Pionero
Subaru desveló la primera generación del Forester en el Salón de Tokio de 1995, hace casi 20 años, modelo que entró en producción en 1997 para convertirse en uno de los primeros crossover del mundo. Combina unas prestaciones deportivas, un habitáculo confortable y buenas aptitudes todo-terreno todo en una misma receta.
Hay casos anteriores de crossover que aúnan en un mismo vehículo el concepto de familiar y off-road como el Matra Rancho (1977-1984) francés o el AMC Eagle (1979-1987) americano. No obstante, ambos tuvieron poca aceptación a nivel global.
Probamos la versión más potente de la gama, el 2.0 CVT Executive Plus únicamente disponible con cambio de variador continuo o CVT y con el nivel de acabado más lujoso. Se trata de una mecánica muy parecida a la del Impreza STI pero con menos potencia, unos nada despreciables 240 CV.
Si tenemos en cuenta las prestaciones que ofrece, la versatilidad y el alto nivel de equipamiento de este crossover su precio de 42.000 euros parece una ganga. Si lo comparamos con alternativas parecidas como podrían ser Audi A6 allroad o Volvo XC70 el japonés es mucho más económico.
Práctico y funcional
En lo que a diseño se refiere a grandes rasgos el Forester presenta unas líneas bastante suaves, a excepción de las de la parte frontal. Calandra, faros y parachoques delanteros siguen un patrón de estilo que podríamos llegar a definir como atrevido por usar un adjetivo moderado.
El lateral de la carrocería y la parte trasera son infinítamente más conservadoras y agraciadas, más en la línea de lo que estábamos acostumbrados a encontrar en las anteriores generaciones del Forester.
Para identificar esta versión más potente de la gama podemos fijarnos en las dos salidas de escape bajo el parachoques trasero y el alerón integrado que luce en la parte superior del portón.
Cuando observas con detenimiento su carrocería se echa en falta unas protecciones de plástico de mayor formato en plástico sin pintar. Los crossover se caracterizan por este tipo de detalles estéticos, algo que de hecho introdujo la primera generación de este Subaru, el SF que se comercializó entre 1997 y 2002.
Las barras de techo son algo que también forma parte de la personalidad de un vehículo de estas características y que por suerte sigue estando presente el Forester. El techo solar panorámico practicable es de serie en esta versión.
De serie cuenta con un completo equipamiento formado por: faros de xenon, acceso y arranque sin llave, navegador, cámara de visión trasera, climatizador, control de crucero, Bluetooth, portón del maletero con sistema de apertura remota eléctrico...
No obstante, algunos de los materiales plásticos empleados en el habitáculo, así como el diseño de los algunos mandos parece un tanto anticuado con respecto a lo que ofrecen algunos de sus rivales. Es importante tener en mente que el precio del Subaru es muy inferior al de la competencia con lo que por algún lado esto se tiene que notar.
Ofrece un amplio habitáculo de 5 plazas con un elevado nivel de equipamiento. Los asientos delanteros son muy cómodos, el respaldo sujeta bien y si la base recogiera un poco más serían perfectos.
Por otro lado, en la banqueta trasera encontramos un amplio espacio para tres adultos o bien para dos sillitas de retención infantil y un adulto en medio. Gracias a su respaldo prácticamente plano y al reducido tamaño del túnel de transmisión la plaza central es 100% aprovechable.
En configuración de 5 plazas el maletero ofrece un volumen de carga de 505 litros, una capacidad para nada extraordinaria en un vehículo de este tamaño pero más que suficiente para el equipaje de una familia de 4 miembros.
En caso de requerir más espacio siempre podemos abatir las dos mitades asimétricas de la segunda fila tipo 60/40 para dar forma a una superficie perfectamente enrasada con el resto del maletero. Con 2 plazas logramos aumentar la capacidad hasta los 1.564 litros.
Más asfáltico que antes
La primera generación del Subaru Forester tenía una clara vocación offroad, algo muy parecido sucedía con el primer Audi A6 allroad. Aquellos eran automóviles con apariencia de vehículo familiar que eran capaces de ofrecer prestaciones muy próximas a las de un todo-terreno puro y duro fuera del asfalto.
No obstante, con el tiempo las marcas se han dado cuenta que son muy pocos los propietarios de este tipo de vehículos que terminan saliendo del asfalto y todavía menos los que abandonan los caminos sin asfaltar para adentrarse en el campo o en el desierto. Todo ha influido en que las últimas generaciones de crossover sean cada vez más asfálticos.
Si bien las suspensiones ofrecen una más que correcta altura libre al suelo de 220 mm, el Forester se encuentra como pez en el agua sobre el asfalto. No obstante, en caminos de baja dificultad se muestra también muy cómodo. Un ángulo de ataque de 25º y otro de salida de 26º no están mal para un SUV de estas caraceterísticas. El ángulo ventral de 23º es algo más limitado.
El sistema de tracción integral Subaru le permite desenvolverse con soltura fuera del asfalto. Además, con el X-Mode que equipa de serie cualquier conductor podrá salir airoso de las condiciones más adversas.
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Apretando el botón X-Mode que hay junto a la palanca del cambio entra en funcionamiento para que la electrónica se encargue de optimizar al máximo la capacidad de tracción de las cuatro ruedas. No importa si es sobre asfalto mojado, en barro, nieve, arena o rocas, en todas estas situaciones el X-Mode permite al conductor del Forester lograr la máxima tracción.
