Tan revolucionario como eficaz
Ni en línea ni en V. La elección de Subaru para su motor diésel fue la configuración Boxer: cilindros horizontalmente opuestos como en sus motores de gasolina. La elección suponía sin duda un reto porque comportaba optar por una arquitectura inédita en el panorama mundial. Ningún fabricante cuenta con motores diésel que empleen esta solución. El tiempo, y sobre todo una prueba, confirman que la idea merecía ser tenida en cuenta por las ventajas que comportaba a priori. Lo cierto es que los clientes de Subaru, muy fieles a la marca y a su particular interpretación de la mecánica aplicada a los automóviles, han tenido que esperar mucho -quizás demasiado- para poder contar con una alternativa de gasóleo que además fuese competitiva en cuanto a consumo y eficiencia en un mercado de clara soberanía diésel donde la mayoría de los fabricantes acumula una larga experiencia.
Poco a poco, el motor 2.0 Boxer Diesel de Subaru, que rinde 150 CV en la mayoría de modelos, ha ido incorporándose a toda la gama y es en el Impreza, el modelo más popular y de mayores ventas (desde 22.000 euros con este motor) dónde se le puede extraer todo su potencial, especialmente en el plano dinámico.
Diseño
El actual Impreza supuso una fuerte ruptura conceptual con las anteriores generaciones de este modelo. Superada la fase inicial de adaptación a las nuevas proporciones del modelo, hay que reconocer que su inconfundible silueta va ganando adeptos con el tiempo, a pesar de que carece de la fuerza y la personalidad netamente deportivas de las que gozaba antaño. Su estilo depurado y su línea estilizada le aportan un equilibrio estético bastante bueno. Transmite fuerza y dinamismo gracias a un voladizo trasero corto, a un agresivo frontal con la toma de aireación sobre el capó y también un aire moderno y sofisticado por efecto de los faros delanteros de tipo proyector y las ópticas traseras con faros tipo Led con cristales transparentes unidos por una moldura cromada.
Habitabilidad
El interior no resulta especialmente espacioso pero tampoco destaca por lo contrario mientras que el maletero, debido a la presencia de la tracción integral no ofrece una capacidad "sorprendente" aunque sus 301 litros es un valor nada desdeñable. Donde "pincha" es el tacto y la calidad visual de algunos materiales, especialmente revestimientos de plástico duro demasiado espartanos que empañan la sofisticación técnica y mecánica que esconden los productos de esta marca bajo el capó. Tampoco resultan muy afortunados los nuevos relojes indicadores con fondo de color azul. Por lo demás, sí que gozan de una buena apariencia y mejor manejo el volante forrado en piel y el pomo del cambio de marchas, también revestido en cuero. Los asientos a su vez ofrecen un buen confort y proporcionan el suficiente nivel de agarre lateral como para afrontar un recorrido de curvas con un estilo de conducción dinámico.
Mecánica
El motor Boxer de Subaru presenta una serie de ventajas estructurales que si son ya efectivas en los bloques de gasolina son aún más propicias para los diésel. La disposición de cilindros horizontalmente opuestos permite reducir espacio, haciendo el motor más compacto y por tanto más ligero, lo que incide en el consumo y en otras consideraciones. Así, por ejemplo, presenta una incidencia menor de ruidos y vibraciones por tener menos componentes oscilantes o masas suspendidas. Igualmente, su centro de gravedad es más bajo, lo que mejora el equilibrio general del coche y su estabilidad. Todo ello se resume en que el motor de dos litros y 150 CV de Subaru permite no sólo potenciar las características tradicionales de los motores diésel, como es la economía de consumo y la disponibilidad a bajo régimen de casi todo el potencial del motor, con la eliminación de algunos de los inconvenientes típicos de los motores de gasóleo, como las vibraciones y los ruidos. Trasladado a cifras, el Impreza 2.0D registra unas emisiones de CO2 de 152 g/km con una autonomía de más de 1.000 kilómetros con un solo depósito de combustible (de 64 litros) gracias a sus 5,8 litros de media a los 100 km. Teniendo en cuenta que monta una transmisión integral permanente, más pesada y con mayor fricción, su registro de consumo cobra aún mayor relevancia. Gracias a estos registros, el Impreza ostenta una posición de privilegio en cuanto eficiencia respecto a otros modelos de similares prestaciones, dimensiones y características.
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Comportamiento
En el plano de las sensaciones, el motor Diesel en el Impreza se caracteriza por ser silencioso y confortable, proporcionando un ritmo elevado si se desea, con una entrega del par inmediata superada la franja de las 1.500-2000 revoluciones (por debajo de las cuales se muestra demasiado perezoso).
Dinámicamente, a nadie le sorprenderá el comportamiento de este modelo, una referencia en cuanto a agilidad, estabilidad y velocidad de paso por curva. En su variante de gasóleo no pierde sus "reflejos" y se muestra rápido y efectivo como siempre. Es quizás su caja de cambios manual de seis velocidades, desarrollada específicamente para cumplir mejor las exigencias del nuevo bloque de gasóleo, la que demuestra un tacto ligeramente por debajo de lo esperado en comparación con otras cajas que la firma monta, por ejemplo, en el Outback. Por lo demás, dirección, embrague, frenos, amortiguación y demás componentes presentan un funcionamiento óptimo con un cierto toque de deportividad que seguro apreciarán sus clientes, frecuentemente aficionados a la velocidad y apasionados de la conducción "enérgica". En definitiva se trata de una berlina especial; práctica y eficiente a la vez que ágil y eficaz.
Seguridad
El nivel de seguridad extra que proporciona la tracción integral permanente debe ser considerado no sólo para situaciones de circulación con climatología adversa, sino para el día a día. Pero además de la mayor estabilidad del sistema AWD, uno de los factores diferenciales que Subaru aplica a todos sus modelos, el motor Boxer Diesel reduce, en caso de colisión frontal, las lesiones de los ocupantes por la disposición de sus componentes mecánicos. El motor y la transmisión están diseñados para caer hasta el nivel del suelo del coche y evitar así que irrumpan dentro del habitáculo y causen más lesiones a los pasajeros. Paralelamente, el Impreza de Subaru posee el bastidor de refuerzo en forma de anillo, de reconocida eficacia, que aumenta aún más la seguridad en caso de impacto.
Valoración Final
Adquirir un Subaru significa tener una sensibilidad técnica y mecánica superior a la habitual; significa ser consciente que cómo está fabricado un coche, de por qué se adoptan determinadas soluciones en lugar de otras. Se suele decir que los Subaru son coches "fabricados por ingenieros para ingenieros"; es decir para gente que aprecie la dificultad técnica que suponen algunas de sus aportaciones; ideas, por otra parte, adoptadas siempre con un único objetivo: mejorar la dinámica del vehículo. Todo ello comporta una fiabilidad y una resistencia mayor de la que gozan otros fabricantes, un factor especialmente importante considerando que la conducción de los propietarios de un Subaru suele ser más "intensiva" que la de la mayoría de conductores. Por el contrario, la firma japonesa, menos conocida y un tanto específica en su filosofía, acusa un problema que quizás otros fabricantes no experimentan de forma tan evidente y es una considerable devaluación de sus productos en el mercado de segunda mano.
El delta 165, es una pasada, todos los fines busco escusa para salir por carreteras viradas.