Motricidad polivalente
El carácter familiar del monovolumen de 4,85 metros de la marca española es inconfundible desde el primer momento. Por un lado, cabe señalar su excelente vida a bordo, con un habitáculo generoso y que brinda un alto nivel de versatilidad. Además de por su destacable ergonomía, el tablero del Alhambra se distingue por una buena calidad de acabados, heredada de su “pariente cercano”, Volkswagen Sharan, con el que el monovolumen de Seat comparte algo más que diseño.
Otra de sus importantes cualidades la encontramos en el confort de marcha, aspecto que está cuidado al máximo para que todos los ocupantes puedan afrontar kilómetros y kilómetros cómodamente. En este caso, ello se une al aporte de seguridad y motricidad que brinda el sistema de tracción a las cuatro ruedas de esta versión. Hemos probado el Alhambra con la motorización 2.0 TDI de 140 CV, que ocupa el lugar intermedio entre las tres versiones turbodiésel que se ofrecen en la gama. Se trata de una mecánica de suave funcionamiento y que registra un consumo bastante ajustado para su segmento.
Puertas traseras correderas
En materia de diseño, el monovolumen de la marca española cuenta con una parrilla de forma trapezoidal, rodeada por un fino marco cromado con varillas verticales de color negro, composición habitual en los modelos de Seat. En el paragolpes se aprecian las amplias entradas de aire que, en la zona lateral, albergan los faros antiniebla. Estos vienen de serie en el nivel de acabado Style de nuestra unidad e incorporan la función cornering.
Al observar el vehículo de perfil, apreciamos su estructura clásica de monovolumen así como su longitud, que es de 4,85 metros. Uno de los puntos clave lo forman las puertas traseras correderas (con apertura y cierre eléctrico opcional incluido en nuestra unidad). No hay que pasar por alto los pasos de rueda sobredimensionados, que remarcan la forma del automóvil y le aportan una mayor sensación de empaque visual. El hecho de que la base de las ventanillas sea baja favorece la visibilidad de los ocupantes hacia el exterior.
En lo que respecta a la parte trasera, el modelo se caracteriza por su gran portón del maletero, culminado por un spoiler situado en la parte superior. Mientras tanto, las luces en forma de cuña se van estrechando a medida que se acercan al centro del portón. En la parte inferior derecha de éste vemos el logotipo 4Drive que nos indica que estamos ante un Alhambra con tracción a las cuatro ruedas.
Interior casi calcado al Sharan
A diferencia de lo que sucede en otros casos con modelos “paralelos” entre Seat y Volkswagen, al acomodarnos en el puesto de mando del Alhambra las diferencias con su pariente cercano, el Sharan, son prácticamente inexistentes. Y es que, más allá del volante, no hay variaciones, y no sólo en el terreno del diseño sino también en cuanto a acabados. En este sentido, destaca la buena calidad general de los materiales utilizados.
Las plazas delanteras se benefician de una excelente amplitud en todos los sentidos, a lo que hay que sumar la encomiable accesibilidad a los mandos para el conductor. Al pasar a la segunda fila, comprobaremos que brinda un área muy generosa para tres pasajeros, con tres asientos de las mismas proporciones. Asimismo, al poder desplazarse longitudinalmente, permite adaptar el espacio en función de las necesidades de cada momento. El hecho de contar con puertas traseras correderas facilita en gran medida el acceso al vehículo de estos pasajeros.
De forma opcional se puede escoger una tercera fila de asientos con dos plazas adicionales que, pese a ofrecer un nivel de comodidad inferior al resto, pueden resultar muy prácticas para familias con niños o incluso para transportar a adultos de estatura media. Ello demuestra la polivalencia que ofrece un modelo que, además, ofrece una magnífica capacidad de carga que lo convierte en un excelente compañero de viaje. Con la segunda fila en posición normal, el volumen disponible es de 809 litros y, en caso de necesitar más espacio, si abatimos estos asientos alcanzaremos nada menos que 2.430 litros. Y no tendremos problemas a la hora de introducir objetos voluminosos, pues la boca de carga del maletero tiene una anchura máxima de 1,20 metros.
Eficiencia, ante todo
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
La mecánica que da vida al monovolumen de la marca de Martorell que hemos conducido es la 2.0 TDI de 140 CV. Este turbodiésel tiene un buen rendimiento general, con una razonable entrega de par en la parte baja del cuentarrevoluciones y mantiene velocidades legales de crucero por autopista con facilidad. Sin embargo, al no tratarse de un automóvil ligero, cuando afrontamos repechos en este tipo de vías no cabe esperar un nivel de aceleración extraordinario, sobre todo si lo llevamos bastante cargado.
Su cifra media homologada de consumo es de 6,0 litros, mientras que nuestra prueba dio como resultado un registro de 7,3 litros. En cualquier caso, se trata de un valor bajo dado el tamaño del vehículo y que además integra tracción a las cuatro ruedas. Además, el hecho de que el depósito de combustible proporcione una capacidad considerable (70 litros) hace que el vehículo disponga de una amplia autonomía. De cara a optimizar el nivel de consumo, el Alhambra 2.0 TDI de 140 CV cuenta con sistema Stop/Start de serie.
Para pasar de 0 a 100 km/h necesita 11,4 segundos, mientras que es capaz de alcanzar una velocidad punta de 191 km/h. El propulsor se asocia con un cambio manual de seis velocidades que se caracteriza por un buen escalonado, con una quinta y una sexta marcha algo largas para ajustar al máximo el grado de eficiencia. En marcha, el vehículo se muestra bastante silencioso, a lo que contribuye directamente la buena insonorización del habitáculo.
Pensando en la familia
En el capítulo dinámico, el modelo está concebido en base a términos de confort fruto de su clara vocación familiar. En este sentido, hay que señalar que absorbe muy bien las irregularidades del asfalto al conducir por zonas bacheadas. Por otra parte, al rodar por carreteras reviradas denota una notable estabilidad si tenemos en cuenta sus dimensiones, sin que se perciban en gran medida oscilaciones de la carrocería.
Al movernos por autopista, el monovolumen de la firma española se muestra muy aplomado. Mientras tanto, la dirección presenta una importante suavidad y refuerza el grado de confort general del vehículo. En conjunto, de esta forma, el Alhambra proporciona un importante placer de conducción.
Esta versión es la única de la gama del monovolumen de Seat que se ofrece con cuatro ruedas motrices. Dicho sistema de tracción supone un aporte adicional de motricidad y, por consiguiente, de seguridad en caso de conducir por pistas en buen estado o carreteras nevadas. Evidentemente, no estamos ante un todoterreno, por lo que no se trata de un vehículo preparado para terrenos difíciles. No obstante, la mejora de adherencia, por ejemplo, ante condiciones meteorológicas adversas es evidente. Entre la dotación de equipamiento destinada a seguridad, el modelo también cuenta con siete airbag y control de estabilidad.
Conclusión
Estamos ante un vehículo que tiene la polivalencia y la versatilidad entre algunas de sus principales cualidades, pues está diseñado sobre todo en base a un uso familiar. En este sentido, no hay que pasar por alto su alto nivel de comodidad que, al fin y al cabo, supone una de las premisas más habituales en el segmento de los monovolúmenes. En lo que respecta al propulsor 2.0 TDI de 140 CV, proporciona un buen compromiso entre su rendimiento y sus prestaciones. El hecho de contar con tracción a las cuatro ruedas supone un valor añadido en condiciones climatológicas adversas o en casos puntuales en que debamos conducir por pistas en buen estado.
Lastima que no sea automático me gusta que sea tambien 4WD este modelo por lo menos se merecía 150 CV.