Progresa adecuadamente
El mítico Subaru Outback llega al mercado español con nuevas dimensiones, que incrementan su habitabilidad, un diseño más actual y un bastidor optimizado, que mejora no solo su capacidad dinámica sino el confort en la conducción. Importantes modificaciones con las que dejar atrás a su predecesor y , de paso, convertirlo en más atractivo. Con una denominación procedente del gran desierto que cubre el centro de Australia, este derivado de la berlina familiar Legacy que viera por vez primer la luz en 1995 camina ya por su cuarta generación con paso firme dispuesto a dar batalla en el segmento SUV, con unos cambios que se nos antojan en la mayoría de los aspectos, que a continuación pasaremos a valorar, necesarios.
Precios: Subaru Outback 2.5i Premium: 32.850 euros Subaru Outback 2.5i Limited: 34.850 euros Subaru Outback 2.5i Limited Plus: 37.550 euros Subaru Outback 3.6 Limited Plus: 48.250 euros Subaru Outback 2.0 Boxer diesel Premium: 34.350 euros Subaru Outback 2.0 Boxer diesel Limited: 36.350 euros Subaru Outback 2.0 Boxer diesel Limited Plus: 39.050 euros
Diseño exterior
Ahora el Outback acentúa en mayor medida las anodinas líneas de antaño por contornos más marcados. Para darse cuenta de ello basta observar las ópticas más rasgadas, cuya forma se desliza sobre los hombros del frontal casi a la altura de los pasos de rueda. La parrilla también ha cambiado de forma y ahora luces láminas cromadas. Hasta el logo cambia su ubicación en el centro para situarse en la parte superior de la misma calandra. Hasta la zaga es completamente nueva mostrándose ahora más cuadrada en sus contornos con unas ópticas que cambian de forma y diseño. Dichas ópticas se encuentran ahora integradas entre los bordes de la carrocería y el portón. Los paragolpes dejan de estar marcados para situarse más difuminados formando parte del contorno de la carrocería. Mientras los retrovisores se han ampliado para adecuarse a su incremento en longitud. Elemento que se suma en los cambios a unos raíles más pegados a la línea del techo, mucho más vistosos y una línea acristalada de mayor superficie.
Toda este diseño más personal ha traído consigo un incremento en las proporciones; así el Outback es 4,5 centímetros más largo; 5,0 centímetros más ancho y 7,0 centímetros más alto que su predecesor. Tales cotas y una longitud que ahora alcanza los 4,77 metros ha repercutido en una mejora considerable de su habitabilidad. Su habitáculo, ya de por sí amplio ofrece espacio suficiente para viajar a sus anchas tanto a conductor como a cinco pasajeros. Ocupantes que también podrán viajar con total confortabilidad y a sus anchas en unas plazas traseras que cuentan con buen espacio para las piernas y anchura para los hombros. Tampoco es desdeñable la capacidad de su maletero que con 526 litros y unas formas muy regulares permite un espacio amplio y aprovechable desde el suelo del maletero hasta el techo. Además los respaldos de los asientos traseros se pueden abatir - en proporción 60/40 - y así ampliar el espacio de carga.
