Apariencia deportiva
Decir que la edición especial RC Line del Peugeot 107 es sinónimo de deportividad sería una verdad a medias puesto que lo único de deportivo que tiene este modelo es la apariencia. Claro que la imagen también cuenta y los aditamentos que incorpora esta nueva versión del más urbano de la gama Peugeot, cuanto menos, lo diferencian. Eso sí, lucir distinto tiene un precio. 11.000 euros es lo que figura en la tarifa si el elegido es el 107 RC Line equipado con el motor de gasolina 1.0 de 68 CV.
Los cambios estéticos que introduce la versión RC Line en el 107 son de los que no pasan desapercibidos. Hay tres posibles colores de carrocería para esta versión: negro, blanco y rojo. En el caso de escoger el negro, dos bandas rojas con los bordes en gris recorren longitudinalmente el vehículo desde el capó hasta la zaga, donde resalta la doble salida de escape con forma oval, que aunque es falsa da el pego. Los retrovisores adoptan el mismo color rojo que las mencionadas bandas y las llantas de aleación de 15" también son exclusivas del RC Line. En el interior el volante es de cuero con pespuntes en rojo.
En interior está bien aprovechado teniendo en cuenta que se trata de un vehículo de 3,43 metros de longitud. El conductor y el acompañante pueden acomodarse sin percibir ningún tipo de estrechez, pero los dos ocupantes de las plazas traseras, salvo que sean niños o adultos de complexión delgada y talla baja, tienen limitado el espacio para las piernas. La capacidad del maletero es muy reducida, solo dispone de 130 litros, si bien se puede ampliar hasta los 710 litros si se abaten los respaldos de los asientos traseros. También hay otros huecos para dejar objetos repartidos por el habitáculo, sin embargo ni siquiera la guantera tiene tapa así que cualquier cosa que deje en ella quedará a la vista. El acabado es muy básico pero agradable a la vista. La sujeción de los asientos es algo a mejorar y por otro lado, en el caso de los delanteros, el respaldo y el reposacabezas forman una solo pieza.
Las mecánicas que equipa el 107 RC Line no varían respecto al resto de la gama. En este caso monta el motor de gasolina tricilíndrico de 1 litro. Rinde 68 caballos de potencia lo que permite al 107 moverse con bastante soltura, pero eso sí, para no perder rapidez de respuesta es necesario utilizar el cambio con frecuencia. Este es un motor que no oculta ciertas vibraciones y su rumorosidad queda patente en el habitáculo. En recorridos eminentemente urbanos el consumo de combustible se sitúa en torno a 6,3 litros por cada 100 kilómetros recorridos, mientras que su ficha técnica acredita unas emisiones de CO2 de 108 g/km.
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Como coche urbano que es, el 107 RC Line se desenvuelve bien callejeando a pesar de que la dirección no destaca por su rapidez. En carretera es donde más se nota que la dureza de la suspensión penaliza el confort pero, por otro lado, contribuye a mejorar la estabilidad a su paso por curvas. El 107 RC Line es predecible en sus reacciones pero si se quiere un plus de seguridad, por 430 euros se puede incluir ESP en el equipamiento.
En cuestión de seguridad el Peugeot 107 RC Line se sitúa conforme a la media dentro de su categoría, pero no alcanza las cinco estrellas EuroNCAP del Fiat 500 (tiene cuatro) ni tampoco el nivel de seguridad activa que ofrece de serie, por ejemplo, el Smart Fortwo. El 107 RC Line incorpora airbags delanteros frontales y laterales, ABS y cinturones con pretensores y tres puntos de anclaje. Opcionalmente cabe la posibilidad de montar ESP.
Hasta que esta primavera llegue al mercado el Toyota iQ, el Peugeot 107 es uno de los utilitarios con cuatro plazas más pequeños del mercado (también están sus "hermanos" el Citroën C1 y el Toyota Aygo), algo que constituye uno de sus principales argumentos de venta. Claro que sus medidas ultracompactas también suponen una limitación, sobre todo, en la capacidad de carga del maletero y en la merma de confort que han de padecer los ocupantes de las plazas traseras en desplazamientos más largos que los típicos recorridos urbanos. El nivel de equipamiento que lleva, en cualquiera de los casos, es escaso y vestirlo de deportivo, lo cierto es que sale caro.