Mantiene la misma distancia entre ejes, el alto, y el ancho del Ibiza tradicional pero la longitud total de su carrocería alcanza los 4,23 m. Lo que supone 18 cm extra con los que gana en capacidad de maletero y en confort para sus 5 plazas. Los diseñadores de Seat han buscado combinar la estética juvenil y deportiva del Ibiza con las necesidades de un coche familiar.
Viéndolo de frente cuesta distinguirlo, ya que el "morro" del Ibiza ST no se diferencia del Ibiza convencional. Es al dirigir la vista a la zaga cuando nos percatamos de que sus formas presentan grandes cambios. El techo en su zona trasera no tiene apenas caída y las aletas y montantes posteriores son más grandes. Volúmenes que hacen crecer principalmente al maletero, que además cuenta con un plano de carga muy bajo, a solo 58 cm del suelo. Su capacidad es de 430 l. ampliables hasta los 1.164 si abatimos la segunda fila de asientos. Con esta configuración da para cargar, por ejemplo, dos bicicletas de adulto con la rueda delantera desmontada.
Teniendo en cuenta que no se ha "estirado" su plataforma para ganar espacio en el maletero -lo habitual en estas "conversiones"- y mantiene la misma distancia entre ejes que el Ibiza "normal", es muy loable el trabajo efectuado por los ingenieros de Seat en este vehículo. La gama de motores de esta versión del Ibiza es amplia, 6 nada menos. De ellos 3 gasolina y 3 diesel. La unidad probada equipaba el TDI de 90 CV. Motor que anuncia un consumo de solo 3,9 litros a los 100 km con unas emisiones de CO2 por km de 109 gr, una velocidad máxima de 178 km/h y el 0 a 100 km/h en 12,2 segundos.
Hay 3 acabados: Reference, Style y Sport. El último solo combinado con motorizaciones diesel. La horquilla de precios se inicia en los 15.640 euros de la versión 1.4 gasolina de 85 CV, y alcanza su máximo en los 18.900 del 1.6 TDI de 105 CV. La versión probada, en acabado Style, sale por 17.970 euros.
Diseño exterior
La marca española hace hincapié en destacar que el frontal del Ibiza refleja el expresivo y típico trazado de las líneas Seat. Líneas que en lengua inglesa las define como "Arrow desing" (diseño en flecha). Su parrilla delantera es trapezoidal con un marco cromado, en las aletas florecen los grupos ópticos que a partir del acabado Style incluye faros dobles. En su paragolpes delantero destacan las grandes aberturas que permiten el paso del aire hasta radiador e intercooler. De la parte posterior de los faros nacen unas líneas que forman un pliegue agudo que se prolonga por la carrocería en cada perfil a la altura de la cintura de las puertas. Pliegue que va decreciendo hasta llegar a su cenit, cerca de la zaga. La superficie acristalada lateral es también decreciente. Toda la gama Ibiza ST cuentan con barras portaequipajes en el techo, cromadas en las versiones más equipadas. Una curiosidad del portón trasero del Ibiza es que para su apertura desde el exterior hay que bascular el logotipo Seat.
Habitabilidad
Sus acabados son correctos y no le faltan multitud de pequeños huecos, en puertas y salpicadero, donde depositar objetos o embases de refrescos. La guantera es refrigerada e incorpora tomas para el MP3 e iPod.
El asiento del conductor es regulable en altura. De este apartado decir que los asientos delanteros son bastante normales en cuanto a comodidad, pero lo traseros no llegan ni a ese grado. En los respaldos de los de la primera fila encontramos, en este acabado, bolsillos para llevar revistas, mientras que los de la segunda pueden abatirse asimétricamente, 40/60 % para ganar espacio de carga. El volante, ajustable en altura y profundidad, y el pomo del cambio -son opciones- van forrados en piel. En la columna de la dirección encontramos los mandos que sirven para ajustar el equipo de audio y el control de velocidad. Buena parte del salpicadero va recubierto con material acolchado agradable al tacto.
La vida en el interior del Ibiza ST se ha estudiado para que acoja hasta a 5 adultos. Lo cierto es que con comodidad viajaran sin apreturas a lo más 4 y un menor. Ya que plaza del centro de la segunda fila dispone de poco espacio para pies y rodillas. La culpa es de la muy prominente parte trasera de la guantera central y del túnel de la línea del escape. Para rematarlo su respaldo resulta muy duro y la banqueta es más corta que las demás.
