Para conquistar la ciudad
El anterior Smart Fourfour dejó de venderse hace casi una década, en el año 2006. Ahora, la firma alemana recupera la denominación para este interesante modelo para moverse por ciudad gracias a unas dimensiones más contenidas pero con un habitáculo que sigue ofreciendo cuatro plazas en su interior.
De aspecto fresco y desenfadado, el nuevo Forfour tiene una importante peculiaridad. No sólo es un tracción trasera, sino que el propio motor está ubicado en la zona posterior del vehículo, exactamente bajo el plano del maletero. Es la misma configuración que también posee el Renault Twingo, con el que comparte motor y plataforma. Nada que ver, por lo tanto, con el antiguo ForFour, un tracción delantera que compartía chasis y órganos mecánicos con el Mitsubishi Colt de la época.
El Smart Forfour no es precisamente de los modelos más económicos de su segmento pues, en la versión probada (con el motor de 71 CV y el acabado superior Proxy), exige un desembolso de 14.860 euros sin contar opcionales ni plan PIVE. Virtudes como su destacable maniobrabilidad, sus buenos acabados, su practicidad o el importante aprovechamiento del habitáculo para los ocupantes juegan a su favor.
Este Smart se desmarca del modelo biplaza ForTwo y entra a competir directamente en el segmento A plagado de novedades en los últimos meses. Este coche es rival directo de modelos como los trillizos Seat Mii, Volkswagen up! y Skoda Citigo, los también trillizos Peugeot 108, Citroën C1 y Toyota Aygo, su hermano el Renault Twingo, los primos coreanos Hyundai i10 y Kia Picanto, el Fiat Panda y el Opel Karl, cuya comercialización se iniciará en septiembre.
Aire juvenil
De aspecto desenfadado, la nueva generación del modelo urbano de cuatro plazas ha recibido unas proporciones más compactas que su predecesor, puesto que su longitud se ha reducido en 25 cm (ahora mide 3,50 m) y su anchura, casi en 2 cm. No obstante, el modelo ha aumentado 10 cm en altura. Al mirarlo de perfil, una de las cosas que más llama la atención son sus cortos voladizos.
En la línea habitual de la familia Smart, la carrocería es bicolor, y es posible realizar distintas combinaciones en contraste, como es el caso de la unidad probada. En cuanto a la calandra del vehículo, cabe señalar que dispone de un diseño de tipo panal de abeja. Además, es posible personalizarla, ya que puede escogerse en distintos tonos.
Siguiendo con las novedades del regenerado Smart Forfour hay que destacar el aumento de tamaño del logotipo de la marca, que cobra un mayor protagonismo en el frontal del vehículo. También estrena faros de iluminación diurna con tecnología LED que tienen forma de letra U, así como nuevas ópticas, que adoptan forma de rombo. El aire de diseño juvenil que desprende el utilitario urbano por delante se refleja asimismo en la zona trasera, con faros concéntricos, un prominente paragolpes y un discreto alerón superior.
Aprovechando el espacio
El aspecto fresco que evoca exteriormente el vehículo se aprecia de igual manera dentro del habitáculo, donde predominan el “look” llamativo del tablero y sus formas redondeadas. Los asientos delanteros son confortables, sujetan bien el torso y cuentan con una cierta inspiración deportiva en cuanto a diseño. El Smart Forfour proporciona una amplitud notable gracias a un gran aprovechamiento del espacio interior. De cara a la segunda fila hay que abordar el tema del acceso, un punto positivo teniendo en cuenta que las puertas traseras disponen de un excelente ángulo de apertura que facilita mucho las cosas.
Una vez dentro, las dos plazas son bastante cómodas y ofrecen un espacio más que razonable para dos adultos si se tiene en cuenta el tamaño del vehículo. Para ello le viene muy bien la distancia entre ejes de 2,49 m. Los pasajeros que se alojen en estas plazas no podrán abrir las ventanillas de forma convencional. Sólo podrán separar el cristal muy pocos centímetros para dejar entrar el aire, pues son de tipo compás. A pesar del reducido tamaño del vehículo, cuenta con numerosos huecos portaobjetos. Uno de los más versátiles es el cajón extraíble que separa las dos plazas traseras. Otro curioso cajón es el que se extrae desde la consola central.
Como es obvio, por su naturaleza no es un coche pensado para transportar mucho equipaje cuando viajan cuatro personas en su interior, sino más bien alojar una mochila de gimnasio y unas bolsas o una maleta pequeña. Y es que su maletero cuenta con sólo 185 litros de volumen con los respaldos traseros en posición convencional. Eso sí, en caso de no necesitar los asientos posteriores, la capacidad crece hasta los 975 litros teniendo en cuenta el espacio hasta el techo, lo que amplía mucho sus posibilidades.
