Toyota iQ 1.0 VVT-i Multidrive

Con 2,99 m de longitud, el Toyota iQ es el segundo automóvil más pequeño de entre los que se pueden comprar en España, quedando por delante de él en este concepto únicamente el Smart ForTwo (2,69 m) y éste tiene espacio solo para dos plazas. El hecho de disponer de 4 plazas, una alta equipación y un diseño de última hornada, unido a un precio que de ninguna manera se puede catalogar de económico, indica que Toyota no busca con este modelo el típico utilitario para desenvolverse por ciudad (algo que hace de forma magnífica), sino un vehículo para gente que valora más la exclusividad y el diseño por encima del precio. Además de lo anterior, el iQ se muestra también como una perfecta puerta de acceso a la marca, ya que las soluciones técnicas que aporta así como el nivel de equipamiento en seguridad son dignos de los mejores modelos de Toyota, quien seguro que intentara a través de este modelo fidelizar a sus poseedores con la marca. Un coche único (para bien y para mal) que busca la exclusividad ya desde su propio nombre (iQ) que se debe a las siglas inglesas de coeficiente intelectual, y que lleva intrínseco un buen número de contrasentidos que a buen seguro harán que sea amado o despreciado con intensidad. Veamos como es.

PVP: TOYOTA iQ 1.0 VVT-i Manual 5 v. 12.750 € TOYOTA iQ 1.0 VVT-i MultiDrive 13.750 € TOYOTA iQ 1.33 VVT-i Manual 6v (con Stop & Start) 15.500 € TOYOTA iQ TOYOTA iQ 1.33 VVT-i MultiDrive iQ2 Zan Shin 17.150 €

Una de las principales bazas del iQ es que tanto por fuera como por dentro desprende modernidad y diseño de última hornada. Sin perder el aire de familia del resto de la gama Toyota, el iQ se desmarca ofreciendo un aire más juvenil y divertido que cualquier otro modelo. Su frontal transmite diferentes sensaciones mezcla de la deportividad que le dan las angulosas formas de sus faros, la baja toma de aire del radiador o las llantas de aluminio, con el aspecto divertido del primer golpe de vista de un coche que parece más ancho que largo. Ver como los pasajeros traseros tienen por ventanilla lateral la luneta trasera, también sorprende y hace girar la vista, algo a lo que se deberá de acostumbrar su propietario. El interior sigue la misma línea, con un cuadro muy poco habitual, que incluye ordenador de viaje y "Eco monitor", consola frontal asimétrica, y en el caso de la unidad probada, navegador, que le sentaba realmente bien. En caso de llevar instalado el navegador, el acompañante puede subir y bajar el volumen y/o cambiar de emisora, mientras que si no está instalado, esto sólo se puede hacer a través de los mandos integrados en el volante. Sin duda, Toyota ha ido bastante más allá de crear un pequeño y urbano utilitario, y el resultado ha sido un coche que manteniendo las características de estos, por diseño, equipación y seguridad, se desmarca del segmento para ofrecerse como un vehículo único. No es la primera vez que una marca hace algo así. Mercedes ya lo hizo hace bastantes años con el Smart.

