Opel Astra

La nueva generación del Opel Astra cumple con nuestras más exigentes expectativas para plantar cara en el segmento de los compactos con un estilizado y atractivo diseño, tecnología de vanguardia y la patente calidad que ofreciera con esmero su hermano mayor el Insignia, del que se basa en muchos aspectos. Como todo buen guiso Opel ha configurado, sin prisa pero sin pausa a su "niño bonito" el Astra con la mirada puesta en la conquista de uno de los segmentos más reñidos del mercado donde frecuentan rivales de la talla del Volkswagen Golf, Ford Focus o Seat León, por citar algunos ejemplos. Con una producción, que comenzará de forma simultánea en Inglaterra y Polonia, arrancará el compacto de Opel. Primero en carrocería de 5 puertas que será lanzada la última semana de noviembre o primera de diciembre a la que se sumará más adelante la carrocería familiar o Sport Tourer. Aunque todavía están por determinar precios y equipamientos, los responsables de la marca y en concreto su director general, Juan José Lillo, ya ha dado a conocer su precio de partida para España que estaría cifrado en 15.700 euros.

Diseño exterior

Su estilizada silueta, con una línea de techo muy de coupé genera una imagen muy proporcionada en sus formas. Por fuera, la forma y contorno de sus superficies acristaladas nos recuerda al Seat León, sobre todo en lo que concierne a la pequeña ventana situada sobre el travesaño de la puerta y en la zaga por la ligera caída del techo. Ni siquiera han querido descuidar su calzado que irá envuelto ya desde las versiones más básicas en 16 pulgadas.

El incremento en longitud respecto a su antecesor (17 centímetros) ha permitido incrementar la altura en 2 centímetros, que repercuten en otorgar una mayor habitabilidad detrás, al menos en lo que a altura para la cabeza se refiere. En dichas plazas, lo primero que nos llama la atención una vez nos posicionamos en las mismas es que vamos sentados muchos más elevados que en la anterior generación. Mientras el incremento en torno a 7 (7,1 centímetros) centímetros de batalla respecto a su antecesor ha servido para disfrutar de un mayor espacio para las piernas. Delante los asientos son de nueva configuración, menos duros y mucho más marcados que antes para otorgar un mayor apoyo lateral. La clásica ruleta de regulación tanto del respaldo ha sido sustituida por una palanca. En líneas generales, toda la ergonomía del puesto de conducción se ha revisado y mejorado con una mejor posición al volante, favorecida por unos asientos más mullidos y la posición del reposapiés más a la izquierda. A la hora de albergar la carga tampoco plantea graves problemas de espacio, pues con 370 litros se antojan suficientes. Incluso sus formas regulares y la utilización de doble piso variable facilitan el acceso de la carga.

Siete serán, en un principio, la gama de motores que equipará el Astra. De ellos cuatro son gasolina compuestos por dos atmosféricos de 1.4 y 1.6 con potencias de 100 y 115 caballos, respectivamente; y dos turboalimentados de 1.4 y 1.6 litros con 140 y 180 caballos de potencia. En cuanto a las motorizaciones diesel la compondrán tres tetracilíndricos turbodiésel de inyección directa por conductor común: un 1.7 litros con dos variantes de potencia: de 110 y 125 caballos, junto al 2.0 CTDi de 160 CV, que ya monta su hermano mayor el Insignia. Más adelante en la primavera de 2010 se sumará la versión EcoFLEX 1.3 CTDi de 95 CV caracterizada por su bajo consumo y emisiones de C02. Todos los mencionados motores cumplen con la normativa Euro V sobre emisiones de gases contaminantes y se encuentran asociados a cajas de cambio manuales de seis velocidades, salvo en las versiones 1.4 y 1.6 gasolina así como la 1.7 CTDi menos potenciada, que es de cinco. Tan sólo utilizará el cambio automático de seis velocidades la versión diesel más potenciada. Hasta en este apartado de las transmisiones se nota las mejores introducidas en el Astra con un cambio además de ergonómico con un buen tacto y unos recorridos de palanca más precisos, que han repercutido, como es lógico, en una mejora de su accionamiento. Durante nuestra toma de contacto por los alrededores de Frankfurt tuvimos ocasión de testear el 1.7 CTDi de 125 CV, así como la versión gasolina más potenciada: 1.6 Turbo de 180 caballos. Comenzando por este último resulta un motor lineal en la entrega de potencia sin picos acusado que nos anuncien la entrada del Turbo. Es un motor que estira y estira, pero lo hace sin una contundencia demoledora, es decir, sin prisa pero sin pausa. La transmisión manual al que va asociado funciona a las mil maravillas, pues no solo es agradable al tacto sino preciso y rápido en sus inserciones como para no comprometer la respuesta de la mecánica. En cuanto al turbodiésel comon rail de 125 CV se ha comportado de manera correcta a lo largo de todo el recorrido, pues ya desde bajas revoluciones ofrece una respuesta adecuada a su potencia. Si es justo decir que resulta un motor algo ruidoso al ralentí.

