Renault Mégane Coupé-Cabrio: El cielo en formato panorámico

España es un país de clima privilegiado durante buena parte del año en la mayor parte de su geografía. Sin embargo, los descapotables no están presentes en nuestras carreteras en el número y cantidad en la que lo están en otros países del norte de Europa. Quizás allí aprecian más cualquier rayo de sol y lo gozan con más intensidad abriendo rápidamente el techo. Para los que más disfrutan de las bondades del astro rey, el nuevo Mégane CC es el coche ideal. A diferencia de la mayoría de cupés-cabrio, con techos metálicos retráctiles de chapa, como el Ford Focus Cupé-Cabrio, el Peugeot 308 CC, el BMW Serie 3 Cabrio o el Volvo C70, el modelo galo cuenta con una superficie de cierre completamente recubierta de vidrio -algo parecido a lo que ofrece el VW Eos- de tal forma que proporciona una sensación de mayor amplitud y libertad en el interior del habitáculo (apto para cuatro personas) así como una notable luminosidad.

PVP: RENAULT Mégane Coupé-Cabrio Dynamique Tce 130 CV 25.400 € RENAULT Mégane Coupé-Cabrio Dynamique dCi 110 CV 26.600 € RENAULT Mégane Coupé-Cabrio Dynamique dCi 130 CV 28.800 € RENAULT Mégane Coupé-Cabrio Privilège 160 CV 31.000 €

Diseño

El diseño de la variante cabrio del Mégane sigue la línea frontal marcada por sus hermanos de gama, con unos rasgos elegantes y armoniosos, con la forma del capó en arco y el paragolpes de la versión Coupé. Es en la zaga donde más se desmarca, debido al volumen acentuado por la necesidad de alojar el techo en la parte trasera. Allí destacan sus grandes pilotos ubicados en la parte superior de la cubierta de maletero, totalmente replanteada, y las luces de posición traseras, con dos guías luminosas de leds, que le confieren un detalle luminoso fácilmente identificable. Sus medidas en la nueva generación son 4,48 m de largo (+13 cm comparado con su predecesor) y una batalla de 2,61 m (+8,7 cm). Por otra parte destaca también su techo, completamente negro, de cristal tintado muy brillante. El Mégane CC II ya contaba con una propuesta similar, solo que ahora su superficie acristalada crece un 10%, siendo el más grande de su segmento con casi 1 m2. Los colores de carrocería propuestos son siete, incluido un blanco nacarado específico.

Habitabilidad

Los diseñadores de la marca del rombo se han esforzado por configurar un interior de formas suaves y depuradas con materiales de calidad. El habitáculo comparte todo el salpicadero con la berlina y el coupé aunque adopta elementos específicos como unos asientos con sujeción lateral reforzada, paneles de puerta con medallón en forma de "ala de mariposa" y el revestimiento del techo de color carbono oscuro. Lo que resulta evidente una vez en su interior es que el gran techo acristalado hace que los ocupantes tengan la sensación de mayor libertad espacial y visual con el techo cerrado y también de una gran sensación de apertura al exterior con el techo abierto gracias al travesaño superior del parabrisas, que se ha adelantado 6 cm con respecto a la anterior generación. Esto facilita a su vez el acceso a las plazas delanteras y erradica la incómoda sensación de otros C+C de tener demasiado cerca el montante del parabrisas. Un deflector antiturbulencias de serie -que la marca afirma ser único en el segmento- impide que los cuatro ocupantes se vean excesivamente expuestos a las perturbaciones aerodinámicas y acústicas hasta los 90 km/h. En cuanto al espacio real, si bien no sobra para las piernas de los pasajeros traseros, es correcto como para poder viajar con un más que aceptable grado de confort. Por lo que respecta a la capacidad, cuenta con un maletero de formas bastante regulares de 417 litros en posición coupé y 211 en cabrio. El umbral de carga es, con 590 mm, el más bajo del segmento y facilita el acceso al maletero, mientras que con el toldo de protección extendido para poder abrir y cerrar la capota sus Renault afirma que el espacio restante permite cargar 3 maletas de cabina juntas.

