El Skoda Scala es la nueva apuesta de la marca checa en el segmento compacto, al que llega como reemplazo de los Rapid y Spaceback que fueron actualizados por última vez hace casi tres años. Después de nuestro primer contacto con la versión de gasolina 1.5 TSI de 150 CV -aquí la videoprueba que Joan Dalmau nos trajo desde Croacia- en esta ocasión lo probaremos con el interesante 1.0 TSI de 115 CV y el nivel de equipamiento Style. Esta versión tiene un precio oficial para España de 24.030 euros, sin contar posibles descuentos.
Racionalidad y sentido común: muy Skoda
Imagino que ya lo sabréis: a diferencia del Volkswagen Golf y el Seat León, que están construidos sobre la plataforma modular MQB, el compacto de Skoda toma como base la variante MQB-A0, empleada entre otros por el Seat Ibiza -aquí nuestra comparativa contra Peugeot 208, Opel Corsa y Renault Clio-, los Volkswagen Polo y T-Cross -siguiendo este enlace los encontraréis frente a frente-. A partir de ahí, Skoda ha aplicado su sello aumentando la distancia entre ejes hasta encuadrar de algún modo al Scala en el segmento C; la misma solución que ha aplicado al SUV Kamiq -del que aquí tenéis nuestra primera videoprueba- para diferenciarlo de sus “primos” del Grupo Volkswagen.
Ya que hablamos de dimensiones: el Scala mide 4,36 metros de largo por 1,79 m de ancho y 1,47 m de alto, con una distancia entre ejes de 2,65 m. Como veis, las cotas de este peculiar compacto lo encuadran en el segmento C de forma casi canónica. Entonces, ¿por qué no haber implementado directamente la plataforma MQB “pata negra”?
...Pues por pura coherencia: el cliente tipo de Skoda no acostumbra a exigir que su coche lleve un eje trasero multibrazo, ni un sistema 4x4 ni tampoco motorizaciones híbridas (al menos no en un coche de esta categoría); de manera que cobra mucho sentido renunciar a la complejidad de la plataforma MQB y, de este modo, contener el coste de desarrollo del vehículo. Otra cosa es que al final el Scala salga barato; pero esa cuestión la dejaremos para el final de nuestra prueba.
No voy a entrar a valorar el diseño exterior e interior del vehículo, aspectos que ya trató Dalmau con todo detalle en su videoprueba -y aun así os diré que me resulta agradable y bien proporcionado-. Joan también nos trajo buenas noticias en cuanto a la calidad percibida en el interior del Scala, opinión con la que no dudo en coincidir después de haber probado el Skoda Spaceback, un automóvil más sencillo y espartano.
Además, el compacto checo presenta un puesto de conducción bien organizado, con un cuadro de instrumentos que puede ser digital (no era el caso de nuestra unidad de pruebas), una pantalla central de estilo tablet de hasta 9,2 pulgadas (nuestro coche equipaba la de 8”, cuya mayor ventaja es contar con ruletas para el volumen y los menús del sistema de infoentretenimiento) y un climatizador bi-zona con mandos físicos. El conjunto desprende sobriedad; y sin embargo, permite que el conductor se sienta a gusto en cuestión de minutos -gracias también a los cómodos asientos de estilo deportivo y combinación de cuero y ante sintético que corresponden a este acabado Style-.
Las formas de la carrocería se ocupan de no complicarnos el acceso de las plazas traseras, que a la hora de la verdad son más espaciosas de lo que aparentan (aunque todo sea dicho: pocos son los Skoda que se quedan justos en este apartado, Fabia aparte). La distancia libre para las rodillas es generosa y tampoco notaremos carencia de altura ni de anchura; aunque tres personas lo van a tener complicado no sólo por la estrechez de la plaza central sino por las formas de los respaldos traseros, que no admiten bien una posición desplazada de nuestra espalda.
El maletero también ha sido tocado por la magia de Skoda, como atestiguan sus 467 litros de capacidad. La boca de acceso está bien dibujada, el umbral no queda demasiado alto y el interior, presenta huecos, ganchos y argollas que nos servirán de ayuda para organizar la carga. Si plegamos los respaldos dispondremos de 1.400 litros en total, estupenda cifra que se ve empañada porque, al abatirlos, el piso queda a dos alturas -se ofrece como opción una plancha que permite igualar el piso y es más robusta que el piso original. También son opcionales la rueda de repuesto de emergencia, el mecanismo eléctrico de apertura y cierre del portón y la bola de remolque retráctil.
Condúzcame usted con cariño
Joan ya nos habló en su videoprueba sobre las bondades del motor 1.5 TSI de 150 CV, opción de gasolina que se ve complementada por el 1.0 TSI de 115 CV (también existe una versión básica 1.0 de 95 CV). Este propulsor es un “clásico” de Volkswagen que hemos probado en infinidad de modelos del Grupo; como ejemplos recientes, la comparativa entre los Volkswagen Polo y T-Cross, la del Seat Ibiza contra sus rivales directos y nuestro primer contacto con el Skoda Kamiq.
