Un SUV de carácter familiar
Tras el gran éxito de ventas cosechado por el SsangYong Tivoli, un modelo que ya probé hace un tiempo y que podéis ver en este enlace que os dejo a continuación: SsangYong Tivoli D16T, la marca coreana prosigue en su apuesta por entrar de lleno en el mercado europeo con su última propuesta: un SUV, compacto y familiar llamado XLV.
La llegada del Tívoli en 2015, el primer crossover compacto de la marca, ha supuesto un punto de inflexión convirtiéndose en el modelo más vendido de la misma. Había que aprovechar ese tirón y la forma más fácil de hacerlo era construir un derivado del mismo que ofreciese prácticamente las mismas capacidades pero con el punto a favor de contar con uno de los maleteros más interesantes de la categoría.
Se mostró en el Salón de Frankfurt de 2015 bajo el nombre de XLV Air Concept, pero de concept tenía bien poco ya que se ha llevado a la producción sin apenas cambios estéticos. Está construido sobre la nueva plataforma de Ssangyong estrenada con el Tívoli, y como aquél queda prácticamente garantizada una muy buena habitabilidad. Sin duda, el punto fuerte de este modelo.
Para esta prueba SsangYong nos ha cedido una variante diésel D16T, con caja de cambios manual y tracción 4x2. Se trata de la configuración más demandada hasta la fecha, así que ya lo tenemos todo listo para entrar en materia.
¿Queríais maletero? Pues toma maletero…
Podría resumir perfectamente su estética diciendo que es como un Tívoli pero en grande y me quedaría tan ancho. También tendría toda la razón del mundo, pero vamos a profundizar un poco más.
Como ya os he comentado, se ha fabricado sobre la misma plataforma que el Tívoli, al que copia también sus 2,6 metros de distancia entre ejes. Sin embargo el XLV es más grande: mide 4,44 metros de longitud, 1,80 m. de ancho y 1,64 m. de alto, por lo que se puede deducir que es más largo y un poco más alto.
El frontal y el resto de la carrocería hasta el pilar C es exactamente igual al del Tívoli, pero es a partir de ahí donde el XLV alarga su carrocería casi 24 centímetros con el fin de ampliar la capacidad de carga del maletero.
Un maletero que nos ofrece muchísimas posibilidades. El volumen de carga comienza en 574 litros si colocamos el piso del maletero en su posición más elevada, enrasado con la boca de carga, y contamos hasta la bandeja cubre-equipaje. Bajo el suelo nos encontramos una práctica pieza con algunos compartimientos que podremos dejar en casa si lo que preferimos es bajar a la posición inferior el piso. De esta forma lograríamos 720 litros de capacidad. Y si abatimos los respaldos traseros puede ampliarse hasta los 1.440 litros. Todo ello contando que en el fondo tenemos a nuestra disposición una rueda de repuesto de tipo temporal que nos permitirá seguir rodando en caso de un pinchazo o reventón.
Además, me ha parecido que el maletero está muy bien pensado. Ofrece varios ganchos para colgar las bolsas de la compra, por ejemplo, así como algunas gomas para sujetar pequeños objetos en los laterales. Con los respaldos abatidos y el suelo en la posición más alta nos queda una superficie enrasada desde la boca de carga hasta los respaldos delanteros que facilita la colocación de grandes bultos.
Cinco plazas de verdad
El espacioso habitáculo no aporta nada nuevo respecto al Tívoli en el apartado visual. El diseño del salpicadero, el de las puertas, el de los asientos y el resto de elementos que conforman el interior son exactamente los mismos que los del Tívoli. A simple vista ofrecen buena impresión y aunque el empleo de plásticos duros es más que evidente no llegan a desentonar demasiado, como tampoco el nivel de acabado o el de los ajustes, en la media de lo que nos ofrece un coche generalista.
En el XLV vamos sentados en una posición bastante alta, adoptando una postura de conducción muy ergonómica y cómoda que mejora a su vez la visibilidad de la carretera. Los asientos son bastante blandos, muy cómodos y con una buena sujeción lateral. Además, en este nivel de acabado vienen tapizados en cuero, aunque del equipamiento hablaremos un poco más adelante.
Desde el puesto de conducción se accede fácilmente a todos los botones y selectores, desde los que están situados en el volante, hasta los del sistema de infoentretenimiento y el climatizador en la consola central. Como en el Tívoli, el orden y la distribución de algunos de estos botones no es demasiado coherente, como por ejemplo que la calefacción del volante esté situada en la zona del acompañante.
