Más opciones para la familia
La última variante de la gama Insignia se presentó en el pasado Salón de Frankfurt. El Country Tourer no es otra idea que la variante familiar Sports Tourer modificada para ofrecer mayores posibilidades de circulación en pistas gracias a una mayor altura libre al suelo, tracción total y un kit de carrocería con refuerzos plásticos y protectores de bajos.
El Insignia Contry Tourer se desmarca ligeramente del resto de la gama para posicionarse como un familiar polivalente con matices de todocamino para hacer frente a modelos de la talla del Volkswagen Passat Alltrack, Audi A4 Allroad, Volvo XC70 o Peugeot 508 RXH.
Está disponible con dos variantes mecánicas, ambas en diésel, compuestas por un motor 2.0 CDTI de 163 CV y el mismo pero en versión Biturbo que eroga 192 CV y que monta nuestra unidad de pruebas.
De aspecto campero
Si hay algo inconfundible en este Insignia Country Tourer es su estética robusta complementada por los detalles plásticos de protección en el perfil inferior de la carrocería. Éstos envuelven la parte baja y los pasos de rueda para minimizar los daños contra golpes, arañazos y posibles “chinazos” que pueda sufrir al circular fuera de carretera.
Tiene una mayor distancia al suelo que le proporciona una ligera libertad a la hora de afrontar con garantías trayectos por carreteras en mal estado y caminos no asfaltados que no presenten demasiada dificultad. También se han protegido los bajos del motor con una plancha de acero de alta resistencia que minimiza cualquier avería mecánica por golpe inferior.
El Opel Insignia Country Tourer incorpora a su diseño las últimas modificaciones estéticas que recibió la gama Insignia con el último restyling. De esta manera, la variante campera, también luce la parrilla más ancha, en una posición ligeramente más baja, con el emblema de la marca en el centro custodiado por dos láminas cromadas a los costados.
Tanto los faros delanteros como los pilotos traseros son de nuevo corte. Delante se ha instalado una nueva luz diurna de tipo LED y se equipan faros adaptativos AFL Plus –actualmente gratis con la promoción en vigor-. En los grupos ópticos traseros destaca también la tecnología LED y su nuevo diseño que parece abrazar la barra cromada.
Además de los plásticos negros también puede observarse como sale de los paragolpes delantero y trasero un protector más robusto diferenciado por un color grisáceo. La doble salida de escape es exclusiva para la variante más potente.
Interior refinado
El ambiente que se vive a bordo del Insignia Country Tourer es totalmente comparable al de otros modelos a los que se les cataloga como “premium”. El de Opel no les tiene nada que envidiar. Me ha gustado especialmente el tacto de los materiales y el empeño que se le ha puesto a la hora de conseguir unos buenos acabados.
Otra de las mejoras que incorpora tras el ligero restyling es la mejor distribución de los botones de la consola central eliminando algunos y recolocando otros para hacerlos más accesibles a la mano del conductor.
El cuadro de instrumentos consta de una gran pantalla digital situada en el centro, en la que se representa el velocímetro y diferentes informaciones del ordenador de a bordo, la navegación o el del sistema de audio, por ejemplo. A los costados, ya en formato analógico, se encuentran el cuentarrevoluciones, el indicador de combustible y el de la temperatura del motor. Las diferentes opciones de visualización de la pantalla se controlan fácilmente con los botones situados en el volante.
Como en el Insignia Sports Tourer –vuelvo a recordar que se trata del mismo coche- uno de los puntos fuertes de modelo es la amplitud que ofrece para todos sus ocupantes. En las plazas traseras pueden acomodarse dos adultos perfectamente y un tercero, algo más incómodo, en una plaza central bastante aprovechable.
