Opel Ampera: Gasolina eléctrica

Aunque el sector de los vehículos eléctricos en España es, de momento, casi testimonial, la aparición de modelos tecnológicamente avanzados como el Ampera, tienen la intención de comenzar a avivarlo. Se trata de una berlina de cuatro puertas y 4,5 metros de longitud que viaja siempre en modo eléctrico (motor de 150 CV) aunque recibe el soporte de un motor de gasolina de 1.4 litros. Pero no es como los eléctricos convencionales ni como los híbridos que conocemos, ya que el bloque térmico se encarga de producir energía eléctrica para alargar hasta 500 kilómetros la autonomía de las baterías. Es decir, estamos ante un vehículo eléctrico de autonomía extendida. Según datos preliminares de la marca, el consumo medio homologado es de 1,6 litros de combustible cada 100 kilómetros. Y en modo exclusivamente eléctrico, el coste estimado es de unos 3,20 euros de electricidad por cada 100 kilómetros. Opel espera vender entre 8.000 y 10.000 unidades del modelo en toda Europa durante su primer año a la venta. Llegará a los concesionarios españoles a lo largo del primer trimestre de 2012 y la compra del vehículo incluirá una remarcable cobertura de ocho años de garantía o 160.000 kilómetros.

OPEL Ampera 150 CV 42.900 € (precio antes de ayudas gubernamentales)

Por definición, el Ampera es un vehículo tecnológicamente "diferente" y, en esta línea, su diseño se encuentra a la altura de tal responsabilidad. Basado en una línea futurista, la parte frontal parece estar concebida para anunciar a peatones y conductores la llegada del vehículo. La agresividad de su morro destaca, en primer lugar, por la presencia de unos vistosos grupos ópticos delanteros en forma de boomerang, con los que se evidencia su mirada agresiva. También destaca la prominente parrilla, que otorga un gran protagonismo al logotipo de Opel. El perfil del vehículo en forma de cuña refuerza la imagen aerodinámica que la firma germana ha pretendido proyectar en el modelo. Cabe remarcar su línea de cintura de color negro y la nervadura que recorre la carrocería, que contribuye a acrecentar su aspecto musculoso. Y todo ello sin pasar por alto la presencia de las llantas de aluminio de cinco radios y 17 pulgadas de serie. Al igual que el frontal, los diseñadores de la marca alemana han dotado a la trasera de un carácter visual propio. La zona superior de la zaga integra un spoiler plano que, prácticamente, se funde con los finos y estirados faros traseros. Estos están remarcados mediante una barra cromada que tiene el objetivo de subrayar la anchura del automóvil.

Al sentarnos al volante del Ampera comprobamos que estamos ante un portento tecnológico. Y es que el sofisticado diseño que atesora en su línea exterior también tiene su reflejo en el interior de la cabina. En este sentido, el panel de instrumentos y la consola central llaman poderosamente la atención. En el primer caso, no es necesario perder el tiempo buscando esferas y agujas, pues éstas quedan relevadas por una pantalla digital de siete pulgadas a todo color. Entre otras cosas, en ella observamos información relativa a la velocidad, al nivel de carga de la batería o al nivel de combustible. En segundo lugar, al desviar nuestra mirada a la columna central aparece ante nosotros toda una serie de intuitivos pulsadores táctiles, que dan una altísima sensación de sofisticación y calidad. La parte superior del salpicadero está dominada por una segunda pantalla que, además de la información de navegación o del sistema de entretenimiento, aporta consejos de conducción eficiente. El eléctrico de Opel está homologado para cuatro ocupantes en cuatro asientos independientes. Todos ellos cuentan con una buena habitabilidad, pues incluso los pasajeros que ronden una estatura de 1,85 m disponen de una correcta altura al techo y de suficiente distancia entre filas. Por su parte, el maletero cuenta con una capacidad de 310 litros, un volumen algo escaso para un vehículo de 4,5 metros.

