El Seat Arona es uno de los SUV urbanos de más éxito en los últimos meses. Tiene una estética agradable, emparentada con la del Ibiza y la de su hermano mayor, el Ateca, una buena habitabilidad, un maletero correcto y una relación precio-equipamiento competitiva. La mayoría de Arona se venden con motor de gasolina habida cuenta de la “demonización” del diésel, pero el Arona se ofrece también con motores TDI. Esta vez vamos a probarlo con acabado FR y el motor 1.6 TDi de 115 CV.
Este es un motor que no necesita presentación. Lo llevan infinidad de modelos del Grupo Volkswagen (en Seat lo montan el Ibiza -primer contacto con el Ibiza con motor diésel en este enlace-, el León y el Ateca) y está basado en el habitual bloque de 1,6 litros del grupo del que se ofrecen diferentes niveles de potencia. La propia gama Arona incluye una variante de 90 CV de este mismo motor.
Es un propulsor en la media del segmento en todas sus cifras. A los 115 CV de potencia añade un par de 250 Nm a 1.500 rpm que le permite acelerar de 0 a 100 km/h. en 10,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 185 km/h. Según la cifra de homologación; este Arona gasta una media de 4,3 litros a los 100 km.
Este Arona gasta poco. En nuestra prueba, sacamos una media de 5,9 litros/100 km con una conducción mixta, con muchas vías interurbanas, bastante ciudad y más autopista que carretera. En carretera de montaña, nos salieron picos de 7 l/100 km que, en conducción rápida, no nos parece exagerado, ni mucho menos
Hay que tener en cuenta, además que nuestro Arona era con acabado FR y que este acabado penaliza ligeramente el consumo. No por la suspensión, algo más firme, pero sí por el hecho de montar ruedas de mayor diámetro, en este caso, las llantas opcionales de 18 pulgadas (de serie los FR llevan llanta 17), calzadas con neumáticos más anchos y con más resistencia a la rodadura al tratarse de un compuesto ligeramente más deportivo que los que montan los Arona Xcellence con este mismo conjunto de motor y cambio que, de serie, llevan llantas de 16 pulgadas.
Motor agradable pero poco elástico
Una vez en marcha, se trata de un motor agradable de utilizar. Como todos los motores diésel, tiene un par generoso y si sabemos mantenerlo sobre las 2.500/3.000 rpm podremos sacar su mejor rendimiento en carretera. Por debajo de esas 2.500 vueltas, es decir, antes de la entrada en acción del turbocompresor, el motor adolece de una cierta falta de punch, de manera que, para recuperar, es importante no dejarle bajar de esa cifra y buscarla reduciendo las marchas adecuadas.
Seat asegura que el coche alcanza su mejor momento de par ya en las 1.500 vueltas pero la sensación no es esa y no es hasta 1.000 vueltas más arriba cuando el par aparece en su mejor expresión. Esto hace que se trata de un motor poco elástico ya que, a partir de 3.500/4.000 vueltas, deja de empujar y empieza a decaer en su rendimiento.
Una vez lanzado, en autopista puede circularse con marchas largas sin problemas y en los repechos basta con bajar de sexta a quinta para mantener la velocidad. El cambio manual de seis velocidades está bien escalonado. El salto entre segunda y tercera, que suele ser el talón de Aquiles de muchas cajas está bien resuelto y no se pierde fuelle al pasar de una marcha a otra. La cuarta también es correcta y la quinta y la sexta son ya marchas de desahogo, para mantener el motor bajo de vueltas y ahorra en consumo.
Comportamiento con tacto deportivo
Donde también se nota el hecho de tratarse de un FR es en el comportamiento dinámico. El Arona, como destacamos en nuestro comparativo de SUV de segmento B (video en este enlace), tiene uno de los mejores chasis del segmento. Muy bien puesto a punto, es ágil y reactivo y más en este acabado FR, que cuenta con una suspensión más firme, que en ningún momento resulta incómoda, y con unos neumáticos más anchos.
En carreteras de montaña no es comparable a un Ibiza, más dinámico, pero se desenvuelve mejor que otros SUV de tamaño parecido y es razonablemente ágil. El sistema de vectorización de par le ayuda a eliminar el subviraje del eje delantero y la entrada en curva es muy neutra, guiada por una dirección directa y rápida. En cualquier caso, con este motor 1.6 TDi, el chasis está siempre un paso por encima de la mecánica.
El Arona lo hemos probado ya en Coches.net. En este enlace tenéis la primera prueba en video donde os explicábamos sus características interiores de manera que ahora las repasaremos, pero sin extendernos en exceso. El salpicadero es el mismo que el del Ibiza, con una calidad mejorable habida cuenta de que todos los plásticos, incluso los de la parte alta, son duros en un segmento donde ya se ven plásticos blandos y acabados más cuidados en marcas rivales.
El diseño del salpicadero es atractivo y cuenta con la pantalla central (que de serie es de 8 pulgadas), en una buena posición que mejoraría si tuviera los aireadores debajo y no encima, y, desde ahora, la posibilidad de equipar una instrumentación digital configurable opcional. La conectividad es muy completa con posibilidad de conectar smartphones Adroid y iOs y utilizar algunas de las aplicaciones en ellos contenidas.
