El Opel Insignia Sports Tourer es un familiar de gran tamaño que compite con el resto de grandes modelos break de marcas generalistas y que aspira incluso a quitar ventas a los modelos de marcas premium. Para ello ofrece, en esta versión que hemos probado, un buen motor de gasolina de 1,5 litros y 165 caballos, una caja de cambios manual de 6 velocidades y un acabado Innovation de generoso equipamiento que puede mejorarse con el montaje de una larga lista de opciones.
Tras su entrada en el Grupo PSA, Opel ha empezado a utilizar componentes de este grupo en algunos de sus modelos como los SUV Crossland X (primer contacto en video de este modelo en este enlace) y Grandland X (primer contacto en video de este modelo en este enlace) y el polivalente Combo (más información en este enlace). También la nueva generación del Corsa se construirá sobre un chasis PSA pero hay coches como el Insignia, cuyo desarrollo es anterior a los acuerdos entre PSA y General Motors que precedieron a la venta de la marca alemana al grupo francés- El Insignia es uno de ellos de manera que nadie piense que este coche tiene nada que ver con, por ejemplo, el nuevo Peugeot 508 (video de este modelo francés en este enlace).
El Insignia dispone de una plataforma de desarrollo General Motors utilizada en otros modelos del consorcio americano en todo el mundo y de motores 100% Opel, entre ellos este 1.5 turboalimentado que mueve a esta versión familiar. Esta carrocería Sports Tourer aporta practicidad y, sobre todo, capacidad de maletero respecto a la de cinco puertas.
El Insignia Grand Sport (así se llama ahora la versión de 5 puertas) ya lo probamos en su momento (enlace al video de la prueba de la versión 1.6 CDTi diésel de 136 caballos en carrocería berlina) de manera que ahora nos centraremos en los dos elementos que distinguen a esta unidad; el motor de gasolina de 136 caballos y la carrocería break. Empecemos por esta.
Más largo y con más maletero
El Insignia Sports Tourer es 3 cm más largo que la berlina (mide 4,98 metros de largo), conserva la anchura del resto de la gama con 1,86 metros y es ligeramente más alto (1,50 metros, lo que supone 4 cm más debido a que la parte trasera del techo se mantiene elevada y no cae como en la berlina. La distancia entre ejes del coche si es compartida, con 2,83 metros de manera que el incremento de longitud se debe a la mayor cota del voladizo trasero.
El maletero, al que se accede por un portón de apertura eléctrica opcional (cuesta 500 euros) que puede accionarse con el pie deslizándolo por debajo del parachoques cuando llegamos cargados (se requiere tener la llave en el bolsillo, eso sí), ofrece, en su configuración natural de cinco plazas y hasta la bandeja una capacidad de 560 litros. Si retiramos el estor enrollable y usamos la capacidad hasta el techo (algo que podemos hacer fácilmente si equipamos el coche con una red de separación de carga) alcanzaremos los 1.665 litros.
La superficie de carga es plana y diáfana, y el umbral de carga es de los más bajos del segmento, de manera que se facilita la carga. El equipamiento de del maletero, con ganchos para bolsas y argollas para redes, es muy completo. El estor cubreequipajes es enrollable y puede guardarse bajo el piso si no se utiliza. El doble fondo esconde una pieza de porexpan en la que dejar pequeños objetos muy planos como los triángulos de avería. Mediante dos palancas en los laterales del maletero pueden abatirse directamente los respaldos, partidos en proporción 60/40. La parte grande puede, a su vez, dividirse en dos partes para, por ejemplo, cargar objetos largos abatiendo sólo la parte central del respaldo..
Si vamos hacia delante por el interior encontramos una segunda fila más habitable que la de la berlina por su superior cota de altura. El diseño pretendidamente “cupé” del 5 puertas reduce la altura libre interior, algo que no sucede en el Sports Tourer que ofrece mucho espacio al techo, casi tanto como en distancia para las piernas, realmente generosa, algo lógico, por otra parte, en un coche tan grande. En las plazas traseras encontramos con este acabado dos tomas de USB y un reposabrazos central.
