Mitsubishi Outlander 2.2 DI-D TC-SST MOTION

Con su reciente actualización el Mitsubishi Outlander gana empaque en su vista exterior, calidad de acabados en el interior, equipamiento, nuevas mecánicas y un cambio automático de doble embrague, rápido y preciso, con levas en el volante. De los dos motores diesel que están disponibles para el Outlander, el 2.2 DI-D de 156 CV es el más potente. Se trata del mismo propulsor que montan el Peugeot 4007 y el Citroën C-Croser. La versión 2.2 DI-D TC SST Motion tiene un precio de 35.450 euros.

Diseño exterior

El Outlander mide 4,66 metros de largo, 1,80 m de ancho y 1,72m de alto, así que es un SUV voluminoso. Un Ford Kuga, un Honda CR-V o un Renault Koleos, por citar algunos, son más cortos. El Nissan X-Trail se asemeja más en medidas, mientras que, por ejemplo, el Mazda CX-7 es ligeramente más grande. Los principales cambios de diseño del Outlander se central en el frontal, pues la parrilla, con un llamativo perfil cromado, adopta la forma de trapecio invertido característica de algunos modelos de Mitsubishi en décadas pasadas y que ahora recupera en algunos de sus vehículos. De hecho, tanto el capó como la parrilla del nuevo Mitsubishi Outlander son prácticamente idénticos a los del Mitsubishi Lancer Sportback. En los espejos retrovisores exteriores se incluyen intermitentes con LEDs, y hay disponibles nuevas llantas y colores para la carrocería.

Habitabilidad

Esta versión dispone de siete plazas, si bien, las dos que se incorporan en una tercera fila casi no merecen tal denominación. Son tan sencillas que apenas tienen mullido y el asiento queda prácticamente a ras del suelo (del vehículo se entiende). Eso sí, sirven para transportar a dos niños en caso de apuro, y si no se necesitan no molestan nada porque al plegarse quedan perfectamente enrasadas en el piso del maletero sin restar ni un ápice de capacidad de carga con respecto a la versión de cinco plazas. En ambas, dicha capacidad es de 774 litros y puede llegar a 1.691 si también se pliegan los asientos de la segunda fila. Con las siete plazas disponibles, el volumen restante es de 220 litros. El portón del maletero está dividido en dos partes. La inferior, al abatirse, permite que se apoye sobre ella hasta un máximo de 200 kilos. La calidad percibida del Mitsubishi Outlander ha aumentado considerablemente. Se siguen utilizando plásticos duros en el salpicadero, la consola central y los paneles de las puertas, pero las versiones que revisten parte de los mismos con cuero, ganan prestancia e incluso hacen que aumente la sensación de confort.

Mecánica

El motor 2.2 DI-D de 156 CV es el más potente de los dos diesel disponibles para el Mitsubishi Outlander. El otro es el 2.0 DI-D de 140 CV que en lugar de contar con un sistema de inyección directa por raíl común utiliza bomba inyector. Es un motor agradable y con buena respuesta desde bajo régimen, su par máximo disponible es de 380 Nm a 2.000 rpm. Según versión puede asociar una caja de cambios automática de doble embrague de seis velocidades a la que Mitsubishi denomina TC-SST. Este cambio resulta eficaz y muy cómodo; además, si se quiere se puede utilizar en modo manual seleccionando las marchas bien a través de la propia palanca, bien desde las levas de magnesio situadas por debajo del volante. Esta última opción es práctica, aunque no en todas las ocasiones porque tiene el inconveniente de que las levas van fijas a la columna de dirección y por lo tanto resulta complicado accionarlas con el volante girado.

Comportamiento

El Mitsubishi Outlander es un vehículo cómodo para circular por autopistas e incluso resulta manejable en ciudad, pero por carreteras secundarias con curvas enlazadas se muestra menos ágil que algunos de sus rivales, y es que la suspensión, MacPherson delante y multilink con barra estabilizadora detrás, prima el confort de los ocupantes, así que el tarado más bien blando también supone un límite a la velocidad en las salidas a pistas, salvo que éstas tengan un firme compactado y regular. El sistema de tracción permite elegir entre tres modos de funcionamiento a través de un mando selector situado en la consola central junto a la palanca del cambio. En el modo 2WD solo disponen de tracción las ruedas delanteras, si pasamos a 4WD el par se distribuye entre los dos ejes de acuerdo a las necesidades de adherencia y en el modo LOCK se bloquea el envío de par para que el tren posterior disponga de, aproximadamente, el 50% del mismo. Esto es útil para no quedarse atrapado, por ejemplo, en zonas con barro, arena o nieve. Pero tampoco hay que confiarse demasiado dado que el Outlander no es un auténtico todoterreno, así que en las salidas al campo mejor no tener demasiadas pretensiones.

Seguridad

El control de tracción y estabilidad que incorpora el actual Outlander es de nueva generación y ya no se desconecta automáticamente ni cuando el conductor selecciona el modo 4WD Lock. Otra novedad es que todas las versiones equipan de serie un sistema de señalización de parada de emergencia que se activa automáticamente ante un frenazo brusco para alertar a los conductores que circulan detrás. Los airbags de doble etapa para conductor y pasajero, los airbags laterales delanteros y los airbags de cortina también forman parte del equipamiento de serie. Así como los faron bi-xenón con luces adaptativas.

Valoración

Con la actualización recibida, el Outlander presenta una imagen exterior más dinámica y deportiva, mientras que en el interior los cambios introducidos transmiten sensación de mayor calidad. Por dentro es espacioso y el hecho de contar con siete plazas, aunque las dos de atrás sean un tanto testimoniales, puede ser un desahogo. Es confortable a la hora de plantearse viajes por autopista y la tracción 4x4 siempre es un plus de versatilidad, pero el Outlander, como la mayoría de los SUV, es un vehículo pensado para ser utilizado más por carretera que por campo.