Probamos el nuevo Skoda Octavia Scout en su versión 2.0 TDI de 184 CV con tracción integral 4X4 y cambio automático DSG. Principalmente se distingue de la versión anterior por un mejor sistema de infoentretenimiento dentro y por un frontal con faros divididos.
El Octavia es el modelo más vendido de la historia de Skoda. Desde que llegó al mercado en 1996 suma más de 5 millones de unidades vendidas si sumamos las tres generaciones.
En octubre de 2016 descubrimos las primeras imágenes del restyling del superventas checo pero no fue hasta febrero de 2017 cuando lo pudimos conducir. El Scout recibió esta nueva estética un par de meses después, en abril.
Ya se sabe que para gustos colores, lo que puedo decir es que las fotografías no le hacen justicia al frontal. Una vez lo ves en vivo y en directo es mucho más atractivo de lo que puedas imaginar. A mi me gusta.
Look campero
Con respecto al Octavia Combi el Scout se distingue por el kit de carrocería específico de marcado look campero. Protecciones de plástico sin pintar que envuelven parachoques, pasos de rueda y taloneras. Además en frontal y trasera integra unas inserciones en plástico que simula metal.
Con una configuración de motor, cambio y tracción equivalente, como puede ser el 1.8 TSI 180 DSG 4X4, la diferencia de precio entre el Octavia normal y el Scout, éste último es 1.030 euros más caro.
Unos muelles de mayor recorrido elevan la carrocería 30 mm más que un Octavia convencional. Un elemento clave para lograr esta estética crossover. Las barras de techo en aluminio (150 euros), los marcos cromados (275 euros), las lunas tintadas (155 euros) o el techo solar (1.105 euros) son todo extras. El color gris metalizado (510 euros) y las llantas Braga de 18” (460 euros) en acabado plata también salen del catálogo de extras de la marca checa.
Skoda también ofrece un amplio abanico de opciones a la hora de configurar el interior. Asiento del conductor con regulación eléctrica y memoria (545 euros), cargador inalámbrico para el móvil (370 euros), pantalla táctil de gran formato con navegador Columbus (2.140 euros), cámara de visión marcha atrás (390 euros) o sensores delante y detrás (325 euros) son un claro ejemplo.
En el habitáculo el espacio es el gran protagonista. Tanto en la primera como en la segunda presenta asientos cómodos con buena altura libre al techo y mucho espacio para las piernas. Las plazas exteriores traseras son muy cómodas, la central queda algo justa para adultos.
El maletero es uno de sus puntos fuertes. En configuración 5 plazas declara 610 litros, un volumen que crece hasta los 1.740 litros abatiendo la segunda fila. Más que un maletero es una especie de trasero sobre ruedas. El acceso a la zona de carga es muy amplio, la altura a bandeja, la longitud y la anchura también merecen un sobresaliente.
Los complementos del maletero también son de 10. En las paredes laterales integra cuatro ganchos plegables para colgar bolsas, unos ganchos robustos que permiten sujetar de forma fácil objetos grandes y pesados.
El paquete de redes que sólo cuesta 55 euros nos ayudará a sujetar pequeños bultos o elementos del equipaje que sean más delicados. ¿Qué decir de la pieza de plástico con velcro que permite fijar cajas o maletas en un santiamén?
Las soluciones Simply Clever de Skoda hacen que el día a día sea mucho más fácil. Algunas vienen de serie como la linterna plegable extraíble con imán, que a su vez es la luz de cortesía del maletero. Pero las opcionales cuestan muy poco por lo que nos llegan a mejorar la vida.
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Cómodo fuera y dentro del asfalto
Se trata de un turismo que eminentemente va a circular por asfalto, pocos se adentrarán en caminos para aprovechar al 100% las cualidades dinámicas del Scout en offroad. No obstante, el equipo de suspensión ofrece la firmeza justa y el nivel de filtrado idóneo en ambos tipos de superficies.
El tacto de la dirección es preciso, disfrutando de un guiado bastante claro y directo, sobre todo cuando seleccionamos el modo de conducción Sport. En Comfort es la respuesta del volante es demasiado blanda.
Los frenos aguantan mucho más de lo que me habría esperado. Incluso en conducción deportiva el pedal mantiene firmeza y el conjunto no sufre de fading. Cabe recordar que estamos ante un coche con casi las mismas prestaciones que un Octavia RS TDI, así que es de agradecer que los frenos estén a la altura.
El motor 2.0 TDI de 184 CV es todo un clásico en el Grupo Volkswagen. Me habría gustado más probar el Scout con el motor 1.8 TSI de 180 CV pero no había unidades de pruebas disponibles con esa mecánica en el momento de nuestro artículo.
Este motor diésel sólo está disponible con la caja de cambios secuencial de doble embrague DSG de 7 relaciones. Curiosamente no contaba con levas detrás del volante así que para usar el modo manual tuve que recorrer a la palanca tradicional.
Seleccionando el modo Eco cada vez que levantamos el pie derecho del acelerador se desacopla el cambio, dejando un modo vela que busca aprovechar al máximo la inercia del propio vehículo. Nada más acariciar el acelerador, el freno o mover la palanca de cambio volvemos a disfrutar del freno motor.
El empuje en la zona baja del cuenta-vueltas es contundente con 380 Nm desde sólo 1.750 rpm hasta 3.000 rpm. La potencia máxima llega más arriba, 184 CV de 3.500 a 4.000 rpm. En recuperaciones casi es mejor aprovechar el par disponible abajo, apurar marchas por encima de 4.500 rpm no tiene sentido.
En nuestra prueba los consumos se mantuvieron dentro de lo habitual en un familiar de estas características, con 6,8 l/100 km de media, una cifra contenida que ayuda a ahorrar en el día a día. A ritmo alegre la media puede crecer hasta los 8,5 l/100 km y circulando de forma suave con el modo Eco activado se puede acercar a los 5,6 l/100 km.
El sistema de tracción integral es toda una garantía de seguridad si viajas a menudo a zonas de montaña, donde la climatología suele ser cambiante. En mi prueba durante un viaje a Andorra me encontré con una fuerte tormenta y en ningún momento el coche hizo ni un solo extraño.
En resumidas cuentas
En el caso de plantearme un familiar con estética campera el Scout estaría en lo alto de la tabla. Ahora bien, no me quedaría el motor 2.0 TDI, en su lugar me decantaría por el 1.8 TSI de 180 CV. Lo probé en el Octavia Combi durante la presentación internacional de Oporto y me gustó mucho. Es más silencioso, tiene buen puch y tampoco consume tanto más que un diésel.
Esta unidad estaba bastante equipada (casi 10.000 euros en extras) con lo que el precio final ascendía hasta los 44.695 euros. Como siempre, todo es relativo desde el prisma que se mire. Comparado con los familiares crossover de marcas Premium el Scout es una auténtica ganga, con buena calidad de acabados y un diseño de lo más atractivo.