Como en la mayoría de familiares destaca especialmente un maletero amplio de 540 litros muy aprovechable gracias a las paredes totalmente rectas de los laterales. Además ofrece un doble piso para separar la carga y hasta un tercer piso aprovechable gracias al hueco vacío que deja la rueda de repuesto si no la elegimos como opción (imprescindible si se van a hacer pistas a menudo dado que los neumáticos son asfálticos).
Abatiendo los respaldos traseros se consigue un piso casi plano que aumenta las posibilidades de carga hasta los 1.530 litros. Además cuenta con cuatro guías, dos a cada costado, para poder colocar una red elástica que nos otorga una variante más a la hora de repartir los diferentes objetos que transportamos.
Equipamientos opcionales
Para que nadie se sienta engañado, a continuación explicaremos qué accesorios y sistemas adicionales lleva la unidad que estamos probando. Aunque el modelo ya de por si viene con un buen listado de elementos de serie, no está de más echar una ojeada al catálogo de opciones extra porque, si estamos dispuestos a desembolsar unos cuantos euros de más, Opel ofrece cosas muy interesantes para el Country Tourer.
Esta unidad de pruebas tiene como equipamiento extra la tapicería de cuero perforado Siena (2.293 €) con ajuste eléctrico y memoria para el asiento del conductor (598 €). Actualmente el sistema de infoentretenimiento IntelliLink Navi900 es opcional pero gratuito, aunque el Touchpad HMI (104 €) debe pedirse a parte. El Touchpad HMI no es otra cosa que un controlador opcional para el sistema Intellilink que complementa la función de la pantalla táctil con un mando similar al ratón de un ordenador portátil. Además de las funciones de desplazamiento y selección, con este accesorio que se sitúa junto a la palanca del cambio también podremos escribir con el dedo letras y números para introducir de forma más rápida la dirección del navegador o buscar un contacto en la agenda del teléfono que previamente hemos vinculado por Bluetooth.
Otras de las opciones son el lector de CD y MP3 (83 €), el Pack Family Confort (520 €) que ofrece airbags laterales traseros, asientos delanteros calefactables, cortinillas en las ventanas traseras, reposabrazos trasero central con acceso al maletero y toma de 230 V en la consola central trasera o el Pack Sportive Confort Plus (598 €) que trae consigo el climatizador bizona, el freno de mano eléctrico, el encendido de las luces automático, el retrovisor interior fotosensible y el sensor de lluvia.
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Además, el sistema de altavoces Bose (681 €), el sensor de la presión de los neumáticos y el indicador del momento óptimo del cambio de marchas (104 €), el asistente de aparcamiento con sensores delanteros y traseros (593 €) y el portón del maletero con apertura eléctrica (229 €) también hay que pagarlos a parte.
Un motor poco creíble
Como ya he comentado, el motor que probamos es la variante más potente de las dos que se comercializan en España. Con su ficha técnica en mano vemos que este 2.0 CDTI BiTurbo de 195 CV tiene un par máximo de 400 Nm entre las 1.750 y las 2.500 rpm.
Opel anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y una velocidad máxima de 210 km/h. En términos de consumo, repito según la ficha técnica, esta versión logra homologar 6,6 litros a los cien kilómetros y unas emisiones de CO2 de 174 g/km.
De entrada os diré que en la realidad es prácticamente imposible bajar de los siete litros de media, tirando a la baja, porque he acabado la prueba de una semana con una media peligrosamente alta: 8,2 l/100 km.
La tracción a las cuatro ruedas, de la que hablaré un poco más adelante, junto al ya de por si pesado conjunto del chasis, carrocería y motor, da como resultado un coche “gordote” de 1.843 kg.
El motor no brilla demasiado. Los 195 CV de potencia cuesta encontrarlos y el cambio automático tampoco ayuda a ello. No es un cohete acelerando pero mejora su comportamiento en las recuperaciones, donde sí hace un digno papel si se mantiene el régimen del motor por encima de las 2.500 rpm.
