El famoso roadster de la firma alemana llega a su tercera generación con una renovación completa. A nivel formal, el nuevo Boxster hace alarde de una apariencia más musculosa y llega con una carrocería algo más grande y un chasis revisado con respecto al modelo anterior. A ello cabe añadir un rendimiento prestacional optimizado gracias a la presencia de más "caballería". Dos mecánicas bóxer gasolina de seis cilindros hacen volar al deportivo de la firma de Stuttgart. Un potente 2.7 de 265 CV da vida al Boxster mientras que un radical 3.4 de 315 CV preside el Boxster S. El incremento de potencia no supone un aumento del consumo, sino al contrario. Y es que el trabajo en materia de eficiencia ha sido profundo, desde aligerar peso en el máximo posible de elementos hasta introducir tecnologías específicas para ahorrar combustible. La marca de Stuttgart pone a la venta en España el renovado descapotable a principios de mayo y prevé unas ventas mundiales de 10.000 unidades. PVP PORSCHE Boxster 2.7 52.789 € PORSCHE Boxster 2.7 PDK 55.824 € PORSCHE Boxster S 3.4 67.135 € PORSCHE Boxster S 3.4 PDK 67.640 €
Diseño
Viendo el resultado conseguido por los diseñadores de la marca germana con esta tercera generación del Boxster, no cabe duda de que uno de sus principales objetivos consistía en darle un nuevo aire pero sin hacerle perder un ápice de su personalidad. En primer lugar, cabe comentar el incremento de proporciones del automóvil. Su carácter compacto se ha visto acentuado, pues a pesar de que su carrocería es tres centímetros más larga, cuenta con un voladizo reducido. Asimismo, cuenta con un incremento de seis centímetros en la batalla, además de una mayor anchura de vías. El frontal del vehículo lo presiden las entradas de aire laterales, sobre las que van instaladas las luces LED de conducción diurna, y las ópticas de grandes dimensiones, cuyos faros se han renovado totalmente. Por otro lado, el parabrisas se ha adelantado en diez centímetros y pasa a ser algo más plano que en la anterior generación. Gracias a ello y a que el modelo es 13 mm más bajo que su predecesor, la imagen del Boxster es aún más deportiva que antes. Su rediseñada línea de hombros también le aporta una apariencia más enérgica y dinámica. Debe señalarse también la nueva forma de las puertas, con marcadas nervaduras pensadas para conducir el aire de admisión hasta las tomas de aire laterales traseras. El Boxster monta nuevas llantas de 18 pulgadas de serie mientras que el Boxster S equipa otras todavía más vistosas de 19 pulgadas. De forma opcional pueden incorporarse unas exclusivas llantas de 20 pulgadas. En la zaga también queda patente la transformación del vehículo, pues cuenta con un nuevo spoiler que queda unido a las ópticas de estreno e integra unas finas luces de marcha atrás. Desaparece la tapa para la caja de la capota (que sigue siendo de lona y eléctrica), lo que contribuye a reducir el peso del vehículo. Dicha capota puede abrirse y cerrarse en marcha hasta 50 km/h y sólo tarda nueve segundos en completar la operación.
Habitabilidad
Al acomodarnos en el puesto de mando, el concepto de deportividad sobresale por encima del resto. El vehículo cuenta con una posición de conducción cinco milímetros más baja que antes y, al estilo de los vehículos de competición, la palanca de cambios se encuentra en una posición elevada, lo que acentúa su carácter deportivo. Los asientos, que ofrecen una excelente sujeción lateral, se ajustan en altura y longitud de forma mecánica, mientras que los respaldos cuentan con ajuste eléctrico. Para recurrir a los asientos con ajustes totalmente eléctricos, con 14 posiciones distintas, hay que echar mano del equipamiento opcional. El vehículo ha ganado espacio para las piernas, lo que le aporta mayor comodidad a los ocupantes. No tardaremos mucho en llegar a la conclusión de que el diseño interior nos resulta algo familiar. Y es que su línea ha tomado al superdeportivo Carrera GT como fuente de inspiración. El habitáculo del Boxster derrocha calidad y los controles ubicados en el tablier se caracterizan por ser intuitivos y prácticos. El salpicadero está cruzado por una franja transversal en símil aluminio. Tal y como nos tiene acostumbrados Porsche, el cuentarrevoluciones está alojado en el centro del cuadro de relojes. Entre las novedades cabe señalar la nueva pantalla VGA multifunción de alta resolución de 4,6 pulgadas, que muestra información diversa como la del ordenador de a bordo o la de la navegación opcional. Las posibilidades de personalización interior mediante opcionales son todavía más extensas en el nuevo Boxster. Por ejemplo, existen diferentes tipos de tapicerías de cuero, puede incluirse la calefacción para los asientos y el volante, así como el evolucionado Porsche Communication Management (PCM), que estrena pantalla y mapa de navegación en 3D. También se puede mejorar el equipo de sonido CDR de serie con los sistemas Sound Package Plus o el Bose Surround Sound System.