Cuatro personas en menos de 3 metros de longitud ya indican de antemano que el aprovechamiento del espacio interior ha sido más que trabajado, y de hecho esas cuatro plazas son totalmente reales. Con una anchura de 1,68 mts., virtualmente la misma que un Yaris (1,69), la amplitud de las plazas delanteras es comparable a la de cualquier compacto de cuatro metros, con unos asientos amplios que llevan el reposacabezas integrado y de una dureza más que suficiente, especialmente para desplazamientos no demasiado largos, los que habitualmente realizará el iQ. Si vamos a ir solo dos personas, incluso cuando el conductor mida más de 1,90 mts. podrá ir cómodo, pues el recorrido de la banqueta es lo suficientemente largo para que entre, salga y conduzca con comodidad, ayudado por el volante, regulable en altura y el chaflán que este tiene en su parte inferior. En las mismas condiciones, el acompañante dispondrá de un espacio que le permitirá ir totalmente estirado, ya que el salpicadero en su parte está más echado hacia delante. Así, evidentemente, hemos perdido las plazas traseras, porque los respaldos delanteros están tocando las banquetas traseras. Sin embargo, dispondremos de un gran maletero de 66 cm. de longitud y 242 lts. de volumen útil al haber abatido los respaldos de los asientos traseros. Si lo que queremos es aprovechar las plazas traseras, las cosas se complican un poco, pero sólo un poco. La plaza trasera derecha tiene ventaja respecto a la izquierda, debido al comentado "hundimiento hacia delante" que tiene el salpicadero en su zona derecha, sin embargo, el caso de la plaza trasera izquierda no es tan favorable, pues a igualdad de estatura, el asiento delantero izquierdo siempre estará más echado hacia atrás, lo que dejará menos espacio para las piernas de quien vaya detrás. Si nos vamos a un supuesto en el que los cuatro ocupantes no miden más de 1,70 mts. los cuatro dispondrán de un espacio adecuado, si no llevan equipaje, puesto que en estas circunstancias el maletero es casi inexistente con un volumen de 32 lts. Caso de viajar 3 personas, tanto conductor, como acompañante y pasajero trasero derecho, gozarán de un buen espacio además de contar, al abatir el asiento trasero izquierdo, de un habitáculo de carga decente, de 137 lts. En cuanto a los espacios para dejar objetos, salvo la guantera, que no existe como tal (con su puerta y espacio interior), sino que es una especie de carpeta sujeta con cuatro "cliks" y velcro, el resto está bien aprovechado con un interesante cajón situado bajo los asientos posteriores con una capacidad de 32 litros, también dispone de posavasos junto a la palanca de cambios, portabotellas en los laterales de los asientos traseros y bolsas en las puertas delanteras.

El iQ está disponible con dos motores de gasolina, un 1,0 (998 c.c.),12 válvulas DOHC transmisión por cadena con VVT-i tricilíndrico de 68 CV y un 1,33 (1329 c.c.), 16 válvulas DOHC transmisión por cadena con VVT-i tetracilíndrico de 99 CV. En ambos casos pueden ir equipados de una caja de cambios manual, de cinco velocidades en el 1,0 y de seis en el 1,33 o del cambio automático Multidrive (de variador continuo). Existe también una versión diesel (1.4 de 90 CV), que no está disponible en España. La unidad objeto de esta prueba era un 1,0 VVT con cambio Multidrive.

