Madera de líder
Mucho se ha escrito acerca del gran éxito registrado por la primera generación del crossover japonés y en Coches.net ya probamos dos variantes de este nuevo Qashqai, el 1.5 dCi de 110 CV con tracción delantera y el 1.6 dCi con tracción integral en esta videoprueba conjunta. Con su renovación, Nissan pretende prolongar el reinado de un modelo que desde su aterrizaje, allá por 2007, no ha parado de cosechar éxitos. En esta prueba os presentamos la variante más potente de la gama, con el motor 1.6 dCi de 130 CV bajo el capó asociado al cambio manual pero sólo con tracción delantera. Las mejoras en diseño y vida a bordo del nuevo Qashqai se unen una dinámica más confortable que permite exprimir a fondo sus cualidades como automóvil viajero y polivalente.
El precio de esta versión, de dos ruedas motrices, es de 29.450 euros. Aunque pueda parecer un importe elevado, hay que tener en cuenta que se trata de la terminación tope de gama (Tekna), con un amplísimo listado de equipamiento culminado por importantes novedades tecnológicas. La meta del Nuevo Qashqai no es otra que seguir dando batalla a su hiperpoblada lista de competidores, donde se encuentran por un lado rivales naturales de segmento como el recientemente remodelado Kia Sportage, Hyundai ix35, Ford Kuga, Toyota RAV4 (aquí tenéis además la comparativa entre RAV4 4x4 y Kuga y entre las versiones de 2 ruedas motrices del RAV4 y el Honda CRV), Mitsubishi ASX o Suzuki S-Cross y otros no tan directos aparentemente pero contra los que también luchará como el Volkswagen Golf, el Seat León o el Peugeot 308, por citar sólo tres ejemplos del segmento de los compactos.
Imagen más atlética
La segunda generación de este crossover llega con unas proporciones algo modificadas, aunque no en exceso. Donde más ha variado en este sentido es en la longitud, que ha aumentado en 4,7 cm. Mientras tanto, su anchura ha crecido en 2 cm al mismo tiempo que su altura es 1,5 cm inferior. Dado que su estética fue un factor clave para el éxito de la generación precedente, los diseñadores de la firma japonesa intentan dar de nuevo en el clavo con el Qashqai 2014. El objetivo ha sido, en primer lugar, dotar al modelo de más fuerza visual y más deportividad.
La parrilla en forma de V, que se prolonga a lo largo del capó, es la protagonista en el frontal del vehículo mientras que la forma del paragolpes contribuye a aportar solidez. La imagen más atlética que antes se refuerza con las llantas de 19 pulgadas opcionales (500 euros) que llevaba nuestra unidad de pruebas, perteneciente a la terminación Tekna, la más equipada de todas. Un aspecto que Nissan ha cuidado bastante en esta renovación es la aerodinámica, pues se ha logrado un buen coeficiente Cx de 0,32.
El modelo cuenta con luces diurnas de tipo LED en forma de boomerang que lo hacen fácilmente reconocible a distancia. Pero el uso de esta tecnología no se queda aquí, pues nuestra unidad también dispone de faros completos de LED tanto para las luces cortas como para las largas. Además de necesitar la mitad de energía que unos faros de xenón equivalentes, destacan por una mejor visibilidad gracias a una luz más blanca que se asemeja más a la luz solar. También cabe señalar el diseño de los pilotos traseros, que colaboran en la consecución de una imagen más moderna.
Calidad interior y espacio optimizados
Al ocupar el puesto de conducción apreciamos que la calidad de los materiales empleados ha mejorado si la comparamos con el modelo precedente. En general, el salpicadero ofrece una mayor sensación de solidez al mismo tiempo que los plásticos utilizados son más agradables al tacto. En el panel de instrumentos ahora disponemos de una nueva pantalla a color, situada entre el velocímetro y el cuentarrevoluciones, donde encontramos numerosa información acerca de la conducción, que podemos gestionar fácilmente desde el volante multifunción.
Gracias a la renovación de los asientos se consigue aumentar el confort del todos los ocupantes, pensando sobre todo en viajes largos, aunque la sujeción lateral podría ser aún mejor en los delanteros. El vehículo mantiene su posición elevada de conducción, lo que supone una sensación de control apreciable. En realidad, buena parte del éxito de estos crossover, estética al margen, está en esa sensación de dominio que proporciona la posición de conducción elevada.