Mecánica
Las motorizaciones bóxer de gasolina y seis cilindros, artífices de las excelentes prestaciones del roadster germano, dan un paso adelante en esta tercera generación. Por un lado, avanzan en prestaciones, ya que alcanzan un nivel de potencia nunca visto en este modelo. Y por otro, evolucionan en materia de consumo, ya que registran un ahorro de combustible de entre un 12 y un 15%. El corazón del Boxster cuenta con una cilindrada de 2.706 cm3 y un par motor de 280 Nm entre 4.500 y 6.500 rpm, cifras algo inferiores en ambos casos a las del motor al que sustituye. Sin embargo, su potencia crece en 10 CV hasta los 265 CV, valor que viene acompañado por una mejora de prestaciones, ya que puede completar el 0-100 km/h en 5,8 segundos (una décima menos con cambio automático). La gama la completa el Boxster S, con un bloque 3.4 de 315 CV, lo que supone 5 CV más que la versión anterior. No hay cambios en cuanto a cilindrada ni en par motor (360 Nm entre 4.500 y 5.800 rpm), pero también sube un peldaño en prestaciones, ya que pasa de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos (una décima menos en la variante automática). Ambos motores cuentan con recuperación de energía durante el frenado y las desaceleraciones, lo que exige la utilización de menos potencia para cargar la batería. Además, el vehículo equipa la función de arranque y parada automática. Herencia del 911 Carrera, el renovado roadster también dispone de la denominada navegación a vela. Es decir, el vehículo puede rodar sin tracción y con el motor al ralentí al levantar el pie del acelerador bajo velocidad constante. Así, puede llegar a ahorrar hasta un litro de combustible cada 100 km. Con todas estas medidas, el Boxster logra homologar un consumo medio de 8,2 l/100 km (7,7 litros con cambio automático), mientras que el Boxster S registra 8,8 l/100 km (8,0 con cambio automático). En el capítulo de la transmisión, el Boxster viene de serie con una caja de cambios manual de seis velocidades, cuyos desarrollos están concebidos específicamente para sacar el máximo rendimiento del motor. La precisión de engranado se ha optimizado, de modo que el cambio de marchas se produce de forma aún más rápida y cómoda. El biplaza alemán también puede escogerse con una caja de doble embrague PDK de siete velocidades, que se ha revisado a fondo para este modelo. Su magnífica rapidez de respuesta combina a la perfección con el modo Sport, que ahora viene de serie, y que permite exprimir las capacidades del motor hasta los más altos regímenes.
Comportamiento
Ágil es el primer adjetivo que nos viene a la mente nada ponernos al volante del Boxster. Esta virtud da un paso más en esta tercera generación debido al nuevo tren de rodaje. Y eso que estamos ante un vehículo de tamaño algo mayor que su antecesor. Mientras que el eje trasero es una evolución del anterior, el delantero es totalmente nuevo. Además de la deportividad, ambos están concebidos para garantizar una conducción confortable. Su batalla ampliada consigue que crezca la sensación de aplomo que proporciona el vehículo, sobre todo al avanzar por grandes rectas a altas velocidades. Donde realmente expone sus inmensas cualidades dinámicas es durante la conducción por zonas reviradas, carreteras por las que saca toda su garra. La mayor anchura de vías genera una excepcional estabilidad, permitiendo un rapidísimo paso por curva.
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Porsche ofrece de manera opcional sistemas con los que el Boxster es capaz de alcanzar un comportamiento todavía más deportivo. Se trata, por ejemplo, del Porsche Active Suspension Management (PASM) y el Porsche Torque Vectoring (PTV). El primero de ellos, que ha recibido cuatro nuevos sensores en las ruedas, regula al milímetro la amortiguación para mejorar aspectos como la adherencia, el confort, las prestaciones e incluso la distancia de frenado. Mientras tanto, el objetivo del nuevo sistema PTV es optimizar la dinámica en curva combinando un bloqueo transversal del eje trasero con pequeñas intervenciones sobre los frenos. Parte de la "culpa" de que el conjunto ofrezca una agilidad sublime recae también en la precisión y la finura de funcionamiento de la dirección asistida electromecánica, que Porsche utilizó por vez primera en el 911 Carrera. Fomentar la ligereza ha supuesto una verdadera obsesión durante el desarrollo del automóvil, lo que ha llevado a recortar 35 kilos con respecto al modelo anterior pese al incremento de tamaño.
Seguridad
El equipo de seguridad del Boxster está a la altura de las prestaciones que ofrece el automóvil. Dispone de airbag delanteros de conductor y acompañante de dos etapas así como de airbag laterales y de cabeza para conductor y acompañante. Equipa también ABS, control de estabilidad y tracción, y arcos de protección antivuelco. Además, se ha mejorado el sistema de frenos. En este sentido, cuenta con nuevos discos y pinzas de freno en el eje delantero y con una refrigeración más efectiva de los discos. Como opción, existe el sistema de frenos cerámicos de alto rendimiento PCCP.
Valoración final
Este roadster biplaza es un automóvil que casi se define sólo. Altas dosis de sensaciones al volante y, ante todo, diversión a raudales son algunos de sus principales argumentos. Junto a un envoltorio rediseñado, más musculoso y algo más grande que la anterior generación, el deportivo alemán recibe una inyección de potencia que viene acompañada por un notable descenso de consumo. Su precio, algo superior al de sus rivales más directos en este exclusivo segmento, es uno de sus hándicaps principales.
De risa... comparar un Eos con un Boxster jaja Se nota que no has tenido uno