El recién estrenado Astra estrena nueva plataforma - que comparte con e Cruze, el modelo de Chevrolet que se encargó de estrenarla, a excepción de la suspensión que varía - para consolidar una mayor rigidez a la par de lograr menos ruidos y vibraciones. Ahora el Astra recurre a la amortiguación adaptativa FlexRide, que estrenara el Insignia y que interacciona sobre los frenos, el motor, el acelerador, la dirección el cambio -en el caso de portar transmisión automática -, la suspensión y las luces adaptativas. Toda una solución de gran berlina que ahora se encuentra al alcance de los vehículos compactos. Como ocurre en el Insignia un botón Sport se encarga de seleccionar un tarado más enérgico, sin comprometer en ningún caso el confort; mientras el botón Touring se ocupa de un rodar más confortable. Opel ha realizado una reingeniería completa en el trabajo de la suspensión trasera de cara a facilitar su guiado y contener el balanceo de la carrocería montando en su nuevo Astra un eje de torsión con timonería de Watt. En este caso, la marca germana ha decidido que no necesita suspensión multibrazo como la que monta la mayoría de sus rivales, entre ellos el Golf pues la tilda de demasiado costosa. Con la dotación de la timonería de Watt se ha logrado un guiado absolutamente vertical, con el centro de gravedad situado donde el diseñador ha considerado oportuno y cuya posición no varía, aunque juguemos con la suspensión del vehículo. La virtud de esta geometría de suspensión, patentada por Opel - unida al empuje centrado hacia adelante, sobre una cruceta transversal - en lugar de un rotula como portaban antes clásicos como el Alfa Romeo 6 - que recibe el esfuerzo de propulsión se pone de manifiesto el buen comportamiento del vehículo. Mientras en el eje delantero monta un subchasis aislado con torretas McPherson, que ayuda a eliminar lo posible los ruidos de rodadura, entre otros aspectos. El resultado: un compacto que en línea recta se muestra impasible y una vez en curva la dirección se muestra más ligera, precisa y directa que la del Astra actual logrando con ello trazar las mismas con solo un golpe de volante. Al menos así lo pudimos comprobar en el Centro de Pruebas que General Motors - grupo al que pertenece Opel - tiene en Russelheim donde tuvimos la ocasión de probar los antecesores de este compacto en sus correspondientes versiones Kadett A Coupé de 1963, Kadett B de 1967, Kadett C de 1975, Kadett E GSi de 1989 y Astra F Caravan de 1998 . Toda una experiencia para no olvidar, aquella de rememorar que cualquier tiempo pasado fue diferente.

Opel quiere hacer de su Astra toda una referencia del segmento en cuanto a calidad y tecnología y el apartado de seguridad no iba a ser menos. De hecho tal es la importancia que se ha querido otorgar, que ya desde el acabado más básico el Astra portará sistema antibloqueo de frenos, controles de tracción y de estabilidad, avisadores de cinturones; además de los correspondientes airbags frontales y laterales. Y ya en carretera me ha parecido resaltable el equipo de frenos, pues continúan manteniendo el buen tarado de la anterior generación con un mordiente y efectividad de los mismos notable. En carretera más revirada y cuando le obligamos al máximo tiende a irse de morro aunque sin aspavientos sino de manera progresiva; momento en el que interviene el control de estabilidad para corregir tal subviraje sin llegar a ser nada intrusivo. Mención aparte merece algunos de los elementos que convierten al Astra en uno de los modelos tecnológicamente más avanzados de su clase, gracias a elementos como el sistema Opel Eye - ya introducido en el Insignia - que no sólo avisa sobre cambios involuntarios de carril sino que además aporta al conductor información sobre cuáles son los límites de velocidad en ese momento. También puede incorporar luces de xenón con iluminación adaptativa, que modifica el haz de luz de dichas luces según cuales sean las condiciones de circulación.

Desde luego Opel ha sabido sacar todo su jugo a su Astra, que ya en su décima generación lejos de hacer una mera renovación ha apostado fuerte lanzado un compacto con tecnología de clase superior, buenas cotas de habitabilidad y un chasis a la altura de las circunstancias como para no comprometer en ningún momento el dinamismo. Claro que para entrar con fuerza en el segmento compacto, tantas virtudes debían de tener un precio contenido... objetivo logrado.