En cuanto a equipamiento, esta unidad del acabado superior Proxy dispone de serie de airbags frontales, laterales, y de rodilla para conductor, control de estabilidad, ayuda de arranque en pendiente, control de presión de neumáticos, volante multifunción de tres radios, pomo de la palanca de cambios de cuero, panel de instrumentos con pantalla TFT a color de 3,5 pulgadas, ordenador de a bordo y control de crucero con limitador de velocidad. Opcionalmente, el Forfour probado disponía de pintura bicolor (280 euros), llantas de aleación de 16 pulgadas con radios dobles y pulidas de alto brillo (100 euros), techo panorámico (500 euros) y el paquete Cool & Media (850 euros). Éste incluye climatizador automático y navegador con pantalla táctil multi-touch de 7 pulgadas.
Caballos de ciudad
La gama del Smart Forfour está compuesta por dos alternativas de gasolina, siempre de tres cilindros ya sea de 999 cc y 71 CV o de 898 cc y 90 CV (sobrealimentado). En ambos casos, el motor tiene la peculiaridad de encontrarse detrás, bajo el plano del maletero. En esta ocasión probamos el motor de acceso, de 71 CV. Esta versión cuenta con un par máximo de 91 Nm a 2.850 rpm, fuerza que le permite moverse con bastante soltura por su verdadero hábitat, las zonas urbanas. Y es que el propulsor responde bien al solicitarle aceleraciones rápidas por ciudad.
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Cuando se abandonan sus calles, el comportamiento en este sentido no es tan óptimo, puesto que el motor muestra ciertas carencias por una pura cuestión de potencia. En carreteras interurbanas o autopistas sin desnivel se sostiene razonablemente bien, aunque es preciso realizar maniobras como los adelantamientos con cierta previsión. También cabe ser conscientes de que le falta ímpetu a la hora de mantener velocidades de crucero en pendientes prolongadas.
El motor va engranado a una caja de cambios manual de cinco velocidades, de desarrollos bastante equilibrados y con una palanca de tacto suave. En cuanto a prestaciones, hay que señalar que el vehículo puede rodar a una velocidad máxima de 151 km/h y que necesita 16,9 segundos para completar el 0 a 100 km/h.
La eficiencia es una de las ventajas de este motor, pues sus emisiones son de sólo CO2 de 97 g/km y homologa un consumo medio de 4,2 litros cada 100 km. Algo por encima resultó la media de la prueba, que fue de 5,9 l/100 km en un recorrido entre ciudad, carretera variada y autopista. No hay que olvidar que el hecho de equipar sistema Start/Stop de serie le ayuda a optimizar consumos urbanos.
Ágil y maniobrable
En términos dinámicos, este utilitario se distingue sobre todo por su gran agilidad urbana. Si bien los 80 centímetros extra de longitud que posee con respecto al Smart corto no le permiten ser tan ratonero en ciudad, la verdad es que por contexto urbano se mueve también como pez en el agua. Una de sus mayores bazas en este sentido es su magnífico radio de giro, que es de sólo 8,7 metros entre bordillos. No llega a los 7,0 m del Smart Fortwo pero le permiten igualmente una impecable movilidad en espacios reducidos.
En términos generales, se trata de un automóvil con un chasis bastante eficaz, que ofrece unos resultados más que razonables al subir el ritmo en zonas de curvas. Eso sí, no hay que olvidar que estamos ante un coche eminentemente urbano. Se muestra estable en los apoyos siempre que enlacemos curvas sin buscar una conducción deportiva.
Un punto distintivo a la inmensa mayoría de sus rivales es su tracción trasera, lo que le da un cierto toque de diversión aunque la electrónica no desconectable impide que el eje trasero deslice. Por su parte, la dirección brinda un buen nivel de suavidad, es bastante precisa y se convierte en una buena aliada durante las maniobras de aparcamiento.
El modelo se distingue por un buen confort de marcha general debido sobre todo a una buena capacidad de absorción de la suspensión al afrontar pequeños baches o asfalto en mal estado. El hecho de que el motor se encuentre bajo el maletero no supone un hándicap en materia de sonoridad, ya que el fabricante alemán ha instalado efectivos aislantes en esta zona. Gracias a ellos, no solo se consigue reducir decibelios sino también contrarrestar el calor procedente del propulsor.
Conclusión
En su versión para cuatro ocupantes, la nueva generación de este utilitario urbano se caracteriza por un habitáculo funcional y muy bien aprovechado. Por su parte, su imagen fresca y desenfadada destaca en un segmento muy tendente a la personalización y a looks abiertamente simpáticos y divertidos.
Se trata, en definitiva, de un vehículo ideal para moverse por ciudad, que explota a la perfección condiciones como un tamaño contenido y una excelente maniobrabilidad. El motor de gasolina de 71 CV es más que suficiente para la conducción por las callejuelas urbanas y además es la alternativa más eficiente si lo comparamos con la versión sobrealimentada de 90 CV que, no obstante, es la elección lógica para los que prevean utilizar el coche también en autopista y carretera.
Finalmente, el precio es elevado. Smart nunca ha sido una marca barata pero en este caso, el posicionamiento por encima de sus rivales que obedece a la imagen de marca, no está en nuestra opinión, justificado. Y menos en un segmento tan sensible al precio.
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