Se trata de un voluntarioso motor turboalimentado de tres cilindros que en sus primeras iteraciones no destacaba por potencia ni por suavidad pero que con los años se ha convertido en una mecánica mucho más eficaz y refinada. El actual 1.0 TSI "camina" más de lo que parece, empuja con bastante dignidad y lo hace con un nivel sonoro contenido -algo áspero, eso sí- y un consumo bastante razonable: durante nuestra semana de prueba, conduciendo sin miramientos, obtuvimos un promedio de 6,0 l/100 km.
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Este motor puede asociarse a un cambio automático DSG de 7 velocidades pero nuestra unidad se "conformaba" con el manual de 6 marchas que hemos probado tantas y tantas veces con anterioridad. Su tacto de mantequilla permite efectuar cambios con sólo un dedo y total precisión; pero a mi modo de ver es una lástima que las relaciones sean tan largas, diluyendo así las prestaciones de un motor que, con marchas más cortas, hubiese brillado en este coche; pero al menos el par motor de 200 Nm desde 2.000 rpm permite que el coche recupere velocidad sin constiparse, y tampoco es mala su aceleración de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos.
El Scala no equipa un chasis deportivo aunque tampoco es torpe, ni mucho menos. Las suspensiones presentan un tacto equilibrado, tirando a suave, y el eje trasero con barra torsional tampoco invita a elevar el ritmo en demasía; como tampoco lo hacen su dirección (precisa pero tal vez demasiado asistida) y su frenada (eficaz ¡por supuesto! pero no pensada para el uso deportivo). Por lo tanto no podemos comparar el dinamismo de un Scala con el de un Ford Focus o un Seat León, por poner dos referencias.
Dicho esto, el Scala se muestra maniobrable al tiempo que transmite agilidad y ligereza, siempre que entendamos que se adapta mejor a un estilo de conducción fino y suave. Ante todo, este compacto nos regala agrado, suavidad y un comportamiento predecible y neutro; pero también un notable aplomo, cualidad que agradeceremos al circular por carreteras rápidas y autopistas. Este es uno de los logros de la plataforma MQB-A0, “alargada” para llevar al Scala desde el segmento de los utilitarios al de los compactos.
Las dotes ruteras del Scala se ven complementadas por un equipamiento tecnológico y de seguridad muy interesante: trae de serie iluminación LED, alerta de pre-colisión y asistentes de mantenimiento de carril y arranque en subida; y puede llevar asistente de aparcamiento, vigilancia de ángulo muerto y control de crucero adaptativo, entre otros elementos.
La unidad probada correspondía al acabado Style, que en la familia Scala se sitúa por encima de los niveles Active y Ambition y se ofrece como alternativa “elegante” al “deportivo” y también tope de gama Sport. El Scala Style trae de serie iluminación full-LED con intermitentes dinámicos, llantas de aleación de 17”, techo panorámico, sensores de aparcamiento, retrovisores plegables, apertura y arranque sin llave, climatizador, infoentretenimiento con Apple CarPlay y Android Auto, pantalla táctil de 8”, cámara de visión trasera, y asistentes de arranque en pendiente, frenada de emergencia y mantenimiento de carril.
Con el motor 1.0 TSI de 115 CV y cambio manual de 6 marchas, el Skoda Scala Style tiene un precio de tarifa de 24.030 euros sin contar posibles descuentos de marca y concesionario. Sumando todos los extras de nuestra unidad (entre los que contamos el control de crucero adaptativo, rueda de emergencia, enganche para remolque, bandeja de carga inalámbrica, asientos calefactados y portón eléctrico) su precio se eleva a los 29.015 euros.
Ya veis que no sale barato en términos absolutos, más aún teniendo en cuenta la potencia del motor y que por 700 euros más accederéis al tetracilíndrico 1.5 TSI de 150 CV. Pero si os fijáis en su relación entre precio, producto, calidad, habitabilidad, capacidad de carga y equipamiento, y si os fijáis también en lo que costaría un SUV de características similares... tal vez miréis al Skoda Scala con buenos ojos, como en realidad se merece.
Totalmente de acuerdo si bien es verdad q luego te lo van a rebajar en el concesionario como un veinte por ciento de media echa mucho para atrás q de mano te digan q roza los 30000 euros por muchos extras q lleve yo personalmente me gustaría q no solo Skoda si no el total de las marcas no nos tomarán por anormales con estas tarifas de risa y propusieran de mano unos precios razonables a los usuarios de a pie es mi opinión un saludo a todos
Por ese precio casi puedes comprar un golf gti o un cupra león.Saludos