El hecho de que la altura general del vehículo sea algo inferior no ha sido obstáculo para que el habitáculo ofrezca una altura al techo mejorada tanto en los asientos delanteros como en los traseros. De esta manera, aumenta la sensación de amplitud interior. Al estrenar plataforma, el nuevo Qashqai ha ganado 1,1 cm de distancia entre ejes. Aunque pueda parecer poco, la verdad es que entre esta ganancia y la redistribución interior se ha logrado más espacio para los pasajeros de la segunda fila. En cualquier caso, esta zona es más idónea para dos adultos, pues la plaza central no ofrece el mismo espacio ni confort que las laterales. También hay que comentar que estos asientos no permiten desplazamiento longitudinal como sí sucedía en la variante Qashqai+2 (aquí la prueba de esta versión con el mismo motor 1.6 dCi) de la generación anterior. El nuevo X-Trail, que comparte numerosos elementos con el Qashqai, sí tendrá esta funcionalidad añadida.
Para hacer aún más versátil el automóvil, los ingenieros de la marca japonesa han logrado un maletero más amplio, que ha aumentado su capacidad en 30 litros hasta llegar a los 430. Cuando llega la hora de cargar el equipaje, se agradecen aspectos como que el portón se abra hasta una altura superior y que el piso del maletero cuente con dos bandejas reversibles que permiten variar su altura según nuestras necesidades. Al abatir la segunda fila de asientos, podremos colocarlas de manera que quede un piso totalmente plano. Asimismo, una de estas bandejas se puede colocar de forma vertical para dividir el maletero y hacer que los pequeños bultos u objetos queden inmóviles.
Paso al frente en equipamiento
En lo que respecta a equipamiento, el modelo japonés también ha dado un paso adelante. Y es que en el acabado Tekna que hemos probado incorpora nuevas tecnologías muy útiles en el terreno de la seguridad, que quedan englobadas en el Driver Assist Pack. Se trata del control de ángulo muerto (identifica coches que no se ven en los retrovisores mediante una luz naranja en los mismos), el detector de fatiga (descubre si el conductor está cansado y le recomienda que haga una parada) y el detector de movimiento (detecta los coches o las personas que se acercan perpendicularmente al coche cuando éste avanza marcha atrás y resulta muy útil, por ejemplo, para salir de un aparcamiento en batería). Esta terminación también dispone de cámara de visión 360º (ofrece vistas de ambos lados del coche, del frontal y de la trasera en una única imagen compuesta para facilitar las maniobras), asistente de aparcamiento automático, tapicería de piel y asientos delanteros calefactables, todo ello de serie.
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Todo ello se suma a sistemas como la alerta de cambio involuntario de carril (lee las marcas del carril y avisa si el coche tiende a abandonarlo sin haber accionado el intermitente de ese lado) o el identificador de señales de tráfico además de elementos como el climatizador dual, el control de crucero, el techo panorámico, el freno de mano eléctrico, la reproducción de música en streaming a través de Bluetooth y el sistema de infoentretenimiento Nissan Connect con pantalla táctil de 7 pulgadas, navegación 3D y aplicaciones específicas a través de Internet, sin olvidar la función Google Send-to-Car que permite confeccionar una ruta en el ordenador y enviarla al coche para que este la siga. Se trata de un amplio listado de equipamiento que sitúa al renovado Nissan entre los más competitivos de su segmento.
Equilibrio diésel
Debajo del capó de nuestro Qashqai se encuentra la alternativa mecánica más potente del trío disponible en la gama. Hacemos referencia al bloque 1.6 dCi sólo disponible con esta potencia de 130 CV. Por debajo de las 2.000 rpm el comportamiento de este propulsor es algo perezoso, no demasiado, pero ello queda compensado sobrepasando estas revoluciones.
A partir de aquí, el motor recupera de forma muy remarcable y muestra un buen nivel de elasticidad, lo que le aporta una conducta solvente, por ejemplo, al realizar adelantamientos en vías de doble sentido. Además, demuestra un nivel de sonoridad bastante bajo, lo que acentúa la sensación de confort general para los ocupantes. Asociada al motor se encuentra una caja de cambios manual de seis marchas, que se distingue por su precisión y por una quinta y una sexta más bien largas para beneficiar los consumos.
