además de compensar las posibles pérdidas de adherencia. La renovación de los amortiguadores hace que el vehículo copie las irregularidades del asfalto de forma aún más eficaz que antes, consolidando el confort de marcha que ya brindaba la generación anterior. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que la carrocería balancea muy poco. A todo ello se suma el menor peso del motor respecto a los diésel, algo que contribuye a aminorar la clara tendencia subviradora del coche
Por lo que respecta a la dirección, cuyo tacto es más directo que antes, tiene un inicio de giro muy peculiar, con un tacto raro ya que el coche apenas gira en los primeros grados de movimiento dle volante. Además, es poco informativa. Si tenemos pensada alguna que otra excursión fuera de carretera hemos de tener en cuenta, en primer lugar, que nuestra unidad (como todas las de gasolina) tiene tracción delantera. El único motor que está disponible con cuatro ruedas motrices es el más potente de la gama, el 1.6 dCi de 130 CV. Por ello, el límite de nuestro Qashqai se sitúa en pistas sencillas, por las que muestra un nivel de motricidad más que aceptable. Su altura libre y sus ángulos característicos y, sobre todo, sus neumáticos de 19 pulgadas, no están pensados para mayores exigencias.
Conclusión
Después de su gran éxito comercial, la llegada de la segunda generación del Qashqai ha levantado, como es natural, muchas expectativas y no pocos comentarios sobre si será capaz de mantener la impecable senda de su predecesor. Para ello, Nissan le ha “inyectado” un toque de personalidad estética y le ha dotado de habitáculo algo más grande y mejor acabado y equipado que antes. Además, ha puesto el foco en la dinámica,consiguiendo unos resultados más ambiciosos y favoreciendo sus cualidades asfálticas.
Es más que probable que esta variante 1.2 DIG-T de 115 CV quede eclipsada en cuanto a ventas por las alternativas diésel. En cualquier caso, puede resultar una propuesta mecánica interesante si somos amantes de la gasolina y no tenemos pensado realizar grandes kilometrajes con el vehículo ni buscamos unas prestaciones muy ambiciosas.
Esta versión es, en nuestra opinión, ideal para seniors ya sin hijos que hagan pocos kilómetros al año pero no para familias que necesitarán algo más de empuje en el motor, especialmente en carretera, y un consumo más aquilatado.
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