Suzuki Alto

Los responsables de Suzuki España se han mostrado cautos al establecer en 900 unidades al año el objetivo de ventas previsto para su nuevo utilitario al que denominan Alto. Un modelo sencillo pero bien terminado, que cuenta a su favor con un precio de los más competitivos del mercado. De hecho está disponible a partir de 6.995 euros. Hay dos niveles de acabado, GA y GL, y una única motorización: un tricilíndrico de gasolina 1.0 que entrega una potencia de 68 CV.

El Alto es el modelo más pequeño de la gama Suzuki fuera de Japón. Mide 3,50 metros de longitud, 1,60 m de anchura y 1,47 m de altura. Se fabrica en India y cuenta con un hermano gemelo, bueno, o mellizo, dispuesto a hacerle sombra. Se trata del Nissan Pixo. Todo el desarrollo en su conjunto ha sido realizado por Suzuki pero a cambio Nissan le suministrará un modelo pick up para su comercialización en el mercado americano. El caso es que las únicas diferencias que presentan al Alto y el Pixo radican en los paragolpes, los faros, las llantas, las tapicerías y, por supuesto, el anagrama de la marca. También hay un color específico, de los diez posibles, que los diferencia. En el caso del Alto ese color es el rosa.

El Alto dispone de cuatro plazas, en las que se pueden alojar cuatro adultos, y de un maletero testimonial de 129 litros. Claro que este no es un coche pensado para proporcionar capacidad de carga sino movilidad urbana. En cualquier caso el respaldo de los asientos traseros está dividido en dos partes simétricas, las cuales pueden abatirse para aumentar las posibilidades de carga y así llegar a los 367 litros de capacidad. El Alto evita los aditamentos superfluos y se atiene a lo justo y necesario, única manera de lograr un precio tan competitivo, pero eso no quita para que presente un acabado interior agradable. Carece de regulación eléctrica de los espejos retrovisores exteriores, de guantera con tapa y de cuentarrevoluciones, sin embargo el volante se puede regular en altura.

A ralentí se llega a percibir el traqueteo de las válvulas así que no es ningún prodigio ni por vibraciones ni por rumorosidad, sin embargo su respuesta se puede calificar de vigorosa teniendo en cuenta que se trata de un tricilíndrico de 1 litro. Interpreta las órdenes del acelerador con toda la rapidez que le permiten sus 68 CV y sus 90 Nm de par máximo, y a decir verdad no es poca, sino más incluso de la que sobre el papel cabría esperar. Eso sí, conviene no dejar caer mucho las revoluciones para no demorarnos en las recuperaciones. De serie acopla una caja de cambios manual de cinco velocidades pero en la versión más alta de la gama cabe la posibilidad de montar un cambio automático de cuatro relaciones. Con el manual la velocidad máxima que alcanza es de 155 kilómetros por hora y de 150 km/h con el automático. En cuanto al consumo los registros en ciclo mixto son de 4,4 y 5,2 litros por cada 100 kilómetros respectivamente.

El Suzuki Alto es uno de esos utilitarios que cubre a la perfección las necesidades de movilidad en la jungla urbana. Sus medidas compactas y la buena respuesta del motor tricilíndrico que equipa le proporcionan suficiente agilidad en las maniobras a lo que también contribuye un correcto tacto de la dirección. Eso sí, hay que acostumbrarse a la esponjosidad tanto del pedal del embrague como del del freno, pues ambos cuentan con un notable recorrido antes de empezar a ejercer su función. La suspensión cuida el compromiso entre capacidad de filtrado para el confort y firmeza para un mejor apoyo y estabilidad.

Dentro de la dotación destinada a la seguridad que el Suzuki Alto ofrece de serie está el doble airbag delantero, el ABS con EBS y al asistente a la frenada. En el caso de querer ampliarla hay que irse a la versión GL que es la denominación que recibe la más alta de la gama, en cuyo caso añade los airbags laterales y la posibilidad de incorporar en opción el airbag de cortina y el ESP, salvo que se elija directamente la versión GL con el "pack safety" y el cambio automático, pues entonces estos elementos ya está incluidos en el precio.

El Alto es un vehículo racional por principios y así lo manifiesta en su conjunto. Y es que su lema bien podría ser: sencillez y practicidad a cambio de un precio ajustado. Como utilitario cumple sobradamente su papel pero si queremos extender su uso más allá de la ciudad o su periferia entonces salen a relucir las limitaciones propias de un vehículo de su categoría: prestaciones justas, modesta capacidad de recuperación, mínimo espacio de carga...Claro que todo depende de dónde esté situado nuestro listón respecto al confort de marcha.