El maletero cuenta con cobertor rígido y bajo su plano luce una práctica bandeja que desahoga y ordena mucho este espacio. No faltan en sus 430 l. de capacidad argollas de enganche para redes o "pulpos". Incluso hay ganchos colocados altos para colgar en ellos las bolsas de la compra. Un espacio que cuenta también con su propia iluminación. Bajo su moqueta encontramos la rueda de repuesto, que es del mismo tamaño que las demás pero en su caso con llanta de chapa. Como buen familiar el portón abate hacia arriba y bastante. Lo que permite estar debajo hasta personas que alcancen el metro noventa.
Mecánica
Como adelantábamos hay hasta 6 posibles motorizaciones para este modelo. De los 3 diesel disponibles, de 75, 90 y 105 CV, hemos probado el modelo intermedio. Las versiones más potentes son de cuatro cilindros dotadas de turbo e intercooler.
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En las versiones diesel el cambio es manual de 5 marchas. Solo es posible acceder al cambio de doble embrague DSG en la versión más potente gasolina. También el Stop&Go no llega de momento a ningún diesel. Lo que si incorporaba la unidad probada era el sistema antiretroceso en arrancadas en cuesta.
Con sus 90 CV y 230 Nm de par es un motor que responde muy bien desde las 1.800 rpm. Si bien no estira mucho, su entrega de potencia llega desde ese régimen siempre en constante progresión y sin desfallecimientos. El cambio de marchas es preciso, pero si contara con una sexta marcha permitiría al motor circular de forma mas desahogada. Homologa un consumo medio de 3,9 litros a los 100 kilómetros, en la realidad es fácil sumarle otros 2 litros, con lo que la media se quedaría alrededor de 6 l/100 km.
Comportamiento
La agilidad que transmiten sus formas no es un espejismo, se refleja en su conducción. Muestra gran aplomo en autovía, en donde es estable y de respuesta noble. Se mueve con facilidad entre el tráfico urbano y los 18 cm extra de su plataforma monocasco apenas se aprecian en el lado negativo, ni siquiera a la hora de aparcarlo. Si bien hay que apuntar que, en la urbe es donde más se nota, el motor 1.6 TDI se muestra un tanto perezoso por debajo de las 1.800 rpm. Peculiaridad a la que es fácil tomarle la medida estando pendiente de reducir una marcha en cuanto notamos falta de "par". Esto, el que tengamos que mantener el motor alto de vueltas, sobre todo, si el coche va muy cargado, influye en el consumo que en ciudad resulta alto y perjudica la media. Por lo que, dependiendo de la utilización que le demos, no es fácil obtener la cifra que promete el fabricante.
En carreteras reviradas el Ibiza ST no ha perdido ni un ápice de la gracia y viveza de conducción, algo que siempre ha sido una de las señas de identidad de este modelo de la casa de Martorell. Sus 1.225 kg en orden de marcha los mueve con gracia el propulsor TDI de 90 CV.
Nos ha decepcionado un poco la longevidad de algunos componentes. En la unidad probada uno de los reposacabezas traseros no se podía bloquear, estaba gastado su tope. Y el dial de regulación de los retrovisores exteriores, que va en la puerta del conductor, se arrancó de cuajo en un ligero roce.
Seguridad
Parte de su carrocería -lo que corresponde a los pilares principales- está fabricada con acero de máxima resistencia moldeado a 1.000 grados. Lo que rigidiza el chasis sobre todo en lo que afecta a la torsión lateral. Cuenta con ESP desconectable, ayuda de arranque en pendientes y sistema de asistencia de frenado (EBA), con lo que aprovecha de manera más eficaz el rendimiento de los frenos. También en frenadas bruscas se activan automáticamente las 4 luces intermitentes. Los frenos en las versiones más potentes del Ibiza ST son de disco en las 4 ruedas.
Según versiones y acabados también se controla desde dentro del habitáculo la presión de los neumáticos. Un indicador óptico del cuadro de relojes avisa al conductor si hay algún desfase de presión por una posible pérdida.
Valoración
El Ibiza ST conserva toda la gracia y viveza del Ibiza tradicicional aportando el plus de contar con un maletero mucho más capaz. Su comportamiento es muy noble y predecible y su precisión y aplomo en giros -junto con un consumo similar al resto de compañeros de gama con motores de similar potencia, han de ser argumentos convincentes para apostar por él... aunque uno no tenga necesidad de un coche familiar de este tamaño. Teniendo en cuenta además que la diferencia de precios, de media en torno a los 1.100 euros, no es significativa.
es un coche calidad precio muy bueno. tengo el 1.6 hace un año es tdi es lo mejorcito de seat. estoy contento