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Tres motores en configuración bóxer son los que puede montar bajo su capó delantero del Outback: 2.5i de 165 CV y 3.6R de 260 CV, ambos de gasolina, además del 2.0 litros diesel de 150 CV. El más potente de todos recurre a una arquitectura de seis cilindros, mientras que los otros dos son de cuatro cilindros. Los dos atmosféricos de gasolina están construidos en aleación ligera cuentan con dos árboles de levas en cada culata y distribución variable en admisión. En cuanto al diesel, se trata del cuatro cilindros opuestos, ya utilizado en la anterior generación de inyección directa por conducto común con turbocompresor de geometría variable. Comparado con el que monta el Legacy Station Wagon, del que deriva resulta 0,7 litros/100 km más ahorrador de media. El 2.5i que tuvimos ocasión de rodar durante unos cuantos kilómetros mueve con soltura al Outback. Su respuesta progresiva y suave logran una respuesta agradable en todo momento y llegado el momento de recuperar el ritmo para incrementar considerablemente la marcha es mejor tirar de a la gama baja de velocidades de su cambio manual y así gozar de sus buena respuesta en baja. Asociados a dichos motores pueden llevar una caja de cambios manual de seis velocidades , caso del 2.5i y 2.0D, o dos tipos de transmisión automática: una de convertidor hidráulico de par y cinco velocidades , destinada al 3.6R y otra de variador continuo, y seis marchas que se encarga de estrenar en la gama Subaru por primera vez la versión 2.5i (2.000 euros). Ésta última transmisión denominada Lineartronic CVT, muestra un mayor refinamiento, pues engrana sus seis relaciones prefijadas con una agradable suavidad. Cabe destacar que todas las versiones que montan transmisión automática cuentan con levas en el volante. El Outback recurre a una tracción total permanente "AWD" (All Wheel Drive), como en anteriores generaciones, aunque a diferencia de la presentada en 2004 carece de reductora.
Fabricado en Lafayette (Indiana) el Outback sienta su base en una carrocería monocasco de chapa de acero asentada sobre suspensiones independientes en ambos trenes, de tipo McPherson delante y de paralelo deformable detrás. Tanto la suspensión delantera como el motor se encuentran anclados a un subchasis de tipo cuna. Sobre el negro mar del asfalto, el Outback se perfila como una berlina de lujo dado su confortable rodar. Llegado el momento de entrar en curva muestra un aplomo contundente como para lograr mantener un buen ritmo en el paso por curva. Ciertamente cuando forzamos el ritmo sale a relucir su carácter subvirador. La monta de neumáticos de perfil alto (265/60 R17 en todas las versiones) junto a su más que aceptable cota de altura libre cifrada 20 centímetros y las protecciones plásticas, encargadas de minimizar en lo posible golpes y arañazos permiten circular por pistas y caminos resbaladizos con mucha confianza, gracias a una tracción total y a unas suspensiones que funcionan a las mil maravillas. Estamos pues ante uno de los SUV, que más posibilidades ofrece para moverse fuera del asfalto.
En el apartado concerniente a seguridad no anda mal cubierto pues a los correspondientes controles de tracción y de estabilidad; elementos a las que se suma el correspondiente ABS, el control de velocidad de crucero o los faros de xenón. Ya dentro del habitáculo se encuentran disponibles hasta un total de ocho airbags repartidor en frontales, laterales y de cabeza en todas las plazas.
El renovado Outback cumple sobradamente con lo que muchos usuarios del segmento SUV o todocamino esperan de un vehículo como éste, que en la mayoría de los casos va a ser utilizado esporádicamente fuera del asfalto pues su capacidad de tracción, unas más que aceptables cotas TT y fisonomía del vehículo permiten llegar donde otros 4x4 de su categoría no se atreven a avanzar. Además tampoco hace ascos al asfalto, ya que se comporta con la estabilidad propia de una berlina, gracias a una mejor puesta a punto que la anterior generación. Su amplio habitáculo y sobre todo, un precio más barato que otras opciones, caso del Audi A4 Allroad o Volvo XC70 suben la nota final de un producto dispuesto a abrirse un mayor hueco de ventas en su segmento.
Solo los que han tenido un subaru en su vida pueden opinar con objetividad, son muy buenos coches relacion calidad precio, que los hay mejores??seguro. Pero el que compra un vw por ser vw y ni tan siquiera mira un subaru por ser subaru, se equivoca de plano, pero..........alla ellos, la ignorancia es atrevida. PD: Es verdad que en toda la ecuacion lo que falla es SUBARU ESPAÑA. Con un poco de suerte se enteran en JAPON y hay cambios.