Renault Laguna GT 2.0T

La versión más potente y deportiva de la berlina francesa destaca principalmente por su especial sistema de dirección a las cuatro ruedas. Más allá de su mecánica, su imagen exterior y su equipamiento específico, el Laguna GT es singular por el dispositivo Active Drive, con ruedas traseras direccionales. La aplicación de esta solución es relativamente habitual en algunos camiones y autocares pero muy poco frecuente en turismos. De hecho, ha habido otros modelos antes del Laguna en adoptar esta imaginativa y eficaz configuración para mejorar la direccionalidad, la estabilidad y el comportamiento en carretera. Los más recordados sean quizás el Honda Prelude, que incorporó un sistema muy similar a finales de los ochenta, el Mitsubishi 3000 GT, ya en los 90, o el BMW 850.

Otros de los argumentos de la versión GT que la hacen interesante son su marcado enfoque deportivo, con elementos en su interior y detalles de diseño que denotan la clara vocación dinámica de esta versión, y también su buena relación prestaciones-precio-calidad, con un equilibrado balance en la oferta general: Poco más de 30.000 euros con 3 años de garantía o 150.000 km y unos registros realmente destacables: 232 km/h de punta, de 0 a 100 en 7,8 segundos y poco más de 8,2 litros a los 100 km.

Texto y fotos: Narcís Reixach

Calificación 8,4

Acabados 8 Habitabilidad 8 Capacidad de carga 8 Visibilidad 8 Equipamiento 9 Sonoridad 9 Motor 8 Seguridad 9 Velocidad 8 Aceleración 8 Consumo 7 Dirección 10 Comportamiento 9 Calidad / precio 9

Diseño

La exclusividad de la versión más potente y veloz de la gama Laguna debía quedar reflejada ya en un primer vistazo, a simple vista. Para ello los responsables de Renault optaron por soluciones efectivas a nivel estético pero dentro de la formalidad y la discreción que requiere un producto como el Laguna; elegante, moderno y con categoría y reputación en el segmento de las berlinas medias. Los "aditamentos" estéticos especiales del GT casan bien con la silueta sofisticada y distintiva de esta nueva generación de la berlina del rombo. Los principales elementos que aporta esta versión son las llamativas llantas de 18 pulgadas de aleación calzadas con los pertinentes neumáticos en medidas 225/45, un chasis de altura rebajada (-10 mm), el paragolpes trasero adaptado para acoger los tubos de escape con salida cromada a ambos lados del coche, los espejos exteriores en color negro con intermitentes integrados, el faldón delantero específico con rejilla tipo nido de abeja, el alerón trasero o el logotipo GT ubicado en el pilar central. Estas pinceladas deportivas se proyectan también al interior con elementos que detallamos a continuación.

Habitabilidad

En el interior, el cambio más significativo respecto a otras variantes de la gama son sus magníficos asientos deportivos. En combinación con piel y Alcántara e identificados también con el distintivo GT bordado en los respaldos, estos asientos ofrecen una perfecta sujeción lateral, además de recoger bien la espalda, las lumbares y las piernas (en algunas tapicerías sólo de piel resulta difícil no deslizarse por falta de agarre). También son específicos otros detalles como el pedalier de aluminio, el volante deportivo con la sección inferior recta, y demás guarnecidos especiales en piel.

Lo cierto es que al volante del Laguna GT, la posición es cómoda aunque no transmite toda la deportividad que podría debido a que la altura del asiento en su posición mínima ya es alta. Las concesiones a la deportividad en el habitáculo son también bastante discretas a nivel de los materiales empleados. Sin embargo, ello se debe a que se trata de una variante más dinámica que deportiva, y en la que se buscan más las sensaciones que las prestaciones, por lo que no era necesario abandonar la sobriedad habitual del resto de la gama de la berlina gala para transformarlo en un deportivo de connotaciones "racing".

Por lo que se refiere a cotas y dimensiones, son óptimas -especialmente en las plazas delanteras- y las traseras ofrecen un espacio y un confort adecuados.

Su maletero, de 450 litros de capacidad, no es de los mayores del segmento pero posee una boca de carga baja y grande, que facilita a la carga y descarga, y además sus formas interiores (bastante cuadradas) lo hacen muy aprovechable.

Existe una variante GT con carrocería Grand Tour para los clientes que precisan de una disponibilidad de espacio mayor, con 508 litros de capacidad de maletero ampliables a 1.600 con los asientos abatidos.

Mecánica

El motor elegido para animar la versión más potente y deportiva de la gama es un dos litros turbo que desarrolla 205 CV de potencia a 5.000 rpm y un par máximo de 300 Nm a 3.000 rpm, con el 90 % disponible entre 2.250 y 5.250 rpm. Procedente del Mégane Renault Sport, el 2.0T del Laguna GT ha sido adaptado para una entrega de potencia no tan explosiva, con una presión de sobrealimentación ligeramente inferior.