La pantalla táctil está situada en una posición elevada, como debe ser, lo que permite no tener que apartar demasiado la vista de la carretera para consultar sus diferentes funcionalidades, como la navegación, el sistema de audio o la conectividad con nuestro teléfono. Ofrece una pantalla táctil de 8 pulgadas con una interfaz muy sencilla. Además, cuenta con algunos botones de acceso rápido para ir directamente a algunas funciones.
En cuanto a la habitabilidad, el XLV, como el Tívoli, es un cinco plazas. Pero un cinco plazas de verdad. En la segunda fila dos adultos de gran estatura podrán viajar de forma confortable ya que ofrece mucho espacio para las piernas y una altura hasta el techo más que considerable. Además, la plaza central es bastante buena permitiendo que nos acompañe otro pasajero más, aunque eso sí, debemos intentar que sea el menos “voluminoso” de los tres. En el centro, el mullido de la banqueta es un poco más duro, así como el del respaldo, que incorpora el típico reposabrazos, pero no molesta demasiado.
Diésel, manual y 4x2
He tenido la suerte de poder contar con la combinación motor-cambio-tracción más demandada hasta la fecha, y es que en verdad el XLV tampoco ofrece demasiadas combinaciones posibles, empezando por que sólo propone dos alternativas en su propulsor: un motor diésel de 115 CV y un gasolina de 128 CV. Nada más.
Aunque suelo preferir las mecánicas de gasolina antes que las de gasóleo, básicamente por su mayor finura, en este caso debo señalar que, en el XLV, decantarse por el diésel me parece una muy buena elección. Teniendo en cuenta que nos permite cargar con bastante peso en su maletero y llevar hasta a cinco ocupantes, el disponer de una buena cifra de par motor es motivo de garantías.
La variante D16T monta un propulsor diésel e-XDi de cuatro cilindros y 1,6 litros de cilindrada, que ofrece 115 CV entre las 3.400 y las 4.000 rpm, así como 300 Nm de par (el gasolina sólo ofrece 160 Nm) entre las 1.500 y las 2.500 vueltas.
En cuanto al consumo y las emisiones, la firma coreana cifra un gasto medio homologado de tan sólo 4,5 l/100 km con 117 g/km de emisiones de CO2. En cuanto al consumo real, lo cierto es que el XLV D16T manual 4x2 se mueve en torno a los 6 l./100 km, décimas arriba o abajo dependiendo del uso, de la conducción y de la carga que llevemos.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
La caja de cambios manual es de 6 velocidades, con una sexta especialmente larga para la reducción del consumo en autopista y autovía. La palanca es bastante larga y ofrece unos recorridos también un poco largos, aunque cuando te adaptas a su funcionamiento ofrece un rendimiento bastante bueno. En cambio, creo que el escalonamiento de las marchas debería haberse revisado ya que le pasa lo mismo que a su hermano compacto: hay un salto notable entre la tercera y la cuarta marcha, y si cambiamos a pocas vueltas la aguja de cuentarrevoluciones cae demasiado y deja sin fuerza al motor.
Mejor en vías rápidas
El SsangYong XLV no es un modelo que destaque especialmente por su dinámica de conducción, pero comparado con otros modelos de la misma marca, como el Rodius (aquí puedes ver la videoprueba) o el Korando, la mejora que proporciona su chasis es más que notable.
Monta un esquema de suspensiones de tipo McPherson en el eje delantero y una barra de torsión en el eje trasero (las versiones 4x4 equipan una suspensión multibrazo), que ofrecen un rendimiento bastante bueno especialmente en autopista. En vías secundarias sufren un poco más de la cuenta cuando forzamos el ritmo, aún y así sorprende el buen nivel de estabilidad que ofrece este XLV.
La dirección se puede configurar en tres modos: Confort, Normal y Sport. En mi caso sólo he conseguido adaptarme bien en el modo más deportivo, ya que tanto el manejo con el programa Confort como con el Normal me ha parecido que la asistencia era demasiado fuerte, restando así un buen puñado de información que nos debería llegar al volante.
Este motor ya lo había probado en el Tívoli y como entonces me sigue pareciendo una mecánica cuanto menos sorprendente. Tiene 115 CV, pero los entrega arriba, mientras que el par máximo lo aporta a tan sólo 1.500 rpm, de esta forma nos asegura una buena respuesta a bajas vueltas, un gran comportamiento en la zona media y la posibilidad de estirar marchas hasta prácticamente las 5.000 vueltas sin perder fuelle.
