Skoda Fabia 1.2 TSI 110 CV DSG Style

La tercera generación del Skoda Fabia aterrizó con un nuevo diseño que entra de lleno en la línea actual de sus hermanos de marca. Con esta renovación, el polivalente checo sube un escalón en materia dinámica, pues es más estable y registra una mejor calidad de rodadura. Bajo el capó de nuestra unidad de pruebas se encuentra el propulsor de gasolina 1.2 TSI de 110 CV, el más potente de cuantos ofrece Skoda en la gama. Se distingue por su eficiencia y por un rendimiento más que suficiente para mover con soltura al polivalente y funcional utilitario de 3,99 m de largo.

La relación calidad-precio-equipamiento sigue siendo uno de los puntos fuertes del Fabia, si bien al tratarse esta unidad de la variante de más caballaje y en el acabado superior, esa relación no es tan ventajosa como en otras versiones inferiores. Sin contar opcionales, esta alternativa con cambio automático DSG cuesta 18.320 euros, aunque actualmente Skoda ofrece un descuento de 1.715 euros sobre ese precio. Su cosecha de competidores de categoría es realmente amplia, y abarca modelos como el Volkswagen Polo, el Seat Ibiza, el Ford Fiesta, el Renault Clio o el Peugeot 208. Aquí podéis leer un comparativo donde enfrentamos a algunos de estos rivales del Fabia.

La reciente puesta al día del modelo checo le ha dado un toque de carácter, con una carrocería con planos y bordes más afilados. Sin perder la esencia estética que caracterizaba a la generación anterior está es más atractiva y aúna elegancia con cierta frescura. El vehículo se introduce en la línea de diseño que ha ido llegando junto con las últimas novedades de Skoda, con el nuevo logotipo ahora situado en el capó, fuera de la parrilla, y con el predominio de las líneas horizontales en el frontal.

Al mirarlo de perfil es cuando más fácilmente se detecta su imagen compacta, con una longitud casi intacta pero con ciertas variaciones en cuanto a proporciones al compararlo con el Fabia anterior. Si bien apenas ha cambiado su longitud (es sólo 8 mm más corto), el modelo ha ganado 9 cm de anchura y ahora es 3,1 cm más bajo que el Fabia al que sustituye. Al igual que sucede en la parte delantera, en la zaga las líneas horizontales también cobran un importante protagonismo, resaltando aún más la anchura del coche, si bien el diseño en esta zona es muy poco arriesgado.

Siguiendo la tradición del fabricante checo, las luces traseras conservan su habitual forma de C. También influye en la apariencia exterior del vehículo el techo de cristal panorámico opcional (660 euros) que lleva esta unidad. Gracias a él, además, se gana mucho en términos de luminosidad interior. Sin embargo, se agradecería que fuera practicable para añadir una mayor polivalencia. Por su parte, las llantas Prestige de 17 pulgadas (485 euros) y el color Azul Race metalizado (320 euros) también son opcionales.

Nada más acceder al vehículo se aprecia un puesto de conducción generoso, con una considerable sensación de amplitud. Ello se ha conseguido, sobre todo, gracias al incremento de anchura comentado antes. Los asientos deportivos opcionales (200 euros) de esta unidad, además de ser muy confortables, fijan el torso de manera excelente. Eso sí, no permiten graduar la altura de los reposacabezas, pues van integrados en el respaldo, todo de una misma pieza.

La presencia de espacios para guardar pequeños objetos es muy elevada, lo que mejora la vida a bordo del coche así como su naturaleza funcional. Ya sea en el interior de las puertas, en la consola central o en la propia guantera, no faltan huecos para este uso.

Y si los asientos delanteros se caracterizan por su espacio, los asientos posteriores no se quedan rezagados en este aspecto. Dos pasajeros de estatura superior a la media pueden viajar cómodamente en las plazas laterales con un buen espacio para las rodillas. Mientras tanto, la plaza central es menos espaciosa pero puede ser utilizada ocasionalmente sin demasiadas estrecheces.

El volumen para el equipaje es, sin duda, una de las mayores virtudes del Fabia. Y es que, con una capacidad de 330 litros, que puede crecer hasta los 1.150 litros con los respaldos posteriores abatidos, se sitúa en la cúspide de su categoría. Como único pero en esta zona hay que resaltar que el maletero no queda plano con estos respaldos abatidos.

