Smart ED 2011: Utilitario con mayúsculas
PRUEBAS

Smart ED 2011: Utilitario con mayúsculas

Jaume Gustems

Jaume Gustems

2 opiniones
Smart ED
Smart ED

Teníamos ganas de comprobar cómo es el día a día con un coche eléctrico. Los contactos que hasta el momento habíamos tenido con algunos eléctricos de diferentes marcas nos habían dejado un buen sabor de boca. Pero también nos quedaba la duda sobre si esas sensaciones no se volverían en contra con un uso intensivo a diario del coche, condicionadas por la diferente rutina de utilización y mantenimiento que requiere un vehículo eléctrico frente a uno convencional o de combustión. Después de una semana de ir y volver del trabajo y de recorrer el área metropolitana de una gran ciudad como Barcelona con el Smart ED, podemos confirmar que efectivamente, este coche es toda una realidad, no una promesa. Su conducción no requiere no una mínima adaptación si estás acostumbrado al cambio automático. Y su mantenimiento, tampoco: sólo acordarte de enchufar el coche al llegar a casa y listo (siempre que tengas dónde hacerlo, claro está). Esta rutinaria tarea se hace aproximadamente cada tres días si tienes el trabajo a 15 kilómetros de casa, como es mi caso. La autonomía, por lo tanto, es suficiente para el uso al que ha sido destinado. Ahora bien, debes tener bien claro que se trata de un utilitario puro y duro. Olvídate de hacer viajes de más de 100 kilómetros sin calcular dónde volver a recargar (y esto requiere ocho horas de espera). Esto es tarea harto difícil, por no decir imposible, fuera de las grandes ciudades. Incluso dentro de ellas el sistema de recarga no llega a ser todo lo práctico que desearíamos. Aquí os lo explicamos.

Diseño

Smart ED
Smart ED

El Smart ED estará a la venta en 2012. La versión que probamos corresponde a una de las 1.500 que Smart ha fabricado en serie limitada. Concretamente es una de las 50 que han llegado a España y que se han vendido por leasing. Viene rotulada con el lema "Electric Drive" en sus laterales, un reclamo publicitario que Smart utiliza para identificar sus primeras unidades eléctricas que ruedan por el mundo. Esta particular decoración no hace a este Smart ED especialmente más llamativo, y el hecho de ser eléctrico, tampoco. Su estética no difiere en absoluto de la de cualquier otro Smart, con la excepción de una mayor presencia del color verde en llantas, retrovisores y en la célula Tridion de seguridad. Y por supuesto, por el habitual detalle en un coche eléctrico: la ausencia de tubo de escape.

Habitabilidad

Smart ED
Smart ED

Uno de los grandes avances logrados en la tecnología eléctrica para el automóvil es la reducción del tamaño de las baterías. Esto ha hecho posible que coches como el Smart puedan montar baterías sin perjudicar el espacio del habitáculo. En el Smart ED, las baterías de ion-litio van en el piso del coche, entre los dos ejes. Gracias a ello, aún siendo un dos plazas, el espacio destinado a conductor y pasajero es más amplio de lo esperado para un coche de su tamaño. Podemos confirmar que esta característica, ya conocida en el Smart convencional, se mantiene en la versión eléctrica. El espíritu práctico que impregna al Smart se percibe ya desde el momento en el que nos subimos al coche. Si no queremos abrir el portón del maletero, una red en la parte posterior, justo detrás de los asientos, nos sirve para colocar algún bulto. En el salpicadero también se han reservado algunos huecos para colocar pequeños objetos. Eso sí, no tenemos consola central y no hay regulación de altura y distancia de volante. Son detalles que indican la sencillez general del conjunto. Frente a nosotros se muestra un bonito salpicadero, de moderno y sofisticado diseño. Eso sí, con abundante plástico de tacto bastante duro. Hasta aquí, nada nuevo. Lo poco que diferencia a la versión eléctrica del Smart de la convencional son los dos relojes situados en la parte superior del salpicadero, con la esfera en verde: en lugar de un cuentarrevoluciones y un reloj se ha colocado un medidor de carga de la batería y un indicador del estado de la gestión de la energía (para saber si el coche está cargando la batería en las desaceleraciones o bien si está utilizando su energía). La vida a bordo del Smart ED es agradable. El juvenil diseño del habitáculo, el buen espacio disponible para tratarse de un coche de 2,70 metros de longitud y la luminosidad que proporciona el techo solar invitan a conducirlo.

Mecánica

Smart ED
Smart ED

El corazón del Smart ED es un motor eléctrico colocado en la parte posterior, que transmite su fuerza motriz directamente al eje trasero. Ofrece una potencia máxima de 41 CV y un par de 120 Nm, que entrega de forma inmediata.El motor se alimenta de la electricidad que le aporta un grupo de baterías de ion-litio de 16,5 kWh. Como todos los eléctricos, no necesita caja de cambios. El coche es "monomarcha" y tan sólo debemos insertar la palanca de cambios en posición "D" para arrancar. Para funcionar marcha atrás, el motor cambia su sentido de giro. Tampoco hay árboles de transmisión, ni necesita aceite y el coche frena ayudado por el sistema de recarga regenerativa, lo que implica un menor desgaste de pastillas de freno. La simplicidad de la cadena cinemática se traduce teóricamente en un menor mantenimiento.