Para lograr el mejor nivel de eficiencia posible, el nuevo Qashqai incorpora una parrilla activa, que cierra el flujo del aire de refrigeración del radiador cuando aquél no es necesario. Una vez que superamos los 30 km/h se cierra automáticamente la parrilla y sólo se abre cuando unos sensores consideran que el motor precisa incrementar la refrigeración. Ello contribuye a conseguir un consumo muy razonable, al igual que el eficaz sistema Stop&Start de serie, ya que después de la prueba nuestra media fue de 6,8 litros cada 100 km. Pese a superar los 4,4 litros de la media homologada, se trata de una cifra más que aceptable teniendo en cuenta que condujimos por todo tipo de vías además de por ciudad. Para entender porque los coches no gastan lo que tienen homologado, podéis leer este artículo explicativo al respecto.
Elevado nivel de confort
La nueva plataforma modular sobre la que se sustenta el renovado crossover nipón le lleva a conseguir un excelente aplomo por las grandes rectas de autopista, aún más evidente que el modelo anterior, lo que lo mantiene como un gran compañero de viaje. A ello hay que añadir un alto grado de confort de marcha, realzado por la buena calidad de rodadura que se percibe desde un primer momento. Por ciudad, al igual que antes, se mueve con una importante soltura si tenemos en cuenta su tamaño y peso.
El sistema de suspensión es de tipo McPherson en el eje delantero mientras que el trasero, en las variantes de dos ruedas motrices como la que hemos conducido, es de barra de torsión (cabe destacar este último aspecto, puesto que en las versiones 4x4 la suspensión es multibrazo). El tarado de la amortiguación tiende a blando, aunque su compromiso de cara a la estabilidad es realmente bueno gracias, además, al nuevo y eficaz Chassis Control. Ello hace que su dinámica, una vez que nos metamos en carreteras de curvas, se caracterice por un acertado equilibrio. Es decir, su carrocería balancea muy poco si bien se aprecia una leve tendencia al subviraje.
La dirección, por su parte, tiene un tacto suave y confortable que da lugar a una conducción sencilla. No obstante, se agradecería que fuera algo más directa de lo que es y que se eliminara la sensación de flotación que genera en los primeros momentos de giro a ambos lados, como si los primeros grados de giro no estuvieran contemplados. Pese a no contar con tracción a las cuatro ruedas, el vehículo cuenta con una altura libre suficiente para rodar por pistas sencillas, si bien no dispone del mismo nivel de motricidad que el 4x4. Si tenemos pensado conducir de vez en cuando por firmes con adherencia limitada, lo mejor es optar por la variante con tracción integral. Eso sí, esto conllevará un sobreprecio de 2.500 euros.
Conclusión
Dado el éxito de su primera generación, en Nissan tenían una gran responsabilidad a la hora de dar a luz a la segunda. Pero las expectativas se han cumplido, pues se ha logrado mejorar el crossover en casi todos los sentidos sin que pierda un ápice de la esencia con la que ha seducido a más de 147.000 conductores hasta la fecha en nuestro país. Se muestra aún más confortable, dispone de un interior mejor acabado y cuenta con un equipamiento más completo y tecnológico.
A ello se añade, en la variante más potente de la gama movida por el 1.6 dCi de 130 CV, una alternativa de buen rendimiento y con un nivel de eficiencia razonable. Su condición de 4x2 ayuda a este último factor y además hace más ligero y ágil al vehículo, por lo que es la versión ideal si no tenemos pensado movernos habitualmente por pistas de tierra o carreteras nevadas y de baja adherencia.
Hola, tengo un NISSAN QASHQAI 1.6 dci 130cv Tekna Premium, automático con 69.000km y despues de 4 años se ha roto el motor y el turbo. El coche ha pasado todas las revisiones en el taller oficial la ultima hace 3 meses. Lo lleve al taller por que hacia un ruido muy extraño, despues de 2 dias como no me decian nada me acerque la taller y me dijeron que se habia roto el motor, que ya me llamarian para darme presupuesto. Despues de 3 semanas sin noticias, vuelvo al taller y me dan un presupuesto de 9001,00, del que la marca me bonifica un 60 del material ( motor reciclado), total a pagar 4.873,02? ¿Como puede ser que un motor con 69.000km, que ha pasado todas las revisiones en el taller oficial, en periodo de garantia y despues de la garantia, se rompa?, esta claro que es un defecto de fabrica
Yo estoy en la misma situación que tú con un qasqhai de 57000 Km y que además entró por pérdida de agua en Octubre y me lo devolvieron 13 días después diciendo que estaba perfecto, y paso revisión en Febrero y seguía perfecto... y ahora hace 15 días me dicen que rotura bloque de motor y me piden 5600 euros porque la marca cubre el 50 Es una vergüenza...
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