Subaru Legacy 2.0 Boxer Diesel
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Subaru Legacy 2.0 Boxer Diesel

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Esencia personal

Nunca es tarde si la dicha es buena. Un refrán que bien ha sabido aplicarse la marca japonesa con su magnífica mecánica diesel que ha tardado más de tres años en ver la luz desde que se diera a conocer su realización. Todo ello sin perder la particularidad habitual a la que nos tiene acostumbrados Subaru: cinco cilindros opuestos horizontales y la tracción total para una berlina de buenos modales, que destaca por su notable relación prestaciones/consumos.

Parecía mentira hace unos años que una marca como Subaru se decidiese por la incorporación de una mecánica diesel de elaboración propia, que ampliara su oferta de gama y pudiera competir de tú a tú con sus oponentes europeos en igualdad de condiciones. Para aquellos que sean neonatos en el conocimiento de este prestigioso fabricante diremos que sus modelos no son cualquier coche al uso sino que llevan impregnados toda la tecnología y el buen hacer de una marca que ha cautivados numerosos títulos, fruto de su extensa experiencia en competición. Legacy y Outback fueron los primeros productos en portar esta particular mecánica de dos litros con cuatro cilindros horizontales opuestos, cuyo cigüeñal se encuentra situado en posición longitudinal. El por qué de su utilización lo veremos más adelante con argumentos que ratifican que sí ha merecido la pena tanto esfuerzo.

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La berlina de tres volúmenes muestra una imagen cuanto menos atractiva donde cambia respecto a su antecesor su nuevo frontal, que presenta una parrilla cromada más afilada. También son de nuevo diseño los pilotos traseros, así como los paragolpes, ahora más envolventes. También destaca por la apertura del capó para la refrigeración del motor, así como la doble salida de escape trasera, que le otorgan un aire más deportivo y juvenil. Refuerzan su imagen dinámica unas llantas de 17 pulgadas enclaustradas en neumáticos de perfil bajo (215/45 R17). Un particular detalle estético lo encontramos nada más abrir las puertas, ya que cada una de ellas carece de marco. . .

De puertas para adentro el Legacy muestra buen espacio para acoger a cuatro pasajeros, algo muy en la línea a lo que ofrecen las berlinas actuales, pues la plaza central trasera suma a su escasa anchura la dureza de su respaldo, que impiden viajar con total comodidad a una persona adulta. El puesto de conducción llama la atención por su baja posición respecto al suelo, algo a lo que habrá que acostumbrarse, pero que es de agradecer ya que contribuye a una mejor distribución del peso del vehículo y por ende a un mejor comportamiento dinámico del mismo. El asiento, al igual que la plaza del copiloto, ofrece un buen apoyo lateral y resulta muy cómodo. Además la posibilidad de contar con reglaje eléctrico facilita no solo una buena postura frente al volante - potenciada por la posibilidad de reglaje en altura de cinturón y volante -, sino también un mejor confort de a bordo. Todo ello refrendado por un cambio ubicado en una posición perfecta y donde los distintos mandos a los que tiene acceso el conductor se encentran muy al alcance de su mano. El maletero, por su parte, peca de contar con una boca de carga no muy amplia y demasiado fondo, lo que obliga a "introducirnos" bajo el habitáculo para aprovechar su profundidad. Cierto es que sus 433 litros no son para "tirar cohetes", aunque cumple bien con su cometido. . . .

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Uno de los puntos más interesantes de este vehículo lo encontramos bajo su capó delantero como es la disposición técnica de los cilindros: ¿el motivo? Disponer de un centro de gravedad más bajo, que permita mejorar el comportamiento del vehículo, dado que mitiga su tendencia al subviraje conteniendo el balanceo en las curvas. La particularidad de este corazón mecánico no se centra sólo en la configuración de los cilindros como en la posición de la mecánica, sino que va más allá. La posibilidad de contar con dos bloques de cilindros muy cortos ha permitido utilizar una aleación de aluminio muy ligera, un elemento que ha sido de gran ayuda a la hora de contener considerablemente su peso, además de potenciar su rigidez. Su diseño se diferencia respecto a sus hermanos de gasolina en un menor diámetro del cilindro y una mayor carrera del pistón para adecuarlo a su funcionamiento con gasóleo. Dichas modificaciones contribuyen a crear un motor compacto y cuadrado, cuya carrera deja de ser corta. Por otro lado, su alimentación es por inyección directa por conducto común con una presión de la inyección a 1.800 bares. Sin embargo cambia el tipo de inyectores, que en lugar de recurrir a los modernos piezoeléctricos son de solenoide. Mientras que el turbocompresor de geometría variable se sitúa bajo el motor para contribuir a la bajada del centro de gravedad. También cuenta con filtro de partículas y sistema de recirculación de los gases de escape con el objetivo de cumplir la normativa sobre emisiones de gases contaminantes Euro IV. Todos estos cambios mencionados con anterioridad han posibilitado que este 2.0 litros diesel de Subaru sea agradable en su utilización, pues se muestra ausente de vibraciones en su interior y un nivel sonoro más bien discreto, acorde a lo que reflejan los mejores diesel de las marcas generalistas, como pueden ser lo motores HDi de Peugeot y Citroën y los dCi de Renault. A su gran facilidad para subir de régimen se suma su gran elasticidad, dos virtudes con las que también cuenta su homónima gasolina. En este sentido responde con buen ritmo desde las 1.500 rpm. El cambio por su parte, aunque se muestra algo tosco al principio, destaca por la rapidez y el buen accionamiento de en sus cinco desarrollos. Claro está que se pierde la posibilidad de una sexta marcha para mantener cruceros desahogados, que le llevaría girar con un menor número de vueltas y un mayor par disponible para contener aún más el consumo. Un gasto de combustible que en nuestro protagonista se mostró muy comedido a lo largo de la prueba con recorridos por vías rápidas, carreteras comarcales y ciudad con unos 6,4 litros/100 km. Lástima que el depósito le coarte realizar un mayor número de kilómetros sin repostar, pues sus 64 litros disponibles son el importe a pagar por la ubicación de la tracción total. Queda claro pues que desde Subaru han sabido resolver con acierto los problemas de ganancia de peso y dimensiones así como el grado de rigidez, que planteaba la transformación del peculiar bloque de cilindros opuestos como particularidad de su gama de mecánica logrando que su nuevo diesel pese incluso 10 kilos menos que la motorización de gasolina. .