Mecánica

En el mercado español el Mégane Coupé-Cabrio se comercializa con un motor de gasolina y tres diésel. El primero es el TCe 130, que gracias a su turbo ofrece la potencia de un 1.8 (130 CV) y el par de un motor 2.0 l (190 Nm), con una cilindrada de 1,4 litros y un consumo mixto de 7,3 l/100 km. El TCe 130 está asociado a una caja de velocidades manual de seis marchas. En cuanto al diésel, hay tres motores, todos ellos Euro 5: dCi 110 FAP, dCi 130 FAP y dCi 160 FAP. El dCi 110 FAP desarrolla 240 Nm desde 1.750 rpm y se puede solicitar con caja manual de seis marchas o con la novedosa transmisión automática de seis marchas con doble embrague EDC (Efficient Dual Clutch) de Renault. Asociada a este bloque, sus emisiones de CO2 son de 130 g/km y el consumo mixto de 5 l/100 km. El dCi 130 FAP, por su parte, rinde 130 CV a 3.750 rpm y su par es de 300 Nm disponible desde 1.750 rpm. Equipa una caja manual de seis marchas. Finalmente, el 2.0 dCi 160 FAP ofrece 160 CV y un par máximo de 380 Nm disponible desde 2.000 rpm. También va asociado como única opción a una transmisión manual de seis relaciones.

Comportamiento

Los puntos débiles de los descapotables, como son la rigidez y las imprecisiones en el comportamiento, las vibraciones, los ruidos y traquetreos han sido minimizados al máximo con el fin de garantizar una conducción dinámica y "sana" con un confort acústico y vibratorio óptimo. Para ello, este modelo cuenta con elementos específicos que contribuyen a mejorar la eficacia y la precisión. Así, en la parte delantera cuenta con un tren de tipo pseudo MacPherson unido a la nueva cuna; una arquitectura que limita los desplazamientos laterales de la cuna respecto a la estructura (con una rigidez transversal tres veces mayor que en la generación anterior) y que proporciona una precisión de guiado mayor. El tren trasero es un eje flexible con desarrollo programado. Su perfil cerrado es más compacto y ligero que un tren multibrazo, permitiendo reducir el peso a la vez que se mantiene la misma rigidez en torsión. Dada la diferencia de peso con respecto a la berlina (+160 kg), los ajustes de la suspensión han precisado ser recalibrados. Así, la rigidez de los muelles es un 13% mayor en la parte delantera y un 17% en la trasera, la barra estabilizadora es un 50% más rígida, el eje trasero es un 25% más firme, y el tarado de los amortiguadores es también más firme. Además, se ha reducido la dureza de los topes durante la compresión para preservar el confort. Por su parte, la dirección asistida eléctrica variable se ha replanteado con respecto a la generación anterior e incluye todas las mejoras realizadas en la gama actual del Mégane berlina y coupé.

Seguridad

El nuevo Renault Mégane Coupé-Cabrio está dotado de todos los sistemas de ayuda a la conducción propios de un vehículo de su clase, como son ABS con repartidor electrónico de frenada EBV, Sistema de Ayuda al Frenado de Emergencia, ESC con función de control de subviraje, etc. Además, el CC de Renault cuenta con un sistema de frenado de generosas dimensiones y discos de freno ventilados de 280 mm de diámetro en la parte delantera (296 mm con el dCi 160) y discos macizos de 260 mm de diámetro en la trasera. En cuanto a seguridad pasiva, dispone de refuerzos específicos en zonas como la parte inferior del compartimiento motor, los montantes del vano y los largueros laterales, además de un refuerzo frente choques laterales en la parte inferior lateral. Por su arquitectura cabrio, adopta soluciones de seguridad específicas para garantizar la máxima protección de sus ocupantes en caso de choque frontal, lateral o de vuelco como el marco del parabrisas reforzado o los arcos traseros antivuelco.

Valoración final

La principal ventaja de este tipo de coches (C+C) es que ofrecen más ventajas que inconvenientes puesto que al placer de conducir a cielo abierto suman una habitabilidad decente, una capacidad de carga considerable, una cubierta que proporciona un aislamiento seguro frente a accidentes (y también ante posibles ingerencias o agresiones exteriores) y que además ofrece un confort acústico y térmico excelente, como el de cualquier berlina cerrada. En definitiva, son todo elementos positivos para poder combinar el uso diario con la vertiente lúdica del coche y sin apenas sacrificar nada. En este caso se suma también una cubierta transparente (más agradable), un diseño bastante bien conseguido y la tradicional solvencia mecánica y tecnológica de la marca del rombo, que permite equipar al CC con interesantes equipamientos -de serie o en opción- como la tarjeta de arranque manos libres, el freno de aparcamiento asistido, los faros bi-xenón direccionales o el sistema de navegación integrada Carminat TomTom, entre otras cosas.