El Ampera, que comparte sistema de propulsión con el Chevrolet Volt, es un vehículo eléctrico de autonomía extendida, lo que significa que su funcionamiento es eléctrico, pero puede continuar la marcha gracias a la gasolina antes de que las baterías lleguen a agotarse. Se mueve mediante un motor eléctrico de 150 CV de potencia, que le otorga una autonomía de entre 40 y 80 kilómetros (con una media de 60 km), cifra que puede variar en función de las condiciones de circulación que nos encontremos y del tipo de conducción. Según asegura Opel, el 80% de los conductores europeos recorren menos de 60 kilómetros al día, por lo que la autonomía de este motor eléctrico es suficiente para un uso cotidiano. Cuando rodemos a altas velocidades o si las baterías de ion-litio de 16 kWh del primer motor eléctrico están a punto de gastarse, se pone en marcha un motor 1.4 gasolina de 86 CV que activa un segundo motor eléctrico. Éste actúa como generador y se encarga de seguir produciendo energía para el motor eléctrico principal aunque, en determinados momentos, también puede aportar fuerza motriz directa. Para abastecer al bloque térmico, el Ampera cuenta con un depósito de 35 litros de combustible, que posibilita realizar medio millar de quilómetros adicionales a los que permiten las baterías. Por lo tanto, aunque cuente con dos motores eléctricos y uno térmico, se trata de un concepto de funcionamiento distinto al de los híbridos, ya que la propulsión siempre es eléctrica. En cualquier caso, el conductor puede elegir voluntariamente si desea viajar en modo eléctrico total o en modo de gasolina. Aunque en este segundo modo se regenera parte de la energía de las baterías, éstas pueden recargarse en sólo cuatro horas a través de un enchufe convencional doméstico.

El Ampera comparte plataforma con el Opel Astra, lo que da una idea previa de su buena conducta dinámica. Una vez en marcha, esto se confirma, pues se trata de un vehículo confortable con un comportamiento muy suave en todo momento y, sobre todo, extremadamente silencioso. El vehículo pesa 1.732 kilogramos, que incluyen los doscientos kilos de las baterías. Lejos de suponer un lastre, están ubicadas en una zona muy baja del vehículo, gracias a lo cual su centro de gravedad casi no se ve perjudicado. Dispone de un tacto de dirección muy preciso a la vez que suave y la eficacia también se traslada al sistema de frenado, que es capaz de recuperar energía durante la marcha. Puede alcanzar una velocidad máxima de 161 Km/h y es capaz de acelerar de 0 a 100 Km/h en 9 segundos. Al tratarse de propulsión eléctrica, sus 370 Nm de par motor no necesitan revolución alguna, sino que toda la fuerza entra nada más pisar el pedal del acelerador. El Ampera cuenta con cuatro modos de funcionamiento ("Normal", "Deportivo", "Montaña" y "Mantenimiento de carga"). En modalidad "Deportivo", cambia el tacto del acelerador y se adaptan diversos parámetros para alcanzar mejores prestaciones. Si activamos la posición de "Montaña", el motor térmico comenzará a funcionar antes de que lo precise la descarga de las baterías. De esta forma, la respuesta por orografías irregulares será mucho más efectiva. En el modo "Mantenimiento de carga", el vehículo conserva las baterías cargadas sin utilizarlas, haciendo uso únicamente del motor de gasolina para generar energía.

El equipamiento destinado a la seguridad del Ampera incorpora ABS, EBD, airbag frontales de dos fases, laterales delanteros, de rodilla y de cortina. En materia de ayudas, equipa control de estabilidad ESC y control de tracción. Teniendo en cuenta su silencioso funcionamiento en modo exclusivamente eléctrico, cuenta con una alerta sonora para peatones que puede conectarse y desconectarse de forma voluntaria. También incluye freno de estacionamiento electrónico y anclajes Isofix para asientos infantiles.

El Ampera será el primer eléctrico de autonomía extendida que podremos adquirir en nuestro país. Cero emisiones en modalidad eléctrica, consumo muy bajo de energía, posibilidad de uso como compañero de viaje más allá de la ciudad, tecnología avanzada... Con estas características, seguro que muchos conductores darían el "sí quiero" al modelo alemán. Sin embargo, el precio puede convertirse en un hándicap que eche para atrás a más de uno.