PRUEBAS

Seat Ibiza Sport Coupé 1.6

Coches.net

15 de septiembre de 2008 1 opinión

Pasión española

El Ibiza es un modelo clave para Seat. Tanto que acapara el 45 por ciento del total de sus ventas, de ahí que la marca española haya puesto toda la carne en el asador a la hora de renovar su utilitario. El Sport Coupé será el que atraiga a un público más joven por eso es más corto, más bajo y con un carácter más deportivo. Hasta la llegada del Cupra, prevista para principios de 2009, el motor 1.6 de 105 caballos se sitúa a la cabeza de la gama Ibiza en lo que a potencia se refiere. Se comercializa en tres acabados: Reference, Stylance, y Sport. Con el propulsor de gasolina 1.6 de 105 caballos tienen un precio de 13.945, 15.725 y 15.720 euros respectivamente. El Stylance y el Sport tienen un equipamiento muy similar, solo que uno pone más énfasis en el confort y el otro en la deportividad, aunque todos ellos incluyen ESP de serie.

El Ibiza Sport Coupé tiene una longitud total de 4,03 metros, lo que significa que apenas varía dos centímetros con respecto a la carrocería de cinco puertas. Lo mismo ocurre con la altura, pues el Sport Coupé la rebaja hasta 1,42 metros. Claro que aunque sobre el papel pueda parecer insignificante, en la práctica le ayuda a mantener una imagen y un comportamiento más deportivo.

En el terreno puramente estético en esta nueva variante del Ibiza se marcan más los hombros gracias, en parte, a un nuevo diseño de los grupos ópticos. También se ha modificado el portón trasero y la luneta, buscando potenciar la apariencia musculosa del conjunto. Asimismo se incluye un discreto alerón que se fusiona con la línea del techo.

El espacio disponible en las plazas delanteras se mantiene igual que en la versión de cinco puertas, pero lo que sí ha cambiado esla altura de la posición de conducción pues se ha rebajado algo más de dos centímetros, con lo que sus ocupantes disponen de más altura respecto al techo. Todo lo contrario que los ocupantes de las plazas traseras, algo obvio dado el formato coupé del modelo. En cualquier caso, solo los que sobrepasen el metro ochenta tendrán problemas para no tocar con la cabeza en el techo. El espacio para las piernas en estas plazas solo se reduce 1 centímetro pero, sin embargo, aumenta dos a lo ancho. El diseño interior, los acabados y los materiales empleados, aunque bastante conservadores, son agradables al tacto y a la vista. Los mandos se han orientado hacia el conductor para ganar ergonomía y por el interior del habitáculo se distribuyen distintos huecos para dejar objetos.

Los asientos delanteros son cómodos y sujetan bien el cuerpo. Además en la unidad probada eran calefactables. La única pega es que los cinturones no tienen regulación en altura, lo que puede ser un condicionante a la hora de regular la posición de la banqueta y de encontrar la postura de conducción que más se adapte al gusto del conductor.

Para acceder a las plazas posteriores es más fácil y cómodo desde el lado del acompañante, pues en el respaldo de su asiento hay una palanca para abatirlo y deslizarlo con un solo movimiento.

Para ser un utilitario y además coupé, dispone de un maletero al que se le puede calificar de generoso. Los datos del fabricante cifran en 284 litros su capacidad de carga.

El motor de gasolina 1.6 de 105 caballos, que en el caso de la unidad de pruebas se asociaba a la caja de cambios manual de cinco velocidades, no es que destaque especialmente por prestaciones, su velocidad máxima es de 187 kilómetros por hora con una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos, pero sí por elasticidad. Se muestra voluntarioso desde bajas vueltas y es ágil en su respuesta a las órdenes del acelerador.

Tiene un par máximo de 153 newton metro a 3.800 rpm y rodando a un ritmo normal, sin salidas bruscas, ni acelerones, su consumo mixto se sitúa en torno a los 7 litros a los 100 kilómetros.

El Sport Coupé es un coche agradable de conducir. Por un lado la dirección ofrece un buen grado de precisión, si bien no es tan directa como, por ejemplo, la del Mazda 2, y por otro, la suspensión muestra un tarado firme aunque sin llegar a mermar el grado de confort como ocurre con algunos deportivos más radicales.

Circulando por ciudad, sus medidas compactas y la rápida respuesta del motor a bajo y medio régimen permite una conducción ágil y fluida, algo que se agradece sobremanera en las maniobras de cambio de carril. Ya en carretera, los 105 caballos del 1.6 son suficientes para mover con soltura al Sport Coupé si se conduce de forma relajada. En carreteras con curvas, para rodar a un ritmo más alegre habrá que recurrir más al cambio. Pese a que al subir de vueltas la sonoridad del motor se hace más evidente, es perfectamente soportable.

El nuevo Ibiza tampoco deja de lado el apartado de la seguridad, prueba de ello es que ha conseguido la máxima puntuación (cinco estrellas) en protección a ocupantes en las pruebas de coche realizadas por Euro NCAP.

Respecto a la seguridad pasiva, de serie ofrece, entre otras cosas, airbags laterales de cabeza y tórax y dos airbags frontales, pero esta dotación se puede enriquecer con airbags laterales de tórax y pelvis y aibags de cortina.

Y en cuanto a la seguridad activa incluye ESP con distribuidor electrónico de la frenada, ABS, Control de Tracción y control de presión de neumáticos.

El Ibiza Sport Coupé hace honor a su condición de utilitario. Se desenvuelve muy bien en la ciudad, pero también permite ampliar su uso más allá del ámbito puramente urbano. Tiene una imagen más deportiva, pero mirando el lado práctico hay que pensar en el uso que se le va a dar. Si se van a utilizar mucho las plazas traseras, puede que sea más interesante la carrocería de cinco puertas. Por otro lado la escasa diferencia de precio que hay con la motorización diesel de igual cilindrada le resta algo de atractivo a la mecánica de gasolina.