El escalonamiento de las marchas me ha parecido excesivamente largo y la gestión automática en ocasiones peca en voluntad. Siempre llevaremos engranada la marcha más larga posible, es decir, la que haga que el motor gire a un rango de revoluciones más bajo. Esto está bien en autopista, por ejemplo, pero no en carretera. En el segundo escenario reducirá una marcha cada vez que nos encontremos faltos de potencia y hundamos un poco más el acelerador. Al volver a aflojar la presión en el pedal, y aunque sea en subida, volverá a subir marcha y nos encontraremos otra vez con una falta de potencia. Es como un bucle que nunca acaba. Bueno sí.
Esto se soluciona eligiendo la gestion del cambio en forma manual secuencial o bien eligiendo la opción de conducción “sport” con la tecla situada en la parte superior de la consola. Según Opel las suspensiones se endurecen un poco -yo no he notado nada del otro mundo-, la respuesta del motor es ahora un poco más rápida y la gestión del cambio prioriza las prestaciones antes que el consumo, manteniendo en un rango medio-alto las revoluciones del motor.
Un viajero con ganas de aventura
Creo que nadie puede discutir las excelentes cualidades que refleja la versión Sports Tourer en cuanto a calidad de rodadura y comodidad se refiere. El buen comportamiento en vías rápidas junto con las posibilidades que ofrece el inmenso maletero lo colocan como uno de los mejores familiares del segmento.
La variante Country Tourer va un paso más allá. Mantiene todas esas mismas cualidades pero además hay que sumarle la mayor altura libre al suelo y la tracción total. Con estos buenos argumentos no es de extrañar que la marca lo califique como uno de los mejores coches que ha fabricado.
Vamos al grano. Los 20 mm extra de altura libre al suelo se notan a la hora de conducir. La visibilidad mejora ligeramente pero también he notado que se muestra un poco más blando de suspensiones. Éstas reducen bien los resaltes de la calzada y aportan un grado de confort muy bueno en autopista y autovía. En carreteras reviradas pierde algo de eficacia pero el Country Tourer sigue ofreciendo un muy buen aplomo.
La tracción total, a mi parecer, es lo más destacable del modelo. Siempre está conectada y el sistema es capaz de gestionar el par entre el eje delantero y el trasero desde una proporción 100/0 % hasta un 50/50 % según las características de la vía y el tipo de conducción. Además, el diferencial trasero Haldex también puede repartir el par entre las dos ruedas posteriores si fuese necesario.
Esta característica permite al Insignia Country Tourer mostrarse muy efectivo sobre asfaltos con poco agarre o mojados. También, gracias al conjunto de la mayor altura y la tracción a las cuatro ruedas, es posible adentrarse en campo, siempre y cuando la dificultad del camino no presente demasiada complicación. Los neumáticos que monta son de asfalto y le restan agarre en según qué situaciones circulando sobre arena o gravilla.
El más “barato”
El Opel Insignia Contry Tourer no es un coche precisamente barato. Esta versión 2.0 CDTI Biturbo de 195 CV tiene un precio base de 42.705 euros. Aunque ésta sea una cifra razonable, en realidad está ligeramente por debajo del precio de la mayoría de sus competidores.
A este precio habrá que sumarle todas las opciones adicionales que os he descrito unos párrafos más arriba. Los 7.102 euros de equipamiento extra elevan la cifra hasta 49.807 €, pero actualmente Opel tiene un descuento en vigor de 2.962 euros que deja el precio final en unos igualmente altos 46.845 euros.
Los familiares con aires de todocamino son una buena opción para la familia que guste de escapadas al campo o, por ejemplo, que se desplacen a esquiar con frecuencia. La tracción total es un plus de seguridad que mejora de forma notable el comportamiento en condiciones difíciles. Su altura libre al suelo apenas se nota en autopista, prácticamente ofrece el mismo confort que la variante Sports Tourer, pero sí aumenta las opciones al poder adentrarse por caminos de tierra.
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