La primera sensación al montar en el coche es que está realizado con calidad, a ello ayudaba el hecho de que nuestra unida estaba equipada con el Pack Confort, que incluye entre otros, tapicería de tela y cuero y asientos delanteros calefactables. Transmite sensación de solidez en el aspecto de que en un principio tienes la sensación de irte a montar en un "cochecito" y descubres que realmente te montas en un coche. Al salir del aparcamiento de Toyota ya descubrí una de sus principales ventajas, y es el mínimo radio de giro, que es de tan solo 7,8 mts. Por comparación: un Smart necesita más espacio para dar la vuelta. El iQ está destinado principalmente a un uso por ciudad, y allí nos dirigimos rápidamente. En este medio, el coche se muestra muy cómodo, el cambio automático funciona con suavidad, su pequeño tamaño le permite ratonear realmente bien aunque para ello encontramos una pequeña pega, y es que los apoyacabezas traseros molestan a través del retrovisor. Si lo que queremos es ir con tranquilidad, el motor se muestra muy cómodo de llevar, pero si lo que deseamos es realizar una conducción más dinámica, enseguida nos encontraremos con un motor "nervioso", cuyo par motor máximo es de sólo 91 Nm. a 4.800 rpm. que obliga a llevar el motor muy alto de vueltas si queremos que se mueva (y se mueve), y entonces los consumos nada tienen que ver con lo que anuncia el fabricante. Bien es cierto que todos los coches gastan algo más de lo que los fabricantes anuncian, y conseguir sacarle a un coche los consumos homologados exige realizar una conducción extraeficiente, pero es que en esas circunstancias no fui capaz de bajar de los 5,7 lts./100 Km. que si los comparamos con los 4,7 homologados hay una buena diferencia, el problema real es cuando sales a carretera y te animas, pues en esas circunstancias llegó a gastar 9 lts. a los 100 km. También es cierto que puesto a andar en carretera, la unidad probada tenía un andar francamente bueno. En autovía, al salir de Madrid, mantuve un crucero de unos 120-130 km./h. que el coche mantenía sin despeinarse y que me dejaba una buena capacidad de aceleración si lo necesitaba. A estas velocidades, el comportamiento de la suspensión es un poco seco. No es porque el coche se vuelva nervioso o de la más mínima sensación de inseguridad, sino simplemente porque es un tacto "áspero". Tras esto, decidí coger una divertida carretera de curvas, en la que con la palanca en la posición S (el cambio hace que el motor vaya un poco más alto de vueltas) descubrí lo interesante de la posición B, de la palanca de cambios, que elimina el principal problema de la mayoría de cambios automáticos, la poca retención. El Toyota iQ con cambio Multidrive, permite, antes de llegar a una curva, poner la palanca en dicha posición B, que lo que hace es acortar el desarrollo, "bajando marchas" y haciendo que el coche retenga de verdad, lo divertido del tema es el "efecto colateral" de tener esta posición engranada a la salida de la curva, ya que como el coche va a estar en lo que sería una marcha corta, está alto de vueltas y al pisar el acelerador el cambio no pierde ni una décima de segundo en encontrar la relación adecuada (ya lo está), con lo que la aceleración del coche es realmente vigorosa. Sin dejar de acelerar, le damos "un toque" a la palanca hacia delante, para devolverla a la posición S, y cuando llegue el momento él solo cambiará. Con este tipo de conducción, el coche demuestra que frena bien, se sujeta bien (en ningún momento me llegó a entrar el control de tracción a pesar de buscarle las cosquillas en algunas curvas), y el comportamiento que alguno podría denominar "nervioso", no es más que el fruto de su corta distancia entre ejes y bajo peso, que le permiten moverse con una extraordinaria agilidad. El cambio MultiDrive incorpora una función específica de ayuda a la conducción económica en el ordenador de viaje denominada Eco Monitor, se puede activar cuando vamos en D y modifica la respuesta del cambio para emplear durante más tiempo desarrollos más largos. Si pisamos con suavidad el pedal derecho, se enciende una luz verde en el salpicadero.

Uno de los apartados en los que más destaca el iQ, ya que su equipamiento de seguridad es el más completo de su categoría. De serie viene equipado con antibloqueo de frenos (ABS), distribución electrónica de frenado (EBD), asistencia de frenado (BA), control de estabilidad (VSC+), dirección asistida (EPS), airbag frontales de conductor y pasajero, airbag de rodilla para conductor, airbag antideslizamiento para el pasajero delantero, airbags de cabeza delanteros y traseros, airbags laterales delanteros, airbag de luneta trasera, desconexión de airbag de pasajero delantero, cinturones delanteros con pretensores y limitadores de fuerza, asientos delanteros diseñados para reducir lesiones cervicales, sujeción infantil ISOfix, aviso sonoro y luminoso de cinturones de seguridad en las 4 plazas y volante regulable en altura.

Toyota ha creado un coche que no tiene rival, pues el Smart, que es más pequeño, es un riguroso dos plazas, lo que es suficiente para evitar la confrontación. En cualquier caso y frente a este, el precio también los separa, pues el alemán comienza su oferta en los 10.000 € frente a los 12.750 del iQ más barato. En su propia casa el iQ podría tener una dura competencia con el Aygo, que arranca en los 8.500 € en su versión más económica, pero el tamaño (3,44mts.), el diseño mucho más funcional y el nivel de equipación inferior, tambien los separan. El Fiat 500, otro de los "pequeños glamorosos" también es más grande (3,54 mts.) y esto de las medidas puede tener las dos lecturas, la del que piensa que por el mismo precio le dan más coche, y la del que valora que su coche sea más pequeño para poder ratonear mejor por el tráfico urbano. En definitiva, el iQ es un coche que se va a tener que enfrentar a si mismo, y saber jugar sus cartas de modernidad, diseño, equipación, seguridad y exclusividad, para hacerse atractivo frente a personas a quienes el precio o los mínimos consumos no les importen demasiado.