El hecho de contar con la tracción total -con diferencial central viscoso, que adapta el traspaso de potencia según la adherencia disponible - en un chasis con una posición más baja del motor permite ofrecer una estabilidad de primer nivel y unos pasos por curva realmente endiablados. Todo ello a pesar de tener una suspensión un poco más blanda de lo habitual, que hacen que la carrocería oscile con suavidad. En cualquier caso los balanceos no son excesivos, ya que su recorrido se muestra más bien contenido con una amortiguación que filtra bien las irregularidades del pavimento. La dirección de asistencia eléctrica nos brinda una buena precisión de guiado inscribiendo el tren delantero en cada curva con gran facilidad con un trasero que se insinúa con nobles sobrevirajes cuando pisamos freno en pleno apoyo. Claro está que este comportamiento se declara cuando buscamos el límite de adherencia que se sitúa muy alto en un vehículo de estas características donde la tracción total hace que el Legacy se pegue al asfalto como una lapa. . . .

La dotación de un equipo de frenos de disco en ambos trenes de generosas dimensiones y bien calibrados han permitido a la berlina de Subaru gozar de una potente y eficaz frenada, algo que garantiza el disfrute de su comportamiento dinámico. Dicho elemento se completa con el correspondiente control de estabilidad, que incrementa exponencialmente junto a la tracción total su agarre en asfalto. Dentro del habitáculo a los airbags de conductor y acompañante, se suman los correspondientes de cabeza y los laterales. . .

De agresivo aspecto exterior, el Legacy irradia fuerte personalidad allás por donde pasa. Tan sólo basta subirse a bordo del mismo y apreciar las bondades que nos ofrece su prestacional y económico motor diesel, que unido a la tracción total le hacen contar con un notable dinamismo. Lástima que algunos detalles en equipamiento que debería portar a tenor de su precio le hagan bajar la nota final, más aún si es como en el caso de la versión probada, la más completa en este apartado. . .

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Motor Disposición: Delantero longitudinal Diámetro x carrera: 86,0 x 86,0 mm Nº Cilindros: Cuatro horizontales opuestos Nº Válvulas por Cil.: 4 Cilindrada: 1.998 cc. Distribución: Dos árboles de levas por culata Alimentación: Inyección directa por conducto común, turbocompresor de geometría variable e intercooler Compresión: 16,3 a 1 Potencia máxima: 150 CV a 3.600 rpm Par motor máximo: 350 Nm a 1.800 rpm

Transmisión Tracción: Integral permanente con diferencial central viscoso Caja de cambios: Manual de seis velocidades Rel. final de cambio (des. Km/h a 1.000 rpm): 1ª. 3,45:1 (9,0 Km/h) 2ª. 1,75:1 (17,8 Km/h) 3ª. 1,09:1 (28,6 Km/h) 4ª. 0,78:1 (40,0 Km/h) 5ª. 0,63:1 (49,6 Km/h) Grupo final: 3,70 Embrague: Monodisco en seco Dirección Tipo: De cremallera asistida Diámetro de giro: 10,8 m Vueltas de volante: 3,1 Frenos Delanteros: Discos ventilados (293 mm) Traseros: Discos macizos (273 mm) Ayudas a la conducción: ABS, EBD y ESP Llantas y neumáticos Llantas: 7,0 x 17'' Neumáticos: 215/45 R17 Suspensión Delantera: Independiente de tipo McPherson con resorte helicoidal y barra estabilizadora Trasera: Independiente de tipo McPherson con resorte helicoidal y barra estabilizadora Dimensiones y aerodinámica Longitud: 4.665 mm Anchura: 1.730 mm Altura: 1.425 mm Batalla: 2.670 mm Vía delantera: 1.495 mm Vía trasera: 1.490 mm Coeficiente aerodinámico (Cx): 0,29 Peso y capacidades Peso: 1.460 kg Depósito combustible: 64 litros Capacidad del maletero: 433 Nº Ocupantes: 5 Prestaciones y consumos Velocidad máxima: 208 km/h Aceleración 0-100 km/h: 9,2 segundos Aceleración 0-400 m: 16,3 segundos Aceleración 0-1.000 m: 30,5 segundos Recuperaciones de 80 a120 Km/h en 4ª: 8,3 segundos de 80 a120 Km/h en 5ª: 10,8 segundos Consumos (l/100 kms): Urbano, extraurbano, mixto: 7,0 /4,8 / 5,6 Emisiones de C02 (gr/km): 148 Precios Unidad base: 31.900 euros Unidad probada: 32.260 euros

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