Se trata de un motor elástico, muy aprovechable en todo su rango de potencia, que nos permite rodar a bajas vueltas en marchas largas, afrontar fuertes pendientes rodando a medio régimen y la posibilidad de realizar adelantamientos con mayor seguridad pudiendo estirar las marchas prácticamente hasta la zona roja del cuentarrevoluciones.
Sube de vueltas de forma constante sin dar la sensación de un gran empuje, pero mueve realmente bien al SUV coreano. En autopista es capaz de mantener ritmos elevados sin problemas, incluso con el coche bien cargado.
Fuera del asfalto no esperéis gran cosa, y menos con esta versión de tracción delantera. Con la tracción total se podría llegar a hacer alguna cosa, aunque a diferencia del Tívoli, el XLV presenta un ángulo de salida no demasiado bueno al haber alargado la carrocería. Tampoco es demasiado buena la altura, que resulta insuficiente para afrontar caminos rotos, pero para circular por pistas de tierra en buen estado es más que válido.
Precio y equipamiento
La marca coreana nos propone únicamente dos niveles de acabado para el XLV, el acabado Premium y el Limited, éste último es el correspondiente a la versión que he probado. Entre los dos sólo hay 2.000 euros de diferencia y con esta configuración de motor/cambio los precios son de 22.000 (Premium) o 24.000 euros (Limited) sin contar con los descuentos vigentes.
Se trata de equipamientos cerrados a los que apenas podemos añadir un equipo de audio de mayor calidad y elegir el color de la carrocería que más nos guste. Nada más. Aunque hay que remarcar que en ambos casos el XLV viene muy bien equipado.
Por ejemplo, en el acabado “básico” Premium encontramos un sinfín de equipamientos como el climatizador automático bi-zona, el volante multifunción, el control de velocidad, la cámara de visión trasera, la tapicería en cuero microperforado, los rieles del techo, las luces diurnas tipo LED y un largo abanico de sistemas de seguridad como el ABS, el EBD, el BAS, el ESP, el ARP, el HSA, el GTCS el ESS el TPMS y doble airbag delantero, airbags laterales, airbags de cortina, sistemas de anclaje Isofix y una rueda de repuesto temporal, entre muchos otros.
Por 2.000 euros más, el acabado Limited añade a toda esta lista el volante calefactable, un sistema de infoentretenimiento con pantalla de 8 pulgadas con navegador, doble USB y Bluetooth, sensores de luces y lluvia, limpiaparabrisas Aero Blade, el volante y el pomo del cambio forrados en cuero, asientos delanteros calefactables, llantas de 18 pulgadas retrovisores exteriores con intermitentes LED y luz de cortesía integrada, techo solar eléctrico y el airbag de rodilla para el conductor.
El sistema de audio “premium” que montaba esta unidad tiene un precio añadido de 500 euros mientras que la pintura Silent Silver para la carrocería es la única que no presenta ningún tipo de sobrecoste. Si nos queremos decantar por cualquiera de las otras seis tonalidades deberemos desembolsar otros 410 euros adicionales.
Actualmente la firma coreana está ofreciendo un descuento promocional de 2.000 euros para el XLV. Por lo tanto, esta unidad con motor diésel, cambio manual, tracción 4x2, acabado Limited y el extra del sistema de audio se factura a 22.500 euros.
Con el XLV la marca coreana nos propone un concepto que puede ser más que válido para un gran número de clientes: un SUV de cinco plazas con un maletero enorme. Si buscamos siete plazas debemos irnos un escalón más arriba y echarle una ojeada al Rodius (Todo lo que tenemos sobre el SsangYong Rodius en Coches.net). Su precio le sitúa por debajo de la mayoría de SUVs del segmento C, y aunque el nivel de acabados es bastante simple, que no malo, nos ofrece una gran cantidad de equipamientos de serie que en otros modelos hay que pagar aparte o elegir uno de los acabados más completos.
En resumidas cuentas, el XLV es una excelente alternativa al monovolumen de cinco plazas. Un coche muy cómodo, súper espacioso, con una gama de motores limitada pero con buenos resultados y sobretodo una relación precio-equipamiento muy competitiva que lo convierten en un modelo a tener en cuenta. En este enlace encontraréis toda la información sobre el SsangYong XLV disponible en Coches.net: informaciones, pruebas y videopruebas y la mayor oferta de unidades a la venta tanto de segunda mano como nuevos y de kilómetro cero.
Este comentario ha sido eliminado.