No hay que pasar por alto las prácticas soluciones enmarcadas dentro de la filosofía Simply Clever de Skoda. En esta línea, el nuevo Fabia cuenta con elementos como una papelera en la puerta, un soporte para Smartphone, redes en los laterales interiores de los asientos delanteros o un rascador de hielo en la tapa del depósito de combustible.

Esta unidad pertenece al acabado superior Style, y está bastante bien equipada, con airbags frontales, laterales y de cabeza, control de estabilidad, sensor de presión de neumáticos, faros antiniebla delanteros, volante multifunción de cuero, arranque sin llave y limitador de velocidad. Entre los opcionales que incorpora el Fabia probado se encuentran los pedales de aluminio (85 euros), el climatizador Climatronic (320 euros) y la Radio Bolero (205 euros) con sistema Mirror Link, pantalla de 6,5 pulgadas, conexión USB, lector de tarjeta SD, reproductor de MP3 y seis altavoces.

Dentro del catálogo mecánico del modelo checo, con motores diésel y gasolina de entre 60 y 110 CV hemos elegido el más potente de todos. Se trata del gasolina 1.2 TSI de 110 CV, un boque de cuatro cilindros turboalimentado que mueve con gran soltura al utilitario de Skoda. Tiene un par máximo de 175 Nm entre 1.400 y 4.000 revoluciones, cuya progresiva entrega se produce desde bajas revoluciones y se mantiene constante incluso hasta algo por encima de esas 4.000 vueltas.

El resultado es una respuesta más que suficiente para acelerar con brío en la mayoría de situaciones. Este motor es, además, bastante silencioso y se distingue por una destacable suavidad y un notable refinamiento. Aunque también se encuentra disponible con cambio manual de seis velocidades, preferimos escoger la versión automática con transmisión DSG de siete velocidades. Esta caja de doble embrague destaca tanto por su rapidez de respuesta como por su equilibrado escalonado de cambios.

En el terreno de la eficiencia, esta variante registra unas emisiones de 109 g/km de CO2 y homologa una media de consumo de 4,7 litros cada 100 km. Se trata de una cifra inferior a los 5,9 litros conseguidos una vez concluida la prueba. No obstante, esta media obtenida sigue siendo realmente buena para un gasolina. En conducción urbana, el sistema de arranque y parada automática de serie se convierte en un aliado para ajustar consumos.

El principal objetivo de la menor altura de la nueva generación del Fabia es, sin duda, lograr un centro de gravedad más bajo, lo que desemboca en una mayor sensación de estabilidad y de agarre a la carretera. Al aumentar el ritmo registra un comportamiento más neutro, reduciendo los movimientos de la carrocería si se compara con su antecesor al conducir por curvas. No obstante, no se trata de un coche pensado para exprimirlo en tramos de montaña sino que está más pensado en clave de comodidad para un uso cotidiano.

En este sentido hay que resaltar que la capacidad de la suspensión para absorber los pequeños baches de la calzada ha avanzado considerablemente. Ello le ayuda a desplegar un buen nivel de confort de marcha general y a proporcionar una mejor calidad de rodadura que el anterior Fabia. La suspensión, eso sí, es muy blanda y no está de más elegir, para aquellos que suelen practicar una conducción decidida, la opción de suspensión deportiva, algo más firme.

Pone de manifiesto unas posibilidades que van más allá de un uso urbano pues, además de la comentada conducta por zonas reviradas, por autopista saca a relucir un aplomo considerable. En lo que respecta a la dirección, que pasa a ser electromecánica en esta renovación, ésta se muestra muy precisa y suave, con un tacto directo que aporta una mejorada sensación de control.

En resumen, la tercera generación del modelo checo ha dado un paso al frente en comportamiento dinámico. Ahora es más cómodo y más estable. A nivel mecánico, el 1.2 TSI de 110 CV escogido para esta prueba ofrece un alto grado de eficiencia y un óptimo rendimiento tanto por ciudad como fuera de ella. Por otro lado, el modelo conserva el carácter funcional que ya lo caracterizaba en la generación anterior, si bien ha sido aderezado con nuevas soluciones inteligentes que le dan un plus de practicidad.