La plaza central es la peor de las tres como suele ser habitual. Además de un túnel de transmisión prominente que obliga a separar las piernas (es el precio a pagar para poder disponer de versiones 4x4 en la gama Insignia), el ocupante central, que por anchura podría disfrutar de un buen espacio, debe lidiar con la dureza del respaldo ya que en él se encuentra el mencionado apoyacodos. Además, al estar muy marcadas las plazas exteriores, llevar a un tercer ocupante en el medio condiciona también el confort de los otros dos que deben sentarse más cerca de las puertas y pierden el “encaje” que les ofrece sus asientos cuando sólo se utilizan dos.
Las plazas delanteras son también generosas. Los asientos, como es habitual en los Opel, son magníficos y están certificados por una asociación médica alemana que garantiza un buen tratamiento de la espalda en viajes largos. Pueden ser eléctricos, tener calefacción y ventilación, función de masaje y tapicería de cuero (actualmente, con las ofertas en vigor, Opel regala la tapicería de cuero, valorada en 2.400 euros con este acabado). La regulación eléctrica, incluida en el paquete premium junto al aviso de ángulo muerto, el aviso de tráfico cruzado trasero, la cámara de visión de 360 grados y el asistente automático de aparcamiento cuesta 1.500 euros.
El salpicadero del Insignia tiene un diseño muy limpio pero no se aparta en absoluto de lo que suele ser habitual en la marca. La funcionalidad se antepone a cualquier alarde de diseño y la calidad de ajuste es buena, próxima a la de los modelos premium. La ergonomía está bien estudiada con la pantalla central en posición bastante elevada y los mandos de la climatización justo debajo. Una serie de mandos en el volante y ambos laterales del volante permiten el acceso al resto de funciones.
Este Insignia dispone de freno de mano eléctrico (con el botón junto a la palanca del cambio, puede tener cargador inalámbrico de móviles (cuesta 190 euros si lo elegimos como opción única o se incluye en el paquete Tecno junto a los faros de LED matriciales y a los cristales traseros sobretintados que cuesta 1.800 euros) y tiene un paquete opcional llamado Confort Plus que incluye el control de crucero adaptativo con alerta de colisión frontal y detección de peatones, head-up display (en color y por proyección directa en el parabrisas, sin pantallas de metacrilato) y pantalla de 8 pulgadas en la instrumentación que se vende por 3.500 euros..
Motor 1.5, más que suficiente
Vamos ahora con el motor. Este 1.5 litros turbo de gasolina es una mecánica muy adecuada para los que busquen un coche con un cierto dinamismo, pero les parezca excesiva la opción del GSi con 260 CV (primer contacto con esta versión en este enlace). La verdad es que la competencia la tiene más en el nuevo 1.6 Turbo de 200 CV (más información de este motor en este enlace) que por poco dinero más ofrece más prestaciones. Con 165 CV ofrece ya un buen rendimiento y mueve con soltura la carrocería de este Insignia cuyo peso en vacio de poco más de 1.500 kilos puede aumentar claramente si lo cargamos con toda la familia y con el equipaje de las vacaciones.
El motor tiene un buen comportamiento en baja, con una respuesta aceptable que va ganando energía a medida que se acerca a las 3.000 vuletas. Por debajo de ese régimen, el rendimiento es aceptable, mejor que en otros modelos con propulsores de esta cilindrada y, a partir de ese régimen, estira bien hasta 5.500 vueltas. El par no es muy generoso pero sí muy estable a medio régimen de manera que la capacidad de recuperación es satisfactoria.
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No se trata, en ningún caso, de un motor deportivo (para eso existe el GSi a la espera de un psoible OPC, de momento no confirmado) pero sí con una potencia razonable, una buena capacidad de recuperación y una aceleración de 0 a 100 km/h. en 9,6 segundos. La velocidad máxima de este coche es de 214 km/h.
La caja de cambios manual de seis velocidades tiene una quinta y una sexta muy largas para rodar a bajas revoluciones en autopista beneficiando con ello el consumo. Las cuatro primeras marchas están bien escalonadas pero el tacto de la palanca no me terminó de convencer. Es preciso pero muy gomoso y con los recorridos de palanca muy largos.
Por lo que respecta al consumo, los motores de gasolina montados en coches grandes y pesados quedan lejos, en su eficiencia, de los diésel equivalentes. En otros segmentos, las diferencias se han reducido pero en este, siguen siendo importantes. En nuestra prueba, el Insignia nos gastó 7,8 litros/100 km, una cifra alejada de la homologada en ciclo NEDC de 6,1 l/100 km y también de la nueva cifra WLTP que es de 6,4 litros/100 km. Además, es muy sensible al aumento del ritmo y si queremos sacar partido al motor debemos tener en cuenta que el consumo se disparará de manera notable.