Su mecánica va asociada a una caja de seis velocidades manual cuyo escalonamiento ha sido calculado para favorecer las recuperaciones en cada una de las relaciones intermedias. Las prestaciones mencionadas al comienzo del texto son significativas para un automóvil de sus características: 0 a 100 km/h en tan sólo 7,8 segundos (1.000 m con salida parada en 27,5 segundos), 232 km/h de máxima y todo ello con un consumo medio homologado de 8,2 litros que a la práctica casi en ningún caso bajará de 9 cuando su conducción sea más exigente a nivel dinámico. Como ya sucede en el Mégane Renault Sport, el nivel sonoro de este propulsor es muy agradable, con un zumbido bastante ronco y discreto que no llega a incomodar en ningún momento.

En el acabado GT existe además otra variante mecánica que ofrece un rendimiento similar con unos consumos más ventajosos aunque una deportividad "diferente" al tratarse de un motor de gasóleo; en este caso el diésel 2.0 dCi de 180 CV.

Comportamiento

Sin duda alguna, este es el apartado en el que el Laguna GT destaca por encima de cualquier otra consideración. El comportamiento de este automóvil tanto por carretera como por ciudad -con una manejabilidad muy superior a la de otras berlinas de similares dimensiones- no tiene nada que ver con el resto de la competencia directa. Deberíamos recorrer a un escalafón inferior, el de los compactos deportivos, para encontrar un vehículo tan ágil y desenvuelto. Su sistema Active Drive de cuatro ruedas directrices le proporciona una estabilidad, una direccionalidad y un paso por curva de lo más efectivo, así como una capacidad de giro a bajas velocidades superior.

El dispositivo desarrollado por la marca del rombo es apenas perceptible desde el exterior ya que el ángulo de giro máximo de las ruedas posteriores es de sólo 3,5º cada una, alcanzando un total de 7º. Sin embargo, esos pocos grados en la inclinación de las ruedas se traducen en una notable diferencia de comportamiento. A través de diferentes sensores (del ESP y de la dirección) y mediante unos actuadores y una centralita que procesa e interpreta los diferentes parámetros registrados, el dispositivo 4RD gira las ruedas traseras en sentido inverso a las delanteras si se circula a menos de 60 km/h para ganar diámetro de giro y una capacidad de maniobra superior con un giro de volante inferior. Si la velocidad supera los 60 km/h, el giro de las ruedas del tren trasero es solidario con las del tren delantero; de esta forma se logran giros más "planos" y seguros, con los dos trenes "apuntando" hacia la misma dirección. El resultado de todo ello -con una incidencia mínima en el peso del conjunto, de sólo 20 kg extras- es una maniobrabilidad más rápida, más sencilla, más natural y efectiva sin que el conductor intervenga para nada y sin que resulte artificial ni forzada. Las sensaciones, de hecho, son similares a las de notar una mínima pérdida de tracción en el eje trasero, como si deslizara ligeramente o comenzara un pequeño y siempre controlado sobreviraje.

Seguridad

A nivel práctico, esta ingeniosa y estimable solución para mejorar la dinámica del coche comporta una sensacional estabilidad y una trazada limpia y siempre "por su sitio", lo que redunda en una seguridad netamente superior.

Además del plano de las percepciones, en el que no se puede negar la efectividad de este dispositivo de 4 ruedas direccionales -como resulta innegable cuestionar la utilidad de una tracción de 4 ruedas motrices desde el punto de vista de la seguridad- también hay otros aspectos mejorados en el plano activo del Laguna GT. Uno de ellos es la frenada, confiada a sendos equipos de frenos de disco de mayores dimensiones (320 mm delante y 300 detrás) para detener el impulsivo poder de su motor, de más de 200 CV.

En lo referido a seguridad pasiva, destacar que el Laguna goza de unos resultados en los tests de seguridad EuroNCAP de los mejores de su categoría, con 5 estrellas y 36 puntos. Y es que Renault se distingue desde hace años por sus elevados estándares en este apartado, logrando posicionar a cada uno de sus modelos en una posición de liderazgo en sus respectivas categorías en lo concerniente a la seguridad.

Valoración Final

Por su original y distintiva estética, con rasgos más modernos y sin duda más atrevidos, la estética del Renault Laguna se aparta ligeramente del resto de competidores en el segmento de las berlinas medias. Además, teniendo en cuenta que las versiones gasolina de elevada potencia y rendimiento suelen tener un componente deportivo visualmente más notorio que en el GT, la oferta que conforma esta versión -discreta y refinada- es bastante particular.

Y si a todo ello le añadimos el sistema Active Drive de 4 ruedas directrices, entonces las posibilidades de compararlo directamente con otros rivales de iguales características desaparece por completo. Sin embargo, y a pesar de que la adquisición de vehículos "especiales" en ocasiones puede resultar contraproducente -especialmente a la hora de venderlos-, mientras lo utilicemos disfrutaremos de su incomparable dinamismo y de su elevado y aprovechable potencial mecánico. Sin duda, una vez acostumbrados a las nuevas sensaciones del 4RD, el Laguna GT convence.