Como uno de los superventas acomodados del mercado español, el Ibiza puede permitirse ciertos lujos. Uno de ellos es, sin duda, el de contar en su haber con versiones muy cercanas entre sí en cuanto a concepto. De esta forma, el nivel de posibilidades que ofrece la gama va ascendiendo de forma muy natural, a veces casi imperceptible, pero siempre con la intención de abarcar un sector de mercado cada vez mayor. Así es como el Ibiza ha llegado incluso a incorporar una versión ST, nada menos que una variante familiar en un vehículo que, históricamente, poco tiene de ello.
Pero volvamos al FR, una versión que entró en el catálogo del Ibiza hace unos siete años como la más potente y radical pero que vio cómo el Cupra la relegaba a un plano más racional. Sin embargo, su enérgico bloque TSI de 150 CV, el cambio de doble embrague y una dinámica excelente, dan lugar a un utilitario engañoso, que incluso es capaz de plantar cara a más de un "primo de Zumosol".
Texto y
Diseño
Si algo destaca de la gama Ibiza, es que ofrece versiones para casi todos los gustos, tanto en lo que se refiere a variedad de mecánicas, línea de diseño y sobre todo a tamaño (actualmente existen tres carrocerías diferentes: tres puertas, cinco puertas y familiar o ST, la última en llegar). La versión que nos ocupa en esta prueba cuenta con la carrocería SportCoupé (SC) de tres puertas pero está aderezada en diversos elementos que le aportan un aire más desenfadado con acertadas pinceladas de deportividad.
Exteriormente, para poder percibir las diferencias entre la versión FR de este utilitario y la SportCoupé convencional sólo deberemos fijarnos en algunos detalles exclusivos. Uno de los más vistosos lo constituyen las rejillas frontales de panal de abeja, aunque hay otros como la doble salida de escape, los espejos retrovisores en color plata y, cómo no, las llantas de aleación de 17 pulgadas con neumáticos 215/40. Por si con todo ello no quedara suficientemente claro, un logo FR en el paragolpes delantero y otro en el portón del maletero nos dan la última pista.
Seat también comercializa un paquete de personalización opcional para el FR denominado Bocanegra (874,24 euros), que incluye inserciones interiores en símil carbono, paragolpes delantero exclusivo, volante y pomo del cambio forrado en cuero con el logo Bocanegra y asientos deportivos específicos.
Habitabilidad
En el interior también encontramos rasgos propios que nos recuerdan la versión que estamos conduciendo. Al entrar en el habitáculo veremos el anagrama FR en el volante. Las plazas delanteras se distinguen por una buena sujeción lateral y un espacio general más que destacable para las dimensiones del vehículo. Del volante cabe resaltar su forma, pues no es totalmente redondo, gracias a lo que se consigue una mejor sujeción. La columna de dirección puede regularse tanto en altura y profundidad.
Está claro que la carrocería de tres puertas proporciona un aspecto más deportivo y líneas más limpias que la de cinco. Pero con un vehículo de longitud más bien comedida, el acceso a las plazas traseras no resulta muy cómodo. Esta zona está más pensada para dos ocupantes que para tres, pues el espacio destinado a la plaza central es estrecho para un adulto. A pesar de ello, Seat ofrece de serie tres reposacabezas traseros.
A la hora de alojar el equipaje, el maletero ofrece un volumen correcto, pero poco preparado para un viaje largo. Por ello, si pretendemos cargar con maletas medianas será preferible abatir la segunda fila de asientos. Para bolsos, mochilas o maletas pequeñas, el espacio será más que suficiente. Como detalle, cabe considerar que el volumen de carga es distinto entre la versión de gasolina y la diesel 2.0 TDI de 143 CV. Para compensar el reparto de pesos, la batería del TDI se ubica bajo el plano del maletero, por lo que pierde algo de espacio de carga.