Comportamiento de gran turismo
El comportamiento del Insignia ha mejorado mucho en esta generación. El chasis nuevo es más rígido pero, además, es más ligero, lo que se nota, y mucho, una vez en marcha. También han mejorado el tacto de dirección y la suspensión, que ahora es algo más cómoda sin perder efectividad ya que la mejora en la rigidez del chasis ha permitido montar unos elementos elásticos que privilegien el confort.
Este Insignia monta una suspensión adaptativa con amortiguadores regulables electrónicamente. Esta suspensión pilotada permite elegir entre los modos confort y sport que afectan además a la respuesta del motor, a la asistencia de la dirección y a la gestión del control de estabilidad (y también a la respuesta del cambio en las versiones automáticas). Cabe destacar que en el Insignia se nota bastante el cambio al modo Sport.
Así, en autopista, tenemos un coche confortable, estable y muy silencioso (el trabajo de la marca en este apartado ha sido muy notable) mientras que en carreteras de montaña y aunque las inercias son difíciles de eliminar, la suspensión en modo Sport nos permite disponer de un coche más ágil y más reactivo que sin llegar a la deportividad del GSi, si permite un ritmo alegre sin excesivos problemas.
Sí nos habría gustado que los frenos tuvieran algo más de mordiente. El tacto del pedal es un poco raro y tiene una primera parte del recorrido en el que el coche apenas frena. Hay que acostumbrarse, pero no da más problemas. Y en cuanto a la resistencia a la fatiga, los frenos son simplemente correctos.
Acabado Innovation
Este Insignia, con el acabado Innovation lleva de serie elementos como el paquete de visibilidad, con faros y limpias automáticos y retrovisor interior fotosensible, freno de mano eléctrico, la mencionada suspensión adaptativa, control de crucero, reconocimiento de señales, acceso y arranque sin llave, climatizador, volante de cuero, llantas de aleación de 18 pulgadas (con dos diseños a elegir sin sobreprecio), faros antiniebla y equipo de audio con Bluetooth.
Opel regala actualmente la tapicería de cuero y el navegador a los clientes que financien el coche. La pintura metalizada vale 550 euros y el blanco de nuestra unidad 260 euros aunque hay otro blanco nacarado que incrementa el precio en 663 euros. Además de los paquetes ya citadas, hay un pack OPC con pedales deportivos, mandos al volante y volante calefactable, faros LED matriciales (1.500 euros), alarma (390 euros), techo de cristal (1.200), gancho de remolque abatible (900) y rueda de recambio de emergencia (100 euros).
El precio de tarifa de este modelo es de 33.900 euros, en línea con lo que ofrecen los modelos de la competencia como el Ford Mondeo Sportbreak, el Renault Talisman Grand Tour, el Kia Optima Wagon, el Volkswagen Passat Variant o el Mazda6 Wagon. En el caso de nuestra unidad de pruebas, a este precio había que añadir la pintura metalizada y las múltiples opciones montadas (8.800 euros sin contar la tapicería de piel y el navegador) que dejaban el precio en 43.363 euros. Opel, no obstante, ofrece en su configurador un descuento de 6.000 euros más otros 1.693 por financiar con la marca de manera que el precio final, equipado a tope es de 35.664 euros con la obligación de financiar una parte.
Este familiar, por lo tanto, destaca por su habitabilidad, su capacidad de maletero y el buen rendimiento del conjunto motor-chasis. Dentro del segmento generalista es una de las mejores opciones existentes y, con el nivel de acabado y equipamiento que ofrece, no es descabellado pensar en él como una opción a coches premium como el Audi A4 Avant, el Mercedes Clase E Estate o el BMW Serie 3 Touring, todos ellos más pequeños, con menos maletero y más caros que este Insignia.
Gracias por la prueba, Joan, muy completa. Tras leerla, me surgen dudas entre este modelo y el que tenía pensado equivalente en motorización: familiar gasolina de unos 150-160cv... ahora no se seguir decantándome por Superb o el Insignia... gran dilema... Venga, cual me aconseja... Gracias