De modo totalmente automático con este modo de conducción también se activa un control de descenso cuando afrontamos una pendiente en bajada. Llegados a este punto sólo tenemos que guiar la dirección puesto que el vehículo gestiona de forma autónoma el acelerador y el freno. A la hora de subir una cuesta el X-Mode mantiene una gestión del cambio CVT que simula lo que sería una marcha corta para facilitar la ascensión. ¿Quién dijo que practicar off-road era complicado?
Los neumáticos que monta de serie en sus llantas de 18" son unos Bridgestone Dueler H/T 684 con medidas 225/55 R18 en ambos ejes. Se trata de una goma concebida para ofrecer un rendimiento óptimo tanto en asfalto como fuera de él.
En nuestra prueba además de conducirlo en el día a día también llevamos a cabo un viaje a Valencia en el que nos confirmó que es un coche familiar ideal. La postura de conducción elevada te ofrece en todo momento una mejor visión de la vía, además, el amplio habitáculo y sus cómodas plazas hacen que pasar horas con él sea un placer.
Un depósito de carburante de mayor capacidad haría que los viajes fueran todavía más cómdos. Con sólo 60 litros la autonomía queda algo limitada, 70 o 80 litros sería más adecuado para el tipo de vehículo y para el motor que equipa.
En nuestra incursión al campo lo probamos en caminos sin asfaltar de dificultad baja. Allí brilló como buen crossover. Los neumáticos ofrecían un rendimiento óptimo y el X-Mode hace que cualquier conductor sin experiencia pueda disfrutar en off-road.
Las suspensiones ofrecne un buen nviel de confort tanto dentro como fuera del asfalto. En carretera de curvas vimos que inclina poco por lo alto y pesado que es, mientras que sobre tierra filtra muy bien las irregularidades del firme.
Lástima del CVT
El brillante motor bóxer de 4 cilindros turbo queda algo desmerecido por el cambio CVT que monta esta versión y que lamentablemente no se puede sustituir por una caja de cambios manual tradicional. Si existiera como opción un cambio automático con convertidor de par o una caja manual el rendimiento del motor sería diametralmente opuesto al que ofrece con el variador continuo que equipa de serie.
Los cambios por variador son como los que montan los scooter, un sistema que puede valer para vehículos de bajas prestaciones al estilo de un Honda Jazz o un Nissan Cube al cual se va a dar un uso eminentemente en ciudad y al que no se va a demandar grandes recuperaciones.
Es curioso que algunas marcas sigan apostando para el CVT para vehículos de altas prestaciones cuando existen cajas de cambio automáticas con convertidor de par tan brillantes como la de 8 relaciones que fabrica ZF. Marcas como: Audi, Aston Martin, BMW, Bentley, Chrysler, Jaguar, Jeep, Lancia, Land Rover o Volkswagen la equipan en sus automóviles.
Para colmo el sistema CVT de Subaru nos ofrece la posibilidad de disfrutar de un modo tipo secuencial que simula marchas de verdad cuando en realidad no las hay. En función de la posición en la que tengamos el mando del SI-Drive dispondremos de 6 marchas en caso del modo Sport o bien 8 marchas con el Sport Sharp. Hasta dispone de levas detrás del volante. ¿Por qué simular marchas cuando no las hay y se dispone de un sistema que no necesita de ellas?
El motor rinde 240 CV a 5.600 rpm y 350 Nm entre 2.400 y 3.600 rpm, lástima que queda bastante diluido por culpa del variador. No parece que tenga ni la potencia ni el par que anuncia. Cuando aceleras a fondo tarda un tiempo en reaccionar y no entrega con la contundencia que uno esperaría. Una vez te acostumbras a la tardanza en la entrega empiezas a anticipar acelerando algo antes de lo habitual.
Otro inconveniente de esta transmisión la encontramos en los consumos. En modo 100% automático una leve presión sobre el acelerador hace que el variador se esté constantemente abriendo y con ello gaste más carburante del necesario. Me explico, en autovía a 120 km/h a punta de gas hace medias de 12 l/100 km cuando circulas en modo automático.
Si activas el modo secuencial simulado y circulas con la marcha más alta posible del SI-Drive entonces puedes rondar los 9 l/100 km sin problema. Esta última es una cifra muy próxima a los 8,5 l/100 km que anuncia el fabricante y que está muy bien para un vehículo de su tamaño, peso y potencia. Evidentemente si combinamos una conducción deportiva en carretera y un trayecto en campo el consumo se dispara por encima de los 15 l/100 km.
En resumidas cuentas
Si existiera una versión manual o la opción de una caja de cambios automática convencional sería un crossover muy a tener en cuenta. Lamentablemente el CVT desmerece tanto el motor que no le da el carácter que en realidad podría llegar a tener esta versión más potente del Forester. Para que nos pongamos en situación, se trata de un propulsor muy similar al que monta el Impreza STI con 60 CV y no se parece ni a su sombra.
En lo que a equipamiento y calidad se refiere está por encima de lo que uno esperaría sobretodo cuando el precio entra en la ecuación. Con 42.000 euros ya nos parece más que razonable pero si a ello restamos los 3.000 euros que actualmente Subaru ofrece en promoción queda en tan solo 39.000 euros. SUV como el Honda CR-V o el Nissan X-Trail no ofrecen una versión con un potente motor de gasolina como si es el caso de este Subaru Forester.
Además, su amplio y confortable habitáculo de la mano de un versátil maletero hacen que cumpla con creces con las necesidades de la mayor parte de familias. Es cómodo tanto dentro como fuera del asfalto y ofrece una alta percepción de calidad. ¿Qué más se puede pedir? Un cambio manual.
Tengo un subaru hace 9 años y 125.000 km y lo tendre 9 años mas . Sin problemas, fiable , comodo y agusto. Si tengo que hacer 1000km sin problema, .