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Mecánica
Este Ibiza FR incorpora un motor de gasolina 1.4 TSI con doble sobrealimentación y cuatro cilindros en línea. Con un par motor de 220 Nm entre 1.250 y 4.500 rpm, el bloque se distingue por una gran elasticidad que permite que la entrega de fuerza se produzca desde bajas vueltas. Y no sólo se mantiene sino que se incrementa notablemente cuando nos dirigimos hacia altos regímenes. Gracias a ello, es capaz de rodar de 0 a 100 Km/h en sólo 7,6 segundos.
El bloque está engranado a la caja de cambios automática DSG de doble embrague y siete velocidades. Con una capacidad de reacción realmente encomiable, el cambio permite variar entre tres modos distintos. En primer lugar se encuentra la habitual posición D, que da lugar a una conducta equilibrada, donde priman aspectos como el confort de marcha y la reducción de consumos. Si este último aspecto no es una prioridad, podemos optar por el modo Sport, que exprime el rendimiento del motor hasta la parte alta del cuentarrevoluciones, realzando la vertiente deportiva.
Si todavía buscamos mayor intervención sobre la conducción y redondear la conducción deportiva, sólo deberemos palpar los laterales traseros del volante. Y es que el modo secuencial incluye levas que contribuirán a controlar aún más el salto entre marchas. Pero no debemos olvidar que la libertad de cambio no llega a niveles de un cambio manual, sobre todo en las reducciones, cuando la electrónica marca el límite con tal de proteger la mecánica.
Comportamiento
No descubrimos nada nuevo al afirmar que estamos ante un utilitario de óptimas condiciones dinámicas, cualidad que ha mantenido durante su larga y exitosa historia en el mercado. Pero al ponerse al volante del FR se observan rápidamente las particularidades que le alojan casi en el súmmum de deportividad de la gama (con el permiso del Ibiza Cupra, por supuesto). Y es que al sistema específico de suspensión deportiva, se le añade una altura libre algo inferior al modelo convencional, por lo que al circular por firmes regulares proporciona un agarre espectacular.
La contra la encontramos al conducir por una superficie bacheada, pues percibiremos que la suspensión del FR denota una firmeza algo mayor que en el caso de algunos de sus compañeros de gama. Sin resultar incómodo en ningún momento, lo que sí queda patente es que los ingenieros de la planta de Martorell han priorizado un comportamiento más "Racing", aunque ello suponga algún leve sacrificio en cuanto a confort general.
Su esquema de suspensión está integrado por sistema independiente tipo McPherson con muelles helicoidales y barra estabilizadora, en el eje delantero. En lo que respecta al tren posterior, dispone de un sistema semi-independiente formado por brazos tirados, un eje transversal de torsión y muelles helicoidales. A nivel de comportamiento, cabe remarcar también que integra una dirección de conducta precisa y muy directa, capaz de transmitir toda la información necesaria durante una conducción ágil.
Seguridad
El Ibiza SC FR 1.4 TSI incorpora el sistema denominado XDS, que actúa como un diferencial delantero autoblocante, pero sin montar dicho elemento. Para ello, mediante una función electrónica del control de tracción, el sistema se encarga de frenar la rueda que pierda adherencia en un determinado momento. Aunque el dispositivo no incorpora ningún componente mecánico, se muestra muy efectivo en situaciones de subviraje. El equipamiento de seguridad también incluye cuatro airbag, ESP y asistente de arranque en pendientes, entre otros elementos.
Valoración final
Si lo que se va buscando es un utilitario de estética deportiva que transmita sensaciones "Racing" pero sin la necesidad de llevar los 180 CV bajo el capó del Cupra, el Ibiza FR gasolina de 150 CV es una alternativa muy a tener en cuenta. Además, con el cambio DSG de doble embrague con levas en el volante, la diversión está asegurada. Si, habitualmente, transportamos a pasajeros en las plazas traseras, mejor optar por la carrocería de cinco puertas. Entre algunos de los principales competidores del modelo se encuentran el Alfa Romeo Mito 1.4 TCT, el Citröen DS3 THP o el Abarth Punto Evo.
Eso no es cierto! Yo lo tengo en manual y te puedo garantizar que el coche va fenomeno!