Las plazas delanteras tienen unos asientos de corte deportivo, con buena sujeción y las traseras son amplias. La distancia entre ejes de 2,56 metros (la misma que en el Ibiza) y, sobre todo, la posición elevada de los asientos y con el respaldo bastante erguido proporcionan una posición cómoda, sobre todo para las personas mayoras. No hubiera estado de más contar con una cierta reclinación del respaldo y con la posibilidad de deslizar la banqueta trasera ya que el espacio para las piernas es generoso y hubiera resultado interesante poder reducirlo en momento puntuales para conseguir algunos litros extra de maletero.
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En anchura ya no están generoso de manera que las plazas traseras están más pensadas para dos que para tres ocupantes y el acceso a bordo, gracias a unas puertas de notable tamaño, está bien resuelto. También la altura interior es generosa. En el segmento hay coches más habitables que el Arona (los primos Citroën C3 Aircross y Opel Crossland X, los que más) pero no tienen la rigurosidad de su comportamiento dinámico ni el toque deportivo que transmite el Arona.
Por lo que respecta al maletero, tiene 400 litros, lejos de los 450 de los mejores del segmento, pero en línea con la competencia y más grande incluso que los de coches como el Peugeot 2008 o el Kia Stonic que son rivales directos. El maletero tiene un doble fondo y los asientos traseros pueden plegarse en dos partes asimétricas para elevar la capacidad de carga hasta los 1.280 litros.
El equipamiento de esta versión FR incluye numerosos elementos de seguridad que son opcionales en otras versiones y en otros modelos del mismo segmento. Este Arona, por ejemplo, dispone de detector de fatiga, alerta de tráfico trasero al insertar la marcha atrás, aviso de posible colisión con detección de peatones y frenada de emergencia, control del ángulo muerto y control de crucero con limitador
En el apartado de confort, dispone de sensores de luz y lluvia, asistente de aparcamiento automático con sensores delanteros y traseros, cámara de marcha atrás, faros antiniebla, retrovisores eléctricos con el interior de tipo antideslumbrante, climatizador, cristales traseros sobretintados y volante y pomo del cambio forrados en cuero igual que la palanca del freno de mano, que sigue sin ser eléctrico.
Por lo que respecta a la tecnología, Seat ofrece en este acabado el navegador de serie con pantalla de 8 pulgadas y la habitual compatibilidad del sistema con los teléfonos inteligentes Android e iOs. El cargador de móviles inalámbrico es opcional igual que la instrumentación digital configurable que tiene un precio de 310 euros.
Otras opciones son los faros completos de LED, que cuestan 600 euros (de serie lleva las luces diurnas de LED y faros halógenos), el acceso y arranque sin llave, que se complementa con el control de crucero adaptativo y que cuesta 450 euros, un paquete de almacenamiento que incluye un cajón bajo los asientos delanteros, el reposabrazos central y cintas de sujeción en el maletero (250 euros), el equipo de sonido Beats (500 euros), un paquete "Red" con cinturones de seguridad y pinzas de freno rojos (300 euros) y las mencionadas llantas de 18 pulgadas que valen 350 euros.
Cabe destacar que este acabado lleva de serie el techo en color contrastado aunque opcionalmente, y sin coste, puede adquirirse en un acabado monocolor. Eso sí, salvo el color azul, el resto hay que pagarlos aparte. El blanco cuesta 250 euros y el rojo de nuestra unidad 650 euros, con o sin techo contrastado.
De salida, este Arona cuesta, en este acabado FR y con este motor 21.020 euros. El mismo motor está disponible en los acabados Style por 18.380 euros y Xcellence por 21.020 euros, mismo precio del FR. Se puede encargar con cambio automático sólo en el caso de la versión de 95 CV de manera que con este de 115 CV sólo se puede adquirir con cambio manual. Es un precio de salida es competitivo habida cuenta del completo equipamiento de serie. Nuestra unidad, con pintura metalizada, faros LED, acceso y arranque sin llave, paquete de almacenamiento, rueda de recambio (100 euros) y llantas de 18 pulgadas, costaba 23.420 euros.
En definitiva, uno de los modelos más dinámicos de su segmento que refleja perfectamente lo que es esta categoría de SUV de segmento B; coches un poco más altos, más habitables y con más maletero que los polivalentes, ideales para familias con niños pequeños que necesitan un coche económico y funcional, séniors que ya no tienen a los hijos en casa y que se encuentran más cómodos en un coche más alto y familias que ya tienen un coche más grande y que lo quieren como segundo vehículo en el ámbito urbano.
Para estos diferentes usos, el Arona ofrece motores de gasolina y diésel y este último es recomendable si hacemos bastantes kilómetros al año. Y no tanto por el precio del combustible sino porque gasta realmente poco y eso, si somos de los que usamos mucho el coche, todavía da ventaja a los diésel, incluso en este segmento donde el mercado se va de cabeza a la gasolina de manera masiva.
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