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Comportamiento

Smart ED
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El Smart ED se comporta básicamente como un Smart ForTwo convencional, con sus mismas virtudes y defectos. Sólo nos llama la atención la ausencia de ruidos mecánicos (aunque en realidad el motor eléctrico emite en marcha un ligero silbido, como de centrifugado) y la buena capacidad de aceleración desde parado (0-60 km/h en 6,5 segundos). El coche no se percibe especialmente pesado (aunque pesa 100 kilos más que un ForTwo) y es muy ágil en los cambios de dirección entre el denso tráfico de una ciudad. Su corta batalla, sus reducidas medidas exteriores y un centro de gravedad muy bajo (especialmente en esta versión eléctrica con las baterías en el piso) hacen fácil y segura su conducción. El coche sale de los semáforos como si fuese un scooter. La aceleración es instantánea, y una vez en marcha, las recuperaciones son correctas hasta aproximadamente los 60 km/h. A partir de ahí, el coche responde con más lentitud. A la hora de frenar, lo hace con contundencia y ayudado del sistema de regeneración de energía. A diferencia del primer Smart ED que tuvimos ocasión de conducir en Alemania, esta unidad de pruebas tenía un tacto de frenado más que correcto, similar al de un coche convencional. En su día comentamos que la frenada era excesivamente brusca y sin progresividad, algo que parece haberse corregido totalmente. Las características del Smart ED, perfectas para la urbe, condicionan su comportamiento en vías rápidas. Gas a fondo (la velocidad máxima está limitada a 100 km/h) el coche se percibe un poco impreciso de dirección, muy probablemente debido a su corta batalla, la poca capacidad de absorción de sus rígidas suspensiones y la sensibilidad de la carrocería al fuerte viento. En esto no difiere demasiado del Smart ForTwo de toda la vida. Y es que son coches pensados para circular por ciudad y alrededores. No son la mejor opción para largos viajes por autopista, está claro. Pero lo que realmente limita el uso de este coche fuera de la ciudad es la autonomía: 135 kilómetros de autonomía teórica resulta suficiente para desplazarse al trabajo diariamente, pero se queda corta para plantearse una excursión de medio alcance. Si decidimos aventurarnos, debemos estar siemrpe pendiente de la autonomía disponible. O mejor dicho, de los kilómetros realizados, ya que en realidad no tenemos indicador de autonomía restante propiamente dicho. El cuentakilómetros parcial es nuestra principal referencia, además del reloj que indica el porcentaje de carga de la batería. Y también debemos tener presente dónde se encuentran los puntos de recarga que podamos necesitar en caso de necesidad. Y esto no es tan sencillo. Muchos puntos de recarga son privados, y los pocos que son públicos no solucionan demasiado una urgencia en el caso del Smart. Hay que tener en cuenta que este coche no dispone de sistema de recarga rápida. Eso quiere decir que si nos quedamos sin batería a medio camino y decidimos recargar, deberemos esperar unas buenas horas (hasta 8 horas requiere la recarga total). No calcular bien la autonomía disponible puede convertirse en toda una aventura.

La recarga

Smart ED
Smart ED

Con el Smart ED tuvimos el honor de ser uno de los primeros usuarios en estrenar el punto de recarga situado en el área de servicio del peaje de los Túneles de Vallvidrera, poco después de salir de Barcelona y en dirección Manresa. Este punto de recarga permite enchufar el coche de forma totalmente gratuita, y dispone incluso de una sala en la que poder descansar y ver la tele mientras el coche regenera sus baterías.¡Perfecto!. El sistema de recarga es bien sencillo: En la gasolinera te facilitan un código de activación del terminal, que te permite enchufar la manguera que viene con el coche. Así de práctico. Pero en el caso del Smart ED, este sistema no nos evita una larga espera. Nos reafirmamos en lo comentado anteriormente: si llegas con la batería muy justa, puedes perder toda una mañana esperando a tener la batería cargada. La ausencia de un sistema de recarga rápida condiciona demasiado a este Smart eléctrico que, no olvidemos, es un prototipo. Esperemos que la versión de serie, que llegará en 2012, incorpore un sistema de recarga rápida mucho más práctico. Otra cosa muy distinta es la recarga en casa. Si tienes la suerte de disponer de toma de corriente de 220 V en el párking, sólo es cuestión de enchufar y listo. Se recarga por la noche y lo tienes preparado al día siguiente. Y a un coste que, mientras no suba en exceso la tarifa de la electricidad, vale la pena: una carga total del coche supera escasamente los dos euros, según la marca.

Valoración final

Smart ED
Smart ED

En definitiva, el Smart ED demuestra que es una excelente alternativa a nuestros desplazamientos diarios en ciudad. Como coche para ir y volver del trabajo, es perfecto. Mantiene todas las aptitudes del Smart ForTwo, y resulta: - Más práctico (Nos podemos olvidar de las gasolineras, el principal punto de repostaje está en casa) - Más económico (aunque el coche tendrá presumiblemente una tarifa alta, el coste por kilómetro es inferior, ya que la electricidad resulta, por ahora, más barata, y el mantenimiento del coche es mucho más sencillo) - Más ecológico (no emitimos CO2 directamente a nuestras polucionadas calles, aunque sí de forma indirecta durante la producción de la electricidad). Faltará ver a qué precio Smart decide comercializar este coche en 2012, un punto que influirá decididamente en sus ventas y aceptación general. Pero sobre todo, falta todavía disponer de una red de recarga lo suficientemente amplia que permita un uso de este tipo de vehículos con la tranquilidad de poder incrementar su radio de alcance sin dificultad y de una forma práctica.

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alfredo

muy bonito pero y el precio

hm
horacio mendoza

estos automviles son excelentes para cualquier pas del mundo espero mejoren su autonoma me gustara comprar uno para usarlo en Venezuela